Partida Rol por web

El reinado de los Strigoi: Capítulo I

Capítulo 2: Susurros del pasado

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10/04/2018, 12:48
Dutch Velders

Nuestro hermano tiene razón—respondió Tzimisce, poniéndose del lado de Verddatha—. Entendería que un conejo llamara aberración a un chacal, pero que el león lo haga carece de sentido alguno. Al fin y al cabo Verddatha sólo trata a nuestro ganado como los humanos hacen con el suyo. Y a mí esta criaturita no me parece más peligrosa de lo que el chacal lo es a ojos del león.

Aberración era como a él lo consideraban muchos humanos, incluso muchos vampiros. Estaba más interesado en la creación y el mantenimiento de tal ser. La forma en la que Verddatha lo había cambiado era nueva para Tzimisce, y él era el señor de la metamorfosis. Tenía que saber cómo funcionaba tal cambio físico, le interesaba más ese gusano que le mostraba su hermano que cualquier otro aspecto de la conversación.

Es cierto que cómo controlarlos debería ser un conocimiento puesto en común para todos nosotros, o en caso contrario podríamos dudar de las intenciones de Verddatha. Pero aunque siempre le gustó ejercer el control sobre los seres inferiores seguro que comparte este conocimiento en particular con mucho gusto...

»En realidad es impresionante —admitió, aunque le costaba hacer tal cumplido a Verddatha pero había despertado cierta envidia en él al haber descubierto un camino que Tzimisce había ignorado—. Casi me ofende que no contaras conmigo para algo así. Podríamos hacer tantas cosas con ella, está llena de posibilidades...

Tzimisce se incorporó del todo en el diván y acabó por sentarse para tender una mano, una garra más bien, en dirección a Verddatha. Quería inspeccionar a la niña, y al gusano, muy de cerca.

Me gustaría saber cómo hiciste tal alimaña entonces —pidió—, y ver cómo trabaja.

Eso era lo que de verdad le importaba, si esa criatura se expandía tan rápido como Verddatha decía y si estaba bajo el absoluto control de los vampiros parecía una buena herramienta para que les hiciera el trabajo sucio.

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11/04/2018, 02:27
Danica Dvorák

Durante varios y largos segundos Malkav permaneció inmóvil, con su mirada de plata clavada en las pupilas salvajes de la niña. Tan sólo ladeó un poco la cabeza de modo que sus pálidos cabellos se deslizaron por su hombro en una leve caricia y una sonrisa fue naciendo poco a poco en sus labios, trémula al principio pero confiada al final. Se regocijaba ante aquel misterio y la sonrisa se convirtió en un gorjeo que vibraba en su garganta como un cascabel hasta que, finalmente, fueron sus propias carcajadas las que le hicieron apartar la mirada de aquella creación. 

Sonaba su risa argentina y limpia. Trastornada e inconexa. Inocente. Y siguió riendo mientras daba una vuelta alrededor de la niña para terminar encarándola de nuevo. Sólo entonces se giró hacia sus hermanos, con la risa todavía revoloteando en las comisuras de sus labios y un brillo cómplice en la mirada que parecía esperar que compartieran con él aquello que tanta gracia le había hecho. 

¿No lo veis? —Se mordió el labio inferior por un instante, como un niño que duda si contar un secreto o guardárselo para sí—. He podido contemplar el vacío más absoluto, la densa oscuridad del abismo, me he deslizado en el pozo y he paseado por los recovecos vacuos que ni siquiera el eco osa pisar. 

Miró a Saulot, con la esperanza de que él comprendiese. Esquivó deliberadamente la mirada de Nissiku para no ver en él su reflejo quebrado. Y terminó posando sus ojos brillantes sobre Veddartha sin prestar demasiada atención al gusano que les mostraba. 

¡Qué maravillosa creación! Gracias por tu regalo.

Calló de pronto y su expresión se volvió reflexiva cuando empezó a caminar de regreso al diván que había abandonado. Se sentó en él de nuevo y sus dedos buscaron la cabeza de Nissiku para dejar una caricia en ella. Desde esa posición habló de nuevo, aunque ya no parecía estar dirigiéndose a nadie en concreto, quizás hablaba para sí mismo. 

A través de las sangrientas puertas del cielo, más allá de los centinelas. En mi mente. Cambiad rápidamente, ocasionad el terror nocturno, producid la sangre de los amantes, cread el olor del miedo.

