Partida Rol por web

El Reino de la Sombra: Prisionero

LA TORRE

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11/03/2014, 00:27
Director

 

Demasiado lentos.

Para la opinión de Sertois, no son capaces de avanzar tanto como el explorador quisiera, a pesar de que él se siente tan agotado como los demás, después de todo lo que han tenido que pasar a lo largo de este día. Un día que todavía no ha terminado y puede deparar todavía nuevos peligros.

Sin embargo, por el momento, nada aventura la proximidad del enemigo, lo que hace que se hayan decidido a hacer un pequeño alto al encontrar en una zona rocosa, charcos de agua formados por las lluvias de ayer y que les permiten al menos darse el lujo de beber hasta saciarse, lavarse y limpiar sus heridas.

El agua está fresca y limpia. Cristalina. Y lo más importante es que les levanta el apagado ánimo que traían consigo desde hace ya un buen rato. Calma un poco el mal humor del explorador, el abatimiento del sargento y la apatía del elfo. Todavía continúan en el bosque, y Sertois calcula que aun tardarán en salir a la planicie de tierra que se extiende entre el valle y el comienzo de la franja montañosa más al norte. Intentan no pensar demasiado en ello. En que dentro de poco, perderán la protección que les ofrecen los árboles y tendrán que atravesar una extensísima área en la cual estarán a la vista de cualquier observador, sin posibilidad de esconderse.

De pronto es Girshael el que sorprende a los caballeros preguntando por la torre fortificada a la que se dirigen, ya que nada sabe de ese tipo de construcciones humanas.

Hablar un poco mientras terminan de prepararse para emprender de nuevo la marcha puede que haga que sus ánimos se refuercen por lo que Sertois no dice nada. Además, tampoco sabe mucho sobre el tema a pesar de ser un explorador y que la red de torres que mantiene la Orden es un destino habitual para muchos exploradores, él nunca ha estado en una de ellas. La razón es que las torres guarecen a un pequeño destacamento de caballeros y ningún superior ha considerado a Sertois adecuado para la convivencia durante un largo periodo de tiempo con un grupo de caballeros.

Es finalmente Orlant quien complace a sus compañeros de viaje, y mientras termina de ajustarse de nuevo los tirantes de su armadura de cuero tachonado, explica que la construcción de torres fortificadas fuera del territorio de Stumlad tiene su origen en la batalla del paso de Khardum. Antes de ese suceso, los caballeros se contentaban con vigilar sus propias fronteras, especialmente el único paso que da acceso al interior del reino, el paso de Eradun, donde se encuentra la plaza fuerte del mismo nombre.

Girshael y Sertois escuchan las palabras del veterano caballero con atención, aunque se nota que la referencia a la batalla del paso de Khardum hace que una sombra cubra la mirada del sargento. Como si le trajera desagradables recuerdos.

Pero aun así Orlant sigue relatando la historia: Sucedió durante un verano inusualmente caluroso, que causó que ese paso, que siempre se encuentra bloqueado por nieves perpetuas, se abriese. Y coincidió con la llegada de una horda de trolls desde las Montañas Kehalas, una horda que no fue detectada hasta que ya habían entrado en Stumlad, atacando salvajemente y sin piedad, acabando con poblaciones y fortalezas sin que los caballeros pudieran reaccionar a tiempo para muchos hombres y mujeres del norte.

Finalmente, la Orden contraatacó, evitando que los monstruos penetrasen más hasta el interior de Stumlad y llevando de nuevo a la horda hacia el paso de Khardum donde tuvo lugar el cruento enfrentamiento entre caballeros y trolls. La amenaza fue destruida, pero el coste en vidas de ciudadanos de Stumlad y caballeros fue terrible.

Este suceso hizo a la Orden de Caballeros replantearse muchas cosas, sobre todo la estrategia que seguían de guardar únicamente sus fronteras ante posibles peligros exteriores. Se comenzó una política militar expansiva, basada en llevar a sus ejércitos más allá de los límites de sus territorios, firmando pactos con otras ciudades humanas con el fin de establecer ejércitos por todo Valsorth. Se mejoraron las vías de comunicación. Se modificó la estructura de los ejércitos para que pudieran reaccionar más rápidamente ante ataques relámpago, y también se comenzó una estrategia de ataques preventivos.

