Partida Rol por web

El reinado de los Strigoi: Capítulo I

Capítulo 2: Susurros del pasado

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19/03/2018, 16:00
Director

Y en la Primera Ciudad estabais…

Es de noche, pero la Primera Ciudad no duerme. Un lugar donde conviven humanos y vampiros, todos conocedores de la realidad y existencia de estos últimos. Tras el sol abrasador del resto de días, la noche da tregua al calor y se nota en el ambiente. La gente está más activa y la población sigue bulliciosa.

Os encontráis algo apartados, pero podéis ver desde donde estáis bien el mercado de mujeres. Cómo las exhiben para buscarles un buen marido para que puedan tener una vida acorde a su estatus y belleza. Os han acomodado a un lado de forma privilegiada, para que no os perdáis detalle e incluso superviséis que todo se hace de la forma más justa, o no, en vuestras manos quedaba la elección.

Veddartha bebe de una copa que uno de los esclavos le sirve. Va vestido con una túnica exquisita y exclusiva, como todo lo que le gustaba llevar. 

-Esto no va a durar para siempre y lo sabéis, hermanos- él está recostado en un precioso y lujoso diván, así como los que han dispuesto para el resto. –Tendremos que hacer algo. Sé que los humanos van a revelarse. Tengo oídos en los campos y ojos en los pueblos más cercanos… Nos temen y odian a partes iguales. Saben que nos deben vasallaje pero veo la afronta en sus ojos. Tienen esa chispa en la mirada que me dice que quemarán la ciudad y armarán una revolución en la que nos darán caza, hermanos…

Troile el viejo se remueve, no teme de los humanos pero sí de su chiquillo que parece mostrar demasiado interés en tomar el poder. Su poder. 

-No es a los humanos a quien temo, hermano. Vosotros sois peores que cualquier humano con deseos de poder... Debemos buscar una solución, en caso de que las cosas se pongan feas. Pero no solo porque los humanos quieran retomar el liderazgo, sino porque nuestros vástagos confabulen por tomar nuestra sangre- bebe inquieto.

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24/03/2018, 12:24
Syria Keogh

Me descubro recostada sobre uno de esos preciosos divanes de rica madera labrada y suave tela. El festival de aromas se despliega ante mi, inundando mis fosas nasales y descendiendo por mi esófago. No, no soy Syria. Consciente soy de que la piel fría que visto corresponde a otra cosa. Algo con la capacidad de discernir olores a una distancia que un humano nunca imaginaría. Sé lo que soy y donde estoy, a mi mente vienen nombres que recuerdo sin recordar, distingo caras... pero me creo incapaz de describir la mía, o de pronunciar mi propio nombre. No obstante, tengo claro soy un vástago. Y no uno cualquiera.

Mis pies no son de mujer, sino de un hombre. Pálidos de piel, pero con un toque que denota que quizá cuando mi corazón aún latía, estaban tintados de un color tostado y sedoso. Están calzados con una sandalias de piel y, algo mas arriba, comienza lo que parecen unos pantalones tipo harem, muy anchos y de tela de un rojo vivo como la sangre. A la cintura, un cinturón de tela dorada ,con brocados del mismo color. No distingo nada en la parte superior, que muestra un abdomen de un tono mortecino como el de mis pies, sobre el que cae una larga melena tan oscura como la obseidiana. Y una copa de contenido escarlata en mis manos.

Finalmente, con una perturbadora confusión en mis entrañas, paseo la vista por mis acompañantes y por el paisaje que me rodea. La naturalidad con la que estamos allí, la misma con la que nos tratan... A la vez que algo dentro de mi comparte la inquietud de mis allegados. Los que ahora hablan. No se explicarla, no se ligarla a un recuerdo en específico, solo está ahí y es frustrante. Tan tangible como el rico aroma de las mujeres, las especias y la sangre que llena mi copa. Me siento perdido.

Acabo tomando asiento.