Notas de juego

Edit para corregir una errata, no es necesario releer.

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11/04/2018, 18:42
Tobías Quinn

—Nadie dice nada sobre destruir la ciudad, solamente hablaba de poderes oscuros que hay más allá, de usarlos para comprender y... —la conversación deriva hacia la criatura que ha creado nuestro hermano, en definitiva me asquea más que otra cosa. 

—Estoy con Arikel, es repugnante, por decir algo. Si eso no hace que los humanos se alcen definitivamente contra nosotros, nada lo hará. Y... ¿Puede protegernos de día? ¿Puede defendernos? —esas eran las cuestiones clave. 

En el fondo no es más que un gusano —No es una creación basada en los humanos, es una enfermedad. Y no creo que puedas controlarla, al final se escapará, como hacen todas las creaciones. ¿Podrás pararla? 

Baal sólo veía desventajas en aquella... cosa. 

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12/04/2018, 17:14
Heikki Mäkelä

Me parece demasiado…. En Lasombra no era capaz de encontrar la palabra que definiera sus sentimientos a la criatura. Los vampiros somos seres creados en las tinieblas y las sombras son la capa que nos protege. Este ser rompe cualquier equilibrio natural. Nuestros poderes surgen de el pozo de sombras y no de usar una enfermedad. Las enfermedades, al final, toman vida como las especies animales. Se extenderá y se replicara sin que nosotros podamos controlar. ¿Y entonces qué? ¿Creamos otra enfermedad para poder controlar la anterior? Creo que deberíamos de seguir usando nuestros poderes y la protección de las sombras.  

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14/04/2018, 11:54
Syria Keogh

- Por favor... no pretendas manipular mi opinión con palabrería barata – se escuchó decir a Veddartha, diciéndole la sarten al cazo – No comparéis cosas que no son comparables. Una cosa es jugar un poco y otra bien distinta pensar en crear muchas mas criaturas como esta... Esto ya no es un maldito juego - el mohín en su cara debia de ser evidente ante la demostración de aquello que parecía ser un maldito gusano - ¿De verdad pensáis que vais a poder controlar esto durante mucho tiempo? ¿Cuánto creéis que tardara en escaparse de las manos? - alza una ceja – Cuando esa mierda que tienen dentro acabe por error en otra persona, y en otra, y en otra... ¡Estáis locos si os sentís maravillados por algo que puede ser mucho peor! - se escucha bramar y bufar por las posteriores palabras de Tzimisce y Malkav. 

Se pone de pie, abandonando el diván y mirando a aquellos que también parecían no están conformes con aquello. El asunto era mucho mas oscuro de lo que parecía, pues de algo anecdótico y desagradable, la bruma de una posible guerra comenzaba poblar todo.

- Yo digo no – rotundo, cruzándose de brazos.

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14/04/2018, 22:53
Richard Collins

Arikel seguía con el gesto torcido en una mueca de asco, y seguía mirando a la niña aun cuando Verddatha le hablaba

No necesita ser agradable a la vista, pero la belleza no es una cualidad que se deba desdeñar tan a la ligera. Tu solución a que los humanos puedan levantarse contra nuestro yugo es convertir a unos cuantos de ellos en engendros anomalísticos que necesitan ser controlados por nosotros para no devorar a nuestras fuentes de alimentos. A mí lo que me parecen es otro problema, otra preocupación, y una bien fea para más inri. – Cuando ve al gusano, pone los ojos en blanco – Por si no fuese lo suficientemente horrible desde fuera, dentro está plagada de alimañas agusanadas. Esperaba algo así de Tzimisce, no de ti, Verddatha.

Con un suspiro de resignación, dejó de protestar para lanzar preguntas

Y como los controlamos? ¿Hasta qué punto tenemos que estar pendientes de ellos? Imagino que deben de tener el cerebro plagado de esos gusanos, pero… ¿Mantienen un mínimo de cordura?

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16/04/2018, 17:48
Verddatha

-Nada de lo que debáis ofenderos- dice con un leve gesto de su mano hacia Tzimisce, quitando importancia a sus palabras. –Podéis tomar uno de ellos y torturarlo cuan gustéis para sacar sus secretos o mejorar sus atributos. Confío en ti, hermano, para que hagas lo necesario con esta criatura si así lo deseas.

