Partida Rol por web

No se el peso exacto ahora mismo, pero puedo decírselo en una hora, por otro lado, estas armas son inútiles sin sus lanzaderas, y lo que es mas importante, sin los microchips. Si falta alguno de los tres componentes no se puede proceder al lanzamiento, por lo que la forma mas fácil de desactivarlas es rompiendo esos microchips.

Si, eso inutilizaría el arma, impidiendo su lanzamiento

Miro a Sullivan y le digo:

- Lo más seguro es que usaran vehículo o helicóptero, algún medio de transporte.

Luego doy un paso hacia Ethwin:

- ¿Estas armas tienen lanzaderas y microchips específicos? ¿Es posible que consigan componentes alternativos?

Devon permanecio callado, un buen rato, unicamente apuntando y dejando que su mente trabajara con la informacion que le estaban aportando.

Nego con la cabeza realmente molesto por la actitud de sus nuevos compañeros... esa falta de profesionalidad se le clavaba como una espina, y entendia a la perfeccion el cabro del Comandante.

En un momento se acerco al "jefe" y le dijo algo a el... - Jefe... por favor, evite decir nada de posibles ideas delante del comandante... Queramos o no, aqui todos son sospechosos y decir en voz alta lo que pensamos es cagarla ¿Entiende? - no le gustaba tener que decirle lo que tiene que hacer, pero esta fallando en lo mas basico en una investigacion...

Apunto mas cosas cuando entraron a ver las armas, y como ha dicho, es obvio que eso a mano no lo han podido sacar de ahi. Espero a la respuesta del comandante para seguir anotando.

Habiendo escuchado la pregunta de Paula, no puedo evitar comentar:
¡Esperemos que no!. Este asunto es ya bastante feo como para tener que preocuparnos de esas armas activas y desaparecidas. No obstante, espero que pueda confirmar eso, comandante.
Tras decir esto, miro a todo el grupo y sigo.
De todos modos, ya sabéis la manera de quitarlas de en medio. Si por alguna fatalidad, los criminales logran activarlas, no olvidéis el detalle del chip.
Vuelvo a examinar el deposito de armas experimentales y no puedo evitar fruncir el ceño con preocupación al ver los huecos que han dejado las armas desaparecidas. Finalmente, digo.
Si creéis que hemos acabado aquí, sigamos. Tenemos todavía tareas pendientes.

Me acerco y me agacho hasta quedar a la altura de uno de los misiles, paso la mano por encima de el sonriente.

Joder, menudos cacharritos, seguro que ver uno de estos explotar tiene que ser una pasada, ¿tienen vídeos en donde se vea lo que hacen? miro al jefe Thomas, Por supuesto solo se trata de una visualización meramente informativa, deberíamos estar preparados para, ¿para lo que sea no?

Sonrío y me pongo en pié, me quito mi sombrero y me hecho el pelo un poco para atrás para volver a ponérmelo encima, me dirijo a Akane, Dime preciosa, no empiezas a tener un poco de frío, mi mirada se clava en la suya, mientras mi sonrisa se agranda un poco.

Me quedo mirando a Enrique durante unos segundos con cara de desprecio...

"Seguro que ver uno de estos explotar tiene que ser una pasada" ¿Eso es lo mejor que se te ocurre en esta situación? suspiro con mientras niego con la cabeza...

¿Me imagino que tendrán una base de datos que registre toda la gente que usa esta puerta verdad? dirigiendome este vez al Comandante.

No tenemos grabaciones, pero almenos podemos revisar esos registros para ver quien usó los sistemas de acceso esa noche. Hay tres controles para poder entrar: las llaves para el ascensor, la deteccion ocular más el codigo, y finalmente la dactilar para la camara acorazada.

En algún registro tiene que salir algo que nos de alguna sospecha sobre lo que paso.

