Partida Rol por web

Ralek empieza a andar deprisa sacando a Uriel y Rhanko del corredor, al salir encontráis un montón de gente, soldados, campesinos, están andando por el lugar cada uno ocupado con su tarea, todavía quedan unas 4 horas para que se haga de noche y cada uno se recoja en su casa. El castillo está defendido por una muralla que lo rodea y está situado en la cima de una loma que lo alza a unos 50 mtr de Neylimb lo que hace que su vista sea majestuosa desde fuera de la ciudad. Bajáis por la loma entre soldados y caballos que suben al castillo. Una vez abajo miráis hacia arriba y comprobáis lo suntuoso y fascinante que es realmente el castillo. El pueblo de Neylimb se abre a vuestros pies pero Ralek curiosamente no os interna en el pueblo sino que se dirige hacia las afueras, después de andar un rato largo y de tomar algunos atajos, os internáis por calles pobres, llenas de inmundicias y de gente pidiendo limosna, es curioso ver las dos caras de la moneda en una ciudad, por un lado riquezas y por el otro la pobreza más absoluta. Al cabo de un rato andando Ralek se para -Esa es la casa de Borlán-.Os dice mientras señala una casa, alta, solitaria (no hay casas alrededor), madera negra, parece que se va a derrumbar de un momento a otro; después se queda parado mirándoos muy fijamente, como esperando algo.

--Gracias, toma, esto es para ti- digo mientras le lanzo una moneda de plata al chaval.Luego inspiro hondo y avanzo con decisión a la casa y llamo a la puerta 3 veces.

Voy mirando y observando todo a mi alrededor a medida que nos vamos moviendo. Procurando no llamar la atención en ningún momento. Vamos bajando por la loma hacia las afueras de la ciudad. Soldados montados en sus caballos. Arqueros, espadachines, guardias reales. Todos con sus armaduras y armas preparados y listos para cabalgar hasta un solo final. La batalla final. La muerte. El más dulce y placentero sentimiento. Igualmente mi mirada hacia todo esto es de desprecio y soberbia. Podría cargarme a cientos de estos soldaditos nobles y reales con solo una estocada. Pero igualmente no puedo esperar a pelear junto a ellos y poder demostrar que no estoy equivocado. Sus potenciales son muy limitados.

Finalmente llegamos a la casa de Bortán. Es de una madera negra. Negra como la brea. Pareciera que se hubiese incendiado hace años. Pareciera que con un simple soplido del viento podría destrozar la casa con facilidad. Muy frágil. Se huele un olor no muy agradable. No puedo dar cuenta si proviene de la casa o del barrio humilde que hemos dejado atrás. Un barrio sencillo y agradable. Inmerso en una absoluta pobreza. Los contrastes son terriblemente evidentes. Dentro de la ciudad y su centro, riquezas, joyas, nobles, familias reales con sus siervos, casas inmensas con 2 o hasta 3 pisos, niños jugando contentos y felices por sus fortunas sin ninguna preocupación. Saben que tendrán comida caliente a la hora de sus cenas. Fuera de Neylimb y en la periferia, gente mal vestida y con harapos, pidiendo limosna, enferma. Terrible vivir en esas condiciones. Pero a pesar de todo eso me siento identificado. Me vienen recuerdos de mi aldea. Mi mente otra vez se inunda de dolorosas imágenes. Mi padre, mi madre, mis hermanos. Ya no los volveré a ver nunca más. Sacudo la cabeza para dejar escapar estos terribles tormentos. Otra vez rápidamente dejo que mi mente se anestesie con esa energía radiante y poderosa que emana del cuerpo y alma de Azshara. Espero que se encuentre bien en este momento. Por favor Dios mio...es la única persona en este mundo que me llena de felicidad y de vida sin que eso signifique estar en el campo de batalla. No podré soportar otra pérdida. Si fuese así te ofrezco mi vida a cambio. Protegelaaa...

Cuando mis ojos dejan entrar hasta mi mente ciertas imágenes mis plegarias se interrumpen. Observo la bondad de Uriel para con Ralek. Veo que el pequeño le ha dado un mínima recompensa por su favor. No me ha parecido adecuada la actitud del bribón de pararse frente a nosotros a pedir sus monedas. Pequeño insolente. Evidentemente no sabe que está parado frente a un guerrero que a lo único que le teme es a no poder degustar el sabor agrio de la sangre de sus enemigos nunca más. Si hubiese sido yo el mas cercano a Ralek le hubiera dado un escarmiento...jejeje.

Escucho los suaves golpes que el huesudo puño de Uriel provoca contra la dura madera de la puerta de la casa de Bortán. Un silencio inmenso inunda todo alrededor. Un silencio húmedo y pesado. Se puede escuchar a kilómetros de aquí. Esto no me gusta nada. - Pequeño, ponte detrás de mí. De esa puerta podría aparecer cualquier cosa - Al decir estas palabras me acerco hasta ponerme junto a Uriel. 