Malkav ríe, cosa que nadie sabía si podía ser bueno o malo. Oír tal risa inquietó a Troile en su asiento, removiéndose incómodo. A Veddartha parecía divertile, porque suelta una carcajada que acompañaba a la del lunático.

-Seres creados en las tinieblas- Veddartha tenía aún más ganas de reír. –Que vivamos en la oscuridad no nos hace ser seres de tinieblas, Lasombra, eres un ignorante. Para estos humanos debemos ser el sol y la luna, debemos serlo todo y estos pastores nos ayudarán a controlar el rebaño. Como Malkav dice, son débiles de mente y carecen de razón. Nunca podrían organizarse como para volverse contra nosotros. Negarse es un acto ignorante, el arte del dominio de la mente debe ser mínimo para tomar control de ellos.

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16/04/2018, 17:49
Ennoia

Ennoia, que había estado escuchando sin opinar, se levanta. Los movimientos de la cainita son felinos, salvajes y ágiles al mismo tiempo. Ver moverse a Ennoia era un regalo para los ojos, así como su belleza feral. Pero era tan letal como bella si así lo decidía ella.

Da una vuelta alrededor de la criatura como Malkav había hecho y con un movimiento rápido parte el cuello de la misma.

-Veddartha, has sobrepasado los límites… No debes jugar a ser creador de nada, porque la única creadora es la madre Tierra y la única con derecho a permutar la vida que nos rodea- señala a Veddartha. –Son débiles y esto se va a volver contra ti… Y contra todos- mira alrededor en busca de apoyo.

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16/04/2018, 17:49
Verddatha

Antes de que nadie más pueda decir nada se oye un crujido en el suelo, donde yace el cuerpo de la criatura. La misma se está levantando del suelo para sorpresa de todos.

-Quizás no tan débiles- le contesta Veddartha con cierto recochineo. –Son útiles y manejables, vuestras objeciones no tienen fundamento.

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17/04/2018, 08:32
Dutch Velders

Poco le interesaban las objeciones morales de la mayoría de sus hermanos, él había conseguido lo que quería y su sonrisa satisfecha, bailando en una boca que más bien resultaba ser unas fauces llenas de colmillos, así lo demostró. Estaba deseando abrir una de esas criaturas, ver cómo trabajaba el gusano, replicarlos e investigar las alteraciones que la Metamorfosis podía tener en el cuerpo de esas criaturas.

Si alteraba el cuerpo de uno de ellos, ¿eso alteraría al gusano? ¿o tenía que juguetear con el gusano para alterar el cuerpo?

Las muchas preguntas que se hacía lo mantenían al margen de lo que sus hermanos decían, eso y el aburrimiento que le causaban sus palabras, prefiriendo hacer omiso a las advertencias del resto. Al fin y al cabo a él le daba igual o no utilizar esas criaturas como Verddatha deseaba, aunque estaba dispuesto a realizar algunos cambios para que pudieran cumplir mejor los distintos cometidos para los que pudieran usarlos. En el fondo Tzimisce sólo servía a sus intereses y curiosidad, como siempre había hecho y seguramente como siempre haría. El demonio no era un peligro para quienes consideraba sus hermanos, pero siempre anteponía sus caprichos personales a los miedos o precupaciones del resto.

Estaba tan centrado en sus preguntas que sólo la intervención de Ennoia, partiendo el cuello de esa criatura, lo sacó de sus pensamientos.

Ninguna desde luego... —coincidió con Verddatha de nuevo—. Podemos señalar mil objeciones en lo que ha decidido hacer Verddatha, pero hasta el momento sólo son suposiciones lanzadas en base a prejuicios que tendríamos que tener también sobre nosotros mismos. Si efectivamente los controlamos evitaremos que acaben con los humanos y podemos masacrarlos si lo deseamos cuando dejen de ser útiles —el demonio sacudió su mano en un gesto que trataba de restar importancia a la conversación que estaban teniendo, le aburrían en exceso las consideraciones morales, más las charlas éticas, y esa parecía que podía acabar siendo una muy larga de ese estilo si tenían que suponer qué quería la madre Tierra—. Nosotros mismos somos una plaga sobre el mundo, basta con engendrar a unos pocos vástagos imprudentes con nuestra sangre para que en una sola noche decidan convertir a media población en seres como nosotros. Somos lo más antinatural que hay sobre la tierra. Somos monstruos. Muertos que viven durante siglos, milenios y la misma eternidad ¿acaso eso no va contra los designios de tu madre querida Ennoia? Somos seres que dominan la mente, la carne, y hasta las sombras —recordó, señalando al reticente Lasombra con un gesto aburrido— que trasforman, que esclavizan, que matan, seres que violan cada vez que se alimentan... Me temo que tenéis una falsa imagen de vosotros mismos si pensáis que estamos dentro del equilibrio natural, pues nos salimos de él en cualquier sentido.

