Partida Rol por web

Desde algún lugar más allá del mundo Haidar mira la vuelta de su sobrino a Katapesh. Todo ese sacrificio, todo el sufrimiento y la soledad, para nada. Su maldición vuelve a la ciudad, llevada por su propia sangre, dispuesta a cobrarse nuevas víctimas.

Todo por no matar a los enviados de su hermano. Sabía que no podía confiar en ellos, pero se aferro a una última opción de curación. Que error, piensa el antiguo licántropo con tristeza. Con tristeza pero sin rastro de furia, lo bueno de la muerte es que sin lugar a dudas es un gran calmante, mucho mejor que destrozar hienas o golpear la piedra del templo.

En el fondo no es tan malo haber muerto, se ha librado de la maldición, y lo que quiera que ocurra en la ciudad... ya no es su problema.

En una tienda en Katapesh, Ateela reza sus oraciones y piensa en lo que ha sucedido en las últimas semanas.

Por qué, señora? Por qué tuvo que morir un hombre bueno? Por qué no supe ayudarle a que se abriera y nos dejara ayudarle? Me siento un fracaso, señora mía. Hemos traído de vuelta a un hombre al que no quieren ni en su propia casa, pero hemos matado de forma salvaje a un hombre bueno que nunca nos atacó, y que sólo se mostraba receloso de nosotros porque nos asociaba con su hermano... Qué podría haber hecho mejor, señora mía? Por favor, ayúdame a mejorar en tu servicio...

Ateela siente que no ha sacado mucho de esta aventura. Ver a sus amigos de Solku fue agradable, pero siente que no tiene mucho que contar a sus superiores. A la joven sacerdotisa las intrigas palaciegas le interesan poco, pues ya tiene suficientes líos con su propia familia. Ella sólo quiere ayudar a los necesitados y a la iglesia de Sarenrae, limpiando el mundo de maldad. Su visión de palacio, especialmente después de esta aventura, es que no se perdería nada si una inmensa bola de fuego cayese de los cielos y lo borrase del mapa. Sin embargo, no puede dejar de notar que el obispo Sharte escuchaba su informe sobre la aventura con sumo interés. Por qué?

Y luego está la pesadilla que tuvo en el templo! Eso no se lo ha contado nadie, ni piensa hacerlo. Significará algo? O era sólo el Dios Loco riéndose de ella y su torpeza?

Una vez acabadas sus oraciones, Ateela hace el gesto de la bendición solar y se pone en pie. Recoloca sus ropas y sale de la tienda. El ojo acusador de Sarenrae brilla en el cielo. La joven gira hacia un lado y se pierde en el bullicio de la ciudad.

El sentimiento de culpabilidad por el asesinato de Haidar, como si alguien le estuviese mirando desde el cielo, persigue a Jaali durante un tiempo pero a las pocas semanas, con la vuelta a la civilizacion, se le pasa.

Aunque no nos ataco, Haidar estaba ciertamente loco. Y despues de liberar al otro pieza nos hubiese matado de todas formas - se cuenta a si mismo para justificarse. Al fin y al cabo tiene cosas mas importantes de las que preocuparse que un licantropo muerto... - ...Un licantropo vivo. Y la daga crea licantropos que pertenece al licantropo vivo. Si, esa sobre la que tienes un maldito Geas cual espada de Sarenrae - piensa fastidiado mientras se frota la mano con el simbolo invisible

Sin embargo, y para su sorpresa, una vez que el mago renuncia seguir a las ordenes de Omar, este le entrega la daga para que se custodie en el Templo

Vaya, parece que no quiere tener competencia aterrorizando las noches... - saliendo de alli, ve que Dorwas es posible que se quede al servicio de Omar, con lo que Jaali recuerda uno de los pocos consejos que le dio su madre 

"Niño! No salgas solo por la noche que en Katapesh solo hay put**s y delincuentes! E hijo mio, tu no vales ni para uno ni para lo otro!"

Claro, que ahora por la noche tambien va a haber cadaveres... - piensa dirigiendose al templo de Nethys - Y para eso el Refugio de Nethys demostro que si que valgo. Especialmente cuando el licantropo puede que me deje tranquilo pero el mierda del enano no. Asi que, nota mental: Tu, como las gallinas, en cuanto caiga el sol te quedas en casita, al menos por ahora - Ensismado como esta en librarse del Geas, no se da cuenta de cuanta razon hay en la analogia.

