Partida Rol por web

El Precio del Coraje

La Torre Perdida de Wayreth

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05/08/2017, 17:41

Final de la campaña:

Aquí deberías ver un poster de epic win

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06/08/2017, 09:34
Strawdog

Pero la duda me corroe... ¿Qué ha sido de Elijayes, badass of Krynn?

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06/08/2017, 16:00

Ahora que su esbirro Escarcha ha caído, se divertirá creando nuevos dioses en Krynn para volver a meter a aventureros en peligro, solo por diversión. Decidme cual fake card de Chuck Norris preferís que modifique para poner a Elijahyess en su lugar:

Carta 1

Carta 2

Carta 3

Por cierto, el master no nos ha contado que pasa con los elfos enfermos, ¿se curan al final? Que de eso iba la campaña al principio.

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10/08/2017, 10:39
Fede Tindalo

Yo no tuve la suerte de conocerlo pero según me cuentan, yo votaría por la carta dorada del centro.

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18/08/2017, 17:20
Caelestis

Estoy muy hypeado con D&D5a, creo que puede ser la mejor edición del juego... Sólo falta que solucionen el tema de la injugabilidad a niveles altos, pero para eso queda mucho...

Hablando de este tema, mi planteamiento es comenzar la campaña de Curse of Strahd en octubre. Sé que algunos estáis cansados de d20, que no queréis una campaña larga, etc. A esos escépticos os comento varias cosas:

- D&D 5a revoluciona un poco el D20, dotando a la creación del PJ con trasfondos y haciéndolos más profundos.

- En D&D 5a los combates se han simplificado bastante y, a pesar de que a niveles altos puede ser un problema, la campaña sólo llega a nivel 10.

- La temática es poco convencional, tirando más hacia aquelarre, MdT ó Cthulhu...

- La campaña tiene unas 250 páginas por lo que calculo que a un ritmo normal no tardaremos más de 6 meses.

- No pienso jugar cada semana, como máximo haré una sesión cada dos semanas por lo que nos restará tiempo para jugar a otras cosas.

- Mi compromiso es que los pjs estén muy integrados en la trama y que se tenga en cuenta su trasfondo y que sean el foco principal de la aventura.

- Lo más importante: quiero que participéis todos porque me he acostumbrado a este grupo y, aunque venga Jose ó Ángel, considero que vosotros sois mi núcleo básico rolero y os necesito para sentirme cómodo con esto.

Queda parte de agosto y todo septiembre para ir preparando todo y que toméis una decisión. En cualquier caso, hay una aventura introductoria a la campaña que me gustaría que todos probaseis.

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18/08/2017, 21:22

Mañana podemos hablarlo. Junto con opiniones de Juego de tronos, ¡sí! xD Yo estoy viendo ahora Roma y voy a decirlo: es Juego de tronos bien hecho, con sus fallos, sí, pero con muchísimos más aciertos. Me asquea pensar que Roma se canceló por estar adelantada a su tiempo y Juego de tronos se lleva toda la popularidad...

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19/08/2017, 14:23
Caelestis

Espero a añadir todos los resúmenes y algún que otro pj para dar por finalizada esta partida.

Mientras tanto voy a abrir la nueva.

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19/08/2017, 14:53

Me falta la conversación con el enano fantasma y la aparición de Viktor, cuando mi personaje huyó y yo me eché un rato a descansar, para terminar el último resumen.

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19/08/2017, 18:43
Caelestis

Escena III – En las Greytowers

Un silencio notable os rodea, a diferencia del estruendo de la tempestad reciente. Dentro de esa quietud la figura de un enano con el pelo y la barba plateados blancos aparece ante vosotros, bien abrigado. Aunque no os reconoce inmediatamente, está claro que sabe que habéis estado aquí por algún tiempo.

"Y he aquí, sobre los fríos vientos de la historia", dice, con voz baja y apagada como si fuera el sonido de runas talladas en la piedra, "viene un dragón, ese ancestral instrumento de Caos, que en toda su vehemente gloria nunca robó una mirada como esa a los dioses ni los envidió. ¡Ay de los que estánen su camino! O aflijan al dragón, porque su camino está bloqueado de nuevo."

El enano se detiene por un momento, luego mira vuestro camino. "¿Cuál es vuestra opinión?"