- ¿Y qué es lo que tenéis pensado al respecto? - pregunto, en ese mar de turbación. En voz queda y nada femenina.

Notas de juego

Pintas asin:

https://img00.deviantart.net/e773/i/2011/255/f/a/ravnos_antediluvian_awakened_by_shefango-d49mksz.jpg

 

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24/03/2018, 16:45
Richard Collins

Abrió los ojos, y miró a su alrededor, con expresión aturdida y apartando a los esclavos que había a su alrededor se levantó a trompicones, observando su propio cuerpo como si viese una obra de arte, y acariciaba con curiosidad todas las curvas de su cuerpo. Ni parecía prestar atención a la conversación cuando dejo de observar la maravilla que era su cuerpo y pasó a observar todo a su alrededor con  fascinación, murmurando para sí.

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24/03/2018, 16:49
Richard Collins
Sólo para el director

Collins despertó dentro de su propio sueño. Creía que ahora solo era él en parte, que el sueño no era sueño, era un recuerdo, y tenía la impresión de que era colectivo, puesto que el día anterior todos parecían haber soñado con lo mismo, según sus comentarios.

La sorpresa vino cuando vio el control que tenía sobre su mente y cuerpo en el sueño.

Ahora no era simplemente el recuerdo de otro ser, ahora él estaba ahí. ¿O era ella? ¿Era ambas cosas? Recostado en un diván, miro su propio cuerpo  y, oh, sí, ahora era un “ella”. Se levantó, mirándose a sí misma. Era increíble, y casi maldijo en voz alta el que le tapasen unas cuantas sedas. No hubiese considerado posible un cuerpo tan perfecto, y menos aún estar dentro de él. Bueno, no de esa manera. Oh, bueno, de ninguna de las maneras. Y que tacto tan suave. Sabía que tenía alguna mirada puesta en ella, puesto que siempre las tenía, por lo que no tardo de controlarse. Era su cuerpo, y no podía sorprenderse tanto de que fuese tan perfecto. Lo había visto durante miles de noches. Era perfecto, sí, pero ya estaba acostumbrada a él.

Cuando al fin miro a su alrededor volvió el embelesó. Esta vez no era por una magnifica visión de dos perfectos pechos, esta vez la visión atraía el VERDADERO interés del profesor. Estaba en… ¿dónde estaba? ¿Babilonia? ¿Asiria? ¿Uruk? No… era anterior a todo ello. Le costó atender a lo que decían sus hermanos, aunque lo hizo.

No le preocupaban lo más mínimo los humanos, jamás se atreverían a dañar algo tan perfecto y adorable (literalmente, objeto de adoración) como era ella, pero sus chiquillos… Su mirada se clavó inmediatamente en Nissiku, evaluándolo. ¿Se atrevería ese despojo a herir a su hermano?

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24/03/2018, 22:54
Danica Dvorák

La mente de Danica se extendía, perezosa, por ese cuerpo que no era el suyo, pero sí que lo era y, al mismo tiempo, era otra mente la que le pertenecía y se fundía con ella con cada recuerdo que se mostraba ante ella. Era Danica. Era Malkav. Era los dos, encontrándose en un desequilibrio perfecto. Pero, también, era una pequeña chispa de cada uno de los que portaban su sangre. 

Su reflejo en la superficie pulida de plata de su copa ya no era el de la exploradora de oscuros cabellos y tez curtida. Ahora sus pálidos cabellos parecían tener el color de un rayo de luna. Su cuerpo era delgado y delicado, masculino por poco, rozando la androginia. La falda de lino blanco que llevaba como única prenda dejaba a la vista la mayor parte de su piel, lechosa y suave. Y sus ojos grises parecían cargados de una sabiduría inapropiada para la juventud de su aspecto, demasiada como para ser asimilada. «Demente», decían algunos, «sabio», aseguraban otros. Pero, ignorante de aquellas opiniones, su mirada se perdía con facilidad en las visiones que sólo él podía ver. 

