Ya habéis cumplido vuestro objetivo: ya sois caballeros. O al menos eso parece, ya que vuestra concepción de armadura dista bastante de aquellas pequeñas piezas que os han dado. Sin embargo nadie parece preocuparse ni pregunta nada... De manera que con las pequeñas piezas entre vuestras manos, Héctor os indica que le sigáis.
El hombre se va alejando del templo mientras se acerca a una de las arenas de entrenamiento.
Allí hay varias personas entrenando, todos luchando entre si, golpeando, saltando y girando. Por lo que veis, hay algunos que tienen bastante potencial, aunque hasta llegar ha vuestro nivel aún les queda... Al ver a Hércules, todos abandonan la zona central y se empiezan a sentar en las gradas, expectantes.
- Bien... - Empieza a decir colocándose en el centro del lugar. - Lo primero es que os coloquéis vuestras gemas. - Y al decir esto levanta su brazo delante hacia delante y os enseña la muñeca. Lleva puesto un brazalete de plata de unos tres o cuatro centímetros de ancho, que simula varios filamentos entrelazados entre sí.
- Una vez que lo tengáis puesto, ya os podéis transformar. Teóricamente no hace falta decir nada, ni hacer nada, ya que cada armadura está ligada a vosotros. Sin embargo, algunos caballeros preferimos decir algo, alguna frase o cántico.
Tras esto, da un par de pasos hacia atrás.
- ¡Demuestra tu fuerza! - Y levanta la muñeca derecha. - ¡Hércules!
De la arena, a los pies de Héctor, aparecen unas fauces que empiezan a ascender rapidamente, dejando a la vista la cabeza de un León. Esta empieza a subir dejando tras de sí una especie de película plateada que empieza a cubrir al hombre. Y tras un pequeño resplandor plateado, Héctor reaparece vistiendo su armadura santa.
Si ya Héctor es grande, con la armadura más, ya que le cubre todo el cuerpo. Toda la armadura parece estar formada por placas rectangulares de diferentes tamaños, colocadas de tal manera que simularan una armadura griega antigua, con un par de diferencias: lleva un gran cinturón que le cubre la zona de las abdominales, su hombrera izquierda es la cabeza de un León, mientras que la armadura que cubre su brazo derecho es más fino que el resto de la armadura. Su casco era cerrado, liso y muy sencillo, también de estilo Griego.
Sin embargo, lo más sorprendente es la gran maza de dos metros y medio que tenía apoyada sobre su hombro izquierdo.
- Bien... Os toca...
La armadura del susodicho está en proceso, para más información preguntar a Mïra.
En Armaduras os pondré las habilidades que tienen.
Las descripciones me las dejáis a mí.
Veo la demostración del santo de Hercules con atención, ya había visto el despliegue de una armadura antes pero no dejaba de asombrarme.
Cojo aire y me adelanto un par de pasos al resto de santos "novatos". Me pregunto que se sentirá al vestir uno de las armaduras, hace años que me lo pregunto pero ahora estoy apunto de descubrirlo.
Levanto el brazo en el que ajuste el brazalete y digo.
!Aulla, Lobo!
Motivo: Estilo
Tirada: 1d100
Resultado: 76(+25)=101
Añado una tirada de estilo que creo que es un buen momento...
Al decir esto, de sus pies empieza a surgir decenas y decenas de pequeños lobos grises que empiezan a colocarse en diferentes partes en su cuerpo, como los pues, espinillas, rodillas, brazos, torso y cabeza. Todo Opa es una montaña cubierta de pequeños lobos...
Hasta que se produce un resplandor, haciendo que los animales desaparezcan, dejando tras de sí una armadura de bronce.
Para más información visual, acudan a Mïra.
¡Guau! ¡Impresionante!
-¡¡¡Yo también quiero!!!- Digo enérgicamente mientras rompo filas lanzándome hacía delante.
