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MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL CAMINO DE LA BRUJA.

UNA HORA DESPUÉS DEL MEDIODÍA

Tras que Serveris lo pusiera acertadamente al descubierto, la criatura se deslizó por debajo del suelo, no sin antes recibir algunos golpes por su osadía a la hora de intentar hechizar a alguno de nosotros. Se le oía gañir y deslizarse, pero los intento de Sandru por llegar a su posición fueron inútiles.

Ocultarse ahora no conduciría a nada así que el varisio vio su oportunidad cuando el abominable engendro salió corriendo de la casa, no sin que Propiedad lo cortara con su hacha. Ahora sólo el bárbaro tenía una línea directa con la chillona criatura, más Sandru se preparó por para reforzar su asalto e impedir que la criatura pudiera huir para plantarles cara más adelante.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL CAMINO DE LA BRUJA.

UNA HORA DESPUÉS DEL MEDIODÍA

Todo había transcurrido demasiado rápido y en aquel lapso, Vankor sentía que había lagunas que no terminaba de comprender. Ahora miraba el cuerpo de aquella criatura extraña, partida en dos por el hacha del bárbar y cuya columna había sentido resquebrajarse bajo su propio pie, con cierta sorpresa. Unos minutos antes, testigo de cómo Sandru y Bevelek acababan con algunas ratas de tamaño descomunal en su proceso de investigación sobre aquella propiedad de la vieja bruja, se había mantenido firme junto a Bevelek siguiendo las órdenes que le habían dado. Poco después, era Bevelek quien se movía de un lado a otro y se veía obligado a seguirlo sin un objetivo claro. A partir de ahí, todo se volvía difuso. Recordaba haber entrado en compañía de Giorgino a la casa, haber pateado dos puertas y poco más, salvo sentirse víctima de un horror sin igual como nunca había sentido.

Un miedo bajo cuya compulsión había corrido como alma que llevara el diablo, sin un destino salvo el de alejarse de allí, del foco de su terror. Fuera como fuera incluso aquello había desaparecido, casi por obra de magia, como magia había sido, sin que él lo supiera, la que le había generado su miedo. Furioso y avergonzado, había regresado con el objeto de vengarse y ahora, el objeto de su venganza se hallaba en el suelo, muerto. Y algo en él, se avergonzaba también de aquella muerte, de la desaparición de aquel ser que ni siquiera los había atacado físicamente, que se hallaba en su hogar tranquilamente hasta que ellos, sedientos de aventuras y peleas, habían irrumpido para destruir y matar.

-Lo siento -musitó quedamente.

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UNA HORA DESPUÉS DEL MEDIODÍA.

- Qué feo es el condenado, ¿verdad?- con una expresión de asco, Propiedad Transitiva le empujó con el pie, aunque claro, partido por la mitad, poco probable era que se moviera. Y no lo hizo- En fin, otro bicho horrendo muerto. Al final nos vamos a especializar, ¿no os parece?

Sin el más mínimo escrúpulo ni clase alguna de arrepentimiento, se agachó para registrar al mitad rata si es que tenía algo que registrar mientras miraba al resto de compañeros.

- Yo saquearía las casas, o bueno, las construcciones estas que nos rodean, y cuando veamos que no queda nada que nos hayamos apropiado, seguiría ruta. ¿No os parece?

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL CAMINO DE LA BRUJA.

UNA HORA DESPUÉS DEL MEDIODÍA.

La puerta de la choza cede ante un poderoso golpe de Vankor, quien parece ser un hombre muy vigoroso. La primera impresión es que es muy superior a todo el resto, pero siempre me ha quedado la duda si realmente es más fuerte que yo.

"Sé que soy mucho más fuerte de lo que aparento, pues estoy acostumbrado a trabajos muy pesados en el campo y mis músculos han sido bien trabajados. No es la idea competir, pero estoy seguro de estar a la altura de un trabajo que él pueda realizar."

Al ingresar, detecto que hay algo debajo de la tablas podridas del suelo. Desenvaino mi katana, dejando al descubierto un filo como ninguno que se haya visto en esta parte del mundo, amenazador y hermoso a la vez, una obra maestra de artesanos ya inexistentes. Lo hundo entre los tablones pero no siento que le haya dado a nada, mientras escucho que la criatura se ha adentrado más en la casa, o lo que queda de ella.

La seguimos rápidamente, lo que nos obliga a pasar por lo que parece haber sido un laboratorio de alquimia que ha visto tiempos mejores. Miro la zona con detenimiento y veo, entre otras cosas, el cadáver de quien probablemente era la bruja que habitaba este lugar.