Me quedo pensativo tras escuchar a Enrique y, finalmente, digo.
Por lo que he podido apreciar, estas armas son perforantes, altamente explosivas e incendiarias. Si son capaces de perforar el blindaje de hormigon armado de un bunker y, una vez dentro, detonan generando esa ola de calor, son perfectas para destrozar cualquier tipo de edificio provocando un alto índice de bajas.
Si a esto añadimos el radio de acción de los proyectiles en donde pueden montarse, creo que estamos ante un grupo terrorista particularmente bien entrenado. Por que no creo que esta clase de armamento se use para reventar un banco. Seria demasiado llamativo y además, la explosión dañaría el interior de toda la cámara acorazada.
La preocupación se refleja en mi rostro una vez dicho esto.
Escucho entonces a Akane y añado.
Si hemos terminado aquí, marchemonos. Comandante, ya ha oido a mi compañera. No estaría mal poder identificar algún rastro de los autores del crimen. Empecemos a movernos.

La mirada del comandante se clava en la de Devon Adair, cuando parece susurrar algo al oído de Thomas... es mas que evidente que no le gusta que eso ocurra, y mas si se trata de sus compañeros en la conversación, o de él mismo.

Dominik, que parece ni haberse inmutado por el frío, mira a los demás... Esta bien salgamos de aquí. Se acerca a la puerta y de nuevo marca un código, esta vez sin poner ninguna identificación, la puerta se abre, y podéis salir, agradeciendo la relativa buena temperatura en el exterior de la sala.

La puerta se cierra de nuevo de forma automática, haciendo un sonoro ruido, aunque para nada despista a los trabajadores de sus quehaceres.

Muy bien vayamos por partes.

Si, tanto los chips como las lanzaderas son específicos, los chips por su codificación, y las lanzaderas por un pequeño circuito integrado en su placa, que detecta el misil cargado, dando al microchip una validación de lanzamiento.

Se gira hacia Enrique y lo mira inquisitivo... ¿Es usted agente de la ley?, porque esa pregunta me ha parecido totalmente fuera de lugar.

Y en cuanto a usted señorita Akane, si tenemos un sistema que registra la hora de entrada a esta sala de todo el mundo, pero hay que pedirla al pentágono para que la envíen. Como supondrá es lo primero que hicimos, y no creo que tarde demasiado en llegar. Al igual que los informes de cada una de las personas con acceso a esta sala.

Una vez respondidos, os mira, si os parece regresemos a la sala de antes y dejemos trabajar a estos señores. Sin mas, y por el mismo camino, con los mismo controles, regresáis a la sala, en donde el Comandante espera vuestras peticiones o decisiones...

Si deséan dividirse, les asignaré alguien que les acompañe a donde deseen.

Después del último comentario de Ethwin me dirijo a Sullivan.

- Sullivan, ¿tú qué opinas?

Escucho la pregunta de Paula y respondo.
Recuerdo, Comandante, que se nos ofreció unos mapas de todo el complejo. Me parecen algo necesario pues esos mapas permitirán moverse a mi gente sin necesidad de un guia. De esta manera, podrán actuar con mayor libertad.
Dicho esto, me encamino hacia la salida del almacén de armas. Ya en la puerta me giro y añado.
Todos sabéis ya lo que tenemos que hacer. Necesitamos la autopsia de un par de los fallecidos. Es necesario interrogar al capitán que cambio su turno. No olvidemos un examen químico de esas pastillas que usaron para dormir al resto de la guarnición. También es precisa una revisión de todos los sistemas de seguridad. Y un examen detallado de esa extraña imagen que ha aparecido.
Sonrío brevemente y añado.
Espero no estar olvidando nada. Podéis escoger la tarea que mas adecuada os parezca. Yo ayudare a aquel que necesite un compañero en su labor.

Yo me encargo de revisar que todos los sistemas de seguridad funcionen perfectamente. Ademas en cuanto lleguen los datos del Pentágono quiero ver que sucedió esa noche con los codigos y los accesos.