Pero la construcción de una red de torres fortificadas de vigilancia fuera de Stumlad es una de las acciones más ambiciosas por parte de los caballeros de las últimas décadas. Se trata de plazas fuertes dedicadas al control y vigilancia de amplias áreas, controladas por un pequeño destacamento de caballeros, y preparadas para dar la alarma ante amenazas que pudieran dirigirse al país norteño, pero también con el objetivo de ser en sí mismas fortalezas capaces de resistir un asedio y de servir como resguardo a un ejército de caballeros si llegase el caso.

Ya han comenzado la marcha cuando Orlant termina con su explicación. Explicación teórica, por lo menos. El sargento reconoce que nunca ha puesto el pie en ninguna de ellas. A lo más, en un par de ocasiones, su compañía acampó al pie de las mismas. Nada más.

 

Notas de juego

A pesar de haber encontrado agua, los personajes están heridos y llevan mucho sin descansar ni probar bocado. Ahora mismo los dos se encuentran fatigados, lo que significa que tienen un -2 en sus características de Fuerza, Destreza e Inteligencia.

Aun les queda caminata antes de salir del bosque, y los personajes pueden hablar entre ellos todo lo que quieran. Mientras tanto, para intentar encontrar algo que llevarse a la boca, deben hacer tiradas de la habilidad Supervivencia (Orlant tiene +3 y Sertois +5), con dificultad 15.

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13/03/2014, 23:17
Director

Os siguen.

Ahora estás seguro. Antes sólo era una sospecha, pero ahora se ha convertido en una certeza.

No sabes quién. Sólo has captado fugaces movimientos a una distancia más que prudente detrás de vosotros. Te parece que se trata de un solo perseguidor, pero no puedes afirmarlo con rotundidad.

Todavía no has dicho nada a los demás. Por el momento piensas qué hacer y finges que todo va bien. Una cosa es segura, no vais a poder dejarlo atrás, se mueve mucho más rápido que vosotros.

En una situación normal intentarías despistarlo, pero eso es algo que con suerte sólo tú podrías hacer. O también podrías intentar tenderle una emboscada. El problema es que eso requiere tiempo, y tiempo es precisamente de lo que no disponéis, porque tienes el convencimiento que todos los orkos y los lobos-troll del valle se dirigen en vuestra dirección.

El tiempo que perderías en montar una trampa para el que os sigue podría ser fatal si el resto de los cazadores llega hasta vosotros ahora que todavía estáis tan alejados de la torre…

 

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17/03/2014, 12:30
Sertois
Sólo para el director

 

Un problema más a esta “sopa” bien condimentada de dificultades que tenemos entre manos.

Lo mejor es no hacer nada al respecto, ya que de momento, quien sea que nos persigue, se mantiene lejos de nosotros.

Tal vez, pienso, no pertenezca al ejercito de los Orkos, lo cual ya es bueno, - en parte al menos -, pero entonces, ¿Quién es y por que nos sigue?.

Preguntas y preocupaciones para otro momento, decido, es hora de seguir moviéndonos cuan rápido podamos.

Y mientras marchamos, intentando buscar comida para calmar el hambre, intento al menos acercarnos a los otros, cuanto podamos.

- Tiradas (1)
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17/03/2014, 12:32
Sertois

Escuchada la explicación del viejo, y recuperadas, - al menos un poco -, las fuerzas, me paro con un gruñido desde mi cómoda posición, y comienzo a marchar nuevamente hacia la torre, ahora mas cercana que antes.

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17/03/2014, 22:44
Director

Finalmente, los dos caballeros y el elfo llegan hasta el linde del bosque propiamente dicho. Más allá apenas hay árboles que los oculten de la vista de quien pueda estar vigilando desde un punto alto, por ejemplo. Durante su trayecto por el bosque han mantenido la ruta trazada y gracias a eso ahora pueden ver en la distancia la estructura que es la torre, aunque resulta casi indistinguible, primero porque vista desde aquí parece una pequeña miniatura y segundo porque su color gris piedra se confunde con el de las montañas detrás suya.

Lo difícil empieza ahora.