Tzimisce haría lo que deseara, si no querían usar esas creaciones al menos investigaría sobre su naturaleza antes de echarlas al fuego. Mientras le dejaran diseccionarlas luego bien podían reducirlas a cenizas, pero aún así los argumentos de sus hermanos le seguían pareciendo inconsistentes en todos los sentidos. Y muchos de ellos sólo demostraban la ignorancia de la condición que se les había regalado.

Decid cuanto queráis, pero muchos entre nosotros hemos extendido nuestra condición y hemos sido creadores. Nos hemos tomado más libertad de la cuenta así que ¿qué importancia tiene en esta ocasión? Cada vez que forzamos nuestros límites corremos grandes riesgos. Esta niña sin cerebro no es más antinatural que nosotros, al fin y al cabo si ella es antinatural ¿no lo es la criatura que tiene la capacidad de crearla? —Si el poder vampírico había creado algo antinatural era porque ese poder era antinatural, para Tzimisce era algo evidente y simple, pero le hacía gracia ver como sus hermanos se revolvían como una tortuga sobre su caparazón para no admitir la cruda realidad sobre ellos mismos—. Como sea, preferiría que evitáramos argumentaciones en base a lo antinatural que es esta criatura porque entonces todos deberíamos ser castigados con la Muerte Definitiva. Para juzgar antes deberíamos conocer y saber, no hablar mediante suposiciones de lo que creemos que va a pasar. Si es por lanzar suposiciones también podría suceder todo lo contrario de lo que predecís. Demos una oportunidad a nuestro hermano y si aún así seguís sin estar convencidos reduciremos estas cosas a la nada antes de buscar otra solución —propuso, de nuevo fijándose sólo en sus intereses y ganar tiempo para al menos conocer todos los secretos de ese monstruito—. Si el invento resulta ineficaz y peligroso, dando verdaderas muestras de poder convertirse en una plaga, yo mismo ayudaré a eliminar el resultado defectuoso. Lo peor que podría pasar sería que tuviéramos que volver a empezar, nada más.

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17/04/2018, 22:28
Danica Dvorák

El joven con ojos de luna ya estaba más que acostumbrado a que sus hermanos y hermanas no comprendiesen sus palabras y por ello obviasen su presencia. Ni siquiera le molestaba, aunque en ocasiones sentía que sólo podía hablar como un igual con Saulot. Y, aquella noche de secretos, sorpresas, misterios y abismos, devolvió una sonrisa brillante a Veddartha cuando compartió su risa. Alzó en su dirección la copa que había recuperado al sentarse y bebió con deleite su contenido.

Recostado en el diván miró a los que hablaban, deleitándose en los sonidos de sus propias voces, y sonrió con un chiste privado que no llegó a compartir en voz alta. En cierta forma les compadecía por no ser capaces de ver más allá de sus narices y sus egos, pero también los envidiaba a veces, cuando la visión era más una carga que una bendición. 

Desde allí vio a Ennoia intentar acabar con una vida que ni siquiera era consciente de su propia realidad y su sonrisa se amplió al ver a la criatura levantarse de nuevo. Desde allí, también, escuchó el discurso de Tzimisce y enarcó una de sus cejas con delicadeza cuando volvió a mirar a Ennoia, esperando su respuesta. Se le antojaba curiosa esa forma de seguir discutiendo cuando todo estaba ya decidido, fascinante de alguna manera, demencial para su punto de vista que pocos podían comenzar a comprender. 

Finalmente, sus ojos buscaron a Arikel y ladeó un poco el rostro, contemplando a su melliza con cierta ternura. 

¿Acaso hay algo más hermoso que el vacío absoluto? —preguntó, divertido—. Cuando los ojos ciegan, es la mente la que tiene que mirar.