Incluso en ese momento, parecía distraído. Sus ojos posados en un punto vacío del aire. Su mano acariciando con delicadeza los cabellos de Nissiku, sentado a sus pies. Lo amaba, Danica podía sentir ese sentimiento dentro de ese cuerpo ajeno que le pertenecía. Pero también sintió el rechazo hacia quien era el espejo roto de esa mente que se rebosaba a sí misma. 

Escuchó las palabras de Veddartha y Troile sin llegar a mirar hacia ellos. Temores nuevos que nacían de miedos viejos. Los dos le parecían ciegos, incapaces de ver más allá de sí mismos. Con el rostro ladeado contempló a Arikel descubriéndose a sí misma y sonrió. Tras la sonrisa, Danica se sentía confusa, pero extrañamente cómoda. Distintas emociones confluían para dejar al final el poso de una certeza llena de dudas que se resumían en una sola: «¿por qué?». Los ojos de plata del joven buscaron a Saulot en busca de su opinión. Pero antes de que llegase, su lengua desenredó algunos de esos pensamientos que Danica no sabía de dónde salían, como si brotasen directamente de algún lugar cercano a su nuca y que tomaron forma de versos al abandonar su garganta. 

—Más allá de los campos de amapolas, ardiente brillantez,
hasta torres de hueso ennegrecido. Seguidme, bastardos de Caín.
Venid conmigo. No tengo hogar. 

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25/03/2018, 19:54
Damon Gates

Meditaba en la oscuridad y miraba en su interior. No buscaba, no hacía por descubrir. Simplemente dejaba que los recuerdos llegaran, porque sabía que de nada servía forzarlos. No era un ejercicio de memoria. Era un ejercicio de redescubrimiento. De volverse a conocer.

Así se descubrió en la Primera Ciudad, majestuosa, brillante. Oscura. Una ciudad y un mundo que hablaba del pasado, pero también del futuro. La rueda giraba, el ciclo latía. Era la espiral. Porque lo que Damon sabía era lo que Saulot ya conocía. Un mundo donde la humanidad era la esclava de criaturas terribles. Antes y ahora.

...la rueda de los milenios...

Todo se repetía, entonces. Eso era. Esa era la Revelación. Ahí residía la tranquilidad del alma y también el horror del destino. Damon se miró las manos morenas y Saulot sonrió para sí.

...te veo...

Dijeron ambos. Ahí estaban los dos, enlazándose a través de los eones. ¿Era un recuerdo o una visión? ¿Era el pasado u otra realidad? Era todo hoy y ayer. Otro mundo, totalmente extraño y primitivo, pero que se sentía más puro y auténtico que el que él había conocido. Más cercano al origen de todo.

La rueda giraba. Los strigoi se enfrentaban a una revolución, como los señores de la Primera Ciudad se enfrentarían a la suya.

...porque todo está hecho...

...¿entonces?...

...todo está dispuesto...

...entiendo...

Un esclavo le tendió un cuenco de arcilla. Pudiendo tenerlo todo, el guerero sanador no necesitaba nada. Vestía una túnica sencilla y bebía de un cuenco basto, inadecuado para un dios. Pero él estaba por encima del lujo, de la vida y de la muerte. Pero no de la sangre.

Se miró en el líquido, de inusual brillo y reflejo. Como si esa sangre fuera algo más que sangre.

...ese soy yo...

Dijeron ambos. Damon y Saulot se observaron a través del espejo de sangre y comprobaron que la rueda que gira siempre vuelve a encontrarse a sí misma. Saulot lo había preparado y Damon lo había cumplido.

Bebió. Se bebió a sí mismo en un trago largo y lento, una auto comunión, un reencuentro. Eran dos, que eran uno, que realmente solo eran Uno. Damon siempre había sido Saulot y Saulot siempre había esperado a Damon. Porque la rueda gira.

Unos hermanos hablaron. Temían el porvenir. Saulot-Damon no. Porque todo estaba dispuesto. El tercer ojo había revelado la Verdad. El tercer ojo se abrió.

