Partida Rol por web

Me despierto en un sitio que no conozco Yelena y Mira parecen estar haiendo ruido mientras oo aun estoy adormilado, me doy cuenta de que las paredes parecen estar imbuidas por alguna especie de cosmos extraño por lo que Yelena nos advierte sobre usar nuestro cosmos.

Aun con mis musculos atenazados trato de poner a prueba las ataduras para ver si estan atadas con fuerza o nos podemos soltar.

Al despertarme noto nuestra terrible situación.

Bien Artemias, aquí estas por confiar en los demás, la próxima confías solo en tu instinto y le atraviesas el corazón a todo aquel que te de mala espina.

Suspiré sin decir nada, al menos mi estoque estaba ahí mismo y aún teníamos los cloth, sin embargo tras ver lo que pasaba y como Mira sufría solo podía intentar liberarme normalmente, aunque las cuerdas claramente estaban preparadas para esto...

Vuelves a intentar soltarte de aquellas cuerdas haciendo todo el esfuerzo que eres capaz... Tiras y tiras y tiras... Estás a punto de hacerte daño en las muñecas y las piernas cuando paras... No te has logrado soltar pero notas las cuerdas que están menos tensas. 

Mientras el grupo intenta salir de aquella situación, algunos con más suerte que otros, de pronto escuchan como alguien carraspea en la habitación.

Por un momento no pasa nada, será alguno de sus otros compañeros, pero cuando las ataduras de Mira se empieza a soltar, una voz desconocida inunda la estancia.

- Vaya... Parece que sois más diestros de lo que esperaba...

Cuando todos escucháis esto, os giráis para determinar de donde viene esa voz...

Sobre uno de los salientes donde hay una de las linternas, hay un chico. No sabéis de donde ha salido y parece que no ha hecho ningún ruido.

Se trata de un joven de unos veinte años aproximadamente. Su pelo es rojo como el fuego y posee unos preciosos ojos dorados enmarcados en unas gafas. Viste de forma juvenil, con unos auriculares colgados del cuello, una camiseta de manga corta, verde con las mangas blancas y con un símbolo de una banda de rock en la parte delantera; unos vaqueros ceñidos y unas deportivas de botín de color negro. Lleva un par de anillos de plata en varios dedos al igual que varias pulseras. 

Os mira con una expresión divertida en el rostro.

- Aunque algo ingenuos si os fiáis de la palabra de cualquier persona que se presente ante vosotros y os diga que es un caballero... Pero bueno... Ya aprenderéis... 

El chico se os queda mirando mientras mantiene esa sonrisa, aunque sobre todo se fija en los movimientos de Mira, como si estuviera esperando que se terminara de liberar. 

-¡¡¡¡¡Grrrrrrrrrrrr!!!!!-

Un fuerte gruñido mezclado con un “snap” es lo último que se oye antes de que Mïra se vaya levantando como puede, aún algo entumecida de lo que quiera que le hayan hecho.

Lleva una mano a su tela de cinturón sin dejar de mirar al tipo que se ríe de nosotros. Mientras, se acerca a Opa que para tratar de liberarlo.

Mïra emite leves gruñidos de enfado.

El hombre observa con cierta curiosidad como Mira se empieza a acercar a Opa.

- Tu tranquiiiiiiiiiiiiiiiiiiiila... No tenéis ninguna prisa... Ni que estuvierais en la base de vuestro enemigo ni nada por el estilo... 

Sigue ahí, quieto, sonriendo. 

Mira parece haberse liberado pero el enemigo sigue alli tan tranquilo... posiblemente por la proteccion que nos impide elevar nuestro cosmos. Yo puedo defenderme sin cosmos aunque dudo que pueda vencer a un caballero en esas condiciones con suerte si podre conseguir tiempo para que los demas escapen.

En cuanto Mira me libere intentare liberar a Artemias para estar todos libres lo antes posible pero sin quitar la vista del hombre misterioso.

Observo al tipo en silencio mientras Mïra libera a Opa. 

La única forma que se me ocurre de deshacer las marcas es... desde fuera de la habitación, o con mucha fuerza de voluntad. Lo poco que sé es que si están gravadas con cosmos, romperlas cancelaría su efecto. Sin embargo, me da la sensación de que es el menor de mis problemas ahora mismo. 

Me incorporo como puedo. Observo al desconocido. Me detento en si lleva alguna gema en alguna parte, una como las nuestras. ¿Quizá algo que lleve cosmos? 

Esto... Es raro...

