Partida Rol por web

Jueves 21, Limehouse London, 13:00h.

'Importaciones Hobson'. El cartel sobre el escaparate estaba decorado con unas letras rebericocadas y se completaba con el dibujo de velero cruzando el mar. Era un edificio de madera de dos plantas del cual seguramente la superior sería vivienda y la primera, vista a través del escaparate, hacía la vez de almacén, oficina y quizás lugar de venta de artículos exóticos. Escaparate cuyo interior, por cierto, necesitaba un poco de limpieza ya que el polvo se acumulaba entre figuritas de gatos persas, budas dorados llegados de oriente, un par de espadas samurai con empuñadura tallada en hueso, algunos dientes de ballena tallado con motivos de arponeros e incluso un colosal colmillo de elefante.

Al lugar llegaron de forma simultánea, pero por distintos caminos, dos grupos de personajes.

Por un lado caminando desde el East End venían Freddy, Stuart y Maude. Habían seguido el rastro de pistas que los conducía de forma ineludible hasta aquella tienda que, al parecer, pertenecía al fallecido cliente de la muchacha y que de alguna manera estaba conectado con el también finado Knockin' Tom.

Y aparcando frente a la tienda estaba en ese momento el coche conducido por Rajhnat, del cual se bajaba ajustándose el sombrero Clive Donovan.

Todos ellos, cada uno con sus motivos, se encontraron frente a la puerta cerrada del local.

Tras dar una vuelta y pararse a meditar sobre la locura de día que estaba teniendo(¿como podía ser tan irresponsable ese poli? Los había puesto en peligro sin más y por nada) se re encamino hacia su autentico destino, Limehouse 13, confiaba que allí volviera a encontrarse con Maude y el polizonte, eso si no habían montado una fiesta en el muelle y estaban haciéndose notar todavía.
Los encontró unas manzanas del lugar, comenzó a seguirlos sólo para ver si alguien los seguía a ellos o si le seguían a él.
Al llegar no le quedó más que unirse a sus compañeros.
-¿Algún problema?- preguntó Stu a su aire, imaginando que al polizonte no le habrían ni tosido y a Maude si iba con él tampoco, pero esa situación acabaría por pasar y ella quedaría sóla. -¿Alguna revelación sorprendente?- dijo sin esperar respuesta asumiendo el no.-Hoy los que van en coche no tienen demasiada suerte... ¿Quien será?- dijo a continuación al ver al tipo bajarse del coche. Le dio la impresión que ese tipo iría al mismo sitio que ellos, aunque solo era una sensación la casualidad quiso que se hiciera verdad.

Freddy se encogió de hombros mirando de reojo al tipo que bajaba del coche.

—¿Qué problema iba a haber muchacho? Estás demasiado tenso —dijo mientras se acercaba a la puerta de aquel lugar.

Echó un vistazo por el cristal intentando detectar algún movimiento en el interior y acto seguido empujó la puerta desde el picaporte.

Donovan se bajo del vehículo con si paso lento y pesado haciendo uso del bastón, mas cuando se percato de aquel grupo de personas reunido en la puerta del lugar, consulto du reloj de bolsillo y a continuación la tarjeta. Siendo el dia y las horas que eran, era harto extraño que la gente estuviera fuera en vez de dentro. Se alegro de no haberse traído la estatuilla encima.

Camino hasta el grupo y saludo a la dama primero, como le dictaba su educacion sureña,
y a continuación al resto de miembros de la comitiva dirigiéndose a estos.

-Buenos días, señorita... caballeros... ¿Alguno de ustedes vendria a bien decirme si el señor Hobson esta dentro? -os miro algo extrañado- tengo importantes asuntos que tratar con el...

Tras esto al ver al ver a Freddy dirigirse al pomo para abrir,decidio esperar a que pasase el caballero primero.

Freddy echó un ojo dentro. Se dio cuenta de que algunas cosas, en el interior, estaban por el suelo. Estaba a punto de contestarle al tipo de acento sureño cuando al empujar la puerta comprobó que, efectivamente, estaba abierta. Aunque también se dio cuenta de que alguien había reventado la cerradura con alguna herramienta. El cierre ya no operaba.

Del interior venía un olor desagradable, como a pescado podrido.

