Partida Rol por web

Tras parar el ataque con mi escudo, decido que es hora de poner en marcha mi plan. Como Mïra está volando, igual puedo decirle a Opa que me lance. Total, el efecto va a ser el mismo.

Peor primero, necesito reunir suficientes fuerzas. 

Al notar que los esqueletos seguían avanzando de forma peligrosa di un salto hacía atrás para ponerme delante de Opa.

-Escucha grandote, voy a abrir una gran brecha, encárgate de los que queden en los flancos, aunque todavía hay que ver que harán las chicas-

Comencé a concentrar mi cosmo llevando el estoque hacía mi pecho mientras la constelación del unicornio aparecía detrás de mi.

-UNICORN GALLOP!!!- grité lanzándome en estoque de frente contra el enemigo.

Artemias lanza una estocada que golpea al primer esqueleto, haciéndolo saltar por los aires. 

Mi armadura me esta ayudando mucho, parece que estos esqueletos son duros pero permanecen en el suelo.

Parece que las cosas no le están yendo muy bien a Alexander. Se le están resistiendo. El resto parece que no estén en problemas.

-¡Ataquemos en área! ¡No podemos ir uno a uno!- Intento decir a los demás. -¡Yelena! ¿Como va el ataque?-

Bien, ahora que estoy situada vamos a ver de que están hechos estos huesos.

El aire se comienza arremolinándose a mi alrededor, al cual sigo con mi danza de giros. Extiendo las colas y empiezan a silbar.

-¡Yiiiihaaaa! ¡Vendaval Tornado!- 

Mïra gira sobre si misma en el aire mientras lanza su ataque, que golpea sin piedad a cinco esqueletos, los cuales caen hechos pedazos al suelo.

A pesar de las bajas, estos siguen avanzando... Los caballeros de bronce los están manteniendo a raya. Alexander sigue manteniendo su técnica, que vuelve a cristalizar a varios esqueletos, aunque muchos de ellos le siguen rodeando para atacarles, mientras sus compañeros siguen aguantando.

Alexander se prepara para recibir el ataque de los esqueletos mientras sigue avanzado para que ningún aliado caiga en su técnica.

Sin realizar ningún movimiento, de los pies de Alexander surge una barrera de hielo en la que golpean los esqueletos, sin hacer ningún daño al caballero.

El resto de compañeros logran esquivar los ataques. Yelena vuelve a alzar su escudo de luz bloqueando el impacto, mientras que Artemias hace un quiebro y esquiva un par de espadas que iban a por él. Opa no tiene tanta suerte y recibe un pequeño corte en la pierna.

Mïra por su lado, por el momento, se encuentra segura en el aire. 

Alexander sigue avanzando hacía el corazón del enemigo 
- colmillos de zorro -

La batalla continúa...

Los caballeros de bronce han logrado mantener la posición y no han dejado que los esqueletos traspasen su línea. La mayoría de ellos se encuentran intactos, ya que sus armaduras les han protegido de la mayor parte del daño, sin embargo algunos muestran pequeños rasguños o heridas.

Mientras, los caballeros de plata les echaban una mano derribando a los esqueletos que tenían cerca, aunque su objetivo principal era neutralizar a los gigantes y a los cíclopes, los cuales siguen a una distancia considerable pero siguen acercándose. Estos, al ser más grandes, les están costando un poco más a los santos de planta.

Hasta que lo veis... En el cielo... Por encima de vosotros... Una figura que irradia una gran luz dorada y blanca surca el cuelo para encontrarse con otra figura, pero esta irradia luz oscura y morada... Ambas empiezan a luchar en el aire... Sus movimientos son hipnóticos, haciendo que te cueste desviar la mirada... Aunque lo haces, cuando escuchas algo diferente en el campo de batalla...

A unos cien metros de vuestra posición, unos 50 esqueletos salen por el aire lanzados hacia un lateral... Al principio pensáis que es una nueva forma de atacar, que están intentando saltar para ganar posiciones... Hasta que os fijáis... Parece más bien como si alguien les estuviera atacando por detrás, lanzandolos por el aire... Una expresión de júbilo os invade por un momento, ¡refuerzos!

- ¡MANTENER LAS POSICIONES!

