Partida Rol por web

Un regalo de la reina, ¿que mayor honor sería recibir de su mano un presente elegido por ella? desde luego, el torneo iba a ser realmente interesante y una prueba para poner sus habilidades. Realmente, había merecido venir hasta aquí.

Escucho las palabras de sir Robert y quedo asombrado por lo que dice- desde luego, ese caballero debe tener unas habilidades muy buenas para el combate.

Un torneo para aspirantes, era ese el motivo por el que sir Robert llamó a Camelot a Waldon. Sería una buena ocasión para demostrar las habilidades de combate que su padre tanto se empeñó en que aprendiese, pues era con ese fin.

-¿Derrotó al gigante mano a mano él solo? -cuando ellos le vencieron, estaban en superioridad numérica, por eso preguntaba si joven caballero habría vencido en solitario-. Brindo por su hazaña -dijo Waldon y luego dio un trago a la copa-

-Ah..pues se hace llamar...Lanzarote, Lanzarote del lago. ¿habeis oido hablar de él?-.

-Ultimamente ese joven se ha esforzado mucho por llamar la atención de Camelot, aunque todavía no ha venido por aquí. Desde luego valor no le falta y si le plugiere podría ser un gran caballero.-

Bien sabéis que no ha andado muy cerca de la corte como para oír hablar de tan brillante caballero, Sir Robert contesta el escudero con sinceridad aunque retrendré su nombre en mi memoria, porque alguien que es capaz de tamaña gesta, está llamado a hacer grandes cosas

Después del postre, bufones y equilibristas hicieron delicias de damas y caballeros. Acabados estos, diéronse prisa en recoger los sirvientes, pues el rey quería dar un anuncio.

-Notables caballeros, es sabido que mi esposa y reina ha organizado un torneo. Más que un torneo yo lo llamaría una prueba, una prueba de valor y caballerosidad. Debido a las recientes insurrecciones sajonas, el número de mis caballeros ha descendido menguando el apoyo y auxilio de aquellos quienes nos necesitan. Ese es el motivo de que, Lady Ginebra haya organizado esta prueba solo para escuderos, para que demuestren que su corazón merece una oportunidad.-

Un clamor llena el salón del trono, mientras Sir Frederic os guiña un ojo.

Eliott nota como su corazón se ensancha al escuchar hablar al Rey. Su voz, su porte, todo en él hacen que le parezca una figura a la que seguiría hasta el fin del mundo y más allá si se lo pidiera...

Y pronto iba a tener la oportunidad de ser armado caballero, si lograba demostrar su valía y su arrojo en el torneo...

El escudero palmea la mesa en señal de aprobación y une su voz a las de los demás, mientras le sonríe agradecido al Duque y a Sir Robert

Enseguida la reina Ginebra se levanta al lado de su marido.

-La competición se celebrará en el castillo Littleworth del Duque Sir Frederic, que amablemente, comenzado ha sus preparativos con mucho esfuerzo. Personalmente elegí el premio para mayor gloria del ganador, que no se la dará ninguna batalla que acontezca.-

La reina hace un ademán y dos caballeros del rey, Sir Key, el que conocisteis en la posada y otro más corpulento que Jerrod pero de rostro sereno cuyo blasón tiene un aguila de dos cabezas en oro sobre fondo púrpura, llamado Sir Gaweyn de Orkney, conocido en toda britania por ser el mejor caballero del mundo, amigo y defensor de Arturo, traen un baúl de cedro reforzado, cerrado con un candado.

-Demostrando que un corazón valiente puede ser joven o viejo, entrego la custodia del trofeo a los jovenes escuderos que, por noble linaje, han demostrado ser merecedores para su edad. Conde Sir Robert, por favor, presanta a Camelot a los elegidos.-

El conde se coloca en medio del salón y empieza a decir nombres.