De pronto, Vankor comienza a huir y no entiendo qué sucede hasta que siento también un gran miedo, algo innatural, que cala mi cuerpo y me obliga a huir sin razón alguna. Huyo rápidamente hasta que, sin aviso, dejo de temer. Entiendo entonces que probablemente fue alguna clase de magia lo que provocó aquel temor y no el hecho de que mi valor fuese insuficiente.

Vuelvo de forma inmediata a aquel lugar del que huí y, muy molesto por lo ocurrido, doy un pisotón sobre el suelo, haciendo que toda la casa tiemble y destruyendo el suelo, exponiendo a la fea y abominable criatura. Miro su rostro mientras parece querer lanzar un conjuro y varios de nosotros le encajamos un golpe aunque ninguno es capaz de matarla.

Huye nuevamente e intento seguirla por el subsuelo, pero entiendo que no quepo por ahí, por lo que subo y me dirijo a la puerta de la casa, que es la dirección en la que ella va huyendo.

Sale de la casa y la sigo a toda velocidad, solo para ver como Vankor la pisa y la acaba finalmente. Limpio mi katana con agua y vuelvo a enfundarla pues, este combate ha terminado con una victoria para nosotros, purgando a aquellas horribles criaturas para que no amenacen a nadie más.

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL CAMINO DE LA BRUJA.

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Giorgino no pensaba dejar escapar a aquella horrible criatura, la detendría a cualquier precio y por eso cogió impulso para correr lo máximo que pudiera. Calculó como evitar a Vankor y a Propiedad transitiva pero el impulso fue demasiado impetuoso, tanto que lo hizo tropezar desequilibrándolo tanto que fue directamente a estamparse contra una pared. El efecto rebote le hizo caer de espaldas en el suelo donde se quedó viendo las estrellas.

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL CAMINO DE LA BRUJA.

UNA HORA DESPUÉS DEL MEDIODÍA.

La criatura salió disparada con la intención de perderse en las nieblas y el terreno accidentado del pantano, pero la fortuna quiso que saliera por el lado de la puerta de la ruinosa cabaña, y antes de que pudiera alejarse lo suficiente fue alcanzada por Vankor, el cual de un fuerte pisotón quebró su lomo, dejándola inerme. Si quedaba algún aliento de vida en la antinatural criatura nunca se sabría, ya que Propiedad lo partió limpiamente por la mitad con su acero de un contundente golpe.

Sandru llegó a tiempo de observar las dos mitades de la horrible mezcla entre roedor y humanoide, pensado que los experimentos de la Bruja no se limitaban sólo a ella misma. El sonido de un tremendo porrazo lo sacó de esos pensamientos, y no teniendo a la vista a su sobrino se dio la vuelta en una rápida carrera hasta llegar a su posición en el interior de la casa. Estaba tendido en el suelo con aspecto aturdido.

- Esto es lo que pasa cuando tus pies van más deprisa que tu cerebro, Giorgio... -

Tendió la mano izquierda al joven y mientras lo ayudaba a levantarse enfundó su cimitarra, observando críticamente la estructura del ruinoso caserón. No parecía muy sólido, nunca lo había sido probablemente, más el tiempo de abandono y humedades unido a el avance inexorable del pantano lo habían dejado en un estado próximo al derrumbe.

Sandru se agachó, tomando la encendida antorcha del  suelo con cuidado. No creía que la húmeda madera fuese a a prender súbitamente, más toda precaución era poca. Alzó la otra mano mientras musitaba una advertencia.

- Cuidado. El edificio podría caerse en cualquier momento, si bien no creo que haya más enemigos cerca. Creo que podría atarme la cuerda a la cintura y vosotros sostener su extremos fuera de la casa. Trataré de hacer un veloz registro y ver si hay algún tesoro de interés u otra cosa. Pero entrar varios podría ser muy peligroso. Trataré de ser rápido. -

El varisio saca una cuerda de su mochila, y le da un par de vueltas a su cintura mientras os tiende el otro extremo, preparado para entrar a explorar la casa.

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Giorgino aceptó la ayuda de su tío y se incorporó algo mareado, estaba decepcionado consigo mismo por lo que había pasado.

-Lo siento tío, quería detener a la rata y me tropecé, entonces esta pared apareció de repente frente a mi y no pude evitarla.

