Partida Rol por web

El reinado de los Strigoi: Capítulo I

Capítulo 4.2: Bestias sin control

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22/07/2018, 21:23
Director

Otro sueño…

 

Otra visión…

 

Otro recuerdo…

 

Aquella noche se encontraban en el hogar de Tzimisce. Era necesario. Había que hablar. Donde habitaba Tzimisce era un sitio a su gusto, un osario. Donde los cuerpos de los muertos podían venir a ser estudiados, o si algún experimento no llegaba a buen puerto, no había que llevarlo muy lejos para enterrarlo. Capadoccio se sentía como en casa en aquel lugar, pues rendía sus visitas cuando lo creía necesario, compartiendo noches con Tzimisce alguna vez que otra.

Las calaveras miraban a los presentes con sus ojos vacíos. Acusatorias. Si la raza humana se extinguiría alguna vez, bien podía ser gracias a los presentes aquella noche en aquel lugar. Los hijos de Caín.

La razón de la visita no era otra que tratar de solucionar unos pequeños problemas que habían tenido con las criaturas. Los strigoi, sirvientes de mente débil, habían creado algún percance que otro que había que erradicar. Parte de esa culpa la tenía Tzimisce, algunas de sus modificaciones no habían sido las mejores.

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22/07/2018, 21:25
Verddatha

Como siempre, Verddatha habló. Si es que había algo en este mundo que le hiciera callarse, era desconocido para el resto.

­-Y bien, Tzimisce… Las criaturas debían ser más débiles, más vulnerables…- comenzó explicando. Aunque no se sentía cómodo en los dominios del dragón y tuvo que mirar alrededor el poco gusto que tenía este decorando. –Deberíamos haber mantenido mi idea original, dotarlos de rasgos poco humanos solo ha empeorado las cosas. Al igual que la forma de creación, debería de ser más simple, como una infección. Algo que se alargue más tiempo que unas horas en el huésped. ¿Alguna otra idea de cómo modificarlos?

Señaló a una criatura que estaba ahí a la espera. El resultado final de los strigoi según Tzimisce. Una criatura deformada y repulsiva, que causaba terror entre los humanos. Además que cuando ingerían su sangre, sus tripas se hinchaban y dejaban ver su contenido. Como mosquitos macabros rondando la ciudad.

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26/07/2018, 20:24
Arikel

Arikel se mostraba indiferente. Se mostraba indiferente con tanta vehemencia que parecía cualquier cosa menos indiferente. Y es lo que buscaba, el desprecio que quería mostrar. Ataviada con un vestido formado por decenas de sedas de distintos tintes y colores que solo servía para realzar su figura, no para tapar nada, y engalanada con tantas joyas que deslumbraba, literalmente, a la luz de las antorchas.  Su melena dorada estaba recogida en una tiara, de sus orejas colgaban unos pendientes que llegaban a rozar sus hombros, y su cuello estaba casi completamente cubierto de gargantillas que tintineaban al chocar entre sí o con los pendientes cada vez que giraba la cabeza. Todo ello de oro y diferentes piedras preciosas, principalmente amatistas y ónice. Su perfume era más dulce que fresco, y lo suficientemente potente como para penetrar hasta en la nariz de seres que no necesitaban respirar. La antediluviana invadía los tres sentidos principales de cualquiera que se acercase a ella, pero solo los más privilegiados podían disfrutarla con los dos restantes.

Esta noche iba acompañada de dos esclavos, ambos portando una bandeja. La del primero contenía un buen número de unas pequeñas esferas rojas, parecidas a cerezas.  Eran pequeñas burbujas de azúcar cristalizado, rellenas de sangre. El ultimo capricho de la toreador, y uno de los más inútiles. La del segundo estaba para lanzar los restos de las cerezas, ya que ingerir el azúcar la haría acabar vomitando, aunque era bien sabido que se filtraba tanto azúcar en  la sangre que contenían las burbujas que varias noches tenía que acabar vomitando, de igual manera.

Precisamente se llevó una de ellas a la boca mientras Verddatha hablaba con Tzimisce. Sus labios brillaban rojos por la sangre cuando se decidió a lanzar un chascarrillo.