No habían hablado durante todo el camino, pero no por eso se le había hecho largo a Maude. Su mente era un hervidero de preguntas y expectación por ver que era y cómo era el lugar al que se dirigían.

No le llegaba a gustar el tono en el que el poli se diría a Stu, pero un sexto sentido le decía que, por ahora, no hiciera demasiado caso a ese tema y lo dejara correr aunque aquel tipo no fuera Santo de su devoción.

Al llegar al negocio observó el edificio con atención. No era demasiado llamativo de primeras, pero el interior era lo que tenía que serlo. Estaba segura de eso.

Su mirada recorrió el escaparate y la fachada completa con atención. Aquellas figuras exóticas le llamaron poderosamente la atención. Nunca había visto nada igual.

-Que bonitas... Y raras al mismo tiempo... -comentó fijándose en ellas.

Se dio cuenta de que el poli iba a intentar entrar directamente y se apresuró a acercarse, cuando una voz a sus espaldas la hizo volverse, sorprendida. Un hombre mayor, que había bajado del coche que había parado cerca, se dirigía a ellos.

¡Oh! Es educado, me acaba de llamar señorita y no me conoce nada. Ya podía tomar nota el poli de lo que son buenas manera para con una dama.

-Buenos días. Pues verá...creo que el señor Hughes podrá responderle a esa pregunta mejor que yo.

Miró al poli con una sonrisa inocente, sin querer ser ella quien hablará con un desconocido de aquel tema y, mucho menos, sabiendo lo que sabía. Y, a la misma vez que terminó de hablar, se coló por delante del policía al interior del local, dejándole con la papeleta de atender o no a aquel tipo.

¿Que habría allí dentro? ¿Quizás algo que le recordará donde había visto antes el símbolo que podía sentir en el bolsillo de su vestido?

Cita:

Stu miró aún irritado al poli ante aquellas palabras, no es que no lo estuviera antes de ellas, pero fue el detonante.
-Quizá el marcarme como un puto soplón delante de medio puerto a usted se la traiga floja y pendulona, pero a mi me pone tenso, la próxima vez que pase por ahí si alguien me recuerda como el soplón del poli igual me acuchillan.- Le recriminó de bastante mal humor.-Prosigamos.- Dijo sabiendo que nada bueno podía salir de aquella puta conversación y negándose a continuar con aquella discusión; Estaba claro que ese mal nacido no daba dos peniques por él, para que insistir, pero el que además pretendiera que no había pasado nada le hinchaba los cojones.
Quizá su actitud ahora mismo no fuera la mejor para enfrentarse al desconocido que los saludaba. Se limitó a saludarle con la cabeza tocandose la visera de la gorra que llevaba y sonreír le con los labios apretados.
El olor que salió cuando el pies planos abrió la puerta no fue un buen augurio.

El anciano Sureño se acerco al escaparate observando el contenido de este con ojo critico al ver como Maede y Stu se colaban dentro, dejándole fuera con el señor Hughes. Como no queria insistir demasiado, espero a que este se dirigiera a su persona, discerniendo* entre imitaciones y originales hasta que el detective tuviera a bien dirigirse a su persona. Para hacer mas amena la espera saco uno de sus cigarrillos y lo prendió tranquilamente.

Freddy levantó la mirada para mirar al recién llegado. Se llevó el dedo sobre los labios para solicitar silencio a ese hombre y comenzó a empujar la puerta.

—Que extraño —susurró.

Se llevó la mano a la parte interior de su gabardina y sacó una pequeña pistola de ahí. La sujetaba en la mano pero no la llevaba en alto. Avanzó lentamente hacia lo que podría ser el mostrador de aquel sitio echando un vistazo a todos lados.

—Cuidado, tiene pinta de que han robado aquí —susurró haciendo un gesto al resto del grupo.

Freddy sacó un arma de su chaqueta e hizo a un lado a Maude, que se había asomado al interior. Efectivamente en el interior olía fatal, como si se hubiera derramado un cargamento de pescado y aunque el lugar estaba desordenado —quedaba claro que alguien había entrado con intención de robar— no parecía haber nadie.