Se quedó quieto mientras calibraba sus sentidos, el mareo se le iba pasando poco a poco pero el dolor del golpe proseguía, probablemente durante un buen rato. Observó la casa y asintió a las palabras de su tío.

-Es verdad tío, hay que tener cuidado, esta casa está a punto de caerse, cualquier golpe o rotura podría hacer que todo se viniera abajo.

Y por otro lado no habían hecho todo aquello para luchar con unas ratas asquerosas y marcharse sin más, habían ido a buscar tesoros y a enfrentarse a una bruja, como la bruja parecía haber muerto hacía tiempo al menos les quedaban los tesoros.

-¿Que pasó con la rata? Rata por llamarlo de alguna manera. ¿Que era eso tío? ¿Conseguisteis matarla? -Mientras esperaba respuesta vio a Sandru atarse una cuerda a la cintura con la intención de adentrarse en la casa y explorarla. En otras circunstancias seguro que habría dejado que Giorgino lo hiciera, pero ahora todos pensarían que era un torpe tras su accidente.- Tío, ¿Y si me dejas ir a mi? Yo soy más ligero y la estructura ni se enterará que estoy mirando, prometo no volver a tropezarme.

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Sandru mira a Giorgino con aire crítico mientras acaba de asegurar la cuerda a su cintura. Mira alternativamente a la pared, y a su sobrino, a su sobrino y a la pared. Parecía una pared bastante hermosa para no verla, y no parecía que se fuera a mover para interceptar a nadie.

- Después de ese golpe te veo aún un poco aturdido Giorgio. Lo vamos a dejar para otra vez, cuando tengas las ideas más claras. Sal de la casa despacito y sin golpear nada querido sobrino, y que Bevelek te mire ese chichón que te debe estar saliendo. Además necesito que vayáis reuniendo algo de madera seca que no sea de la casa. Hay que quemar esa cosa-rata antes de irse. -

El varisio deja en las manos de Vankor el cabo, y hace una seña a Propiedad para que le eche una mano. Después de eso antorcha en mano, se interna con cuidado en la ruinosa casa.

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Resulta evidente que Propiedad Transitiva iba a entrar en la casa, pero ante las palabras de Vankor, bufa ligeramente, y luego asiente, agarrando también la cuerda cuyo extremo ha quedado en las manos de Vankor, por si fuera necesario sacar a Sandru de ahí

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL CAMINO DE LA BRUJA.

UNA HORA DESPUÉS DEL MEDIODÍA.

Aún con la cuerda atada a la cintura, el varisio se movía deprisa y con cuidado. parecía que sus movimientos seguían un patrón, arriba, abajo, izquierda, derecha, toque, toque. El ágil mercader parecía versado en las artes de moverse con precaución y no hacer ruido ni llamar la atención.

Los sonidos de los golpes que alguien producía en la sala contigua hacían que se encogiera levemente, pensando que en cualquier momento el podrido caserón podría venirse abajo. Sin embargo no fue así de momento, y eso le permitió encontrar un escondido alijo de algo que parecía interesante.

Tomó con rapidez lo que allí había sin dedicarle mucho tiempo a examinarlo en profundidad y tomó el camino más directo al exterior de la ruina cuyos muros amenazaban con derrumbarse bajo el incesante golpeteo de... ¡De Vankor!

- Chico, ten cuidado, esto no parece muy seguro. Hay ventanas, podemos tratar de abrir alguna con mi garfio. -

Sandru se dirige de manera apresurada hacia la salida de la edificación.

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL CAMINO DE LA BRUJA.

UNA HORA DESPUÉS DEL MEDIODÍA.

La búsqueda en el cobertizo por fin empezó a dar sus frutos y con la ayuda de Serveris encontró algo de madera seca.

-Supongo que esta servirá. Ayúdame a sacarla fuera.

Una vez fuera hicieron una pequeña pira con toda la madera seca que habían conseguido y Giorgino esperó a que su tío y los que estaban dentro de la casa salieran. Desde el interior se escuchaban algunos golpes y vio como la casa se tambaleaba.

-¡Eh! ¡Que se os va a caer la casa encima! ¡Nosotros ya tenemos la madera! ¡¿Enciendo el fuego tito Sandru?!

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL CAMINO DE LA BRUJA.

UNA HORA DESPUÉS DEL MEDIODÍA.

Bevelek salió de la casa refunfuñando y con los dos trozos de un virote que había quedado roto e inservible. Ya había perdido un par de virotes desde que había comenzado aquella expedición. Con desgana lanzó los trozos de su proyectil al suelo. Iba a tener que comprar nuevos proyectiles cuando volviera a la ciudad.