¿Qué tal hacerlos arder, convertirlos en cenizas? – dijo, con inocente sarcasmo.

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29/07/2018, 03:14
Malkav

El joven se deslizaba con la delicadeza de un rayo de luna por la guarida que Tzimisce llamaba hogar. Sus ojos, preñados de curiosidad, recorrían los rincones, los huesos, las luces y las sombras. Hasta que su mirada llegó al nuevo engendro, al que observó largamente, con el rostro ligeramente ladeado y los labios fruncidos con escepticismo. Escuchó a Veddartha y también a Arikel, pero él se tomó todavía algunos segundos antes de dejar salir su voz argentina. 

Demasiado obvio —sentenció, apartando los ojos del strigoi para buscar la mirada de Saulot primero y la de Tzimisce después—. ¿Qué misterio hay en esconder un monstruo dentro de un monstruo? 

Con esa pregunta giró sobre sí mismo, haciendo que su falda de lino danzase con él. Terminó mirando al que había creado aquellos engendros en primer lugar. 

Era mejor la niña de Veddartha. Igual de hueca, pero tremendamente interesante bucear en sus abismos. —Se tomó un instante antes de soltar su conclusión—. Para ver el alma debería hacer falta un espejo. 

Con esas palabras miró de reojo a Lasombra y se le escapó una risa suave. Sin embargo, de pronto las comisuras de sus labios decayeron tras el chiste, encontrando un vacío junto a él. Su espejo quebrado, su Nissiku, hacía un tiempo que no caminaba a su lado. Finalmente tenerlo cerca había sido demasiado para el joven de ojos de plata,  pues asomarse a los pozos de sus pupilas era enfrentarse a su propio reflejo. Su primer chiquillo había emprendido su propio camino, quién sabía hacia dónde. Lo añoraba tanto como se alegraba de su marcha. 

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29/07/2018, 12:54
Ravana

Ravana observaba la criatura dantesca desde la semi penumbra que reinaba en la catacúmba que era el hogar de Tzimisce. Le parecía sobre actuado, magnificado hasta límites que rebasaban el buen gusto. Tal y como aquella criatura, si. No es que le preocupara el asunto estético, ni siquiera la idea del espanto de los mortales ante la presencia de aquellas cosas por la ciudad. Le daba igual el aspecto en si, pero reconocía que darles ESE aspecto, no era más que una exageración innecesaria.  

Su rostro joven y en tinieblas, de piel tostada y barba cuidada, denotaba el más que sabido parentesco con Ennoia. Sus ropas hoy no guardaban mucha diferencia con las que solia llevar. El faldón de tela cara, caía sobre sus piernas, cubriéndolas, dejando ver solo los pies enfundados en sandalias de piel. Brazaletes y cinturón dorado irradiaban un destello metálico en aquella penumbra. 

En un principio se habia mostrado en desacuardo con la creación de las criaturas, pero les empezaba a ver el maldito sentido practico. Sin embargo, eran del todo imperfectas, al menos en algunos detalles. 

- Que perezcan en horas es del todo una imperfección. El resto...- señaló su aspecto – ...bueno, si su cometido es infundir respeto, lo hacen. Eso no cabe duda... Aunque reconozcamos que está recargado y exagerado. Parecen una maldita caricatura.  

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29/07/2018, 17:44
Baal

Baal iba como de costumbre, vestido con su túnica gris, que quizás recordaba a los predicadores y sabios que hablaban de los dioses. Cuando estaba con sus hermanos no solía ponerse adorno alguno. 

Los hermosos jóvenes despreciaban a la nueva criatura de Tzimice, además que a la de Verddatha. Lo hacían por su apariencia, cuando en realidad deberían hacerlo por su vacío interior. Su falta de alma. —Podemos tener sirvientes humanos que nos aman y adoran a cambio de unas pocas gotas de sangre. Que pueden caminar de día... ¿Y seguimos con monstruos? Sí, nuestra sangre, nuestro poder es muy elevado. Podemos parecernos más a lo que cuentan de nosotros ya, o cambiar eso. Ser dioses para ellos, y regirles con sabiduría y justicia. 