Ante el grito de vuestro maestro, el júbilo se disipa. Lo que sea que está destruyendo a los esqueletos desde la parte posterior, se está empezando a acercar...

Desde otro punto, veis como dos cíclopes son partidos por la mitad de un solo golpe... 

Entre el fragor de la batalla logras mirar a tu alrededor y ves que hay tres zonas donde los enemigos están siendo destruídos desde la parte de atrás. Y en ese momento lo notáis... Un inmenso cosmos oscuro y tenebrosos surge de esas cuatro zonas... Por un momento os dan ganas de dejar de pelear y salir corriendo... Ese cosmos parece querer devoraros... 

- Que Atenea guíe nuestros pasos...

Cuatro cosmos dorados surgen a vuestra espalda, neutralizando los sentimientos negativos que estaban provocando el cosmos oscuro... Los cuatro santos de Oro empiezan a avanzar, cada uno de ellos hacia una de las fuentes...

Y es en la distancia, cuando los veis... Después de que varios cientos de esqueletos salten por los aires... Los veis... 

Son cuatro... Todos con grandes armaduras oscuras...

El que está delante del santo de Sagitario tiene una gran armadura en la que, a su espalda, sobresalen lo que podrían parecer dos grandes alas que parecen ataudes, al igual que en sus antebrazos.

- ¡DISPARO DE LUZ! - Grita el santo al mismo tiempo que, desde su arco, surgen varias flechas blancas que van hacia su enemigo. Este, cierra los brazos sobre el pecho y, las parte de armadura que tiene en los antebrazos, se unen formando un gran escudo que le protege del impacto.

Tras esto, las cosas que tiene a su espalda se extienden y alza el vuelo, seguido por el santo de sagitario.

- ¡LEVANTAMIENTO OSCURO! - Grita la mujer, haciendo que frente a ella empiecen a surgir decenas y decenas de Zombis. 

Su adversario también parece una mujer. Su armadura es mucho más ligera en comparación a sus compañeros y, al extender los brazos, de ellos empiezan a surgir decenas de proyectiles oscuros que empiezan a impactar contra los zombis.

- ¡Penetra! - Dice la mujer cogiendo la cola de su diadema y transformándola en dos largos látigos. - ¡ANTARES!

La santa se pone de lado al mismo tiempo que los látigos parecen replegarse, para a continuación echarse hacia delante haciendo que lo látigos se extiéndan de golpe acabando con todos los esqueletos que encuentra a su paso... Hasta que se detienen por el enemigo. Este lleva una espada en cada mano y tiene ambas cruzadas bloqueando el ataque de EScorpio. Su armadura está llena de vértices y puntas afiladas, así como posee dos grandes alas que, cuyas plumas son largas, rectas y afiladas. 

- ¡Protege! - El santo de aries abre las manos y poco a poco se empieza a elevar. Su adversario es un gran hombre cuya armadura está llena de afiladas curvas que, por el momento, parece más centrado en destruir a sus propios esqueletos. 

Y de esta forma, mientras la batalla continúa, los santos de Bronce siguen defendiendo su posición para evitar que los esqueletos pasen...

- ¡Solo un poco más, Mïra! - grito mientras acumulo un poco más de cosmos. 

Por qué poco no puedo aún hacer nada. 

La pelea parecía ir a más pero nosotros solo podemos hacer nuestra parte por ahora solo puedo seguir golpeando esqueletos y esperar que el resto haga tambien su parte.

No podemos permitir que nos sobrepasen. Digo a los que estan cerca atacando al más cercano con todo

Yelena sigue acumulando cosmos para preparar su técnica devastadora.

Mientras tanto, Opa sigue manteniendo la posición atacando a los esqueletos que tiene más cerca, destrozando a uno de ellos de una potente patada. 

Me estaba cansando de esto, no podíamos hacer nada para ayudar a los santos de oro y plata más que mantener a raya a los esqueletos, además las habilidades que habíamos aprendido no era tan efectivas como pensaba, tendría que ponerme a perfeccionarlas más adelante.

Me desplacé con una estocada directa a un esqueleto cercano a Opa a fin de ponerme a su lado para seguir manteniendo a raya la amenaza.