Miro a Rhanko y suelto un suspiro y retrocedo hasta quedarme a su lado, espero un rato a ver si nos abre, sin duda tarda mucho, asi que comienzo a plantearme la idea de que no esta.

---Parece que Borlán no esta ahora mismo...-le digo a Rhanko-...que raro...

Echo un vistazo  con suma atención  a mi alrededor en busca de alguna cosa rara y luego se lo echo a la casa por si veo luces encendidas.

La casa tiene 3 o 4 ventanas laterales, pero están cerradas a cal y canto por una contraventana de madera. De repente una ventana del piso de arriba se abre sobre vuestras cabezas y una figura encapuchada asoma la cabeza por la ventana.

-¿Quién es, quién osa molestarme?.-Les digo con voz lenta, seria e intimidante a la gente que veo bajo mi ventana.

Miro hacia arriba para que vea mi cara,ya no habia vuelta atras...

---Soy Uriel, Bortán, creo que me recordaras del grupo de aventureros he venido para habalr contigo en privado- digo con voz seria y firme, mis ojos reflejan una absoluta determinación y decisión.

Miro hacia abajo al chico.-Si, te recuerdo. ¿En privado, acerca de que quieres hablarme, y ese mastodonte también quiere hablar en privado conmigo?.- Hablo de forma lenta, cadenciosa. Me gusta medir las palabras que digo.

Entrecierro los ojos tratando de buscar las palabras adecuadas

--- Es sobre el estraño comportamiento de cierta persona frente a otra- dijo  eligiendo con cuidado las palabras, observo su reacción a ver si a captado la indirecta.- Mi compañero esta de acompañante y vigilando la casa.

-¿Es que tu compañero no sabe hablar;  tú grandullón,  a que has venido?.-Le pregunto a hombre grande.

Después de los malos modales y feas actitudes para con el pequeño y conmigo ya había tomado una decisión. Definitivamente entraré a esta casa a escuchar las tonterías de este mal hombre. Si el pequeño tiene un asusto privado mejor que se acostumbre a compartir sus asuntos privados, y mas conmigo.

Al oír las insolentes y provocadoras palabras de Bortán me inclino hacia el pequeño y le susurro con tono terminante y decidido - Entraré contigo a la casa - vuelvo a dirigir mi mirada hacia arriba en dirección a la ventana por donde se asoma el encapuchado.

Mi sangre comienza a hervir. Los pelos de mis brazos empiezan a erizarse. Mis pupilas se dilatan hasta hacer mi mirada completamente negra. La sangre fluye por lo blanco de mis ojos por pequeñas venas. Mis dientes comienzan a ejercer presión unos con otros y producir un suave pero molesto ruido. Los pequeños y poderosos músculos de mi mandibula empiezan a entumecerse. Por favor, tranquilízate. No sabes quién ni cuantos pueden estar dentro de la casa. Mantén la calma. Sin duda, tenía ganas de degollar al insolente y atrevido de Bortán. Mi espada está sedienta de sangre y sabía que esta era una oportunidad única para tirar la puerta abajo y cortar el cuello de aquél miserable. Pero también sabía que debía mantener la calma a pesar de todo.

Ocupo mis pulmones de aire inhalando la mayor cantidad posible hasta sentir que pueden explotar. Esto sin duda ayuda a tranquilizarme. Exhalo lentamente. Levanto la vista otra vez hasta que tiene como destino los ojos de Bortán. Sé que tengo que escoger sabiamente mis próximas palabras. De pronto abro la boca y dejo escapar unas pocas frases a modo de sarcasmo con los dientes aún apretados - He venido a hablar con una persona que según dicen por ahí es misteriosa, peligrosa, temible y no es de tener amistades. Nos han dicho que vive justo en esta casa. La has visto por aquí hablador??? - termino en un tono provocativo y desafiante pero ya totalmente calmado - Nunca te han dicho que hablas de más? -

Sacudo la cabeza ante la testarudez de Rhanko, aunque él puede ver que una sonrisa se ha dibujado en mi cara.

---Tozudo como una mula...- digo sonriendo.- Puede que asi sea mejor...

Despues me giro hacia Bortán.

---¿Vas a dejarnos entrar o nos pasamos  toda la tarde/noche  hablando  en esta posición?- digo tratando de acortar el asunto lo antes posible, al parecer Rhanko parecia estar a punto de  derribar la puerta y matar al hombre.

Sonrio ante la respuesta del guerrero. -Muy bien, pasad-, digo al tiempo que hago un gesto rápido con la mano haciendo que la puerta se abra con rapidez soltando una nube de polvo.

Pasais a la casa, la puerta vuelve a cerrarse de golpe tras de vosotros, el interior es todavía más oscuro que el exterior, todas las ventanas están cerradas y un olor a moho y libro viejo inunda la habitación. Los libros se amontonan por todas partes, por estanterías semiderruidas, por el suelo, amontonados en las mesas, algunos incluso con una vela encima. Al fondo de la habitación un atril elegante de madera sostiene un libro enorme de páginas ajadas. En el interior no se oye ningún sonido de la calle, es como si la estáncia estuviera insonorizada. Oís pasos que descienden de la estancia de arriba al llegar abajo se paran. Bortán aparece misterioso por la puerta, hace un gesto con la mano y una de las ventanas de abre dejando entrar un caño de luz en la estancia.