¿Así que Ave del paraíso? También conocida como Apus. Mmmm... ¡Ya sé!
-¡Atraviesa los cielos con tus alas!- Grito a la vez que cojo impulso encogiéndome hacía abajo. Seguidamente salto haciendo unos giros mortales acrobáticos los cuales parece que llevara toda la vida ensayando. En el momento de más altura termino la invocación. -¡Ave del paraíso!-
Motivo: Estilo
Tirada: 1d100
Resultado: 96(+55)=151
Motivo: Estilo
Tirada: 1d100
Resultado: 54(+151)=205
Motivo: Acrobacias
Tirada: 1d100
Resultado: 79(+31)=110
¡Toma tirada de estilo! :)
Y acrobacias para no meterme un porrazo como la otra vez.
Vale, tu turno, Yelena...
Casiopea, constelación que guía a los marineros a encontrar el Norte. Apunta hacia la Estrella Polar... Pero, ¿cómo decía Alethia? Sí, creo que aún lo recuerdo.
- ¡Guíame con tu brillo, Casiopea!
Abro los brazos y siento cómo el collar reacciona con mis palabras.
Y Yelena no tiene estilo, así que se queda tal cual XD.
Las dos chicas del grupo parece que se ponen de acuerdo.
Mïra, al mismo tiempo que gira en el aire, su cuerpo empieza a rodearse de decenas y decenas de plumas de color rosado, que la envuelven por completo. Tras un último giro, la joven aterriza en el suelo al mismo tiempo que las plumas empiezan a desaparecer... Una bella y ligera armadura de color rosado cubre ahora las partes del cuerpo de la joven. Le cubre los pies, tiene rodilleras, cinturón, unos ligeros guanteletes y un peto con forma de corazón con sus respectivas hombreras. El conjunto lo completan una diadema que simulan un abanico de plumas, dos plumas alargadas que nacen de su espalda, junto con dos alas.
Por su parte, del colgante de Yelena empiezan a aparecer pequeñas gemas que la empiezan a rodear hasta que se colocan en diferentes puntos. Desde la base de cada uno de ellos empieza a aparecer una ligera armadura de un color azulado verdoso que la cubre practicamente todo el cuerpo. A parte de las gemas, colocadas como si fueran joyas, también tiene diferentes pulseras.
Lo dicho, para más información acudir a Mïra.
¿Artemias y Alexander? ¿Hola? ¿Estáis ahí?
Luego de la demostración de Héctor, Opa y las chicas me quedé observándo las armaduras.
Con que así es como funciona...
Toqué el pendiente que tenía en mi oreja derecha y este comenzó a brillar, para luego extender la mano hacía la derecha con la palma abierta y los dedos estirados, mientras miraba al frente y esbozaba una sonrisa, yo no iba a soltar ninguna frase de serie super sentai.
Ante el movimiento sutil de Artemias, una luz de color morado empieza a surgir del pendiente iluminando todo el cuerpo del chico. Este resplandor dura apenas un par de segundos y, cuando se desvanece, la armadura del unicornio aparece.
Tiene piezas de armadura en los mismos lugares que sus compañeros: espinillas, pies, rodilleras, cinturón, pecho y brazos. Aunque en este caso, las dos hombreras están colocadas de forma vertical en su brazo derecho, mientras que en esta mano empuña un estoque cuya base es retorcido, simulando el giro que tienen los cuernos de unicornio, aunque a medida que se acerca al extremo, este giro cesa hasta convertirse en una hoja afilada.
Lo mismo de antes, para más información, acudir a Mïra (Que sepáis que ya me ha enseñado los bocetos de todas y la del Lobo ayer ya me la enseñó terminada).
Que... Alexander está desaparecido... Desde el día 30 no se conecta... Así que vamos a seguir un poco...
- Bueno... - Empieza a decir Hércules echando una mirada a Alexander. - Ya que tenéis las armaduras puestas, os sugiero que os mováis un poco con ellas y os familiaricéis.