Mientras avanzaban hacia el centro de la tienda pudieron ver que la mayoría de las estanterías estaban revueltas y muchas cosas que estaban en el suelo estaban rotas, lo cual indicaba o bien que los asaltantes tenían prisa o que algo los había enfurecido.

En el mostrador había una pesada caja registradora Krupp-Essen y a su lado varios papeles, parte de los cuales estaban en el suelo. El detective se aproximó y pulsó el botón de apertura de la caja para encontrar que en su interior había un billete de 2 libras y calderilla adicional. Enarcó una ceja: ¿ladrones que se dejan el dinero de la caja?

Maude se fijó que detrás del mostrador había una puerta que probablemente condujese a un almacén o quizás incluso a la parte superior de la casa, donde probablemente estaba la vivienda. Pero lo que de verdad le llamó la atención fue que alguien había grabado un símbolo junto al pomo: un símbolo que representaba una estrella de vértices curvados muy similar al colgante que había perdido el fallecido.

Durante unos instantes Clive dudo si entrar o no en el local. Esperaba encontrarse con el señor Hobson y sin embargo aquello era el escenario de un allanamiento. Se asomó y con mirada profesional examinó los elementos que estaban en las estanterías y en el suelo, corroborando en un primer vistazo que todo el material parecía auténtico. Le sorprendió la cantidad de procedencias que se podían catalogar en aquel sitio: objetos de China, Egipto, artesanía de nativos americanos e incluso algunas figurillas de islas de la Polinesia. El tal Hobston tenía un pequeño tesoro en aquella tienda y sin embargo no parecía que los ladrones encontrasen lo que buscaban. Es más: habían roto cosas bastante valiosas.

El anciano abrió la puerta del todo con el extremo del mismo bastón y se asomo fugazmente al interior en busca de cualquier señal de que no habia peligro.

- Caballeros... ¿No creen que deberíamos llamar a la policía? Esto parece un allanamiento en toda reg...

Donovan quedo ojiplatico y boquiabierto sl ver el destrozo que habían hecho objetos de incalculable valor maltratados e irrecuperables, como si hubieran sido malas replicas. Le costo casi un minuto sacar un pañuelo del bolsillo y bajarse a examinar el mas valioso de todos ellos.

- Ladronzuelos de poca monta... seguro que venían por el dinero. No se han dado cuenta de los valiosos objetos que han destruido en el trascurso de su "golpe"...

Dejo de nuevo la pieza en donde estaba mientras se tapaba la nariz con el pañuelo. Aquel olor era insoportable. En un acto reflejo, Clive se giro a mirar en direccion a la calle para luego mirar el suelo. Quiza la tienda llevaba cerrada mas tiempo del que parecia...

Freddy sacó la placa¹ y se la mostró al tipo del bastón.

—Tranquilo amigo, está todo bajo control —dijo mientras seguía observando la escena—. Por el dinero no han venido.

El policía señalaba la caja, ahora abierta, con la pistola y negaba con la cabeza. Inmediatamente después se dirigió hacia esa puerta detrás del mostrador. No se fijó en el símbolo y colocó su mano sobre el pomo.

—Cuidado —le dijo a la muchacha—, voy a abrir.

Con un gesto, invitó a la chica a ponerse detrás de él para protegerse.

Maude parpadeó cuando aquel símbolo desapareció de su visión y fue sustituido por la mano del policía. Levantó la mirada, que se cruzó con la de el un instante. Durante ese instante fue reticente a dejarle ir primero y atravesar la puerta, pero finalmente asintió lentamente y se apartó, dejándole el paso libre para que fuera el primero en abrir la puerta y descubrir lo que había al otro lado.

Su corazón estaba a mil. Durante todo el camino hacia aquel sitio había tenido una cosa en mente: aquel símbolo. Y no habían tardado en volverlo a ver al llegar al almacén.

No es casualidad que mi cliente tuviera ese símbolo. Está grabado en el pomo de una puerta, que curioso...¿por qué?... pensó rápidamente, intentando buscar una explicación al lugar elegido para grabar aquel símbolo. Y, de repente, intuyó algo.

-Espere-dijo, poniendo su mano sobre el brazo del policía antes de que abriera la puerta, deteniéndolo -Quizás no sea buena idea abrir esa puerta... Ese símbolo grabado en el pomo... es un símbolo de protección. Puede que esté protegiendo lo que hay detrás de la puerta. O, quizás, a nosotros de lo que hay dentro.