—Nos alzaremos como ellos se alzarán.

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25/03/2018, 22:24
Dutch Velders

Tardó en reconocerse a sí misma al abrir los ojos, durante unos segundos no encontró en su mente la conciencia que siempre había sido suya, sino una mucho más vacía, con intereses inhumanos. Intereses que ella había sentido abriéndose paso poco a poco desde el primer momento en el que esa conciencia formara parte de ella.

Ahora era la conciencia de Dutch la más pequeña, y era Tzimisce quien dominaba sus pensamientos y sus acciones.

La mayoría de ellos estaban centrados en su obsesión con la Metamorfosis. Su cuerpo era una viva imagen de eso, su boca llena de afilados colmillos, sus grandes cuernos, sus hombros anchos, sus largos brazos. Era una figura masculina pero no humana, su aspecto delataba lo demoníaco de su ser. Y, como en el exterior, tampoco había nada humano dentro de él no sentía esas pulsiones y ni siquiera las recordaba ya.

Por eso y en un primer momento tomó casi a intento de gracia las palabras de Veddartha. Él podía ser todo lo que esas ovejas temían: monstruo, demonio, dragón...

¿Por qué iba a temer que se alzaran contra ellos?

Quizá te preocupas demasiado —respondió con una voz tan inhumana como lo era él—. No son más que ovejas en el corral.

Pero más gracia aún le hizo la réplica de Troile. Tzimisce no temía a su progenie como podía hacerlo él. Kartarirya había sido el primero, y aunque no lo tenía en tanto aprecio como a Dracon, su segundo hijo en esa vida, no esperaba que ninguno se atreviera a revelarse contra él. Ambos eran tan monstruosos como él, tanto por dentro como por fuera pues compartían con él la afición por la Metamorfosis. Aún así si veía en ellos la más mínima sombra de traición, como Trole temía, no dudaría en aplastarlos. La solución le parecía incluso más fácil que con una posible revuelta humana.

Bebió de su copa, que era lo más interesante que tenía al alcance.

Dutch había sentido al monstruoso Tzimisce dentro de ella, pero ahora era ella la que estaba dentro de él. Dentro de una criatura que trataba a humanos como a ganado sin importarles más sus vidas de lo que a los strigoi les importaban.

Tampoco parecía preocuparle las vidas de los que consideraba por debajo de él, aunque también descendieran de Caín. No los consideraba ganado como a los humanos pero sí le eran indiferentes, salvo tal vez sus vástagos.

Notas de juego

Para hermosuras...

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26/03/2018, 18:42
Heikki Mäkelä

Sus manos seguían siendo de una blancura impoluta pero el vello que las cubría no era rubio sino negro. Esta observación habría hecho altar de su silla al más frívolo humano, pero Heikki ni se inmuto. Algo en su interior le susurraba que todo iba bien, que ese era su auténtico aspecto.

El reflejo en la copa de oro le devolvía la imagen de un hombre de mediana edad de pelo negro lacio y largo, con una mirada penetrarte oculta en sombras. ¿Cuál es esa solución? Pregunto con una voz que no era suya, o mejor dicho con la voz que era realmente la suya.

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29/03/2018, 12:12
Tobías Quinn

—Claro que los humanos van a rebelarse, todo el que vale la pena lucha contra sus mayores, sobre todo si sabe cosas de ellos —murmuré. O más bien me encontré murmurando— Y cuando tengamos chiquillos, nuestros niños, más de lo que tienen algunos... tendrán que enfurecerse también. ¿Vosotros no lo haríais? —Pero eso eran problemas lejanos. 

No parecía darle mucha importancia. —Y os propuse he dicho una solución. Hay poderes en este mundo, alguien diría que oscuros, pero ¿Qué más hay oscuro que nosotros? Pactemos con uno de esos poderes, usemos su fuerza, salgamos a buscarlos, luego a la vuelta arrasemos la ciudad nosotros mismos y volvamos a empezar. Ahora no nos temen, no nos adoran, podríamos conseguir ambas cosas. 

