Partida Rol por web

Cuando termina de hablar Audun, os llega el sonido del cuerno llamando a todo el mundo, veis como los habitantes masculinos y las mujeres viudas, se reunen con sus armas ante la llamada de alerta, pero... Orj no contesta ni al Scalda ni al sonido del cuerno. 

Los aldeanos empiezan a venir desde sus casas lo más preparados posibles asustados ante el sonido del cuerno, un grupo grande mujeres y hombres se reúnen ante las puertas, mirando a la Volva extrañados, esperaban ver a los hombres del Thing junto a sus guerreros preparados para un ataque o algo parecido y esperan sus respuestas, cuando desde fuera de la empalizada, vienen los guerreros junto con unos cuantos prisiones del clan de Kjari.

Entonces la Volva habla, los aldeanos no saben que pensar y murmuran, en cuanto a los guerreros proclaman:- Ya hemos terminado los combates y estos bastardos pronto serán expulsados de la aldea o ejecutados por sus crimenes, maldito el día que su madre los pario.- Los mineros han sido apalizados, suponéis que cuando el Dvengar dejo de controlarlos, perdieron su ímpetu y recibieron una gran paliza. Vagn aparece poco después y proclama:- Kjari ha mandado a sus hombres a atacar a nuestras granjas, he aquí donde esta el traidor del Thing.- Entonces Magnus aparece desde el gentio del puebo mirandoos con disguto os dice para que lo puedea escuchar todo el mundo:- Vosotros fuisteis a la mina, ¿Porque no habéis traido a ese hombre con cadenas para poder juzgarlo por sus crimenes contra el poblado?- En su tono parece afirmar que estáis conchavados con él.

Herdis se encolerizó.

-¿ACASO NO ME HABEIS ODIO, RETRASADOS? Estuvimos allí, descubrimos qué pasaba. Para librar a los mineros de su locura, la criatura que habita en la cueva se quedó con Karj de rehén!

¿Acaso no recordais quién solucionó todo el asunto de los draurgs?  ¿Acaso una de las casas que ha ardido no ha sido la de mi madre? Lo único que me quedaba de ella! Y vosotros teneis el valor de implicar que estoy trabajando con esos pobres diablos a los que habeis ejecutado?

Karj es un traidor! Los dioses lo saben y nosotros tambien! Pero si queremos aplacar a la criatura al que debemos atrapar es a su cómplice, Orj!

La mercenaria torció el gesto ante la ira de la völva y le puso una mano en el hombro para intentar calmarla.

- No creo que insultándolos vayas a conseguir algo. -Le dijo en un susurro.- Además no sabemos todavía con exactitud si Orj es el culpable, primero tenemos que enterarnos bien qué es lo que ha hecho. Pero de esta forma sólo le estás condenando a una muerte segura. Si es culpable... que lo pague, pero si también actuó bajo algún tipo de hechizo entonces sangre inocente recaerá sobre nosotros.

Herdis se volvio hacia la guerrera respirando por la nariz como un toro enbravecido.

-Si es asi me da igual. Ambos son complices en el incendio de mi casa.

Magnus se pone completamente rojo ante los insultos e injerencias de Herdis:- Mujer, tu madre ha sido una buena Volvä siempre tuvimos su consejo por bueno y no nos importo resguardar a una mujer que tuvo una chica sin un marido. Pero la paciencia de los hombres norteños tiene un limite...-

Entonces Vagn informa:- Esto tiene la pena de expulsión de la aldea y da gracias que eres mujer, sino te tocaría una peor ordalía.- Los hombres murmuran y por lo que parece afirmando la pena. Incluso lo dicho por Orj y la criatura se han quedado en segundo lugar...

Herdis parece tranquilizarse un poco entre las palabras de Thyra y las de Magnus

-Os pido perdón si os he ofendido pero es que no se que hemos hecho para ganarnos tal desconfianza. VOSOTROS nos echasteis la carga de proteger la aldea a la espalda, no nosotros. Ahora, cuando lo que os decimos no os gusta, nos acusais de traidores cuando somos los unicos que hemos hecho algo por esta aldea.

¿Como esperabais que reaccionara?

Aquello no estaba saliendo como a la mercenaria le hubiera gustado. Las bruscas maneras de Herdis, producto de su juventud e inexperiencia, habían soliviantado a los aldeanos más que calmarlos pero Thyra sabía que no podía decir nada... por una parte no dejaba de ser una extranjera en aquel poblado y por otra no podía quitarle autoridad a la völva. Sólo esperaba que ésta consiguiera convencerlos antes de que las cosas fueran a peor.

Magnus frunce el ceño y dice:- Todos hemos hecho cosas por el pueblo, pero el resto de representantes del Thing, han quedado desprestigiados o muertos, como ha pasado con Thorbeg y Kjari. ¿Es que queréis dejar a la aldea sin una cabeza visible que la guíe en tiempos dificiles?- Pero esta vez Vagn se impone junto con sus guerreros que están a su lado:- Pero es el el camino que nos han marcado los dioses. Y por lo que dijo hay un traidor entre nosotros, y por lo que dice no puede ser ni Thorbeg  ni Kjari... Yo he estado intentando parar los ataques en las granjas ¿Tú que has hecho Magnus?- Magnus sorprendido le corta:- Muchos años he estado en servicio de esta aldea Vagn. Nunca la traicionaría y me duele que asi me acuses. ¿Porque yo debería desterrar o asesinar a mis compañeros con los que tantos años he pasado?.- Entonces el ambiente se congela, sabéis que uno de ellos debe de ser el traidor, pero puede que si apoyéis a uno, este sea el traidor y llevara a la aldea a su extinción...