Hay ya fuerzas oscuras en el mundo. No hace falta crear más, y menos unas que son como muñecos de arcilla hechos de carne. Horrendos. 

—Hay métodos mucho mejores que crear más monstruos que jamás podrán salir a la luz del día —pontificó con un tono de desprecio acerca de la criatura —pero si quieres acabar siendo un monstruo sin nadie cerca, puedes hacer unos cuantos, igual provocas pesadillas a todos los humanos durante un par de generaciones. 

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29/07/2018, 23:12
Ennoia

Ennoia miró con desagrado a la nueva excentricidad de la Toreador. Parece que Arikel se regodeaba en la opulencia y en la ostentación. No podía contener lo poco que toleraba su estilo de vida, al igual que el de muchos de los presentes. Pero eran hermanos, algunos más que otros. La conexión que tenía con Ravana era mayor que con el resto, como suponía entre Malkav y Arikel.

-Estoy de acuerdo con Ravana, es imperfecto- indicó sobre lo referente a la criatura. –Puestos a crear una abominación contra la naturaleza, al menos que no lo parezca. ¿No crees, Tzimisce?- negó ligeramente.

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29/07/2018, 23:13
Haqim

Entonces habló Haqim, el Cazador, que no parecía haber tenido opinión al respecto de la criatura.

-Yo creo que esto demuestra que debemos deshacernos de ellos. Si Saulot dijo que yo me encargaría de hacer cumplir la ley, ¿por qué no puedo encargarme de su seguridad?- levantó la cabeza  con orgullo. Era bien sabido que era el que mejor podía hacer cumplir la ley en aquella ciudad, pues tenía autoridad y un fuerte sentido del deber. Además Haqim pugnaba por la igualdad entre todos los habitantes de la Segunda Ciudad, humanos y vampiros. –Puedo entrenar guerreros de élite.

Sus ojos buscaron los de Saulot, puesto que en él siempre encontró un apoyo que sería pagado con lealtad ciega. No dijo nada respecto a las palabras de Baali, puesto que tenía sus reservas para con él. No necesitaban a nadie que caminara a la luz del día, solo un ejército especializado con guerreros de élite. Esa era su posición.

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30/07/2018, 14:49
Baal

—Guerreros de élite que a la luz del sol arderán como cortezas de abedul. Entrena guerreros de élite entre los humanos. Con un poco de nuestra sangre pueden hacer maravillas. Nos aman sin perder capacidad de elegir, se pueden curar y son más fuertes. A los que nos sirvan muchos años y sean los más leales puedes darles el Beso. Así conseguiríamos sirvientes... y no monstruos. —replicó Baal a Haquim, cuyas ideas no iban mal encaminadas, pero no veía los troncos tendidos en el camino. 

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31/07/2018, 15:42
Malkav

La mención a las pesadillas había llamado la atención de Malkav, que encontraba la belleza en ellas tanto o más que en los sueños. Su mirada se detuvo en Baal tras esas palabras y su expresión era pensativa, con una pequeña sonrisa bailando en las comisuras de sus labios, como si guardase un secreto para sí mismo. 

No dijo nada a eso, ni tampoco a lo siguiente, pues siempre se había desentendido de las tareas de seguridad y tenía toda la intención de seguir haciéndolo. En silencio, dio una vuelta más alrededor del engendro que había creado Tzimisce y terminó por darle la espalda. 

—Sin embargo —intervino, dejando que su mirada se perdiese una vez más por la decoración de aquel lugar—, las pesadillas más efectivas son las más sutiles. Las que van vestidas de campos de amapolas en flor o del olor del trigo maduro. Es demasiado fácil temer a un monstruo. 

Se encogió de hombros en un gesto que hizo oscilar su melena de plata y su mirada se volvió soñadora un instante antes de que siguiese hablando. 

Al final todo dará igual, el tiempo va y viene, de adelante a atrás y de atrás hacia delante. Las brumas del tiempo se lo comen todo una y otra vez, una y otra vez. La sangre se vierte sobre las flores de amaranta y los chiquillos las mastican con fruición. La ira y el capricho se funden con el miedo y todo desaparece en una chispa de luz, tan roja como el deseo. Tan roja y tan hermosa como los labios de Arikel. —Pestañeó y miró a Saulot, pues su opinión le importaba sobre las del resto—. Dime. ¿Qué ves con tu ojo, hermano? 