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02/04/2018, 15:10
Verddatha

Veddartha levanta una mano para pedir la palabra, esa en la que no sostiene la copa. Sus rasgos no son como los vuestros, pues se dice que su procedencia es extranjera y su juventud evidente, sobre todo por la ausencia de bello facial. Sin embargo es uno de los más antiguos entre vosotros, instruido por el mismo Caín antes de su Abrazo.

Mira a Malkav por las palabras que pronuncia, sin comprender del todo pero en el fondo sabía que siempre decía algo sabio escondido en metáforas e historias.

-Incluso las ovejas en un corral necesitan perros que las guíen y vigilen. Pienso que es lo que necesitamos, perros fieles- concluye, dejando en el aire su propuesta y chasquea la lengua con disgusto al oír a Baal*. –Eso que propones no es una opción, es una locura buscar poder en algo que podría devorarnos desde dentro. Eres un iluso y un idiota si crees que algo más oscuro que tú va a querer doblegarse- niega con desaprobación y bebe.

Hace un gesto a uno de los esclavos que se encuentra allí y este asiente. Un humano voluminoso y de músculos marcados trae un saco grande que no para de moverse, volcando su contenido frente a vosotros.

Aquello tiene forma de niña pero podéis sentir que no solo es una niña, sino que no está viva.

-Ya había estado pensando en una solución para el problema… Os presento a Miyan. No es humana, ni cainita, es… otra cosa. Algo inferior pero que nos ayudará a mantener al ganado a raya- sonríe levemente, mientras la criatura mira alrededor. Se la ve feral y con poco raciocinio, oliendo el aire hasta que el rastro le lleva a mirar a los humanos que disfrutan del mercado. El ser saca una lengua descomunal en dirección a ellos, pero de repente para a mitad de camino y se lleva ambas manos a la cabeza, como si sintiera un dolor insoportable que le evitara ir más lejos.

-¿Qué os parece?- dice bastante satisfecho de su triunfo.

Notas de juego

*Baal será el antediluviano de los Baali, puesto que en realidad es Saulot pero esto es un batiburrillo de cosas :D

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02/04/2018, 20:34
Heikki Mäkelä

Una criatura interesante, pero…. Entonces el vampiro de largo pelo negro calla teatralmente, dando un pequeño tiempo para que todo el mundo pueda pensar una excusa al plan de Verddatha. Porque en todo plan hay un “pero”. ¿Cómo controlaremos a estos seres más fuerte que los humanos? A los perros pastores se les controla mediante la lealtad y la comida, pero solo son fieles a sus amos. ¿Estos seres serán fieles a “su” amo? Exagero la pronunciación de la palabra ya que en ella se encontraba el verdadero problema que veía lasombra. Si las criaturas eran solo fieles a Verddatha este tendría el control del ganado y podría manipular al resto de vampiros.

Heikki se sorprendió al escucharse pronunciando tan enrevesada trama política, él era un hombre sencillo de campo que solo se preocupaba del día a día. No comprendía que estaba pasando.

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02/04/2018, 21:21
Nissiku

Nada de lo que tenía delante alcanzaba a perfilar algun sentido para ella. Tampoco encontraba color en lo que la rodeaba ni explicación en su propio cuerpo.

Nissiku se sentía vacía, desorientada pero no pedida, no mientras Dinca estuviera cerca. Podía no saber por qué habían dejado de moverse por el mar para parar en esa ciudad, o por qué actuaban contra el instinto complicando las cosas con comodidades, copas y palabras cuando podrían ser más rápidos imitando a la mujer rubia en la cueva; podía no comprender qué se escondía detrás de las palabras "temor", "retomar" o "preocupación" pero no tenía ninguna prisa para dejar los pies de su faro, ningún interés en amenizar su misión ni ninguna motivación para no seguir a esos hombres que parecían conocerla o confundirla y por ello aguardaba en insípido silencio sentada sobre sus talones a lado de las piernas de la exploradora.