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18/04/2018, 11:32
Tobías Quinn

Los demás estaban conmigo, no había que crear cosas que se podían ir de las manos, nosotros teníamos el poder, y las criaturas nos lo podrían arrebatar... o destruir a los humanos, nuestra fuente de sustento. Eran demasiado peligrosas. Asiento ante sus palabras. 

Ennioa hasta lo mata. Pero no esta segura, pide apoyo, yo se lo doy. 

—Yo estoy contigo —la madre Tierra o el creador, ¿Es masculino o femenino? Qué mas da— debemos encontrar otra manera de controlar a los humanos. Quizá dedicándoles un poco más de tiempo en vez de ignorarles. Ser los líderes de su tribu. 

Por otro lado, Tzimize... —Somos mostruos si queremos serlo, pero tenemos mente, algo de lo que carecen estas cosas —¿Es que no lo veía?— Podemos ser una plaga y podemos no serlo, es lo importante. Y si hacemos chiquillos, también. 

Malkav ahora estaba de parte de la locura, pero era tan voluble que la próxima noche podía ser nuestro más fiel aliado. A veces, Baal se planteaba usarlo para ir al vacío más oscuro, en su locura, Malkav tenía una ligera idea de lo que se encontraba ahí. 

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20/04/2018, 17:22
Heikki Mäkelä

Preciosamente el fallo esta hay. Nosotros somos seres oscuros salidos de las profundidades del abismo, pero tenemos raciocinio. Un raciocinio que los virus no poseen los virus, autocontrolamos nuestra población para así no aniquilar los recursos. Pero un virus, un virus no piensa, actúa y se multiplica. Lasombra no estaba dispuesto a dar por perdida la batalla, aunque la decisión ya parecía tomada.

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21/04/2018, 13:21
Damon Gates

Saulot sonrió con la travesura de Malkav. Ennoia probó la resistencia de su carne, pero Malkav había ido más lejos y observó la fortaleza de su mente. Ninguna, toda. El vacío.

El vacío y la nada, que se reían mientras otros discutían sobre qué era lo natural y qué era lo malvado. «Somos seres oscuros», se oye.

...algunos no saben quiénes son...

...como si en un mundo virgen no pudiéramos decir qué es oscuro y qué no...

...como si no estuviera en nosotros la construcción de todo...

...¿qué es lo malvado?...

Saulot-Damon rechazó el debate. Algunos hermanos no estaban listos para descubrirse a sí mismos, para observar el Vacío, la Nada y el Todo. La discusión sobre lo adecuado y lo impropio estaba superada desde el mismo instante en el que esa criatura abrió los ojos.

No era cuestión de saber si era adecuado o antinatural. Ya existía. Ya era parte de la Rueda. ¿Debía seguir existiendo? Damon sabía que ese debate también estaba decidido. La respuesta sería no, tarde o temprano. Pero cualquier intento de aniquilar a esa nueva raza fracasaría. No se resolvería allí ni en ese momento.

—Ya mancillan la tierra. Ya generan odio y discusión. Dinos, Veddartha, ¿cuántos son y quién los domina? ¿Quién comandará a este ejército? Las hormigas tienen su reina.

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22/04/2018, 16:39
Syria Keogh

Tzimize insistía en que caían en asuntos morales para refutar a la criatura. Sin embargo, no podía estar mas equivocado. No había nada ético o moral aquí. Al menos para Ravana no había remordimiento alguno por la criatura infante que había sido victima de Verddatha. La inquietud y rechazo se alojaba en una parte de su mente que albergaba el propio ego.

Muy cerca de perder los papeles, la intervención de Ennoia le para, aunque la tensión es mas que evidente. Aquella presencia felina era su hermana, en algún momento compartieron el vientre de una mujer y el parecido físico lo delata. Aunque la vida, y no-vida, acabara poniendo entre ellos muros insalvables que hacían que la relación entre ambos fuera algo bipolar y tormentosa. ¿Pero acaso no dicen que la sangre acaba llamando a la sangre? Independientemente de que no podía estar menos de acuerdo con ella... Madre Tierra, blablabla, y de los dispares motivos de cada uno, ahora mismo estaban juntos con algo: la negativa a que aquello no debía permitirse.

