Partida Rol por web

Santiago coloca la silla de Cristian frente a él. Se sienta en uno de los grandes sofás de cuero blanco y abre su maletín mientras lo coloca frente a él, aunque no extrae nada de su interior.

Espero que haya pasado una buena noche, dice mientra sonríe amablemente. ¿Tiene el resultado de las votaciones?

Estimado santiago tengo mis votos y la noche fue francamente estimulante .

Como ya les comente a ellos mis elecciones son Melisse , jhoana , la parejita y James

Entre ellos conjuntan inteligencia , potencial , conocimientos , amor pese a ser algo especifico y claro adaptabilidad al medio.

Cristian coloco bien sus piernas

Tome tu reto como el gran ultimo reto intelectual y pese a querer vivir me percate que Jhoana puede entregar al grupo lo mismo que yo  y pensé en lo mejor para todos.

Dicho eso espero que podamos disfrutar de un estimulante intercambio de conocimientos cuando todo termine si me quedo fuera 

Santiago sonríe y asiente ante la última afirmación de Cristian. Apunta algo en una libretilla negra forrada en cuero que vuelve a colocar en el boslillo de su pantalón y dice.

Muchísimas gracias por su rápida y segura respuesta, Cristian. Podemos volver al vestíbulo por ahora.

Santiago entra en el gran salón y se sienta en uno de los grandes sofás de cuero blanco. Indica con su mano el sofá de enfrente para que Nara se siente en él. A su lado está entreabierto el maletín que siempre lleva consigo. Una vez cómodamente sentados, comenta,

Espero que haya pasado una buena noche, sonríe amablemente. ¿Tiene el resultado de las votaciones?

Sigo a Santiago, a pesar de que Melissa me había dicho algo, pero no pude responder. Acepto la invitación de Santiago para sentarme, y lo hago con timidez. Apenas me ha dado tiempo a procesar todo esto. Pero... ha llegado el momento.

Aunque aún no sé exactamente cómo va esto.

-Disculpe... ¿Tengo que votar a cuatro personas?-Pregunto, un poco aturdida por todo lo ocurrido a lo largo de la noche.

Santiago contesta amablemente a la dama del pelo rojo.

cinco por favor, sin incluírse a usted misma, si es tan amable.  Entiendo que es una noche llena de emociones y que debe estar consternada. Tómese unos minutos para pensarlo si lo necesita.

Permanezco durante un largo rato reflexionando. Había hablado con pocas personas hoy. Algunas me habían mostrado más hostilidad que otras, y a veces he sentido que debo votarlo.

-Bueno, por supuesto, quiero votar a mi marido, Santino.-Porque obviamente, él tiene más derecho a sobrevivir que cualquier otro.- Miles, también.-Un médico puede ser muy útil, a pesar de su consumo excesivo de drogas.-Amanda y Cristian también creo que deberían entrar.-Al fin y al cabo, a pesar del pesimismo de Amanda, me ha escuchado, aunque sea demasiado mayor... Y Cristian me ha conmovido con su último discurso.

Solo falta uno... Las dos mujeres del baño habían estado demasiado ocupadas haciendo no se qué. Una era prostituta, seguramente a punto de morir por alguna enfermedad. Y la otra había hecho un voto de castidad. Johana me pareció demasiado estúpida, y me tocó las narices. Y el Padre en fin... que arda en el Infierno con el resto.

-James es la última persona a la que quiero votar.

A ver si sois capaces de sobrevivir con una anciana que no puede engendrar... Si no fuera por Santino, desearía de todo corazón que las personas que he votado se pudrieran con el mundo.

Santiago apunta algo en una libreta forrada en cuero negro que saca de su bolsillo y la vuelve a guardar mientras dice.

Muchas gracias señorita Caravaggio por su votación. Ya podemos volver al vestíbulo.

