Partida Rol por web

Supongo que tienes razón- susurra, en contestación- creo sir Eliott os podrá contar bien esta historia. Se le da bien esto de narrar aventuras, y nuestro pequeño encuentro, a pesar de no ser digno de ser considerada como tal, si puede entretenernos mientras comemos.

-¡¡SALVE ARTURO!!- Brinda quién acompañaba a Sir Robert. En el blasón de su túnica lleva dos llaves de plata en campo de Azur. (Tirada de Heráldica)

-Tengo que irme, asuntos requieren mi presencia. Un placer conocer a los hijos de tan esforzados caballeros... y por supuesto están invitados. Nos veremos esta noche.-

Con paso firme avanza hacia la salida, su porte y dignidad lo dicen todo, sin duda es un gran caballero.

Eliott se despide del caballero con una cortés inclinación de cabeza y sonríe ante las palabras de su camarada, y una vez el conde le da su aprobación, empieza a narrar mientras todos comen su extraño encuentro con la anciana, donde conoció a Jerrod, y cómo ambos salvaron al buen fraile que llevaba las provisiones del ataque de unos bandidos.

Después explica la llegada de Waldon y Gallowain dando escolta a Lady Floriana, y deja que sean ellos quienes narren sus peripecias hasta llegar a este punto.

Entonces el joven escudero pasa a contar la aparición del gigante, su desafío y cómo entre todos, a los que se sumó Sir Edgar llegando a la carga a caballo, acabaron con el amenazador gigante. Y lo hace de tal forma que narra lo ocurrido sin personalizar ni dar nombres, por lo que ninguno de los presentes llega a enterarse de la puntual flaqueza de Jerrod, pues Eliott cree que ni sería justo ni hay motivo alguno para abochornar al buen escudero delante del conde y sus amigos...

Y ésta es toda la historia, mi señor Conde. Hemos escoltado a la hermosa Lady Floriana hasta el castillo del Alto Rey tras que el fraile se despidiera a la entrada de Camelot y, preguntando por vos, hasta aquí hemos llegado... termina diciendo el joven, redondeando su relato con una amplia sonrisa

Manteniendome en un segundo plano tra sel brindis, escucho el relato de Eliott y me congratulo al ver cómo elude ciertos detalles. Tendré tiempo de demostrar mi valía en el futuro y no sería justo verme manchado por tan fugaz acontecimiento.

A la marcha del caballero acompañante de Sir Robert, me fijo en su escudo.

Waldon comenzó a narrar los acontecimientos donde Eliott se quedó. Contando como escuchó los gritos mientras venía de camino, azuzó a su caballo para llegar raudo ante las constantes llamadas de auxilio de la dama, y se enfrentó a 6 asaltantes para proteger la integridad de la dama. Mientras estuvo enzarzado en combate con ellos, Gallowain apareció montado en el caballo y se unió al combate. Por último, narró como le dejó su caballo a la dama y él hizo el resto del camino andando, hasta encontrarse en el campamento con el resto.

Cuando el acompañante de Sir Robert habló para despedirse, fue cuando reparó en él y en su blasón.

Edgar saludó con una inclinación de cabeza cuando el soldado se marchaba. Miró su blasón, mas no reconoció al mismo. Desde luego, su porte indicaba claramente que era un caballero de renombre. 

Luego podré preguntar quien es- pensó.

Se junto a sus compañeros para ver como Eliott contaba la historia de sus primeras hazañas,tomando con una sonrisa la copa de vino,aunque dándole sorbos bastante cortos, eso si se sirvió de buena gana asado.

Aunque ante tales vítores le da un buen sorbo gritando - ¡Viva el Rey! - Después escucha atento la historia esperando que sea Waldon quien relato lo acontecido con los villanos y la salvación de la dama.