En ese momento, dos de los aprendices que había antes den la zona, traen un par de muñecos de combate bastante feos.
- También podéis practicar a ver si notáis algún cambio... Incluso puede que alguna de las armaduras tengan alguna habilidad de ataque especial...
Pues eso, a parte de "aprender" lo que tienen vuestras armaduras, podéis interactuar entre vosotros y esas cosas.
Esto es un muñeco de combate por si tenéis dudas:
Alexander miro su joya no estaba seguro como debería hacerlo, nunca había visto a su maestro ponerse una armadura y el primer santo que vio fue el de oro de sagitario y no recordaba mucho de lo que había pasado.
Alexander miro furtivamente a Yelena.
“unas palabras, o la simple voluntad, el zorro en distinto mitos es un embaucador como un sinónimo de sabiduría, alguien que da guía o que engaña”
Alexander se quedo pensando mientras traían los monigotes. Cuando ya sabia como tenia que hacerlo, el zorro un depredador astuto, pero el zorro que el conocía era el zorro polar blanco que se ocultaba en la nieve y esperaba.
-Congela a tu enemigo,zorro.-
Ante las palabras de de Alexander, el anillo resplandece y el cuerpo del muchacho se envuelve de una ligera capa de hielo.
La estatua de hielo permanece apenas unos segundos, tras lo cual el hielo se desquebraja dejando tras de si una armadura de un colo anaranjado. Tiene protecciones en las extremidades, como sus compañeros, aunque la principal diferencia es que la pieza del pecho le cubre la parte izquierda del cuerpo y su máscara es una diadema con la forma del rostro de un zorro.
Me quedo boquiabierto por la vistosa transformación de Mira pero rápidamente me repongo y me acerco a uno de los maniquis para golpearlo rápidamente.
Noto que mis golpes son más fuertes que antes y el muñeco se balancea notablemente con cada uno de mis golpes... sonrio y me separo.
¡Jauria de lobos! Lanzo varias patadas al aire y de cada patada parece surgir la figura de un lobo que se lanza sobre el maniqui generando una pequeña exposión.
Sonrio satisfecho y me alejo del maniqui para que pruebe el siguiente.
Observo mi armadura. Me siento segura con ella. Sin embargo, al ver el ataque de Opa me quedo pensativa. El poder de mi armadura no va en esa dirección. Al menos, hasta donde yo conozco de cuando era Alethia quien la llevaba.
- Opa... - murmuro un tanto dudosa -. ¿Puedes intentar golpearme? No demasiado fuerte, por favor.
Espero no estar haciendo una locura, pero de los presentes es al que más autocontrol sobre su fuerza le atribuyo. Y no se lo voy a pedir a Artemias ni a Alexander con el resquemos que me guardan (y encima Artemias estrenando espada).
- Permiteme Yelena...
Te dice Héctor mientras se acerca a ti.
- Veamos de qué es capaz tu armadura.
Sin miramientos, te agarra de tu pequeña cintura y te lanza con todas sus fuerzas contra uno de los muros de la zona.
Tu cuerpo impacta contra el muro, lo atraviesa y sigues por el aire hasta impactar contra una columna.
- ¿Cómo estás?
Ante tu sorpresa, no has sufrido ningún daño.
Vuelo por los aires y siento cómo choco contra algo duro, ¿una piedra? Pero no es hasta que caigo en el suelo y veo mi trayectoria cuando asimilo qué acaba de pasar.
- Estupendamete - digo un poco incrédula -. Opa, pues sí que podías dar fuerte - me autocorrijo casi riendo.
Espero no convertirme en piñata a partir de ahora. Si he sido lanzada por los aires por el santo de Hércules y sigo viva, será que algo de potencial tiene la armadura.
-¡Qué técnica más contundente has hecho Opa!- Es como si supiera lo que tenía que hacer.