Santiago entra en el gran salón y se sienta en uno de los grandes sofás de cuero blanco. Indica con su mano el sofá de enfrente para que el padre Samuel se siente en él. A su lado está entreabierto el maletín que siempre lleva consigo. Una vez cómodamente sentados, comenta,

Espero que haya pasado una buena noche, sonríe amablemente. ¿Tiene el resultado de las votaciones? 5 personas sin contarse a usted mismo

La he pasado muy bien gracias a usted hijo.

Muchas gracias.

Mi votación, algo difícil en verdad, pero si los tengo

1) James

2) Melisse

3) Johana

4) Miles

5) Danae

Santiago apunta algo en una libreta forrada en cuero negro que saca de su bolsillo y la vuelve a guardar mientras dice.

Muchas gracias Padre por su votación. Ya podemos volver al vestíbulo.

Santiago entra en el gran salón y se sienta en uno de los grandes sofás de cuero blanco. Indica con su mano el sofá de enfrente para que Johana se siente en él. A su lado está entreabierto el maletín que siempre lleva consigo. Una vez cómodamente sentados, comenta,

Siempre la veo bastante pensativa, sonríe amablemente. ¿Tiene el resultado de las votaciones?

Me siento en el sofa de enfrente de Santiago. Sus palabras me hacen esbozar una pequeña sonrisa:

Si, puedo decirte a las 5 personas ya. La noche ha sido entretenida, así que me he podido hacer una pequeña idea de cada persona y decidiré conforme a ella.

Mis dos primeros votos son para James y Melisse. Son gente joven y fuerte, no tienen ningún defecto aparente ni físico ni psicológico y no me caen mal.

El tercer voto es para Miles. Esta decisión es mas mirando a la necesidad de un médico en el grupo. Además esta necesidad se magnifica en mi caso si fuera elegida.

Hago una pequeña pausa. Estos tres primeros votos eran los que mas claros tenía y me salieron solos. Las siguientes palabras habían sido mas reflexionadas:

Los otros dos votos han sido mas difíciles, de hecho mas que elegirlos a ellos he descartado al resto. Los dos votos son para el Padre Samuel y para Cristian. Lo explico, Amanda no tiene ganas de vivir, no me fío de que Danae pueda tener ninguna enfermedad a parte que se le ve demasiado suelta y la pareja de Nara y Santino es demasiado inestable y son los que mas han hecho dudar de la sinceridad.

Me quedo mirando a Santiago en espera de una contestación o explicación o algo.

Santiago saca de su bolsillo uina libretita forrada en cuero negro y apunta en ella algo mientras asiente al discurso de Johana.

Interesante... muchísimas gracias por sus votaciones y las explicaciones que me ha dado al respecto, me parecen muy sensatas. Ya podemos regresar.

Dicho esto, guarda la libreta de nuevo en su bolsillo y se dirige al gran vestíbulo no sin antes dejar salir a la señorita Paterson delante.

Santiago entra en el gran salón y se sienta en uno de los grandes sofás de cuero blanco. Indica con su mano el sofá de enfrente para que James se siente en él. A su lado está entreabierto el maletín que siempre lleva consigo. Una vez cómodamente sentados, comenta,

¿Y bien señor Fabbri?, sonríe amablemente. ¿Tiene el resultado de las votaciones?... Recuerde, cinco personas son contarse a usted mismo.

Le miré sorprendido, no esperaba que ya fueran las votaciones. Aún no estaba seguro de quien se merecía ese sitio en el bunker. Miro a Santiago y contesto

-Aunque me hubiera gustado un poco mas de tiempo para meditarlo, creo que si puedo dar mi votación. En primer lugar quiero votar por Johana. Me parece una mujer con sentido común y que podrá adaptarse con facilidad al cambio que supondría esta nueva vida. En segundo lugar me gustaría votar por Miles, para que mentir, me ha caido bastante bién y un médico siempre puede ser útil, más cuando nuestra amiga la enfermera se ha obcecado desde el inicio de esta velada en morir. En tercer lugar quiero dar mi voto a Danae, me siento identificado con ella. Ambos hemos vivido mucho en el lado oscuro de esta sociedad y creo que es una auténtica superviviente, aunque es una pena que no haya podido hablar mucho con ella, así que voy confiar en mi instinto y darle mi voto.