 

Aparece Viktor

Las facciones enanas de Dolmen dibujan una sonrisa mientras se prepara para otra exhibición de su poder. Sin embargo, antes de que complete su siguiente hechizo, una incesante nube de oscuridad inunda la escena. Emergiendo con un rugido de las sombras apaerece la figura del astrólogo ergothiano, Viktor Chiaroscuro. Su propia expresión es lívida."¡Detén esto!", Exclama el astrólogo. -"¡Ahora lo recuerdo todo, Dolmen Scalecarver! Recuerdo quién soy ... quiénes somos. Todos los dragones con cuyas vidas traficaste, para que los Supremos ganaran fuerza. Todos los dragones cuyas almas fueron robadas para que los Supremos pudieran gobernar. Pero el tiempo de los Dragones Supremos ha llegado a su fin, y aquí estamos, esas almas perdidas, liberadas pero incapaces de alcanzar el descanso por tu culpa, un ladrón, un traidor para este mundo y para su magia endémica."

Notas de juego

Te basta con esto?

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19/08/2017, 19:21
Sólo para el director

Si, repaso errores y mañana posteo el resumen del final.

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19/08/2017, 19:26
Fede Tindalo

Mientras tanto, en un universo paralelo, Karzog continúa sus aventuras

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19/08/2017, 20:12

Hostia, has incluido en la imagen el nuevo evento chungo que los guionistas de Dragonlance se han inventando para la ambientación 10 minutos después del final de Escarcha...

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20/08/2017, 16:49
Fede Tindalo

Postal desde Ogrimmar

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21/08/2017, 14:51
Caelestis

Fin de la crítica.

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21/08/2017, 17:40

¡Yujú, vuelve la polémica sobre las nuevas Star wars de Disney! :)

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22/08/2017, 23:32
Sólo para el director

Resumen final. Lo he buscado hasta el final pero no he encontrado el nombre del capitán del barco que nos acompañaba (en el texto Capitán X...) ni del dragón verde. Una duda importante es cual era la tercera facción que nos acompañaba: los marines mercantes ergocianos o los caballeros solámnicos, yo he puesto estos últimos.
Y el final esta medio abierto, como tú lo dejaste: no sabemos que ha pasado con los elfos enfermos, cuanto daño han hecho los allomanyadependientes y los leales a Escarcha, qué pasa con lady Jennetta...
En fin, te toca corregir a saco antes de publicar.
 

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El grupo acudió con premura a Lyim, y este hizo amago de volver a tratarles con cierto aire de superioridad y burla, aunque dado lo grave del asunto no tuvo más que ceder y explicar su teoría sobre el lugar al que se refería la profecía de Rasca: Rimeberg, la base congelada de Escarcha, se dirigía hacia la antaño esplendorosa Palanthas, donde el dragón supremo esperaba alcanzar su cenit de poder místico y acabar con toda vida en Krynn. Aquello les sonó razonable a los héroes y a Gilthanas: era el momento de hacer preparaciones para la batalla que no podían evitar. Hablaron con Garra, el dragón de bronce de Bastión, para pedirle su ayuda en la batalla, cosa que obtuvieron, y vendaron los ojos y taparon los oídos a Gilthanas, para que les acompañara sin que Escarcha tuviera acceso a sus sentidos. Después, se teleportaron a Kalaman, solo para observar los cuerpos de lady Jennetta y sus seguidores, asesinados a manos de una facción de los llamados dragones plateados, un numeroso grupo de partidarios de Escarcha que asomaban por todo Absalom ahora que el dragón supremo esta próximo a su victoria. Tarkdurin resucitó a lady Jennetta, que confundida, pidió volver a su estado de muerta, uniéndose a sus seguidores en su destino, mas los héroes la convencieron de que se trataba de una resurrección temporal, para que les ayudara en esos momentos de crisis para Kalaman y para todo ser viviente en la tierra, y que podría volver con sus seguidores una vez el mundo estuviera a salvo. Lady Jennetta aceptó ese razonamiento, prometió imponer control sobre Kalaman y luchar contra los dragones plateados, y les informó de un hecho muy importante: la tabla que les había entregado también servía para comunicarse con otras facciones, a los que la sacerdotisa también había entregado el mismo objeto. El grupo sacó su tabla con rastros de hielo temerosos de que no funcionara, pero lo hizo, y así pudo comunicarse con la Legión de acero, con Gwyneth de los Tigres de latón y con los Caballeros de Solamnia, que respondieron a su llamada y con quienes establecieron un punto de reunión. También intentaron convocar a la Marina mercante ergociana, pero no recibieron respuesta. Antes de marchar, Lady Jennetta vio emocionada a Gilthanas, fijándose en como seguía su sufrimiento aún ajeno a su presencia y a todo lo que sucedía a su alrededor, y lamentó que así tuviera que ser su último encuentro. Por último, los héroes se teleportaron hasta el gran dragón verde, a quién habían tenido como aliado recientemente, pero aún con todo en juego esta vez, sin un incentivo particular, se negó a ayudarles.