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Epilogo:

Jaali volvio al Templo de Nethys devolviendo la daga y contandole a Faki que Haidar habia muerto a manos de Omar y que este estaba de vuelta en Katapesh. Siendo como era amigo del antiguo Emir y experto en criaturas magicas, esperaba que el clerigo tomase cartas en el asunto aunque Jaali se desentendio del tema. A pesar de sus malos modales, su falta de tacto y su incapacidad para relacionarse, su pequeña aventura le dio cierto renombre (a base de añadir florituras a su papel en todo esto, todo sea dicho) y en pocos meses lidero una mision de investigacion al Refugio de Nethys, pagada por el Templo, deseoso de adquirir mas informacion sobre el Aliento.

La expedicion, lastrada por un liderazgo bastante ineficiente y tiranico, no dio todos los frutos que podria haber dado, pero permitio que Jaali (despues de la desercion de otros miembros de la expedicion por su caracter) se llevase la gloria del redescubrimiento del Aliento ante el Templo y escribiese el Tratado Philosophiæ naturalis Principia Espirito . El dinero conseguido por las (magras) ventas y la expedicion, junto a sus nuevos contactos con la Iglesia de Nethys le permitieron pagarse los estudios en el Colegio de Estudios Dimensionales de Katapesh, doctorandose con la tesis La condensacion magica Jaali-Haidar y las interacciones sangre-magia en antropomorfos,  que sentaba las bases para el estudio de la falta de magia en ciertas razas.

Con ello, consiguio una plaza como profesor titular en el Colegio, donde se dedico a recibir motes denigrantes de los estudiantes y ser considerado un friqui por sus compañeros de profesion. Años despues, se descubriria reflexionando sobre sus sueños de gloria de la juventud, cuando queria ser el mago mas poderoso del mundo.

Bueno, puede que no sea un Tenser o un Mordenkai, pero al menos se responder estas preguntas - dijo poniendo otro cero a uno de sus estudiantes, con una media sonrisa de triunfo en los labios.

Mantuvo contactos esporadicos con sus antiguos compañeros de aventuras, basicamente cuando necesitaban algun tipo de informacion magica.

¡Una buena cerveza! ¡Y un par de pollos bien asados! Poco más le pedía a la vida Dorwas, aparte de un buen combate ocasional y alguna fémina, sin discriminar demasiado la raza, un par de noches a la semana en algún prostíbulo de Katapesh o en esas tiendas donde el pobre Raffius no entiende por qué la gente grita.

La proposición de Omar de trabajar para él era sumamente atractiva, no carente de peligros pero con posibilidad de llenar sus bolsillos para que fuesen igualmente vaciados.

Se había alegrado de que Raffius quisiera continuar a su lado, no sabía qué podría ser de un muchacho tan locuelo si no contara con alguien que le protegiera a su lado y le sacara de más de un lío por no entender las cosas o entenderlas literalmente.

Había hecho amistad en el viaje con Morbo y Bethel, aunque no tuviesen su aguante con la cerveza podían ser buenos compañeros de taberna.

Y Jaali. Aún no sabía si quería ahogarle con sus propios intestinos o llevarle a las tiendas del puerto para que unas monedas lograran que una mujer le hiciese olvidarse del palo de palmera que llevaba metido en el culo.

Pero, claro, Dorwas estaba empezando a pensar en ahorrar para una cimitarra con filigranas de plata, por si su nuevo amo se desmadraba demasiado, y quizá ese follarunas supiera la cantidad que haría falta para que fuese efectiva sin perder fuerza...

Faki de Nethys estaba sorprendido. Y ya no había muchas cosas que pudieran sorprenderlo después de tantos años dedicado a la magia. Pero que ese joven estuviera en su puerta, esperando, con la daga, era algo por lo que hubiera apostado 100 a 1 a que no ocurriría. Pero una cosa era estar sorprendido, otra muy diferente dejar que se notara.

- Esperaba tu llegada - dice con voz neutra - has tardado más de lo que esperaba. - sin más alarga la mano para recibir la daga de Jaali, que examina con ojos expertos.

- Es una preciosidad, y veo que ya no están los idiotas de tus compañeros... - comenta mientras se prepara para escuchar la historia de Jaali.