—Al final no sé muy bien que hacemos aquí. La bruja no estaba y las ratas eran grandes y gordas, por cierto ¿qué era ese bichejo que mató Vankor?

Miró a sus compañeros a la espera de si alguno podía ofrecerle alguna respuesta clara sobre eso, nunca se había encontrado en su vida con un ser como ese aunque tampoco se había aventurado al pantano de esa forma.

—Creo que no debemos perder mucho tiempo más por aquí, cuanto antes vayamos a buscar los barcos, antes nos evitaremos que la noche se nos eche encima.

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DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EXTERIOR DE LA CASA DE LA BRUJA.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EXTERIOR DE LA CASA DE LA BRUJA.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Tras dar el visto bueno al fuego que consume a la horrible rata humanoide, y dejando un tiempo para ver consumirse sus restos, Sandru hace algún apunte a lo preguntado por Bevelek.

- La verdad no tengo ni idea de qué era esa cosa, Bevelek. Las Brujas a veces tienen gatos, cuervos o ratas que les sirven y cumplen su voluntad, les protegen y espían por ellos y quizás otras cosas más oscuras. Pero nunca había visto semejante aberración, dicho sea. -

Mientras el fuego crepita, el varisio les hace un gesto para que se reúnan a examinar el alijo que encontró en la casa de la Vieja Megus. Deja a la vista una pequeña pila de monedas de oro, una daga en una funda de acero y un par de pergaminos que no deposita en el suelo sino que sostiene en la mano junto con un tubo, posiblemente para evitar que la humedad los dañe.

- Bien, treinta y tres piezas de oro, una excelente daga con su funda de acero y un par de pergaminos interesantes son todo lo que he podido encontrar. Parece como si esa rata-cosa lo hubiera guardado bajo el suelo relativamente protegido de la humedad, quizás porque eran los bienes de su ama la Bruja. Y sí era una maldita Bruja, no me cabe la menor duda. Nadie con un ápice de bondad en el cuerpo tendría algo así viviendo bajo su techo. Era un monstruo horrible, y me pareció incluso que canturreaba algún conjuro con su vocecilla ratonil. Quizás sus magias os hicieron perder la cabeza, amigos.

El caso es que el primer pergamino contiene algunos conjuros. No tengo mucha experiencia en estos asuntos, así que los guardaré para que Ameiko y Koya puedan examinarlos cuando volvamos a Punta Arena.

El segundo es harina de otro costal. Refleja un mapa detallado del Pantano de Tocón de Salmuera con todos los puntos importantes que la Bruja exploró en el pantano, incluyendo la situación de la aldea Lamesapos, los naufragios, su propia cabaña, y las cuevas, si bien no ha explorado estas últimas aparentemente indicando como recordatorio que no parecía merecer la pena el riesgo.

Haciendo eco de las palabras de Bevelek, creo que sería lo mejor usar el bote para cruzar el río en pos del segundo naufragio, que según el mapa queda bastante cerca. Como sólo cabemos cuatro, será mejor que al pasar la primera tanda, dos vuelvan a por los otros dos que quedan en esta orilla. Propongo que pasemos primero Propiedad, Giorgino, Vankor y yo mismo. Vankor y yo volveremos a por Serveris y Bevelek y nos reuniremos de nuevo en la orilla opuesta. ¿Os parece que empecemos ya? La tarde cae y los días son cortos. -

El mercader enrolla los pergaminos introduciendo ambos de nuevo en el tubo y pasa la daga con su funda de acero a Giorgino.

- Toma sobrino, he visto que llevas una daga, pero esta está muy afilada, podrás darle buen uso mientras decidimos qué hacer finalmente con ella. - Tras eso el varisio se dispone a comprobar el estado general del bote en orden de certificar que no les deje a merced de las lampreas gigantes que se dice nadan en el Río Empapado.

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EXTERIOR DE LA CASA DE LA BRUJA.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

La revisión de la cabaña nos indica que no hay absolutamente ninguna cosa de valor para mí. Después de eso solo ayudé a Giorgino a recoger madera lo suficientemente seca para quemar esa rata con cara de humano. Cuando ya lo tenemos listo, pienso un momento la situación y le hablo a Sandru:

 - "Sr. Vhiski, creo que debemos quemar toda esta choza podrida junto con los cuerpos. Solo sirve como refugio para alimañas y como una trampa que se derrumbará sobre alguien. La bruja ya no la necesita y creo que quemarla junto con las inmundicias de su interior es lo más sano para todos."