Así, se teleportaron nuevamente hasta el punto de encuentro que habían establecido, donde Ralph aprovechó para, mediante un hechizo, convertirse en elfo kalanesti, capaz de llamar a los dragones a 100 millas a la redonda en su auxilio para luchar por él gracias al cuerno mágico, aunque luego volvió inmediatamente a su raza. Sus aliados traían buenas y malas noticias: por un lado el paradero de Rimeberg parecía localizado, pues una enorme tormenta se dirigía por el mar hacia Palanthas. No parecía ni mucho menos natural e incluso amenazaba con crear un remolino en el agua como lo habían creado anteriores eventos catastróficos en el mundo. Por otro lado, la población que en algún momento de su vida había probado la allomanya (entre ellos, Magus) estaba comenzando a enloquecer. Gwyneth tomó la palabra: los héroes junto con Gilthanas debían partir hacia el Rimeberg para detener a Escarcha, mientras todos los ejércitos allí presentes lucharían para que su viaje no fuera en vano y cuando volvieran del Rimeberg (si es que lo hacían) quedara algo que justificara haber luchado por ello: tenían que controlar la locura de la allomanya y los ataques de los dragones plateados empezaban a causar importantes daños. La Legión de acero, los Tigres de latón y los Caballeros solámnicos se distribuirían por todo el mundo y mitigarían los daños de aquel monumental revuelo, además de luchar contra los aliados que ya poseía abiertamente Escarcha antes de que la situación explotase. Un conocido de los anteriores héroes se adelantó entonces: el capitán X dijo que irían hasta el iceberg en un barco tripulado por él, y partirían sin tardar. Los héroes se despidieron de las facciones, sabiendo que era probable que no volvieran a verlos más, y se teleportaron por última vez a un muelle cercano al lugar actual del Rimeberg, pues la fortaleza de Escarcha estaba protegido contra la magia de ese tipo, dónde el capitán cogió un barco a su gusto en aquel caos imperante y se dispuso a tripular un último viaje.

Magus seguía pendiente de Gilthanas, guiándolo dado que estaba ciego y sordo, y también por advertencia del propio elfo: si se separaba de él, su magia perdería mucho poder. Aquel pacto empezó a complicarse cuando el navío entró en las mareas provocadas por la tormenta, que como un huracán movían toda la embarcación y ocultaba su destino. No bastaba con la maestría del capitán X para poder entrar en aquel lugar, Magus había preparado y lanzado un hechizo para calmar el tiempo y aun con éxito no pudo detener del todo la tormenta, solo minimizar sus efectos, haciendo el viaje todavía peligroso. Llegado un punto, el barco mostró síntomas evidentes de no poder soportar el temporal y su madera empezó a quebrarse, dejándose parte de su cubierta mientras seguía avanzando; por suerte, no era en vano: ya se avistaba el ojo del huracán, y con ello el iceberg donde se hallaba Rimeberg. Los últimos cien metros fueron solo cuestión de empuje, con toda la tripulación agarrada y tragando agua salada. El viaje llegó a su fin y también la vida del capitán, que había muerto de pie manteniendo firme el timón hacia el iceberg; no obstante, el choque contra el hielo fue muy fuerte y los héroes (y más aún Gilthanas) tuvieron la suficiente pericia y suerte como para mantenerse a flote el tiempo suficiente hasta que Ralph puedo ir tocando a cada uno de ellos dándole mágicamente la capacidad de volar temporalmente, y pudieron subir al fin al iceberg, dejando atrás los restos de un naufragio.