Y de nuevo otro buen sorbo con el otro salve echo por el acompañante de Sir Robert - ¡Salve Arturo! - Nunca se perdía observar y aprender otro escudo de armas así que se fijo en especial en este para ver si recordaba de quien era.

El escudo de armas es de Sir Key, el senescal del rey. Encargado de la administración del reino en su ausencia. En definitiva él es el rey cuando Arturo no está y si dice que estais invitados es eso mismo. Dicen que es primo del rey aunque no se sabe a ciencia cierta y por supuesto uno de los primeros caballeros de la tabla redonda.

El conde bebió con avidez el resto del vino,-Si, conozco a Mabilda, una gran dueña y señora. Entonces la dama Floriana va a convertirse en una doncella- De repente comienza a reir a carcajada limpia.-POR SAN JORGE y SAN AGUSTIN muchachos, una doncella tal no debería soltarse de esa manera en Camelot. JAJAJA, habremos de organizar una cacería, JAJAJA.- 

Las palabras del conde le chocan un poco a Eliott, pues no está acostumbrado a esas franquezas y rudezas propias de algunos nobles, pero no puede evitar sonreír pícaramente

Bien podría ser que algún cazador llevara al resto alguna jornada de ventaja, habiéndose encomendado a San Judas Tadeo... y a una hermosa sonrisa!

-Siento disentir, pero no comparto vuestra visión de Floriana como si fuese un animal o una bestia, ese tipo de comentarios distan mucho del trato que una dama como ella merece -dejó de hablar para dar un trago a su vino, agarraba la copa con fuerza de más, apretando sus dedos contra ella-

No le sentaron demasiado bien esas frases de Sir Robert y de Eliott, pero nada podía hacer en su actual posición, salvo reprimirse y dejar pasar la conversación.

Eliott arqueó una ceja ante la reacción de su compañero, no por esperada menos hiriente. El escudero dejó la copa en la mesa y, tras una honda inspiración le dijo a Waldon, en tono tranquilo y nada violento

Me parece que vos y yo tenemos que hablar de cierto asunto, que supongo ya conocéis. Cuando nos levantemos de la mesa tendremos tiempo para cruzar vos y yo esas palabras, si así lo queréis, amigo mío...

Acababa de ver la reacción de Waldon y había sido la que sospechaba... En fin, tiempo tendrían de solventar el tema, si él se avenía a razones

Tras eso, la sempiterna sonrisa volvió al rostro de Eliott y trató de que cambiara rápidamente el tema de conversación...

-Oh, perdonad mi inpetu si con ello os he causado enojo, mas frenad la lengua pues sois joven que quien sabe, entendiome lo que quise decir.-

Y con los ánimos calmados y el cuerpo resuelto, se despide el conde hasta más ver, dejándoos en la taberna del candelero.

Eliott se alza para despedir al conde con una cumplida inclinación de cabeza y, una vez se ha ido, hace un gesto a sus camaradas para poder tener un aparte con Waldon

Waldon, sois joven como yo, pero me parece que aún debés aprender a distinguir entre un insulto o una grosería dedicados a una dama, las palabras que pueden pronunciar un caballero en la mesa que pueden ser o no de vuestro agrado y ser más o menos rudas pero que entran dentro de lo considerado como correcto en la corte, y por último lo que un caballero puede decir refiriéndose a una dama dentro de las reglas del fine amour, del amor cortés, regulado a la manera de trovadores y juglares...

Si alguien dijera "esa dama es una buena jaca, o una buena corza" sería una grosería y un insulto obviamente. Mas si un caballero, en medio de vino y comida exclama que tales damas son dignas de ser acosadas cual pieza de caza, puede no ser muy correcto, pero está dentro de lo permitido por las normas de la corte.

Y si un caballero, llevado por su amor o pasión, dije ser como el cazador que acecha a su presa día y noche, o como el que trepa a la alta torre para coger la más bella rosa llena de espinas... está hablando en términos poéticos, que es lo que hice yo para reencauzar la conversación, no se fuera a tornar más ruda aún...