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04/08/2018, 11:54
Ravana

Escuchaba a sus acompañantes mientras observaba los movimientos de la abominación. Sus voces reverberaban contra las paredes del osario, así como la luz que proyectaba el fuego. Por primera vez en mucho tiempo parecía que cada uno de los participantes en el debate estaban de acuerdo en que las modificaciones habían sido inoportunas, cada cual con sus motivaciones y pensamientos. Haquim nos deleita con su opinión por primera vez, y se le antoja que su idea almizclada con la de Baal puede ser otra opción, bien estudiada. 

Eso podría ser una alternativa a estudiar... Sea como sea, creo que está claro que hay unanimidad en cuanto a los excesos de estas cosas... - volvió a mirar a la criatura y luego Malvak captó su atención, con sus palabras cargadas de malos augurios. ¿Estaban ya perdidos? ¿hicieran lo que hicieran caerían? No, eso no podía ser posible.

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05/08/2018, 18:12
Arikel

Otra de las “cerezas” se quebraba entre los dientes de Arikel, que se sacaba los restos de azúcar de la boca con una finura impensable para alguien que, en realidad, estaba escupiéndose comida entre las yemas de los dedos.  Extendió las manos hacia uno de los esclavos, que se las lavo con un trapo humedecido.

¿Para qué nos hemos reunido aquí? ¿Para contemplar la última abominación que se ha sacado Tzimisce de la mente? Personalmente, no tengo interés en nada de esto… Que haga lo que quiera con las bestias, de todas formas, ya lo hace con los humanos. – Se colocó junto a la salida, mirando hacia afuera. Otra muestra de desprecio a toda la situación. -  La única función de estas alimañas es tener controlado al ganado a base de miedo, y lo veo altamente innecesario. Para lo único que servirán es para que nos vean reflejados en ellos.  

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05/08/2018, 21:27
Troile

Y ahí estaba Troile entre los presentes, hija de Troile el Grande. Muy original por parte de su padre darle ese nombre tras el abrazo, o quizás no era sino una premonición de lo que sabía que pasaría. Los temores del  brujah se habían convertido en realidad, en un momento de flaqueza, su hija tomó su sangre y ahora era uno de ellos.

Bien se sabía que Troile era un filósofo algo despegado de la humanidad y más dedicado a un fin mayor que era el pensamiento. Su hija, sin embargo, no solo había curtido su mente sino su cuerpo. Era fiera y apasionada. Sus formas eran atractivas, pero también ligeramente toscas y musculadas. Lo que más sobresaltaba a la vista de la cainita era sin duda su altura, poco común.

El aislamiento emocional de Troile el Grande la había llevado a planificar la diablerie sobre su sire y a asumir el liderazgo del clan. Entre los presentes no hubo ninguna objeción, la ley del más fuerte siempre iba a prevalecer y Troile era la más fuerte.

-No creo que asocien a estas criaturas con nosotros- miró a Arikel. –Son nauseabundas, horribles y causan terror entre los humanos, hasta entre algunos neonatos- comentó. –Que sean más parecidos a humanos me parece bien, si debemos asustarlos que sea porque vuelve de la vida un vecino inhumano que un ser de pesadilla. Algo que esté más en su cabeza que en la de Tzimisce…

Dio un par de pasos en dirección a la criatura, no tuvo ni que tocarla para doblegarla a su voluntad y obligarla a retroceder.

-Pero como Verddatha dice, lo peor es que tengan un tiempo limitado de vida. Y que tengan que venir aquí para ser modificadas y ser útiles. Deberían poder reproducirse fácilmente, en caso de que tengamos necesidad. Muchos de los nuestros no están comportándose como deben con los humanos, lo que creará resentimiento que estas criaturas no ayudan a resolver.

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05/08/2018, 21:28
Haqim

Haqim dio un paso al frente.