El hielo que ocultaba el Rimeberg tenía una temperatura demasiado baja incluso para sus características habituales, así que la resistencia a los elementos que había conjurado Magus no era del todo eficaz y sufrían un frío considerable mientras avanzaban. De repente, una gran figura aterrizó ante ellos: ¡ni más ni menos que Escarcha! El grupo se dispuso para luchar en aquellas condiciones extremas, aunque Tarkdurin vio algo extraño en aquel enemigo: intentó gritar que se trataba de una ilusión, pero para sus compañeros eran difícil de creer y se lanzaron a por todas. Lo cierto es que sí era una ilusión, pero bastante poderosa, y minó parte de las energías del grupo antes de caer y desvanecerse. Visto tan cerca el triunfo, aquello resultó un golpe moral, pero obviamente no podían retroceder, ni por sus motivaciones ni porque ya no había forma de salir del iceberg. Siguieron caminando hasta llegar a un enorme agujero que se adentraba al interior del hielo. Al intentar entrar volando, descubrieron que la gravedad cambiaba en aquella zona para que pudieran bajar andando por la pared. Comenzaron a internarse en el iceberg, sin saber si estaban cruzando ya las murallas de Rimeberg o no. Tras un par de horas, repentinamente el suelo se movió y un enorme gusano de hielo atacó al equipo. El enemigo empezó fuerte, poniendo en dificultades a los luchadores e incluso tragándose a Murgo, que empezó a tajar en el interior de la criatura sin muchas esperanzas. Por suerte, el resto del grupo pudo matar a la bestia y el enano fue rescatado. Siguieron adelante otra hora hasta llegar a un extraño montículo. Un inesperado silencio rodeó al grupo, inmerso en la tempestad de fondo incluso a tan bajo fondo: la figura de un enano con el pelo y la barba plateados apareció ante ellos sobre el montículo, bien abrigado. Empezó a hablar: "Y he aquí, sobre los fríos vientos de la historia", dijo, con voz baja y apagada como si fuera el sonido de runas talladas en la piedra, "viene un dragón, ese ancestral instrumento de Caos, que en toda su vehemente gloria nunca robó una mirada como esa a los dioses ni los envidió. ¡Ay de los que están en su camino! O aflijan al dragón, porque su camino está bloqueado de nuevo." Se detuvo unos instantes, antes de mirar ya sí a los héroes: "¿cuál es vuestra opinión?" Desconcertados, Murgo intentó preguntarle su nombre para saber quién era, pero eso solo hizo que el enano pasara a la ofensiva, apareciendo tres dragones blancos a su lado. A pesar de todo lo vivido, el grupo no las tenía todas consigo, e incluso Ralph huyó presa del pánico. Tan desesperada vieron la situación, que le quitaron la venda de los ojos y los tapones de los oídos a Gilthanas para que les ayudara en la batalla, pues de nada servía que Escarcha no supiera sus intenciones si morían antes de cumplirlas. Y aun así, la batalla se decantaba de parte del fantasmal enano y sus tres dragones, que anularon con rapidez a los lanzadores de conjuros y atascaron el movimiento de los atacantes mientras el enano les apoyaba libremente con magia. Una sonrisa empezaba a dibujarse en la cara del enano mientras se preparaba para causar las primeras bajas entre los héroes cuando, en medio de su conjuración, una incesante nube de oscuridad inundó el escenario: emergiendo con un rugido de las sombras apareció la figura del astrólogo ergothiano, Viktor Chiaroscuro, clamando por el fin de aquello: “¡Ahora lo recuerdo todo, Dolmen Scalecarver! Recuerdo quién soy... quiénes somos. Todos los dragones con cuyas vidas traficaste, para que los Supremos ganaran fuerza. Todos los dragones cuyas almas fueron robadas para que los Supremos pudieran gobernar. Pero el tiempo de los Dragones Supremos ha llegado a su fin, y aquí estamos, esas almas perdidas, liberadas pero incapaces de alcanzar el descanso por tu culpa, un ladrón, un traidor para este mundo y para su magia endémica”. Viktor se lanzó a por Dolmen, lo que desconcertó a los dragones y les distrajo el tiempo suficiente para que los héroes se recompusieran y lograran solventar su batalla contra los monstruos, porque del enano fantasmal tuvo que encargarse el propio Viktor. Habían triunfado una vez más, pero estaban agotados y sabían que lo más duro estaba por llegar. Las palabras de ánimo de Viktor antes de desaparecer entre humo apenas les reconfortaron, pero tras un descanso a la espera de que volviera Ralph no tuvieron más oportunidad que medrar y continuar.