Observando, empapándose de dudas y respuestas que no necessàriament casaban entre ellas. 

su rostro buscó curioso al hombre de cabellos oscuros mientras hablaba, desviando su mirada a Dinca en tan solo un par de palabras como si buscara en ella la confirmación de que cuanto decía podía tomarse en consideración porqué si se preguntaba a sí misma sus tripas la hubiesen puesto en pie y su bestia hubiese rugido sin poder darle una explicación en palabras de cuán equivocado estaba. ¿Pero lo estaba?

Y entonces llegó esa niña que regiró su sangre y volvió a mandar a sus ojos como pregoneros de cien dudas a su estrella guía. Detestaba aquello que se les presentaba hasta un punto en el que con un solo gesto afirmativo de Malkv hubiese disfrutado seccionando en dos a esa criatura que no podía llamar humana ni podía llamar cainita. Pero sobre ese impulso detestaba aun más no saber si hacía bien, si sus sentimientos eran correctos o si simplemente no era un sentimiento considerar a eso un engendro que erradicar, sino un hecho.

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04/04/2018, 00:58
Danica Dvorák

Los finos dedos de Malkav abandonaron los cabellos de Nissiku despacio tras las palabras de Saulot y una sonrisa se deslizó poco a poco en sus labios sin que Danica llegase a comprender del todo los lazos que sentía uniéndola —uniéndole— a aquel. No llegó a desviar su mirada hacia Baal, pero su frente lisa se frunció al escucharlo con la cadencia de una preocupación que se acercaba, aún distante, pero ya presente como un soplido de aire frío en sus nucas. 

Sin embargo, la sorpresa de Veddartha fue inesperada y eso tiñó sus ojos de plata de admiración hacia la criatura que les mostraba. Le gustaban las sorpresas... Casi siempre. Danica sintió un escalofrío instintivo, el de la presa que se encuentra de frente con su depredador, pero pronto esa sensación se apagó bajo la calma del pálido joven que también era ella. 

Malkav dejó la copa en el suelo, junto a su chiquillo, y se puso en pie para acercarse a la niña que no era una niña sin ningún miedo. Al llegar a su altura dobló un poco su cintura para poder mirarla cara a cara, pero no dijo nada. Ansiaba contemplarla por dentro además de por fuera, entender qué hilos la movían, qué resortes hacían girar su mente, si es que tenía una. Y, así, en un silencio absoluto entrelazó sus pupilas con las de aquel nuevo ser que pisaba la tierra y se sumergió en su alma a través de sus ojos. 

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07/04/2018, 15:55
Syria Keogh

La consciencia comienza a volverse confusa, así como la identidad. Una fuerte corriente de inercia la arrastra y otra personalidad habla y se mueve por ella. Escucha a sus acompañantes, se sienta en el diván, abandona la copa de nectar de la vida a un lado. Mira a unos y a otros, atento a palabras y opiniones. Sin embargo, jamás espera lo que Veddartha propone. Jamás.

Lo que empieza con curiosidad, al ver algo moverse en el saco, acaba convirtiéndose en una oleada de repulsión. ¿Qué era aquello? A sus ojos, una aberración controlada por Veddartha, era evidente.

¿Pero qué es esta criatura? - su voz suena seria y casi dolida. Y le dolía aquella versión depravada de lo que eran ellos - ¡Es una aberración! ¿Que habéis hecho? - espeta a Veddartha. Sentía como si se hubiera profanado algo sagrado. - ¿Esta es vuestra solución?

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08/04/2018, 02:03
Richard Collins

Arikel había dejado al fin de toquetearse y de mirar embelesada a su alrededor, acercándose  al lugar donde los otros conversaban, colándose prácticamente en el centro mientras Baal volvía a sacar el tema de “los poderes oscuros”. Su respuesta a la propuesta fue un simple bufido de hastío.