Me paro a meditar un poco, faltan dos votos y dudo sobre a quién dárselo.

-Mi cuarto voto es para Melisse, todavía ella no lo sabe pero tiene un gran potencial y se merece una oportunidad de sacarlo, aunque sea con los cuatro últimos supervivientes de la raza humana. Por últimmo -Aquí no puedo evitarlo y sonrrío a Santiago con picardía. -Mi último voto es para Santino. ¿Por qué? se preguntará, creo que simplemente porque me va la marcha.

Santiago apunta algo en su libreta forrada en cuero negro que extrae de su bolsillo mientras sonríe sutilmente.

Muchas gracias, señor Fabbri, ya podemos volver al vestíbulo.

Santiago entra en el salón y se sienta en uno de los grandes sofás de cuero blanco. Indica con su mano el sofá de enfrente para que Melisse se siente en él. A su lado está entreabierto el maletín que siempre lleva consigo. Una vez cómodamente sentados, comenta,

Espero que haya pasado una buena noche, sonríe amablemente. ¿Tiene el resultado de las votaciones?

Apenas me había dado tiempo de conocer un poco mejor a mis compañeros cuando el nuestro misterioso anfitrión irrumpió en la sala pidiéndome que lo acompañara a un lugar aparte.

Cinco votos. Y cinco condenados. ¡Menudo papelón! 

Cuando llegó el momento de elegir a los supervivientes me apenaba tener que sacrificar a otros tantos tan a la ligera. Apenas tenía elementos de juicio excepto una primera impresión puramente superficial. Pero a eso era a lo único a lo que me podía agarrar. Recordé entonces a Cristian, el profesor paralítico, el cual me había ofrecido el poco alimento que le quedaba nada más cuando llegué hambrienta a aquella mansión. Luego estaba Afrodita, claro. Todavía no sabía lo que había empezado a sentir por ella pero si ambas sobrevivíamos tendría la intención de descubrirlo. El amor de Nara y Santino resultaba entrañable, pero no estaba segura segura de que una relación tan posesiva no acabara por perjudicar al resto del grupo.  Johana había demostrado ser una mujer inteligente y práctica, y Miles, a pesar de haber tenido alguna diferencia con él, había demostrado ser un hombre emprendedor y decidido.

Miré a Santiago por primera vez a los ojos.

- Señor, me he tomado la libertad de coger prestado uno de sus chandals. Espero que no le importe -comenté mientras acababa de decidir mis votaciones-. Respecto a mi decisión... pues he pensado que yo no quiero morir. No sé si podría votarme a mi misma; pero si es así, mi primer voto es para mí. Los otros cuatro votos serían para Cristian, Afro... ¡Dánae! -justo en ese momento me acordé de su nombre- Johana y Miles. Y bueno... si no pudiera votarme a mi misma, entonces que Nara ocupe mi lugar.

Tan pronto como acabé de hablar me sentí liberada. La decisión, para bien o para mal, ya estaba tomada.

Santiago sonríe y anota algo en su cuaderno forrado en cuero negro mientras Melisse habla. Cuando finaliza, Santiago mete despacio su cuaderno en el bolsillo de su pantalón y sonríe a la joven mientras comenta.

No se preocupe por los pantalones, de hecho le sientan mucho mejor que a mi. Lamentablemente, no puede votarse a sí misma esta noche, Melisse. El comité y yo habíamos decidido cinco votos sin contarse a uno mismo y creo que es la opción más justa.

Hace una pausa escrutando a la joven con una sutil sonrisa en su rostro.

Muchas gracias por sus votaciones, ya podemos volver al vestíbulo. Ya falta poco para que todo se resuelva.