- No tienes el poder absoluto, recuérdalo bien. No es solo vuestra esta ciudad. – espeta a Verddatha – Así que si no todos estamos de acuerdo con esto, buscaremos otra solución. Y como es más que evidente que la decisión no es unánime, mejor dejamos el asunto aquí y pensamos otra cosa. 

Ennoia da rienda suelta a su instinto y trata de acabar con aquella cosa. Pero lejos de eso, la criatura parece recomponerse como si nada. Si nadie se lo impide, antes de que se levante del todo del suelo, pisa la cabeza de la misma contra el pavimento para aplastarla con todas sus fuerzas.

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22/04/2018, 23:25
Richard Collins

Arikel bufó con impaciencia cuando Verddatha la ignoró para mantener su pequeña conversación con Lasombra. Aún seguía con el ceño fruncido cuando Ennoia le rompió el cuello a la criatura, sin efecto.

No pareció atender a la discusión entre Lasombra, Baal, Ravana y Ennoia por un lado, y Tzimisce y Verddatha por el otro, se centró en devolver la mirada a su hermano, haciendo caso omiso al resto de la sala.

 

¿Acaso hay algo más hermoso que el vacío absoluto? 

Ante esa pregunta no le quedó otra que, con completa naturalidad, extender los brazos hacia ambos lados, dejando que la ya de por si fina y revelante túnica que llevaba se deslizase mostrando aún más de su perfecto cuerpo, con una sonrisa que por una vez no era seductora, era simplemente y genuinamente divertida.

Pero pronto, devolvió la atención al tema del que se hablaba.

Lo preguntare otra vez, Verddatha, y son dos veces más de las que debería haberlo preguntado; ¿Cómo controlaremos a estas cosas? ¿Cómo las vinculamos a nuestra voluntad, como has hecho tu cuando esta bestia ha intentado devorar al humano? Y otra cosa más… Como acabamos con ellas si por algún motivo pierden el control… o lo ganan.

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22/04/2018, 23:29
Richard Collins

La poca consciencia de Collins que se mantenía independiente de Arikel en ese momento estaba al borde de hacer gritar a la antediluviana de frustración. El maldito Verddatha no contestaba a la simple pregunta. Como se podían controlar esas cosas. Como podrían hacerlo una vez despertasen de ese sueño… ¿O era una pesadilla? Una frustrante y enloquecedora pesadilla.

Tambien sentía la melancolía de Arikel hacia el que fuese su hermano, ahora tan… ido. Sentía que la mujer ya apenas le comprendía, y ya había perdido la voluntad de intentar hacerlo la mayoría de las veces. Pese a todo los ojos y los pensamientos de la vampiro volvían a buscar a su hermano, pero este no era el momento de dejar la conversación en manos de esos necios incapaces de hacer las preguntas pertinentes… ¿O era él el único que aún mantenía un mínimo de su yo mismo en el sueño? Debía de ser eso, porque si no, no podía explicarse cómo se centraban en debatir la moralidad o la utilidad de las bestias, como si quisiesen impedir su creación. Era una conversación inútil, de la que no podían aprender ni cambiar nada… ¿porque tenerla entonces?

Collins volvió a insistir, y Arikel transmitió las preguntas del profesor como si esos pensamientos y esa curiosidad hubiesen estado en ella desde el principio.

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23/04/2018, 22:44
Verddatha

Veddartha asiente a las palabras de Tzmisce, para disgusto de Ennoia. Él parecía haber captado la esencia de crear esas criaturas. Ni tan fuertes como el más débil de ellos, ni tan débiles como un humano.

-Parecéis un montón de niños temerosos de que las sombras lleguen y con ello sus monstruos… Somos dioses y ellos son esclavos. Parece mentira que olvidéis el poder y la posición que tenéis- niega con un disgusto desaprobatorio. No podía creer que sus hermanos pensaran que una sanguijuela pudiera de verdad suponer una amenaza contra ellos. -¿Acaso hay algo más grande que nosotros caminando por la tierra? ¿Pensáis que esto nos puede dañar?- señala a la criatura, que sigue como congelada y solo muestran algo de vida sus ojos, que se pasean entre los presentes y vuelven a mirar de forma obsesiva e insidiosa a los humanos cuando tiene oportunidad.

-Tantos como deseemos, Saulot. Ni más ni menos… De hecho pensaba usar a los moribundos y quizás a los ladrones y asesinos. Un castigo para ellos y un perro guardián más para nosotros- explica al salubri.