Su mano apretó levemente el brazo de Freddy. ¿Por qué no recordaba exactamente donde lo había visto y qué era? Quizás recordar eso le diera una pista de por qué el símbolo estaba grabado en el pomo.

-Quería venir aquí por si encontraba algo que me recordara donde he visto ese símbolo antes. Puedo intentar buscar en esta habitación antes de abrir la puerta...

Su voz destilaba respeto hacia lo que podía haber tras ese símbolo. Creía realmente en su utilidad, porque Stu y ella ya habían visto que ocurría al desprenderse de el.

Se volvió buscando con la mirada a su amigo. Cuando sus miradas se cruzaron le indicó el símbolo del pomo y asintió.

-Es el mismo...

Maude seguía preguntándose cual era el verdadero origen de ese símbolo, pero no lo recordaba¹. Miró alrededor, lo que había en la tienda. No eran artículos esotéricos: la mayoría de de las cosas eran antiguades y verdaderas importaciones. Objetos extraños en muchos casos pero meramente decorativos. Pensó en el significado del signo, en su ubicación. ¿Para impedir que algo saliera o entrase? En la mayoría de los rituales el símbolo se ponía de cara a lo que se quería impedir pasar. Así la cruz se mostraba a los vampiros para impedirles avanzar. Si era un símbolo de protección estaba allí para impedir que algo abriese esa puerta o la pasase. Si era de protección, claro. ¿Y si fuera de defensa? ¿Le pasaría algo a quien tirase de la manija?

Clive mientras tanto miró el suelo. Se fijó entonces en un detalle que les había pasado desapercibido: pequeños charcos de agua. Los siguió con curiosidad y vio que llegaban hasta la puerta donde el policía y la chica se habían detenido. No eran pisadas sino más bien como si alguien llevase ropa mojada. ¿Quién perpetraría un allanamiento empapado?

Fue entonces cuando Freddy descubrió el símbolo. Durante unos instantes lo observó detenidamente y luego asintió concediéndole a la muchacha esos minutos que solicitaba.

Se sentó en un taburete que había tras el mostrador y comenzó a dibujar ese símbolo en su libreta. Una vez terminó se dirigió a Donovan Clive y le alargó la mano.

—Mi nombre es Freddy Hughes, del departamento de policía de Londres. ¿Y usted es? —esperó unos segundos a la respuesta—. Me temo que el señor Hobston no está aquí. Me ha dicho que le buscaba, ¿verdad? ¿Algún negocio? ¿Son amigos?

Donovan permaneció quieto en su sitio y se agacho lentamente ayudandose del bastón, debido al peso de sus años. Con la mano enguantada la acerco hacia aquel charco para comprobar que tipo de humedad era. Podría ser agua de rio, o quizá salda. Incluso podria tratarse de alguna solución química. Lo correcto es que era algo a tener en cuenta.

- Señor Hugghes, un placer. Soy Donovan Clive. Arqueólogo. -señalo el rastro de liquido sopesando el fluido que podia haberlo hecho- Creo que alguien a movido un objeto muy grande y empapado... o quizas el atracador llego calado hasta los huesos...

Recupero su altura tomándose todo el tiempo del mundo ayudandose del bastón y apoyando su otra mano en su propia cadera.

- Pues si, agente Hunghes. Venia a ver al señor Hobston para hacerle unas preguntas sobre ciertos trabajos que realizo junton a mi contratador. Pero no esta. -suspiro- Pero si quiere mi opinion profesional. Esto no ha sido un atraco. Nadie vendria a una tienda de este tipo solo por el dinero y trataría tan mal el producto. ¿Ha visto esa estauilla? ¿Y ese jarrón? Posiblemente valdrían mucho mas dinero en el mercado negro del que habra en la caja. Aquí entraron buscando slgo en particular, la pregunta es ¿que? y ¿Porque lo hicieron calado hasta los huesos? ¿ha llovido recientemente?

En ese momento algo despertó en la cabeza de Freddy. El olor a pescado, algo húmedo y la barcaza de Tom.

—¡Claro! —exclamó uniendo los puntos—. Es algo que han sacado de la barcaza de Marsh.