Hasta ahora su camino se mantenía oculto a los ojos del enemigo. Ningún enemigo, ninguna amenaza se ha cruzado con ellos en el trayecto hasta la salida del bosque. A pesar de todo lo vivido, el cansancio, el hambre y la extenuación amenaza con hacerles creer que todo lo que han pasado no hubiera sido sino un mal sueño. Una pesadilla que ha sucedido hace mucho tiempo. Algo inventado.

Pero pensar así es peligroso. Pensar así puede hacer que los maten.

No deben de olvidar jamás que les están persiguiendo para acabar con ellos. Eso tiene que ser para ellos una verdad innegable. Pero a pesar de todo, ellos cuentan con una ventaja: El enemigo no sabe que ellos se dirigen hacia una torre, hacia un refugio. Si lo supieran es seguro que redoblarían sus esfuerzos para llegar hasta ellos, con el fin de evitar que llegasen hasta ese lugar.

El sol desciende rápidamente por la bóveda celeste. En esta época el astro se pone pronto por las tardes, pero aun les quedan al menos un par de horas de luz que les marca la ruta a seguir. Sólo queda el último esfuerzo.

Y el sargento Orlant sabe bien que si lograran llegar hasta las cercanías de la torre estarían a salvo.

Las torres fortificadas de la orden de caballeros se construyen todas por el mismo patrón. Siempre en piedra. Una torre alta, de varias plantas. Sobrias y de trazado recto. Preparadas para soportar un asedio. Además, una muralla de madera es construida alrededor de cada una de estas torres para ofrecerle más protección. Y cuenta con un destacamento formado por entre veinte y treinta caballeros. De manera que si llegan a las cercanías de las murallas y están siendo perseguidos por sus enemigos, podrían contar con que los caballeros les cubrieran las espaldas gracias a sus arcos y sus flechas.

Viendo claramente ya el final de su viaje al alcance de la mano, Orlant, Sertois y Girshael emprenden la parte más peligrosa de su trayecto.

 

Notas de juego

Básicamente lo que hay que hacer ahora es atravesar una gran explanada gris de pequeñas colinas de piedra hasta llegar a la torre.

Y tal y como yo lo veo hay dos opciones de hacerlo.

La primera es avanzar intentando no llamar la atención. Ocultándose todo lo que puedan. La ventaja de esto es que si lo hacen bien nadie los verá. La desventaja es que tardarán mucho más en llegar a la torre.

La segunda es avanzar a toda velocidad. Con esto llegarán pronto a la torre, pero es casi seguro que si hay alguien vigilando, los verá.

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23/03/2014, 23:11
Orlant

Estaba hambriento, sediento y tremendamente agotando, mucho más de lo que me gustaría admitir, además recordar la batalla del paso era algo que siempre me entristecía y estando ahora tan cerca era algo difícil de evitar. La torre estaba cerca, a la vista y casi al alcance de nuestras manos.

Sabia que los enemigos también estaban cerca, aguardando a encontrarnos. Los lobos troll se habían retirado pero seguro que no habían huido, como había dicho Sertois, este era el mejor lugar para tratar de atraparnos y seguro que volverían a intentarlo.

Si nos acercamos lo suficiente a la torre estaremos a salvo. Podemos correr hasta ella, pero no creo que seamos más rápidos que tu hermano y sus lobos. Mucho menos tan cansados como estamos.- acompañé mis palabras con gesto negativo con la cabeza. - Seremos una presa demasiado fácil en cuanto nos detecten. Creo que lo mejor es avanzar ocultándonos y en silencio todo el tiempo posible. Habrá tiempo de sobra para correr si nos descubren.

Pensaba que ese era el mejor plan, aún así, dejé tiempo para que los otros expresaran su opinión a la vez que sacaba la cruz de Korth que pendía del colgante enrollado siempre a mi cuello para besarla y musitar una corta plegaria silenciosa.

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25/03/2014, 14:00
Sertois
Sólo para el director

 

Y a decir verdad Sertois se había cansado de huir por los bosques como un conejo asustado.

No es que fuera a plantar cara y esperar a los lobos troll como un campeón de la ley y las normas caballerescas ¡claro!, para eso ya estaban los caballeros de la orden, a la cual, si bien pertenecía, rechazaba de lleno en todo lo que tuviera que ver con las ordenes innecesarias a las que tan afectos eran.