Tú y tus poderes oscuros, Baal… - Dijo con exasperación -  Está ciudad no merece ser destruida, es perfecta… antes prefiero matar todos y cada uno de los humanos que dañar un monumento o fuente de este lugar.

Se calló y comenzó a beber de su copa con delicadeza para cuando Verddatha contestaba a Baal. Y con delicadeza inclino la copa hasta que la última gota cayese entre sus labios.

La curiosidad se reflejaba en su cara sin ningún tipo de disimulo cuando Verddatha presentó a Miyan. Inclinó la cabeza hacia un lado mientras la cosa olfateaba a su alrededor, y no hizo nada por evitar una mueca de disgusto cuando la niña se lanzó a lanzar esa repugnante lengua contra los humanos.

¡Iugh! ¿Por qué has tenido que hacerla tan asquerosa? – Arikel negaba con la cabeza mientras extendía el brazo con el que sostenía la copa hacia un lado, sin mirar siquiera si se la llenaban. – ¿Y cómo va a “mantener a raya al ganado” esa cosa? Ni siquiera parece poder controlarse ella… repugnante. – El desprecio que tenía era evidente.

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08/04/2018, 02:06
Richard Collins
Sólo para el director

 

Collins seguía ensimismado, su mente en el perfecto cuerpo de la antigua vampira. Sus pensamientos divagan sobre todo lo que veía a través de los ojos que no eran suyos. Era increíble, la ciudad más antigua de la humanidad con total seguridad, y ella estaba ahí, viviéndola, oyéndola, sintiéndola… ¿Ella?  Sí, ahora mismo era ella, no él. No solo en el precioso exterior, también en el interior… No era Richard Collins, no podía serlo ahora mis, de la misma manera que no podía ser Arikel cuando despertase.

Ahora el profesor debía recluirse en el imaginario rinconcito detrás de los, a buen seguro, magníficos ojos de la mujer y observar sin pensar, simplemente dejándola recordar, actuar a ella. Así aprendería más que simplemente mirando… tocando.

 

Se irritó al escuchar a Baal hablar una vez más de poderes oscuros. A la mínima ocasión los sacaba, el degenerado.  Él sí que iba a ser su perdición, y no una multitud de sucios humanos a los que podría seducir con una leve sonrisa. Y ahora el pedante de Verddatha volvía a la carga con la palabrería sobre humanos. Al menos compartía su opinión sobre Baal, o eso parecía.

Pero cuando enseñó a la… niña, no pudo evitar sentir asco. No solo por la aberración que suponía ese ser, si no por la crudeza con la que Verddatha pretendía ofrecerles una aparente raza de “perros pastores”, a buen seguro con una única y verdadera fidelidad; a él.

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08/04/2018, 16:10
Dutch Velders

Aquel ser que Verddatha había desvelado, respondiéndole que sería el perro que controlase a las ovejas, no despertó repulsión alguna en Tzimisce. Más bien curiosidad. Curiosidad por su figura, por sus capacidades, por su forma de alimentarse pero sobre todo curiosidad por su anatomía y el origen de tal ser.

¿Cómo la has hecho? —preguntó, mostrando cierto grado de sorpresa al erguirse en su diván y por fin dándole algo de importancia esa conversación.

Seguía sin preocuparle las represalias que pudieran tomar los humanos, y aún menos le preocupaban los vástagos que engendró. Pero ese ser era algo nuevo para él, tenía una forma similar a los humanos y los cainitas más comunes, pero esa extraña lengua le mostraba a Tzimisce que su anatomía era digna de estudio. Más aún, quería saber cómo Verddatha había logrado alumbrar a ese ser. O quién lo había hecho.

Tenía bastante experiencia experimentando con la anatomía de humanos, animales e incluso otros vampiros para transformarlos en cosas que no eran, pero esa niña era muy distinto a lo surgido de sus experimentos.

