Partida Rol por web

-Gracias al cielo que aparecisteis cual ángel protector.-Haciendo una reverencia- Os estoy muy agradecida.-Girándose hacia el otro caballero con igual reverencia.-Y a vos también por tamaña valentía y destreza. Mi nombre es Floriana y soy la hija del caballero Perión de Chitterne.-

La primera idea de Eliott es perseguir a los bandidos y, como mínimo, acabar con uno de ellos, pero las palabras del fraile, llenas de clemencia le llegan al corazón y refrena su montura tras asegurarse que los malhechores se van para no volver.

Sea como vos queréis, Padre, que la clemencia y la misericordia también son seña de caballero dice descabalgando a su lado

¿Os encontráis bien? ¿Estáis malherido? Si lo deseáis os escoltaré hasta vuestro destino... le pregunta al fraile y, con una sonrisa, saluda a su casual compañero

Mi nombre es Eliott, y voy al torneo del Duque Sir Frederic. ¿Y vos?

-Me alegro de que ese miserable no os haya tocado ni un ápice de vuestra hermosa piel -se levantó del suelo, mirando a Floriana-. Yo soy Waldon de Berwick, hijo del difunto Sir Walten Prodmourne -hizo una tosca reverencia acompañada de un deje con la mano-. Si vuestro camino sigue la senda que lleva a Camelot, podríamos acompañaros hasta allí, si os place -miró al otro caballero allí presente-. Nunca se sabe que indeseable se esconde tras cada matorral -dedicó una mirada llena de asco al tipo que yacía en el suelo, luego volvió a mirar a la mujer con su rostro sereno-

Gallowain permanece en silencio mientras asiente a lo dicho por su nuevo compañero mientras este se encarga de asegurar que la dama no haya sufrido daño alguno. Envaina con la habilidad propia de quien lo lleva entrenado desde la niñez y desmonta con cierta rapidez y agilidad. Perro,si yo fuera ya caballero,no esperaria a Camelot si no que os ejecutaria aqui mismo - Dice mientras saca rapidamente unas cuerdas de las alforjas - ¿Las manos? Os apretare fuerte pero dios me guarde de que en ello solo deseo teneros bien atado, que las manos son despues de todo las herramientas de todo hombre. Os reconocí por vuestro escudo de armas - Asiente al escuchar el nombre y saber que sus conocimientos seguían en buen estado - Yo soy Gallowain hijo de Hebes, teneis suerte Hermano pues nuestros caminos nos llevan a la fabulosa Camelot.- Ata fuertemente las manos aunque intentando no extrujárselas al vil villano que osó atacar a la dama Espero que semejante dama se dirija con nosotros a Camelot piensa cuando ata el otro extremo de la cuerda a la silla de su caballo. Y ni se os ocurra escapar,pues he cazado mucho,aunque todavía no aun hombre y no deseo que hoy sea el primer día - Dice al Villano llevándose una mano a la empuñadura de la espada.

Me detengo al llegar frente al fraile y admiro el gesto clemente del caballero al dejar marchar a los asustados bandidos. Viendo que el fraile está a salvo, guardo de nuevo mi espada y respondo a las palabras de Eliott.

-Mi nombre es Jerrod, hermano, y comparto el mismo destino que vos, asi que sería un honor para mi continuar el camino con tan noble caballero.

El honor será pues mutuo, pues vos sois asaz valiente caballero! Veamos pues si el fraile necesita de nuestros auxilios y escolta dijo Eliott, feliz de haber encontrado semejante compañero de viaje

-Bendito sea el señor que socorre a sus hijos necesitados. No dudeis hijos mios-dice mientras os pone la mano en el hombro a cada uno-que esta es obra suya y que su divina mano os protege.-

-Más os compete mi explicación, la cual, gozaré en contar mientras nos encaminamos a Camelot, que es, mi destino.- El fraile monta en el carro, doliéndose donde más palos había recibido. 

Eliott monta de nuevo y pone a su caballo al mismo paso que el del carro del fraile

Hablad pues, buen fraile, que aquí mi nuevo amigo y yo somos todo oídos mientras os servimos de escolta ¿verdad Jerrod?

-Mi camino dio su comienzo en Sarum, de fabuloso castillo, donde el conde Sir Robert de Salisbury encomendiome la tarea de llevar un carro abierto lleno de provisiones para un viaje que han de llevar a cabo cinco caballeros. Llevando el carro a Camelot y dirigiéndome luego a la abadía, donde dejara el carro a resguardo, le avisara de mi llegada.-

Y así encaminaron los caballeros hacia Camelot. Y holgose el fraile en tan agradable compañía, que entrose la noche, acampando con buen fuego y rica comida. 