Cuando el joven acaba de contarlo todo, el hombre de la máscara asiente.

- Espero que hayas aprendido la lección, no se debe jugar con magia sin estar preparado. - dice indiferente a la muerte de su amigo - Tenemos que hablar sobre el Aliento de Nethys, es necesario estudiarlo con más calma, vuelve por aquí dentro de unos días, ahora mismo estoy demasiado ocupado. - con un gesto indica al joven mago que se vaya.

Unos pocos minutos después, un viejo clérigo se saca su mascara en la soledad de su habitación, donde ya nadie puede ver las lágrimas que corren en su cara por su último amigo, y quizá por su último resquicio de humanidad y sentimientos.

Omar lleva el viaje con placer, parece alegrarse más cuanto más cerca esta de Katapesh. Habla bastante, especialmente con las chicas, con las que no disimula su intención de llevárselas a la cama, y trata a todo el mundo como amigos de siempre. Durante la pausa en Soluk no duerme en toda la noche, se emborracha, y aprieta al máximo las finanzas del grupo.

Al regresar a su ciudad su cara cuando ve el palacio es de autentica alegría:

- Por fin, se acabo el dormir al raso - comenta contento mientras intenta repartir abrazos entre sus seguidores. - No se como agradeceros esto. Os debo mucho más que la vida, os debo la libertad.

A pesar de la desconfianza del grupo Omar vive tranquilo en palacio. Parece volver sin problemas a su antigua vida de fiestas, drogas y amigotes. Durante más de un año todo esta tranquilo, si ha perdido el control nadie lo sabe. No se le relaciona con cuestiones turbias, y aunque ahora frecuenta los peores barrios sin miedo, no lleva escoltas ni criados, ni se mete en líos lo bastante gordos como para ser públicos. Aunque rápidamente se gana fama de alguien con quien es mejor no meterse en los bajos fondos.

Sin embargo, cuando menos se espera llega al palacio la noticia de su detención. En un antro de lujo, delante de decenas de testigos, Omar se transforma en un leopardo y mata a un importante mercader de pesh. La guardia no tarda en llegar, y con dos muertos y la ayuda de un Aluum, lo reducen.

Acusado de entorpecer el comercio, y ante la pasividad de su tio, Omar es condenado a muerte. Su última conversación es con su fiel Dorwas.

- Amigo, creo que al final no vas a necesitar esa cimitarra de plata. - comenta entre lágrimas, incapaz de mantener la serenidad - Ya ves, al final Omar tenía razón, no logre controlarme... pero es que era tan guapa, y tan buena... preferir a ese miserable y gordo mercader a mi - la rabia llena su voz otra vez, sus ojos se estrechan y se fijan en las puntas de plata de las flechas de los guardias.

Bethel declina la oferta de Omar. Ya ha tenido suficientes intrigas palaciegas para toda la vida. Las semanas siguientes acompaña a Dorwas de juerga, incluidos algunos antros no muy recomendables y no siempre legales.

Aprovecha su relación con Omar para sacar algunos retazos de información de aquellos autorizados para entrar en la biblioteca... al menos aquellos días que logra despertarse sin una horrible jaqueca. Definitivamente no entenderá nunca como Dorwas y Morbo pueden beber tanto y seguir en pie.

Viendo menguar su parte de la recompensa por traer de vuelta a Omar el elfo reemprende su negocio haciendo de guía de mercaderes y noblecillos. Después de las ruinas del templo donde encontraron a Omar, ahora las ruinas que muestra a sus clientes le parecen carentes de misterio y aburridas. Los escasos encuentros con gnolls ya no le parecen tan peligrosos tras haberlos visto despedazados bajo las garras de la "mascota" de Jonova.

Mientras pasa la noche de celebración por la inminente boda de la hija de un beduino, reflexiona. La vida parece haber perdido algo de brillo, las noches en el desierto son más apagadas. Por eso cuando la prometida entra a hurtadillas a su tienda. El sabor de la fruta prohibida, la excitación es demasiado como para poder contenerla. El sentido común le abandona casí a la velocidad de las ropas. Una sonrisa se le dibuja en la cara y todavía está ahí cuando despierta. Por lo menos hasta que ve al novio y a su prometida detrás...