Luego sus ojos se volvieron a Ravana y enarcó una ceja ante sus palabras, casi más divertido que sorprendido.

-Oh, pero tengo mucho poder… Al fin y al cabo yo fui designado por Caín por mis cualidades. ¿Y tú Ravana? ¿Aparte de una curiosidad para él por ser cercano a los llamados lupinos? Creo que tengo suficientes apoyos como para poner esta propuesta en marcha. Y aquel que no esté de acuerdo es porque es débil- se levanta de su diván y acaba esa copa que bebía. Sus ojos se clavan en Ennoia. –Débil de mente y espíritu…

La pregunta de Arikel le hace negar.

-Parece que alguien ha estado tan ocupada observándose en su reflejo en la copa que no ha escuchado lo que dije. Nuestro dominio de la mente es más que suficiente para tenerlos a raya. Hasta el más débil de nosotros podría- deja caer alguna mirada entre los presentes, sin elevar ni una palabra más sobre quién era más débil. –Ni siquiera necesitamos mirar a los ojos a estas criaturas para dominarlos. Una simple palabra o a veces un solo pensamiento son más que suficientes para parar varias criaturas a la vez.

Por último posa su copa en la mesa que hay frente a vosotros.

-La reunión para mí ha concluido y la decisión ha sido tomada… Tendrás tu propia criatura para experimentar si lo deseas, Tzimisce- le comunica antes de marcharse y dejaros sin su presencia. -Incluso toma esta si te place.

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23/04/2018, 23:27
Richard Collins

Arikel lanza el contenido de la copa hacia Verddatha, sin importarle si le impacta o no.

“Nuestro dominio de la mente” no es una explicación muy útil, eunuco engreído, es un término amplio que solo muestra tu falta de interés en darnos detalles, tan preocupado estás de que dependamos de ti y de tus bestias.  – Miraba a Verddatha mientras este se marchaba, ignorándola, y levantó la voz para asegurarse de que la escuchaba – ¿Y cómo vamos a controlarlos en masa? ¿Cómo podemos estar seguros de que el más poderoso de nosotros no toma el control de todos ellos y los vuelve contra los demás?

Cuando el Ventrue se había marchado, lanzo la copa con todas sus fuerzas contra la dirección en la que se había ido, sin importarle en quien o en que impactaba. Claramente alterada por los insultos de Verddatha, y sin ánimos de disimular, busco a su alrededor a una de las esclavas en busca de otra copa, y cuando la tuvo llena, derribó de un bofetón a la esclava para aliviar su frustración.

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24/04/2018, 23:01
Danica Dvorák

La respuesta muda de Arikel se le antojó pueril al que era capaz de ver con su mente. Negó despacio con la cabeza, como declarando con ese gesto que su melliza no tenía remedio, pero lo cierto era que le producía algo de lástima ver en ella tanto potencial desaprovechado. Tenía la capacidad, pero también las limitaciones. Otros dirían que esas limitaciones eran precisamente las que la hacían más cuerda que su hermano. Pero, en ocasiones como aquella, Malkav lamentaba que la mantuviesen anclada a un mundo físico cuando había tanto que ver más allá de él. 

No participó de la discusión, aunque la escuchó atentamente, con media sonrisa colgada de sus labios. No compartió en voz alta los motivos por los que no se oponía a aquella creación esa noche, no creía que fueran a ser comprendidos. Y en ese mismo silencio observó cómo Veddartha se marchaba lleno de dignidad tras armar el revuelo, como siempre le gustaba hacer. Sus ojos siguieron a Arikel en su berrinche y finalmente se acercó más a Nissiku para deslizar unos últimos versos en su oído. 

—Danzo la danza de los locos y ruego me encontréis loco, pues si posáis vuestras manos sobre la raíz me conoceréis, sin ilusiones y me encontraréis culpable de la verdad. 

Sus ojos brillaban cuando se recostó de nuevo en el diván y buscaron a Saulot con cierta complicidad, como si él pudiera anticipar lo que iba a hacer. «Una simple palabra, un solo pensamiento», eso había dicho Veddartha. Él ya había visto el vacío absoluto que había en aquella mente, ahora deseaba concentrar su voluntad en un solo pensamiento, tomar las cuerdas y doblegar al títere.