La verdad es que en ese laboratorio no se hacía nada bueno, por lo que hacerlo desaparecer es lo mejor que podemos hacer en este momento.

Luego me concentro en el aquel bote, constatando que está en condiciones de ser utilizado. Lo indico al resto y Sandru propone que yo forme parte del segundo viaje, a lo que no veo problema alguno. Tomo una posición en la que pueda defenderme de cualquier ataque que provenga mientras esperamos solos con Bevelek.

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PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

-¡Sabía que era una bruja tito! ¡Ya os lo dije! Ahora nadie tendrá que temerla, parece que la vieja murió por sus experimentos y nos hemos encargado de sus criaturas. ¿Creéis que habrá una recompensa por esto también? Deberíamos preguntar cuando regresemos a Punta Arena.

Escuchó con atención el tesoro que habían encontrado, no sería para hacerles ricos pero era bastante jugoso, al menos para Giorgino. Cuando su tío le entregó la daga se sorprendió y alegró.

-¡Vaya tío Sandru, muchas gracias! -En cuanto tuvo la daga en las manos la sacó de su funda y la enseñó a todos.- Si que está afilada si... Yo la guardaré hasta el final del viaje.

En realidad las dagas no eran su arma favorita, prefería el cuchillo de estrellas y los fulares varisios, pero debía admitir que en la pelea de la cabaña le había resultado útil el filo más largo de una para poder meterlo entre las tablas.

O al menos hubiera sido útil si le hubiera dado a la cosa esa...

Después escuchó el plan de su tío para desplazarse y asintió con la cabeza.

-A mi me parece bien, lo de ir en barca y lo de quemar la casa. Primo Vankor, ¿Crees que podrías derribarla de una patada?

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PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

- Estoy de acuerdo tanto con salir con la barca como con quemar esto entero. Es un lugar horrible, y como dice Severis, mejor hacerlo desaparecer. La pena es no poder hacerlo con bruja dentro- ríe como si hubiera gastado un chiste y luego me preparo para partir en el pequeño bote.

Realmente hubiera preferido obtener algo del tesoro, pero... ya caería algo. Había que reconocer que estos Vhiski sabían como ganar dinero, y como evitar el aburrimiento.

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EXTERIOR DE LA CASA DE LA BRUJA.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

El mercader asiente en primera instancia a las palabras de Serveris, sonriendo a continuación las palabras de su sobrino, y cabeceando así mismo afirmativamente a la intervención de Kromdal.

- Estoy de acuerdo con vosotros. Esta ruina es peligrosa para cualquiera y hace más mal que bien que esté en pie. Se impone tirarla abajo, y si la humedad que la empapa lo permitiera, reducirla a cenizas. -

Sandru mira pensativamente en dirección al barco, a las cuevas y a la zona que han dejado atrás donde cree que pudieron atisbar al Monstruo del Lago Empapado.

- Ahora bien me pregunto si fuera mejor dejar esa tarea para después de nuestra incursión al naufragio en orden de no dedicar aquí demasiado tiempo por una parte que primero, nos haga perder la luz diurna, y en segundo término no provocar una intensa humareda que indique un foco de actividad en la zona. Alguien o algo podría venir a investigar. En todo caso lo dejaré a vuestro criterio, iré revisando el bote. -

Mira de reojo al ceñudo Sahoanti antes de dirigirse al bote.

- Kromdal, me pregunto si podrías guardar el oro que hemos encontrado. Yo voy algo cargado ya, y no es bueno llevar tanta calderilla encima para moverse en silencio, ya me entiendes. - Sandru sonríe mientras le tiende al bárbaro el saquillo con las treinta y tres piezas de oro encontradas.

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PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

-Quizá sí, quizá no -respondió a Giorgino al tiempo que se encogía de hombros-, pero no veo la necesidad de hacerlo. En cuanto a quemarla, salvo que queramos que se sepa que estamos aquí, calentándonos el culo con una fogata, tampoco le veo la necesidad. Todo esto tardará poco en caerse de forma natural. A veces, dejar que todo siga su curso es mejor.

Aún estaba avergonzado de su huida y agradecía que nadie dijera nada y que incluso Sandru intentara justificarlo como una acción del engendro que había matado.

-Te acompaño, jefe Sandru. Mejor no andar solo por estas tierras -dijo siguiéndolo en la inspección al bote.