--Héctor lanza a Yelena--
¿Queeeé? ¡Ha lanzado a Yelena como si fuera de papel! ¡Y esta perfecta!
-¡Ja, ja, ja! ¡Qué divertido!-
Espera… noto algo… si, es el cosmos de mi armadura. Ya no llevo puesta mi ropa, sin embargo mi armadura tiene estas piezas aquí enganchadas a mi espalda que son muy parecidas a mis cintas. Voy a coger impulso…
Me aparto unos pasos hacia detrás. Entonces cojo impulso para lanzarme. Al despegar los pies del suelo veo como mi salto me impulsa más de lo que nunca lo había hecho hasta ahora. De hecho, ya no estoy saltando, estoy quieta en el aire.
Cuando me doy cuenta de que estoy a unos 30 metros sobre el suelo me pongo un poco nerviosa.
¡Qué pequeña se ve la gente!
Pero reacciono instintivamente… ¡Mis armas han sido sustituidas por las colas de la armadura! Concentro mi cosmos en mi puño a la vez que comienzo a girar como siempre lo he hecho.
-¡Corta los cielos Pluma Afilada!- Al decirlo me detengo en seco y agarro una de mis colas la cual comienza a estirarse como si no tuviera fin, atravesando la cabeza del monigote con una puntería impecable. La pluma se había convertido en una fina vara.
Cuando termino la pluma vuelve rápidamente a su forma original.
-¡Qué bonito es todo desde aquí arriba!- Grito a mis compañeros.
Noto la nueva espada y el armadura en torno a mi cuerpo, miro como mis compañeros también lucen sus mantos de santos de Athena, Héctor agarra a Yelena y la manda a volar por los aires, miro atento y noto que no le hace nada, cuándo le dice a Opa que si la podía golpear fuerte me tenté imaginando como al instante le daba una patada en toda la cara.
Pero bueno, debía de concentrarme en entrenar y mejorar.
Llevé la empuñadura de mi espada a mi frente, tal como se saludaba en los duelos de esgrima para luego dar un paso hacía adelante aferrarme con fuerza al suelo y comenzar a lanzar estocadas, las cuales comenzaron a agarrar velocidad pareciendo que mi brazo se volvía varios y dejando al muñeco como un alfiletero.
Es mucho más liviana que mi anterior arma a pesar de ser más dura...
Podía probar mis técnicas pero preferí no hacerlo ahora, sentía que el poder que teníamos no debía ser usado en meros entrenamientos.
Yelena me dice que le pegue... me iba a negar no me gusta pegar a los compañeros asi por que si, no me siento comodo con eso cuando es Hector el que lo hace y Yelena sale bien parada a pesar de atravesar a pesar de atravesar un muro. Mira sale volando y usa otra técnica que no habia visto hasta ahora y Artemias se mueve realmente rápido con su nueva arma... realmente impresionante.
Me acerco a Yelena para comprobar que realmente esta bien.
Fue un golpe duro ¿realmente no sentiste nada? Digo recordando las tecnicas de mi propio maestro.
Estiro los brazos y doy una vuelta completa.
- En absoluto. Bueno, noté el golpe, pero no me hizo daño. Estoy perfectamente - digo mientras se lo enseño para que no crea que estoy mintiendo.
Después de un golpe así, mentir sería de locos. Aunque, de hecho, me siento cada vez mejor.
Entonces, me doy cuenta de que Mïra está revoloteando por encima de nuestras cabezas como un gorrión entusiasmado. Le señalo la escena a Opa con un gesto, aunque es dificil no verla.
- Parece que le ha cogido el truco enseguida - observo sonriendo.
Me giro entonces hacia Hector.
- Hector, ¿hay alguna forma de saber el límite de mi armadura sin que sea a golpes? Me gustaría saber cuál es la magnitud real, ahora que sé qué puede hacer.