Miró al muchacho que había visto también el revuelo de la barcaza y poco volvió de nuevo a Maude.

—Voy a entrar muchacha —le dijo dirigiéndose a la puerta.

Stu se mantuvo al margen del jolgorio de las presentaciones y el alboroto de la puerta rebentada, en silencio viendo la calle arriba y abajo.
No podía haber transcurrido mucho desde que las cosas se precipitaran y vinieran a robar. Quiza durante la mañana mientras al pobre hombre le daban extra de plomo.
Stu se puso en la esquina más próxima controlando de ese modo dos calles a la vez.
-Voy a ver si hay una puerta trasera. - Dijo a sus compañeros. - Por si siguen dentro y tratan de salir por ahí. - Explicó.
Aunque el trabajo no era muy fino que digamos, los que hubieran entrado no se habían molestado en disimular demasiado.

Después de echar un rápido vistazo a lo que había en el local, Maude estaba desilusionada. Nada le había hecho recordar donde había visto el símbolo que llevaba en el bolsillo.

Volvió lentamente hasta donde estaban los demás y negó con la cabeza -No he encontrado lo que buscaba. Realmente no sé lo que busco, solo sé qué quería encontrar aquí algo que me ayudara a recordar...

Sus ojos se fijaron de nuevo en el pomo un momento, intentando decidir lo que significaba, lo que podía haber dentrás de la puerta. Pero no se decidía. Solo recordaba lo que le había pasado a su cliente y temía tener que saber algo que ahora mismo era solo humo en su cabeza.

-Verá, señor Hughes. Ese símbolo es un símbolo de protección... o algo parecido. Es lo que estoy intentando recordar exactamente. Pensé que aquí -dijo, señalando el local con un gesto de su mano- encontraría algo que hiciera que mi mente hiciera zas y me hiciera recordar. Cuando la gente usa esos símbolos, es por algo. Por que se intentan proteger, por que temen. Y por que creen en lo que temen- Respiró hondo y miró a la puerta- Mi cliente se alejó de ese símbolo, que llevaba consigo, y ahora está muerto. No sé si lo que hay detrás de esa puerta... yo... no sé si es bueno abrirla...

Su mano se deslizó en uno de los pliegues del vestido que llevaba. Cuando la sacó, abrió la mano y enseñó al inspector lo que descansaba en su palma. Casi podría parecer una moneda, pero no lo era. Era un trozo de hueso, tallado de forma similar a una moneda. Grabado en él, el mismo símbolo que estaba grabado en el pomo de la puerta.

Le dio al inspector unos segundos para que lo viera y, rápidamente, volvió a guardar aquel trozo de hueso en el bolsillo de su vestido.

-Creo que yo quiero ver lo que hay detrás de esa puerta.

Se encogió de hombros y miró fijamente al policia.

Stu salió de la tienda buscando una puerta trasera. Como mínimo había un callejón al que el pilluelo accedió para revisar. Efectivamente había una puerta trasera. El muchacho se aproximó y comprobó que bajo el pomo estaba nuevamente el misterioso signo grabado.

Mientras tanto en el interior Freddy abrió la puerta. Se sorprendió al no encontrarla cerrada con llave. Sin embargo cuando echó una ojeada al interior vio que todo estaba en su sitio. Era un pasillo de madera que daba a una cocina, una pequeña sala de estar y, al fondo, otra puerta que sin duda conducía al callejón donde se encontraba Stu. Había unas escaleras de madera, muy estrechas, que conducían al piso superior. En un pequeño mueble que había en el pasillo, sobre un plato de porcelana al lado de un espejo, había varios sobres de correspondencia. Algunos abiertos.

Miró el suelo. No había charcos de agua dulce —pues Donovan había comprobado que el líquido parecía ser agua dulce, probablemente del río por el olor desagradable que tenía— ni ninguna traza de que los asaltantes hubieran entrado en esa zona.

El detective se quedó pensando en las palabras de la muchacha. Le parecía una superchería absurda pero, por algún motivo, tenía la sensación de que ese símbolo en la puerta había impedido que los asaltantes continuaran su búsqueda. ¿Algún tipo de superstición? Miró la puerta del fondo, que conduciría al callejón, y comprobó que no se encontraba forzada.