-Debemos destruirlos y desterrarlos. Si queréis estas criaturas para vigilar al ganado vale. Pero conforme están no son útiles, al contrario. Mientras puedo ocuparme de la seguridad de la ciudad, creedme que será más fácil así- insistió sobre ocuparse de todo. Puede que por orgullo, o puede que porque quería tomar más control sobre la ciudad.

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12/08/2018, 00:05
Malkav

La risa de Malkav tintineó al escuchar las palabras de su hermana melliza. Sus ojos abandonaron a Saulot sin haber recibido respuesta, pero la prisa no le acuciaba. Sabía que con él las respuestas llegarían cuando debiesen llegar y ese sería el momento justo, ni antes ni después. Sin embargo, se quedó cerca de él pues cuando ese momento llegase, querría enterarse. 

Los disfraces que esconden los reflejos. La belleza prendida en una mota de polvo suspendida en el tiempo. Pero el horror puede ser también igualmente hermoso.

Parecía hablar más para él mismo que para los demás y finalmente terminó por depositar su mirada en las cuencas vacías de una de las calaveras que adornaban las paredes. Cuando habló de nuevo, lo hizo desviando la cabeza primero y los ojos después hacia el anfitrión. Tzimisce. 

¿Nunca has pensado en construir tu hogar en el interior de un corazón aún palpitante? —preguntó, curioso—. El rumor al despertar debe ser como hacerlo junto al mar. 

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12/08/2018, 12:20
Saulot

Saulot no estaba allí para debatir lo conveniente y lo inconveniente. Incluso si decidían destruir a esos monstruos, las tabas ya rodaban y nada de lo que se dijera iba a cambiar su rumbo. Solo quería ser testigo del giro que ya había visto en sus meditaciones lejanas, en el Vacío, testigo del juego que se creaba a sí mismo y se ponía en marcha. Una marcha que ya era vieja cuando todos ellos eran sueños.

...todo lo que es, será. Y lo que se va, vuelve...

El retorno eterno para la renovación.

No le interesaba aquella aberración, que tomó como un horrendo chiste propio de la mente enferma e inútil de Tzimisce. Una mente brillante desperdiciada en intentar comprender la carne, no el alma.

No, no le importaba el monstruo. Le interesaba observar el teatro de sus hermanos. Su caída en la discusión vana, la tristeza de ver a dioses discutir y discurrir como lo hace el ganado. Algunos entendían. Otros no. Algunos se fijaban en la carne, otros en lo auténtico. Saulot escuchaba, complacido y ausente, mientras jugaba con los cabellos de plata de Malkav. Se deslizaban en su mano como las hebras de la Vía Láctea sobre el oscuro y protector cosmos.

Malkav era de los que sabía. A Saulot le complacía. El muchacho poeta siempre había sabido porque había visto. Diferenciaba la esencia de la sustancia. Pero quizá había visto demasiado y demasiado hondo, sin poder limpiar la mirada y destilar lo observado, y eso perturbaba su alma de maneras maravillosas, a veces, terribles, otras.

...no alcanzó, aún, la serenidad de la tercera mirada...

Quizá debiera ser sanado. O quizá su maravilla era ser, simplemente, así. Incomprensible para casi todos. De los pocos cuya compañía Saulot apreciaba.

Malkav sabía, como sabían Baal y Haqim. El bello y leal Haqim, por supuesto. Ambos tenían razón. Ellos tenían la visión clara y miraban lejos. Comprendían. Se sabían dioses y sí, había matices y diferencias entre ellos, pero no diferencias irreconciliables. Ellos comprendían que el buen dios tiene responsabilidades.

...el buen dios lo posee todo, pero sabe que nada se cuida solo...

Los dioses de mirada sabia ejercen el mando y el orden. Ley, justicia, hierro, amor. Mientras los dioses infantiles gastaban la eternidad jugando caprichosos en el patio, los sabios se reunían en consejo porque temían las verdad: que la inmortalidad no es infinita.

...el buen gobierno… el ganado necesita un pastor y el pastor se alimenta del ganado…

—Asusta a las reses y se perderán en el campo. Mata al resto y morirás de hambre—comentó, susurrando, más para Malkav que para interés del debate—. Los perros golpeados huyen y se tornan salvajes. Volverán con mordiscos en grandes manadas.