Si tan solo el viejo le diera un motivo para dejarle atrás, o si en verdad fuera lo ruin que todos pensaban que era, ya sin dudas ahora, el bueno del explorador estaría descansando a la vera de un lago y con el buche lleno de pescado fresco o algún otro trofeo de caza menor.

¡Pero no!, allí estaba sudando y cubierto de tierra, mientras se ufanaba hasta los limites de su resistencia física y mental, por llevar a aquel hombre y el maldito desertor hasta la torre, en la cual, comenzaba a sospechar que tampoco estarían a salvo.

Ojala fuera un mal nacido, se lamento con amargura, antes de volverse de cara hacia las montañas, y comenzar a caminar.

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25/03/2014, 14:34
Sertois

 

Sertois, cansado como estaba, ni siquiera tuvo fuerzas para alguna replica mordaz.

Tampoco pregunto a que se refería el viejo con eso de “no creo que seamos más rápidos que tu hermano y sus lobos.”

Tan solo quería un poco de vino, algo de comer, y si era posible y los Dioses de la Suerte le sonreían, un cómodo lugar para descansar un rato sin la constante incertidumbre de ser asaltado por las bestias diabólicas que les seguían.

Asintió entonces a las palabras del viejo, y mientras se acomodaba el carcaj y el arco, comenzó a caminar nuevamente hacia el frente del escueto grupo, para intentar encontrar el mejor camino a seguir.

En pos, de la seguridad que las frías piedras de la torre pudieran brindarles.

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25/03/2014, 22:53
Director

¡Mirad!

El sobresalto les llega cuando apenas se han alejado unos cincuenta metros del linde del bosque. Y es Girshael quien señala hacia allí, hacia el interior del mismo, donde siguiendo la indicación del elfo los dos caballeros son capaces de ver dos puntos brillantes en la oscuridad.

Los ojos fijos de un lobo-troll en ellos.

El explorador ni siquiera ha dispuesto de tiempo para tensar la cuerda de su arco antes de que las dos ascuas relucientes desaparezcan, como si nunca hubieran estado allí.

El sargento siente como si su dios le hubiese abandonado. Una de esas bestias les ha estado siguiendo, y controla sus movimientos al abrigo del bosque. ¿De qué sirve entonces tratar de ocultarse si el enemigo conoce su posición?

Sólo debe tratarse de un lobo-troll, y parece que la bestia nunca se arriesgará a salir de la protección del bosque para enfrentarse a ellos. Sólo está allí para mantenerlos vigilados.

Los dos hombres y el elfo esperan durante unos segundos, expectantes ante la posibilidad de que el monstruo comience a aullar para avisar al resto de su Manada y de las tropas orkas de su posición, pero por alguna razón que se les escapa, no lo hace…

 

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27/03/2014, 21:48
Director

Lo cierto es que sólo el refugio que les puede proporcionar la Torre parece la única opción que les queda, así que el grupo de los dos caballeros y el elfo continúan con su camino, sin poder olvidarse del recuerdo de los ojos brillantes que les espiaban desde la oscuridad del bosque, mientras se adentran en el tramo último y más peligroso de su ruta, en dirección noreste, directamente hacia la torre fortificada que es a la vez su meta y su salvación.

La sensación de peligro y la ansiedad de divisar al enemigo en cualquier momento hace que olviden por completo el cansancio y el dolor de las heridas, y esta sensación de urgencia les espolea para moverse con rapidez a través del despejado terreno, una llanura pedregosa en la que sus figuras destacan sobremanera, y más aún a medida que el sol desciende en el cielo en dirección a su ocaso.

Al principio, Sertois, Orlant y Girshael no dejan de echar miradas atrás, esperando en cualquier momento escuchar gritos de guerra de una horda orka surgiendo del bosque o los aullidos de la manada de lobos-troll, como anticipo de la aparición de estas bestias, que empezarían a ganarles terreno gracias a su velocidad hasta por fin alcanzarlos en mitad de la nada, donde les acosarían hasta darles muerte…

Una hora más tarde, nada de eso ha sucedido.

