Partida Rol por web

- Buenos días. - Dice el hombre sin levantar demasiado el rostro, haciéndolo difícil de ver gracias a la capucha que lleva.

Tras esto, sigue avanzando sin prestaros demasiada atención.

-Buenos días. - Dice la chica que va junto a él. Os sonríe y sigue avanzando. 

Había salido primero pero al ver a los recién llegados comencé a aminorar la marcha, Yelena se le acerco a saludar y Opa la siguió pero yo me quedé a la mitad de la escalera, desde una posición elevada donde pudiera observarlos bien.

-Tienen cita?- pregunté mirando a ambos, esperando que se presentaran o respondieran que los santos dorados los habían mandado a llamar.

Al escuchar a Artemias hablar, me detengo y presto atención a los recién llegados. Intento escudriñar qué hay debajo de la capucha, pero no se me da bien en exceso ya que estoy más preocupada en disimular y que no se note que en mirar bien.  

El hombre continúa caminando mientras la mujer se detiene un segundo y mira a Artemias.

- ¿Cita? - Pregunta sorprendida. - Me temo que no recuerdo la última vez que pedimos una cita... Siempre somos bien recibidos... 

La joven te ofrece una gran sonrisa mientras sigue avanzando.

Enarco una ceja ante lo de que siempre es bien recibido, despues del ataque quizás no debieramos ser tan confiados.

¿Y quien eres? pregunto .

Alexander siguió avanzando pues pensaba que no era asunto suyo, pues como habían dicho su compañero pensaba confiar la seguridad del santuario a los caballeros que se quedaban, ahora su único propósito era encontrarse con los caballeros de oros.
Se quedo por unos paso por delante de sus compañero entre las dos personas que iban a entrar en el santuario.
Mientras observaba la situacion

La señorita va a contestar a la pregunta de Opa cuando el hombre se le adelanta.

- Cuanto formalismo por favor... - Dice mientras sigue caminando pasando de largo de los santos. - Si no se os ha informado de mi llegada, quiere decir que no hace falta que lo sepáis... - Bajo la capucha se dibuja una sonrisa. - Adelante querida, el tiempo corre... 

Y sin decir nada más, sigue adelante. 

La chica baja un segundo la cabeza en señal de disculpas y sigue al hombre al interior del Santuario. 

Cuando escuchas la voz del hombre... Algo parece hacer"click" en tu cerebro... Esa voz ya la habías oído antes... Aunque no sabes donde...

No recuerdas si es de tu infancia... Tal vez en alguna de las ciudades que has visitado... Un aldeano del Santuario... Puede que algún santo de la prueba... Quien sabe...

Esa voz...

Sí, esa voz, atraviesa rincones de la memoria y resuena entre mis recuerdos. Me quedo unos segundos quieta, esperando que el nombre de su dueño llegue a mi mente, pero no sucede. ¿De qué te conozco? ¿Quién eres? 

La pregunta me arde en los labios. ¿Quién es este desconocido?

- Disculpe mi indiscreción pero... - digo casi sin darme cuenta de que ya le estoy hablando. Al hacer la pause, me doy cuenta de que ya no puedo parar en medio de la frase - ¿nos hemos visto antes? ¿Nos conocemos? - termino diciendo. 

Suena tan raro, ¿no? Un extraño que se cruza con nosotros en el camino y su voz me suene cuando no conozco a nadie en Grecia más que la gente del Santuario. 

Te fijas bien en los individuos...

Ella sí parece llevar una gema... De echo dos pequeñas gemas que lleva en sus gafas te llaman mucho la atención, ya que se parecen mucho a las vuestras.

Él parece que a simple vista no lleva ninguna... Aunque, en el caso que tuviera una, podría llevarla debajo de la gabardina...

Yelena pregunta si conoce al individuo encapuchado... con la escasa información que tenemos podría ser cualquiera. Pero si nadie lo había detenido o dado la alarma antes de llegar hasta aquí posiblemente tuviera permiso. Espero la respuesta antes de seguir nuestro camino.

El hombre, da un paso más y parece girarse hacia la señorita.

- Si en alguna vida nos hemos visto con anterioridad, debí causarle una mala impresión si no es capaz de saber si me conoce o no...

El hombre sigue avanzando de nuevo entrando en el Santuario.

La chica que le acompaña hace una leve inclinación de cabeza y le sigue.

Me quedo parada viendo cómo se aleja. No me lo puedo quitar de la cabeza. ¿Pero de qué puedo conocer yo a alguien así? Es posible que lo viera con mi maestra. Sí, es posible. Es lo que más lógica tiene. 

Suspiro por lo bajo y me dirijo hacia Opa. 

- ¿Has visto qué estaban mirando? - le pregunto mientras observo el terreno en busca de alguna marca, aunque no encuentro nada. 

La presencia de ese sujeto me ha dejado bastante inquieta. Por suerte, pronto nos iremos a Australia. Eso pondrá suficiente tierra de por medio como para que poco pueda importar quién sea. 

-Las cosas en este santuario están demasiado mal organizadas- dije mientras iba bajando la escalera- y me propongo a cambiar eso más ahora que ha muerto Athena, vayamos a preparar el equipaje y larguémonos de aquí, si todos los dorados que quedan al menos están juntos algo se podrá hacer, espero...-

No vi nada fuera de lugar.... o más bien todo como se supone tras una pelea... Confieso a Yelena. No creo que sea momento para reorganizaciones... primero hay que reconstruir lo destruido... aunque algunas perdidas sean... irremplazables. Suspiro y quedo en silencion, es obvio a que me refiero. Vamonos de aquí Digo como si alejarnos del lugar pudiera alejarnos de la tragedia