-Gran alegría me dais si acompañarme al castillo quisierais, más, ¿que mis oidos oyeron, que no sois caballeros? Pues es tan grande vuestra destreza que dudo pudiera otro caballero del reino hacer tan grande hazaña.- Recogió las riendas de su castaño y atendió la pata.-Torciose mi corcel la pata y al bajar a atenderle, ese rufián, intentome tomar por fuerza. Mas por ventura vinisteis a atenderme, pues mi madre a Camelot mandome para ser la doncella de una buena dueña, mi tía Lady Mabilda y aprender de la corte, que no hay lugar mejor que la ciudad del alto rey.- 

-Lamento lo ocurrido a vuestro corcel, pero no os apenéis Lady Floriana, mi corcel está a vuestra disposición para que llegues a Camelot. No tengo inconveniente alguno en llevar a vuestro corcel tirado por las riendas, podréis llegar a la casa de vuestra tía, Lady Mabilda, a tiempo y, lo más importante, sana y salva, custodiada y protegida -su rostro se relajó apenas un momento, dejando mostrar media sonrisa-.

Por otro lado, vuestros oídos oyeron bien, al menos por mi parte, pues aún no he sido alzado caballero. Aunque espero, sinceramente, que ese día llegue pronto. Lo mejor será partir de inmediato, aún queda un trecho para llegar a Camelot.

Waldon tendió una de sus manos a la mujer para que le entregara las riendas de su caballo, él haría el resto del camino a pie, pero todo fuera por el bienestar de la dama.

siguiendo camino la noche cae y una anciana, de ropajes sencillos, se cruza en vuestro camino.

-¿Do vais caballeros en esta hora que mal guarda al hombre?.-

La noche cae, impidiendo ver el camino, pero tal como dijo la anciana, a dos leguas encuentras una intersección en forma de Y. El de la derecha conduce a Camelot, el de la izquierda hacia el norte, adentrándose en el bosque. Diriges tu montura hacia la izquierda como indicó la anciana del sueño. Armado y al trote, continúas adentrándote en el bosque.

Waldon miró a la anciana, luego a Lady Floriana y volvió a mirar a la anciana.

-Esa misma pregunta podría haceros, my lady. Pero las noches son frías y no contaba con llegar a tan mala hora a nuestro destino. Nos dirigimos a Camelot, si eso resuelve vuestra duda y responde a vuestra pregunta. ¿Y Vos?

El castaño de Floriana no había dado mal viaje, agradecería volver a montar pero no podía decirle eso a la dama, no despues de haberse ofrecido a hacer el resto del camino a pie.

-Descansar debeis y también la dama, que no es hora de hacer camino. Allí adelante, dos caballeros y un fraile conversan delante del fuego, si se lo pedís, hospitalidad os darán, que no hay mejores caballeros.-    

Cabalgais una legua, cuando el olor de la carne asada os llena los estómagos y abre vustro apetito. Delante y un apartados del camino, podeis distinguir tres figuras humanas y otras tantas de monta junto a un carro abierto.

-Comprobemos lo que dijo la anciana, que de ser tan grandes caballeros como dijo ella, algo nos guardarán del manjar.-

-Gracias por el consejo, my lady, pero... ¿y vos? ¿no nos acompañáis? La misma hospitalidad darán a tres que a cuatro, es lo menos que puedo hacer por vuestro consejo. Insisto en que nos acompañéis.

Desvió momentáneamente el rumbo, a la espera de que la anciana se uniera a ellos en el camino hacia el par de caballeros y el fraile. Agradecería el sentarse un poco y un buen trago de vino. Pero con descansar los pies se conformaría.

-Mi trabajo concluido ha, caballero. Mas otro todavía falta que os hará gran favor con la su lanza. Nos veremos cuando el señor crea oportuno que marcheis hacia el norte ya convertidos en caballeros. Adiós.-

Holgando alegres, escuchais unas voces que hablan acercándose por el camino, advirtiendo tres corceles y tres figuras, dos montadas y una a pié.

¿Así pues os envía el conde Sir Robert? Curiosa casualidad, porque yo procedo de aquellas tierras dice contento Eliott que, escuchando gente que venía por el camino, se acercó a él para ver si eran personas de bien e invitarlas a compartir su fuego y su campamento...