Comandante si puede asigneme a alguno de sus hombres con conocimientos necesarios de seguridad para que pueda guiarme en la investigación. Siempre va bien tener a alguien que conoce el terreno...

Yo me encargo de hacer preguntas al Capitan - dijo sin rodeos cerrando la libretita y llevandola en la mano

- Esta bién, yo observaré los cuerpos - digo con decisión - ¿Me ayudas O'Callahan?

No me voy a perder la parte divertida del dia, Lemark

Parezco ponerme algo mas activo ante la posibilidad de hacer algo, la sala de armas me ha resultado un tanto aburrida

Mis compañeros se van repartiendo las diferentes tareas y noto que falta uno. Desde la puerta de la armeria digo.
¿Y tu Enrique?. Quizás Akane o Devon necesiten ayuda en sus tareas. Si es así, propongo que tu vayas con quien creas y yo iré con el otro.
Y antes de que Enrique conteste añado.
Y recordad que todos estamos comunicados.
Y vuelvo a tocarme la oreja en donde llevo el receptor del Bluetooh.
Si ocurre algún imprevisto o bien, descubrís algo importante, no dudéis en comunicarlo al resto del equipo. Y otra cosa. Añado.
Conforme vayamos terminando, sugiero reunirnos en la sala anterior para ir compartiendo los datos obtenidos.

Sonrío ante la repartición de tareas, y miro a Akane todavía mas sonriente al escuchar las palabras del jefe, toco un poco el ala de mi sombrero y me coloco al lado de Devon.

Lo mío no son los chismes electrónicos ni nada parecido, me iré a preguntar a los soldaditos por ahí.

¿Vamos? Termino diciendo a Devon.

Entre charla y decisiones sobre el siguiente movimiento, llegáis a la sala de reuniones del principio, el comandante abre la puerta y entra pero no parece sentarse. Tan solo se acerca a la mesa del medio y llama desde el aparato de la misma... Por favor, que se presenten el Teniente Carl Stron y a LLoyd, que se presenten inmediatamente en la sala de reuniones.

Seguidamente sale de la sala y cierra la puerta tras de sí. Enseguida vendrán para guiarlos por la base hasta donde quieran, a partir de ahí pueden emplear los mapas que encontrarán repartidos por la base para moverse por ella, o pueden preguntar a cualquiera de los soldados.

Me giro hacia O´Callahan y Lemark y los miro, En cuanto vengan Trashman y Stron les guiaré hasta la morgue. Casi no le da tiempo para terminar sus palabras y los hombres aparecen girando uno de los muros.

Perfecto, ya están aquí. Trashman, acompañe a la señorita Matsumoto y a Sullivan a la sala de vigilancia, teniente, estos dos caballeros van a realizar algunas preguntas, confío en que les llevará con quién quiera hablar, y porfavor, pida que sean francos, están aquí para ayudarnos.

Tras terminar da media vuelta y comienza a caminar hacia un lado... Vamos, es hora de ir a la morgue.

Veo que llegan nuestros guías, así que ya podemos ir a la morgue. Entonces miro a O'Callahan y asiento con la cabeza, dando a entender que es nuestra hora de actuar.

Estiro los brazos, haciendo crugir los dedos, tras lo que recojo mi maletin

toca trabajar

Volvéis los dos caminando por la base, el camino de regreso es bastante sencillo y no parece tener complicación alguna, no tardáis en ver la puerta de la sala de reuniones de nuevo. Cuando llegáis la abrís y entráis, encontrándoos dentro a Enrique del Pozo, apoyado en una silla, con los pies sobre la mesa y el transmisor Bluetooth sobre la mesa. En sus orejas parece tener metidos unos auriculares, y mueve las manos seguramente al ritmo de alguna musiquilla....

No parece haberse percatado de vuestra llegada, pues está con los ojos cerrados...