Eliott le sonríe a su amigo, y añade, meneando la cabeza Y bien haréis en intentar aprender a diferenciar, amigo mío, porque el conde es el conde y amigo, pero un caballero desconocido podría haberse tomado muy a mal vuestras palabras y acabar todo como el rosario de la aurora...

Ahora hay otro tema del que debemos hablar, mi buen Waldon. Lady Floriana. Ya sospechaba que vos también habíais sentido por ella una cierta atracción amorosa, pero desconocía su fuerza...

Mirad, seamos sinceros. Vos fuisteis uno de los que la salvaron de sus asaltantes y, por lo tanto, la conocisteis antes que yo. Si es cierto que vuestro amor por ella es tan fuerte como parece, y tan honesto, yo daré un paso atrás sin dudarlo, pese al afecto que parece me profesa la dama, que no es propio de amigos entrar en disputa por algo así, sobre todo cuando lo que manda es el corazón.

Podemos también seguir rondándola ambos a la vez, sabiendo cada uno lo que siente el otro, y con buen ánimo para con el contrario, y que gane el corazón de la dama el mejor...

La tercera opción ni la considero, pues me niego a batirme con un amigo que ha luchado codo con codo...

Así pues, la elección es vuestra. Y sea la que fuere, estrechémosnos las manos como camaradas y amigos, y preparémonos para esa cena en el castillo del Alto Rey!

Waldon se despide del conde, más calmado tras la disculpa de este, y cuando todos se van se queda con Eliott en la mesa. Escuchó atentamente la aclaración que su camarada le hizo acerca de las palabras del conde, aunque ya se había relajado de ese malentendido, algo en su interior seguía en alerta.

-Lamento el malentendido que hayan podido ocasionar mis palabras delante del conde, pues no era esa mi intención. Sólo pretendía dar por acabada la conversación sobre la dama. Entiendo que la corte permita dichos comentarios, pero a mi me parecen fuera de lugar, aunque parece que tendré callar la próxima vez.

-Respecto a Lady Floriana, como ya habéis dicho, fui uno de los que la salvaron de los asaltantes que se encontró en el camino, mostrándose más que agradecida con ese acto, y, al igual que vos, el afecto que a mi me profesa tampoco es el de un amigo. Pero viendo que no soy el único que intenta cortejarla, no sería propio de mi deciros que abandonéis la empresa, pues ninguno sabemos cual de los dos es el elegido por el corazón de la dama.

-No tengo muchos más que añadir, Eliott. Solo que esto no interfiera en nuestra amistad recién forjada en el camino -le tendió la mano, esperando estrecharla-. Será mejor que nos vayamos a preparar para la cena con el Rey.

Tras despedirme de Sir Robert, apuro mi copa y me levanto de la mesa.

-Compañeros, nada me agrada más que vuestra compañía, pero me temo que mis huesos me piden algo de reposo tras tan largo camino. Si nadie tiene objeción, creo que debería retirarme.

El conde Sir Robert había previsto todo para vuestra llegada. Unos criados os conducen a vuestras estancias en un ala del castillo, donde más escuderos se alojan. Tras quitar el polvo de vuestros ropajes os encaminais hacia el gran salón.

Waldon rebuscó en su equipaje y, para su sorpresa, encontró unas vestiduras acorde con la situación y el acto al que asistía, aunque él pensaba que dicho ropaje no iba con él. Se vistió con una casaca verde, ribeteada con hilo. Prefería vestir simple e ir completo al campo de batalla.

El escudo de armas es de Sir Key, el senescal del rey. Encargado de la administración del reino en su ausencia. En definitiva él es el rey cuando Arturo no está y si dice que estais invitados es eso mismo. Dicen que es primo del rey aunque no se sabe a ciencia cierta y por supuesto uno de los primeros caballeros de la tabla redonda.