- ¿Este es el que te ha forzado? - pregunta sin esperar respuesta. La voz de ella tan dulce hace unas horas se torna ahora agria mientras elabora un embuste con el que proteger su honra deduce. Que mejor manera de justificar que no se acude virgen al matrimonio piensa amargamente Bethel. Y tu has caido de cuatro patas. Dioses, ¿es que su suerte con las mujeres no puede cambiar un día de estos?

Salen de la tienda en busca del lider tribal para llevar a cabo el juicio, o más bien la sentencia. Pues no creo que se tarde mucho en pasar de una a otra. Afortunadamente el guardía que le han puesto lo han escogido por su fuerza física y no por su fuerza de voluntad. Un pequeño hechizo (Gracias mama, por esta breve enseñanza). Y pronto tiene un caballo bajo sus piernas. De repente, esa oferta de Omar parece mucho más tentadora que recorrer los mares de arena.

Jaali, a la vuelta de su segundo viaje al Refugio de Nethys, y mientras escribe su tratado sobre el Aliento no se entera de que han apresado a Omar. Esta enfrascado en las notas de su investigacion, sus sueños y las diferentes muestras de los vapores que ha traido y estudiado en el Templo bajo la supervision de uno de los compañeros de Faki.

Un dia, pasando por la plaza mayor para ir a comprar unos ingredientes para sus nuevos conjuros, ve una multitud congregada y gritando improperios.

Vaya, otra ejecucion. Es que la gente no se da cuenta que matar a un miembro de los Gremios es penado con la muerte? - piensa mientras acaricia el medallon que le identifica como miembro del Gremio de granjeros donde lleva toda su vida. En este momento, no tiene dinero que gastar en pertenecer al de los magos - Ademas, la comida en las fiestas del solsticio es mejor. No hay bocadillos duros ni nada de eso.

Se acerca entre la multitud y descubre con sorpresa a un ser atado con cadenas, que escuchando su sentencia de muerte, es incapaz de contener su miedo y fluctua entre su forma licantropa y la humana

Interesante - piensa en un primer momento - Faki estaria interesado en ver esto. No es tan sencillo ver a un licantropo en cautividad y aterrado. Que consecuencias tiene una fluctuacion tan continua en su estructura mol... - en ese momento identifica a Omar, y despues de quedarse con la boca abierta, nota que se le humedecen los ojos al recordar aquel primer viaje al Refugio. Haidar, al fin, ha sido vengado.  

Mira a su alrededor y ve a lo lejos a varios de sus ex compañeros a los que no ha visto desde entonces, que al parecer todavia trabajaban para Omar. Y a Dorwas, por supuesto, que vino hace unos meses a preguntarle por unas cimitarras con vetas de plata. Jaali, que despues de la aventura es lo primero que habia mirado, hizo como que no estaba y luego le mando un mensajero con los datos.

Sin embargo, la muerte de Omar le hace cambiar de opinion. Con ese capitulo cerrado, se acerca a ellos despues de la ejecucion y les dice

Hombre, pero si es mi pequeño amigo y sus secuaces. Que tal la vida? La espada te sigue hablando, Morbo? Dorwas, sigues abrazando todo lo que no puedes comprender? Supongo que eso te hara popular con las mujeres, no como a Omar - dice señalando el lugar donde se estan llevando el cadaver del licantropo. Y luego, despues de una pausa, al ver que no preguntan, añade muy ufano- Yo estoy escribiendo un libro. Sobre el aliento de Nethys. Volvi alli y acabe con todos esos peligros que no fuisteis - titubea y concede - fuimos capaces de solventar.

Otra vez de vuelta a Katapesh, otra vez aguantar las intrigas de mi familia... Por qué no me habré quedado en Solku? Por Mamá, ya... pero igual sería mejor tambien para ella, que tendría que estar aguantando menos comentarios imbéciles por parte de las tías...

Morbo se piensa muy seriamente el quedarse con el emir, pero decide tomarse un tiempo para reflexionar sobre lo que ha pasado, le dice cordialmente al emir que si la oferta aun esta en pie dentro de dos estaciones que volverá a Katapesh. Deja la espada con un monje explicándole la situación y decide tomar el camino por el que pase la primera mujer hermosa. Y así sin rumbo, pero con la cabeza alta, se aleja Morbo.