Bjondir empezaba a impacientarse, si habia en la casa alguien, debia haber contestado ya. Nervioso y deseoso de terminar con este entuerto, el giganton entro en la habitación con premura empujando la puerta.

- Esto no me gusta. Dejame pasar e intenta encender algo para poder ver mejor. - El tono fue un poco tosco, pero Bjondir empezaba a estar cansado y pensaba que esta situación debía arreglarse cuanto antes.

Audun hizo un asentimiento. Estaba perdiendo el tiempo, hizo una señal hacia la puerta del dormitorio, no quiso marcharse sin ates mirar que había al otro lado.
- Cierto - el bardo buscó una fuente de luz para iluminar el lugar - debían acabar ya con eso, pero dudaba mucho que ese Orj estuviera en casa.

Audun busca en la chimenea unas ascuas para poder encender un leño seco a modo de antorcha improvisada, tras unos cuantos soplidos y cierto revuelo de ascuas y ceniza, consigue su objetivo y va donde Bjondir espera tras abrir la puerta. El panorama no puede ser más desolador, la familia de Orj al completo ha sido asesinada a hachazos, sus restos están en sus camas y no aprece haberse podido defender. Orj en tanto esta tumbado en el suelo con un hacha en la mano, sin duda ha sido el culpable, enloquecido por la maldición del Dvengar.

Más hay algo extraño, las heridas de Orj no parecen ser de hacha, o sea que no se ha suicidado, sino que recuerdan a Bjondir a las de una espada y ahora que teneis iluminación, podeis ver que hay huellas que salen de la habitación cubiertas de sangre. 

Thyra estaba perdiendo la paciencia, no tenían tanto tiempo como para malgastarlo en discusiones y acusaciones sin fundamento así que, a pesar de ser consciente de que aquellos hombres no tenían por qué prestarle atención, decidió tomar la palabra.

- Desde luego hay un traidor entre nosotros, eso ya lo tenemos claro, pero andar acusándonos entre nosotros no servirá para descubrir al verdadero culpable. Nuestros compañeros han ido a casa de Orj para hablar con él, así que será mejor saber qué les ha dicho antes de tomar una decisión de la cual nos arrepintamos en un futuro.

- ¡Por Freyja!, ¿qué ha ocurrido?.
Audun trata de recuperar la compostura, estaba acostumbrado a escenas cruentas por haberlas vivido en sus continuos viajes, pero aquello era indescriptible, la falta de honor era evidente y el causante merecía la muerte, pero ¿quién había sido?. Sus ojos se clavan en las huellas y las señala con el dedo con el dedo para que su compañero los viera, que a buen seguro que los vería.

Lógicamente que no era la primera vez que Bjondir veia cuerpos desmembrados y por ello no se inmutó, pero le sorprendio el cuerpo de Orj.

- Reconozco las heridas de hacha, pero las heridas de Orj son de espada. Alguien lo mató, aunque parece que es lo que merecía. Esto nos quita la única pista que teniamos. - Entonces el berserker vio donde señalaba Audun. - ¡Unas huellas, debemos seguirlas!

Vagn sonrie y afirma:- Si, vayamos donde Orj a que se aclare todo este asunto, Magnus.- El anciano ladea la cabeza y dice:- ¿Por que lo estás haciendo?- Vagn ignora lo que dice su rival y hace gestos para que os sigan a la cabaña de Orj, al otro lado del pueblo... El ambiente esta enrarecido y las distintas imprecaciones de traidor de uno al otro han hecho que los vecinos se miren con recelo.

El rastro todavía no esta muy borrado y podéis seguirlo con cierta facilidad, tras unos cuantos regates en las calles finalmente os lleva a la casa del consejero de Thing Vagn, el que siempre os ha estado apoyando. ¿Por que querría asesinar a Orj? Su casa tambien está a oscuras, pero no os extraña al fin al cabo fue a cazar a los mineros enloquecidos...

- Es extraño - observa el scalda - no nos precipitemos en sacar conclusiones, amigo Bjondir.

Los acontecimientos se precipitan y cada vez la madeja está más enrollada. Tenía la sensación de estrellarse contra un muro, todo aquello lo turbada. No era capaz de sacar conclusiones claras de lo que estaba pasando. En su mente se dibujó la figura encorvada del dvengar y un escalofrío le recorrió la espina dorsal.

¡Vagn! Se sorprendió Bjondir al seguir las hueyas hacia la casa del consejero. Estaba a oscuras como la de Orj, pero esperaba no encontrarse algo similar.

Asintió a la afirmación del scalda y procedió a entrar el la casa, sin llamar ni nada, pues pensó que no habría nadie como en la anterior. Con precaución y el hacha bien agarrado con la dos manos, abrió la puerta poco a poco y esperó unos instantes a acostumbrarse a la poca luz que habia dentro antes de entrar completamente.

El scalda toma su espada y esperó no necesitarlo. Avanza en pos al fornido guerrero. ¿Que se encontraría allí dentro? Se apresuró a averiguarlo, aunque una parte de él prefería no hacerlo.