-Y bien, ¿que quereis?-Les pregunto al chico y al guerrero mirándoles fijamente.

Entro en la casa aunque no me siento tranquilo tanto de aparentarlo. Observo con cierto interes el lugar tratando  de hacerme una idea de con quien vamos a tratar, los pasos nos indica que nuestro anfitrión ya esta ahi. Cuando hace la pregunta respiro tratando de mantener la calma. y SIn previo aviso le señalo a él.

--- El asunto eres tu, segun he oido eres una persona insociable que no muestra interes por nada ni por nadie, sin embargo cuando te conocimos mostrastes un cierto interes por mi, no hubiese sospechado de ti si hubieses prestado mas atención a Delian, que es un clerigo como tu. Pero fui yo quien te llamo la atención ¿ por que? ¿ Que hay de mi que te interese tanto?

Al abrirse la puerta principal con un solo movimiento de sus manos inmediatamente doy cuenta que estamos frente a un hechicero. Será mejor que mantengas la calma y escuches todas y cada una de la palabras que dice Bortán. Tendrás que actuar con inteligencia ya que frente a ti hay un experto en artes oscuras y mágicas difícilmente de poder contrarrestarlas.   Pero de seguir con esas actitudes y soberbias y ese comportamiento miserable no dudaré en separar su cabeza de su cuerpo.

Ya estamos dentro de la casa. Mi garganta se cierra por el olor a humedad. Un olor a rancio. Un olor a libro viejo típico de hojas amarillas y gastadas. Mis pulmones no lo resisten y dan cuenta de la falta de aire - Ccoofff ccooffff...ccaaaooogghfff CCAAAGGGHHRRR - toso fuertemente para librar la sensación de ahogamiento llevando mi mano derecha en forma de puño hasta mi boca. El sonido retumba en la amplia habitación en forma de un gran timbal e interrumpe el silencio misterioso. El piso cruje y los muebles viejos y desteñidos parecieran hablar tras nuestras pisadas. Muchos libros. Mas libros apilados desordenadamente por doquier. Encima de los muebles. Algunos con velas en sus tapas, que hace que la habitación se manche con una luz apenas tenue. Sobre el piso montones. Es difícil sortear las enormes pilas de libros sobre el suelo en esta amplia y oscura habitación. En cualquier momento podría tropezar con una pila. Voy mirando atentamente hacia el piso para evitar patear algún libro. Voy intentando caminar lentamente por el sendero hecho con las enormes pilas de libros.

Escucho unos pasos que bajan por la escalera al final de esta amplia habitación. Delante nuestro esta parado el brujo. Inmóvil y tieso cual estatua. Su misteriosa y oscura figura es sin duda imponente. Es bastante mas alto que el pequeño de Uriel. Yo si fuese el ladroncillo estaría asustado. Al fondo de la habitación se ve un libro gordo y bastante mas grande que el resto de los cientos de libros que descansan en este lugar. Sin dudas ese parece ser el mas importante. Apoyado sobre un pie de madera oscura trabajada a mano. Ese libro llama poderosamente mi atención.

Escucho la conversación que mantiene el mago y Uriel. Sigo mirando fijamente aquel libro.

Miro al joven Uriel de arriba abajo.-No se que te ha hecho pensar que has llamado mi atención en modo alguno. Eres tú el que ha venido a verme a mí, así que responde o sal por donde has venido. ¿Que buscas de mi?-

Las provocadoras e insinuantes palabras del brujo hacen que me distraiga de mi contemplación hacia aquel libro. Oigo en su tono una provocación amenazadora y no me quedo callado. Dudo que el pequeño sepa manejar estas situaciones. Antes que Uriel pudiese decir algo me adelanto al hechicero en un tono firme tratando de interrumpir su discurso - Detente ahí hacedor de la magia. Nosotros vinimos porque nos lo ha dicho Mindeb. Asique si tienes algo que decir o algo que darnos que nos pueda servir, hazlo ahora mismo. Ni tu ni este lugar me agradan y no me apetecería permanecer mas tiempo que el necesario. Hemos venido para ayudar al rey y a esta ciudad. He sido claro?? - lanzo una mirada directamente a sus ojos como intentando adivinar sus próximas palabras.

Miro a Bortán a los ojos cuando dice eso por si veo algun  gesto raro.

--- Muchas cosas  me han hecho pensar eso, Mindeb me dijo que no es normal que estes tan pendiente de nadie, dice que siempres vas a tu bola y que no prestas atención a tus compañeros. He venido ha averiguar por que tanto interes por mi-digo cada vez mas nervioso, quizas no haya sido buena idea venir.