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08/04/2018, 19:04
Damon Gates

...ahí lo tienes...

...por fin...

...sí...

Saulot-Damon dialogaba consigo mismo, en silencio y eco de eternidades. El viaje había sido largo hacia el futuro y hacia el pasado, pero por fin el Hijo podía descubrir lo que ya sabía el Padre. Si es que en él-ellos cabía ser Hijo, Padre o lo contrario. Eran la misma sustancia en dos memorias.

Algunos hermanos se acercaron curiosos a esa aberración obra de Veddartha, ese vano manipulador. Había creado un perro para guiar a las reses, como si las reses necesitaran otra cosa que el amable y firme silbido del buen pastor.

Había creado un látigo con vida para sustituir al látigo inerte.

...no es más que capa sobre capa...

...giro sobre giro...

...porque siguen siendo esclavos...

—Dos razas que nos odian ya hay sobre la tierra. Una se alzará sobre la otra y la otra sobre la una, y ambas sobre nosotros y nosotros sobre ellas.

El siervo siempre odiará al amo. La Rueda que veía Saulot giraba incesante y todo se cumplía como había visto y como vería después, cumpliéndose la Voz y la Puerta.

...viajarán como nosotros...

...en Tiempo y Espacio...

...¿quién guarda esta estirpe?...

...verás...

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08/04/2018, 21:12
Director

No notas razón en esa mente simple y débil. Solo tiene una necesidad, un hambre que le consume como un agujero negro por dentro. Negro era el interior de la criatura, o más bien vacío, como el abismo que Lucian se jactaba de dominar. No hay sentimientos y no hay pensamientos al otro lado de esa cáscara.

Sus ojos te miran como dos agujeros vacuos y nula voluntad. Era como si estuviera poseído por la bestia, o más bien como si solo obtuviera una ínfima parte de la bestia que anida en todos vosotros. Porque a él no le daba una fuerza tan grande como la que vosotros podríais obtener de ella. No había alma ninguna, ni dilemas morales. Incluso un animal tenía  instintos que podías palpar y de los que este ser carecía.

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08/04/2018, 21:13
Verddatha

Veddartha seguramente esperaba tantas pegas por parte de todos, los “peros” que decía Lucian de los Lasombra. Aunque él siempre pensó que pondría pegas hasta a cualquier solución definitiva que le diera, porque Lucian le tenía envidia, de eso estaba seguro.

-Son criaturas simples, mejor que cualquier ghoul y con menos problemas morales. No tienen humanidad y se controlan mediante el dominio de la mente y la comida, es algo muy simple- dice con orgullo. –Parece mentira que pongáis en duda la efectividad de mi creación- estira los brazos de forma teatral, como si realmente creyera esa magnificencia y soberanía sobre vosotros.

-Ravana, ninguna aberración. No pretendamos aquí que todos somos santos y que no hay algunos de nosotros que han buscado seres horribles que abrazar para ver qué pasaba, o experimentar con ellos… No es como nosotros, ni es como ellos, es una herramienta y nada más- aclara Veddartha.

Ríe cuando Arikel habla de lo repugnante que es la criatura.

-Podéis vestirla de ropajes rojos y engalanarla de oro si lo preferís. Es útil y no necesita ser agradable a la vista para ello. Si algún humano se extralimita podemos dominarlas en la distancia con la mente, aunque eso lleva algo de práctica debo decir. Son siervos que podemos controlar en la distancia.

Las palabras de Tzimisce y la curiosidad mostrada es más como lo que esperaba del resto y no tantos contratiempos. –Era humana, en realidad no es que la haya hecho yo. Cree una alimaña que la infecta, la cambia y deja de ser lo que es. La alimaña se multiplica en el humano y se pueden extraer más del mismo para infectar a otros- saca un cuchillo y hace un corte en la piel de la criatura. En lugar de sangre, un líquido blanco brota del corte y os muestra qué contiene aquel fluido semiacuoso, una especie de gusano.