Sabes que las runas hechas con cosmos se usan para bloquear cosmos. Sin embargo... Este tiene algo raro... Es mucho más complejo que los que has visto en otras ocasiones. En lugar de bloquear todo, lo que hace es una limitación. Solo el cosmos ligado a... ¿La caza? Hay algunos símbolos que no reconoces... 

La única forma de bloquearlo sería usando un tipo de gemas o velas especiales, con las que hacer una zona segura. Son relativamente fáciles de conseguir, aunque no tienes ninguno encima. Aunque al ser un tipo de bloqueador tan potente, seguramente esté solo en esta habitación. 

Al ser liberado por Opa me levanto y froto mis muñecas, miro mi espada mientras voy sintiendo el deseo de atravesarla en la nuca de aquel sujeto, incluso la idea se va dibujando en mi mente, pero no puedo lograrlo sin saber a lo que me expongo y mucho menos arriesgarme a hacer estallar mi cosmo.

Me quedo quieto observando, a esta altura Opa era nuestra mejor opción ya que si la habitación era lo que tenía el efecto de mitigar el cosmo, entonces el también era afectado.

Velas, unas malditas velas. Juro por mi armadura que no vuelvo a ir en una misión sin un paquete entero. ¡De las perfumadas si hace falta! 

Bueno, céntrate, Yelena. El caso es que lo más fácil es cruzar esa enorme puerta. Con que lleguemos al pasillo, tendremos armaduras. 

- Nos observas mucho, ¿pero qué quieres exactamente? ¿Realmente te crees que nos han enviado aquí porque somos poderosos o importantes dentro del Santuario? Ni siquiera parece que te interesen las armaduras. Tampoco parece que quieras matarnos porque te habría sido incluso más sencillo que atarnos de pies y manos. 

Trato de darle conversación o que se centre en mí. Quizá hasta nos cuente algo acerca de por qué nos tiene aquí retenidos si está claro que, quien haya hecho esta limitación en las paredes, es un hechicero poderoso. Mientras, los otros podrán desatar a los demás y armarse en el caso de Artemias. 

El joven, sin perder la sonrisa, observa a Artemias.

- Vaya mirada... - Y se ríe. - ¿Qué pasa? ¿Qué para que os fiéis de mí tengo que llevar una máscara y decir que soy caballero? - Su sonrisa es constante. - No creo que ese truco vuelva a funcionar con vosotros... Al menos habéis aprendido algo... - Y, poco a poco, empieza a mirar a todo el grupo. - No os fiéis de un desconocido que aparece en medio de la nada para ayudaros... Aunque eso supongo también me incluye a mí...

Su sonrisa no es de satisfacción, ni prepotencia, ni nada parecido... Sino más bien sería la forma que tiene de mirar un niño a un cachorro.

- Lo que yo crea o deje de creer, señorita. - Dice centrándose en Yelena. - Carece de importancia en este momento. Lo importante ahora... - Y echa una mirada a todos los presentes. - Es lo que vais a hacer. - Guarda un momento de silencio mientras saca un poco la lengua por la comisura de los labios y mira hacia arriba, como pensando. - Cuando vine os abrí la puerta. - Y dice señalándola. - Así que no tendréis problemas para salir de la estancia. Fuera está el arma de vuestro compañero. - Y mira a Artemias. - Mi recomendación es que vayáis por la izquierda, luego a la derecha y, una vez en el bosque, salgáis corriendo... Si las trillizas os encuentran puede ser problemático... Muy problemático... Supongo que si las encontráis una por una, no supondrán demasiados problemas para vosotros... Pero bueno... - El hombre vuelve a sonreír de oreja a oreja. - Es solo mi opinión...

Lo miro con desconfianza.

¿Quien se supone que eres tu? pregunto mientras acabo de liberar al resto sin tener muy claro aun donde estoy y tratando de desentumecer mis musculos aun atenazados por acabar de despertarme.

Osea, ¿que nos deja que nos vayamos así sin más? O nos está subestimando o las "trillizas" son peligrosas. Pero si son sus subordinadas o sus compañeras, ¿por qué arriesgarse a que las venzamos si nos las encontramos de una en una? 

No tiene el más mínimo sentido. Aun así, espero a que me desaten y a ver las reacciones de mis compañeros. 

Ante la pregunta de Opa, el desconocido le mira.

- ¿Un caballero? - Pregunta mientras sonríe y abre los ojos. - ¿Qué? ¿No cuela? ¡Me cachis! - Y chasquea los dedos como si se lamentara.