-Eliott hijo de Hugh de wintwrbourne Gunnet, Edgar hijo de Asfilo de Bourcombe, Gallowein hijo de Hebes de Cholderton, Jerrod hijo de Delivant de Newton y Waldon hijo de Gumret de Berrwick St. James.-

Una mirada de complicidad asoma cuando os mira, como diciendo: a que no esperabais este honor?.

De pronto, tras escuchar la increíblemente bella voz de la Reina, lo que menos se espera el escudero es lo que hace Sir Robert.

Por un instante Eliott duda sobre qué hacer, pero al momento le queda claro y, cogiendo aire, se alza de su asiento esperando una señal para avanzar al lado de su señor el Conde.

La incredulidad ha sido vencida por su convencimiento de ser capaz de cumplir con la tarea que les ha impuesto la Reina Ginebra, y le parece sentirse más alto y cien veces más fuerte, mientras cientos de ojos les miran

Al escuchar mi nombre de boca de Sir Robert me levanto de golpe.       Me siento sumamente honrado y, a decir verdad, algo abrumado. Sin saber cómo actuar, espero a que alguno de mis compañeros diga algo.

Edgar logra a duras penas sobreponerse a la sorpresa. Desde luego, nunca había esperado que su nombre saliese de la boca de su reina, y mucho menos para homenajearle, teniendo en cuenta que no había hecho aún nada para merecerlo. 

Levantándose de su asiento, y sin saber si está haciendo lo correcto o no, se encamina hacia donde se encuentra el conde, mientras mira a sus compañeros esperando que les sigan.

Al oír mi nombre,me quedo de piedra y me levanto lentamente asintiendo a modo de saludo al resto de asistentes.

Era increíble que me hubieran nombrado para aquella tarea estaba orgulloso de mi mismo, pero también tenia miedo fallar en esta misión podría ser mi perdición. Si,sin duda nada debía de ir mal o nunca nos nombrarían caballeros.

Haciéndos un gesto para que os uniérais a él, el Conde comienza el paso firme hacia delante, donde están el rey y la reina.

-No perdais el paso.- Os dice en voz baja.-Y haced lo que haga.-

Llegados al pie de los pocos escalones donde se alzan los tronos, el Conde se para arrodillándose ante la reina, gesto que imitais.

-Sir Robert Conde de Salisbury, Confío plenamente en su decisión.- Luego os mira y es cuando sus ojos se posan en vosotros que un hormigueo recorre el estómago llegando al corazón.-Mañana partireis hacia Littleworth como abanderados* de la reina, escoltando el trofeo del ganador de la prueba. Será vuestra responsabilidad desde ahora hasta que sea otorgado.-Con voz solemne dice alto y claro.-¿Jurais ante Dios cumplir vuestro cometido?.-

Eliott agradece los consejos del Conde, porque aún no termina de creerse lo que le está pasando. Sin embargo, con paso firme imita a Sir Robert hincando la rodilla a su lado

El escudero no sabe si son las palabras o la mirada de la sin par Ginebra la que causan ese efecto en él, pero en esos instantes se siente el ser más afortunado de la tierra

Sí, juramos! responde con voz recia y decidida

Me arrodillo junto al Conde con tal determinación que mi rodilla cruje al tocar el suelo. Al oír las palabras de la reina, alzo la vista hacia ella y juro.

-Si, juramos. -Para no ser menos que Elliot

Edgar, tras seguir al conde, se arrodilla a su lado y, tras escuchar las palabras de la reina, no duda en responder con voz firme:

Si, juramos.

Se arrodilla junto a sus compañeros mirando hacia abajo,pensado en todo lo que esta pasando y en lo que pasara, aunque no se imagina nada de todo lo que esta por venir.

Así que con seguro de lo que dice como hombre religioso al máximo, sabiendo que jurar es una gran cosa para un hombre y más si es ante Dios.

- Si, Juramos. -

Con el corazón enchido de emoción pronuncio, -Si, Juramos.-