Pasaron otro par de horas hasta que llegaron a un lugar diferente: no eran conscientes de ello, pero aquella intersección de tres caminos finalizaba en el auténtico Rimeberg, un iceberg congelado dentro de un iceberg. Y aunque no lo supieran, si que tenían en mente que algo debía haber en aquel lugar, puesto que los demás caminos parecían entradas similares a las que habían tomado pero desde otros puntos del gigantesco iceberg. Intentaron derribar el hielo de la estructura central a golpe de armas, pero incluso la Dragonlance se mostraba ineficaz ante aquel hielo, que regeneraba rápidamente los trozos de su capa que perdía. Al final, funcionó el conjuro Desintegrar de Ralph, pero el hielo comenzó otra vez a regenerarse y mientras entraban a toda velocidad sufrieron algo de daño por las estalactitas y estalagmitas que crecían rápidamente para unirse y cerrar el agujero. El interior estaba hueco, como sospechaban, y oscuro como una noche con luna. Unos pocos pasos evidenció una trampa: el suelo se iluminó con unos sellos mágicos y fueron sujetos de fuertes hechizos debilitantes, acompañados por dos dragones fantasmales que, apareciendo de la negrura, se lanzaron sobre ellos. Esta vez fue Murgo quién, a pesar de su dilatada experiencia con la muerte (hacía horas solamente que había escapado de las entrañas del gusano enorme de hielo) entró en pánico y retrocedió hasta la obertura, y a pesar de que ya se había cerrado lo suficiente para un humano adulto, un enano podía pasar… a costa de sufrir cortes y desgarros en su piel, quizá profundos. Pero no estaba Murgo como para pensar, mientras el resto volvió a tener una batalla al límite: Ralph y Magus habían caído en el sellado mágico y su fuerza disminuyó tanto que no podían sostenerse en pie soportando el peso de sus cuerpos, por lo que solo Tarkdurin, Karzog y Gilthanas presentaban batalla ante los espectros. Por suerte el minotauro contuvo bien a uno de los enemigos mientras el enano y el elfo detenían al otro con hechizos. Una vez el combate terminó, Tarkdurin tuvo que convocar sus poderes para restaurar la fuerza de Magus y Ralph, y el hechicero utilizó uno de sus conjuros más potentes, disyunción de Mordenkainen, para destruir los sellados y poder volver a por Murgo, usando otro Desintegrar para que volviera a entrar en el Rimeberg. Más adelante les esperaban más sellos, y Ralph siguió utilizando su conjuro para desvanecerlos. Bastante más adelante de lo que habían pensado habiendo explorado desde fuera la estructura, llegaron a una bifurcación, y decidieron ir hacia la derecha. No tardaron mucho en divisar una jaula colgada del techo reteniendo a un extraño ser y, más importante aún, una enorme torre de calaveras ante la que Gilthanas aludió enseguida: “¡Es el tótem!”. Habían llegado al fin a su objetivo… pero, por supuesto, no podían alcanzarlo sin más. 6 dragones blancos y 3 dracoliches hicieron acto de aparición por los lados, y de detrás de la torre de calaveras, emergía poco a poco la gargantuesca figura de Escarcha: “Es hora de terminar con vuestra osadía”, recitó tranquilamente antes de pasar a la acción. La diferencia de poder era abismal: Escarcha no necesitaba a sus esbirros, esquivó la Dragonlance de Murgo y no se inmutó ante la liberación del titan encerrado, que ahora lucharía contra él; activó sus tres escamas mágicas, volviendo a dejar débil físicamente a Magus y transformando a Karzog en un aliado bajo sus órdenes. Después, lanzó su aliento gélido al grupo, aunque gracias a su defensa contra el frío apenas sufrieron daño. Tarkdurin volvió a levantar a Magus y Ralph metió a Karzog en un campo de fuerza para evitar que les molestara, pero aquello estaba muy lejos de ser suficiente: un par de garrazos del dragón supremo acabaron con Murgo lanzado a distancia considerable del mismo y muerto, mientras Gilthanas suplicaba que volvieran atrás para salvar a Silvara y fue directamente hacia su perdición: sabía que podía consumir poder de Escarcha atacando el tótem directamente, pero con las protecciones mágicas de las que disponía él también perdería la vida, seguramente más rápido que su enemigo. Magus fue el encargado de marcharse sin mirar atrás hasta la bifurcación, y seguir por el otro lado hasta encontrar otra jaula en un techo con la dragona translúcida en ella: demasiadas runas de protección para los conjuros que el mago había memorizado, habiendo perdido además muchos hasta llegar allí. Sin poder hacer nada, desesperado, volvió a la carrera a la batalla. Pero cuando llegara no habría batalla que contemplar: Escarcha también había fulminado a Tarkdurin y, tras ver que Ralph se refugiaba tras un muro de fuerza, atacó a Gilthanas, al que prefería vivo para poder seguir chantajeando, pero al que no podía arriesgarse a dejarle proceder. Ralph, impotente, contemplaba los cadáveres de todos sus compañeros y a Karzog preparado para atacarle en cuanto el muro que le retenía acabase: habían fracasado y él sobrevivía unos segundos más para ser el más torturado por la situación.