Lo había visto. Ocurriría pronto y la Rueda seguiría girando, hasta que las posiciones se tornaran y hubiera un nuevo ciclo.

—La respuesta ya la sabes, hermano. El Tiempo se agota y se llena. Solo observa y tendrás tu momento.

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13/08/2018, 11:37
Ravana

Troile mostraba su opinión por primera vez y esta no se alejaba mucho de la mayoria de las arrojadas al debate. Malkav y Saolut parecían a lo suyo, enfrascados en susurros y cosas que prácticamente sólo ellos veían con claridad. A veces le frustraba, que si eran capaces de estar un paso por delante, no lo fueran de poner las cartas sobre la mesa, limitándose a un murmullo entre ellos. Les miró y luego observó al resto, permanecían callados y ya se le estaba dedicando demasiado tiempo a este asunto.

Añadió algo para que empezaran a ponerse todos de acuerdo y llegaran a una conclusión final:

Apoyo la moción de Haqim - dice finalmente, en el sentido de que deberían destruir la caricatura que se movía, a veces se acongojaba antes ellos, frente a sus ojos.  - Esta cosa debe desaparecer y, en todo caso, ser sustituida por algo realmente mejorado. ¿Todos estamos de acuerdo? - no, no todos, pero esperaba que al menos la mayoría.

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02/09/2018, 14:21
Lucian

Una voz joven y áspera se vertió desde una esquina oscura. Lucian se había reservado, pero ya conocían su opinión.

—¿Qué necesidad tenemos? ¿Por qué buscar abominables criaturas? Nosotros somos el peor sueño.

Surgió de las sombras.

—Deben temernos por lo que somos, no por nuestros monstruos de alquimia. Somos sus tinieblas, sus pesadillas. Obtenemos su adoración por el terror. No es un capricho, es ley.

La criatura que tenía ante sí le parecía repulsiva. Pero, sobre todo, le parecía innecesaria. Lucian se veía como el señor de las sombras y no entendía el valor de ese experimento cuando él mismo era el origen del horror en los humanos. El lobo que atemoriza al ganado.

—Visiones de pesadilla. Pero solo visiones. No verdaderas pesadillas. Entretenimientos. Juguetes. Títeres que solo sirven para distraer.

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16/09/2018, 16:07
Verddatha

Verddatha de nuevo lideró lo que veía que otros no podían, o no sabían.

-Calmaos, cualquiera diría que esto es una discusión entre niños- añadió con cierto divertimento, mirando a Lucian. –Niños peleándose por sus juguetes.

Miró al resto.

-Decidamos ahora qué pueden y qué no pueden hacer estas bestias y Tzimisce seguro que no tendrá reparo alguno en modificar lo necesario. Que guarde sus experimentos para otros campos que no tengan que ver con relacionarnos con los humanos. Las relaciones ya pueden ser lo suficiente tensas sin estos bichos aterrorizándolos- volvió a mirar a la criatura e hizo un gesto a Haqim para que con un gesto rápido de su cimitarra la decapitara. –Empezaremos de nuevo, con lo acordado aquí. No habrá más quejas posteriores, hay cosas más importantes por decidir en esta ciudad.

-En mi opinión no deberían de poder moverse distancias largas sin la compañía de un vástago, o sin ayuda humana si es necesaria. Si uno de estos seres deja la ciudad por alguna razón y no nos damos cuenta, podría crear grandes problemas- después miró con atención a sus hermanos, para ver qué acordaban que debía o no debía hacer aquel ser.

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23/09/2018, 11:17
Arikel

Arikel se giró hacia el grupo, dejando de lado su fachada de indiferencia. Había un deje de indignación en sus gestos mientras se acercaba al grueso del grupo, con la barbilla levantada y los brazos cruzados.

Quiero poder vincular algunos de ellos a mi voluntad, y solo mi voluntad, como a ghouls humanos, y quiero poder controlar a estos como a marionetas estén a la distancia que estén de mí, estén a mi vista o no.