Pero con la llegada de Magus, volvió a aparecer un humo en la estancia que el mago había visto hace poco: Viktor volvía a aparecer, concediendo una última oportunidad a los héroes, pues canalizó la energía de las almas de todos los dragones muertos por Escarcha para insuflar de energía a los héroes, incluso a aquellos ya caídos. “¡No permitiré que esto acabe así!”, chilló el dragón mientras se aliaba con el titan en mantener a raya a los 6 dragones blancos y los 3 dracoliches que acompañaban al dragón supremo. Recuperando su consciencia, Murgo volvió a empuñar la Dragonlance, Tarkdurin protegió al grupo de la magia de Escarcha y Karzog se liberó del control mental. Magus y Ralph también se sintieron renovados, y lanzaban hechizos de destrucción de sellos para debilitar la resistencia mágica del tótem, mientras que Gilthanas volvía a levantarse y golpear con su espada para apagar la fuerza vital del dragón a costa de la suya. Escarcha aún se mostraba confiado, aunque las tornas habían cambiado: por primera vez Murgo atravesó su cuerpo con la Dragonlance, y Gilthanas se desvivía por convertir en polvo aquellas calaveras con la ayuda de los hechizos de sus ahora compañeros, mientras Karzog cerraba el ataque a Escarcha. Sin embargo, un nuevo ataque del dragón supremo podría desestabilizar el equilibrio que habían conseguido unidos y volverían a ser presa uno a uno de su enemigo, que seguía ignorando sus posibilidades volviendo a atacar con su aliento, a pesar de no resultar demasiado efectivo a la vista. De repente, un estruendo señalizó el comienzo de la caída del tótem, presa de los golpes sin cesar del elfo, y Escarcha se vio severamente reducido en poder de un instante a otro: “¡Imposible!” exclamó, empezando a sangrar dónde había sido atravesado por la Dragonlance. Tarkdurin intentaba combatir mágicamente el deterioro de Gilthanas, pero este era inevitable, y los lanzadores de conjuros arcanos se concentraron en bombardear a Escarcha, que unido a los ataques de Murgo y Karzog (ahora que podía afectarle) derrumbaron, finalmente, al hasta momentos previos demasiado orgulloso dragón, contra todo pronóstico. No hubo tiempo de celebraciones: todo el iceberg empezó a derrumbarse con la caída de su señor y Gilthanas, casi muerto de nuevo, suplicaba por la vida de Silvara, así que los héroes corrieron a su estancia y gastaron sus últimos hechizos en destruir los sellos que defendían su jaula. Cuando la cogieron, no se fijaron en lo debilitada que estaba, pues no tenían tiempo: corrieron hacia la salida del Rimeberg, y siguieron corriendo después, llevando en brazos a la dragona y al elfo sin recordar que todo era inútil: no tenían barco en el que volver. Seguían corriendo cuando perdieron la consciencia…

La luz les despertó en una orilla desconocida, expulsados de una tormenta que se extinguía en la lejanía y que había hecho estragos en la costa. No podían moverse de la extenuación, no sabían si todos sus compañeros habían sobrevivido, no conocían el destino de Krynn, también en manos de los ejércitos de la Legión de acero, los Tigres de latón y los Caballeros solámnicos, en su lucha contra los dragones plateados y los corrompidos por la allomanya. Pero aquel sol sobre el cielo… prometía algo bueno. El paisaje, como sus almas, estaba destruido parcialmente, pero no parecía haber llegado el fin. Era algo en lo que querían confiar.

Cargando editor
27/08/2017, 20:30

Crom contando lo que nos ha pasado en esta campaña: https://www.youtube.com/watch?v=-rS3WzW3Kis .

Cargando editor
27/08/2017, 23:32
Strawdog

Deben ser unos munchkin de cuidao...

Cargando editor
03/09/2017, 17:29

Bueno, el último vídeo de Crom ya me exonera de seguir escuchándole. Lo único bueno que tiene es que le mola el estilo de Strawdog; todo lo demás basura, le gustan los enanos (¿y la pregunta sobre los gullys?) y odia a los elfos, dice que el peor juego de rol es L5A, hace vídeos de la historia de Warhammer como si fuera el no va más y luego dice que el anime de Death note le parece sobrevalorado (pero es muy fan de El puño de la estrella del norte)... Mi personaje de Cthulhu en la última sesión le haría sentir un dolor primario, no digo más, xD.