El cansancio y el dolor, poco a poco, van reemplazando al miedo y al temor. Ya ni siquiera echan la vista atrás, sino que se concentran únicamente en poner un pie delante de otro, en dirección a la torre y en no bajar demasiado el ritmo. Sólo los ánimos, o los improperios y amenazas, que cada uno da al otro consiguen que el pequeño grupo de huidos no ceje en su empeño y que en un momento dado se den cuenta que ya han recortado más de la mitad de la distancia que les separa de conseguir un refugio seguro.

Ahora pueden ver más de cerca la torre, aunque a contraluz por causa del sol poniente, la estructura recortada con sus líneas rectas delante de las masas montañosas que se alzan detrás.  También son capaces de distinguir la amplia muralla de madera construida alrededor de la misma, altos troncos de árboles que forman la primera línea de defensa de esta fortificación.

Jadeando y resoplando por el esfuerzo del camino, los huidos se protegen del sol que les da en la cara para poder ver mejor el lugar hacia donde se dirigen. En menos de una hora podrían llegar hasta allí, si mantienen su sacrificado ritmo. Lo que no es seguro es que sean capaces de llegar antes del ocaso…

 

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27/03/2014, 22:17
Director

Desde lo alto del promontorio rocoso que domina el valle, la figura de un monstruoso ser se recorta en negro contra el azul del cielo.

Drashin mantiene la vista fija en una torre solitaria que se alza frente a las montañas situadas al norte. Su mirada, de un verde intenso, relampaguea con odio al descubrir por fin cuál es el destino hacia el que esos caballeros que custodian a su traicionero hermano, se dirigen.

Alzando la testa hacia el cielo, lanza un aullido aterrador que se proyecta por el aire, kilómetros y kilómetros, y al que se unen las voces de su Manada. Una terrible música que tiene un significado claro para todos aquellos que tienen la desgracia de escucharlo:

Muerte…

 

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27/03/2014, 22:18
Director

Drashin…

No hacen falta las palabras de Girshael para saber quién emite ese sonido, que sacude a Orlant y a Sertois como una descarga, rompiendo en mil pedazos la sensación de soledad y aislamiento que sentían al encontrarse en un lugar tan abandonado como éste.

Pueden seguir el sonido hasta su origen. Pueden ver al monstruoso lobo-troll negro como un punto oscuro sobre la roca por la que ellos mismos han pasado hace menos de dos horas.

El aullido es una señal de ataque. Ahora él sabe hacia dónde os dirigís. Y va a lanzar todo lo que tenga contra ellos para alcanzarlos antes de que lleguen a la Torre.

Sin decir nada más, los tres fugitivos echan a correr.

 

Notas de juego

Debéis realizar una tirada de Fortaleza (Orlant tiene +10 y Sertois +5) para ver si los personajes son capaces de mantener el ritmo en su huida. Dificultad 15.

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28/03/2014, 04:05
Sertois
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Maldita sea!, uso uno de los puntos mágicos para no quedar atrás! XP

No hay palabras de Sertois por el momento, en su mente, solo importa llegar a la torre para intentar así salvar el pellejo...

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28/03/2014, 22:42
Director

Notas de juego

Punto mágico de acción gastado. Ya te lo he descontado de la ficha.

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29/03/2014, 18:39
Orlant

El que aquel lobo-troll no nos hubiese delatado era algo que no podía quitarme de la cabeza en nuestro camino hacia la torre. Al principio tuve miedo de que un aullido lanzara a todo el ejercito orko sobre nosotros pero una vez eso no pasó la idea de que tal vez existiera dentro de las filas de nuestros enemigos una quinta columna y no solo un simple traidor me reconfortó.

Pero eso fue solo hasta que aquel aullido me helara la sangre. La figura del enorme lobo-negro recortada sobre las corras solo podía significar una cosa. - ¡Correr!

- Tiradas (1)
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31/03/2014, 17:04
Sertois

Los héroes son alabados por el pueblo.

Los héroes realizan grandes gestas, triunfan sobre el mal y protegen a los débiles e indefensos.

Los héroes mueren jóvenes, - la mayoría de las veces -, dejando una leyenda tras de ellos.

Yo no soy un héroe.

Y por eso.

Corro como alma a la cual persigue el Diablo.

 

¡CORRE MALDITA SEA, CORRE!, le grito a nadie en particular y sin mirar atrás mientras uso las ultimas energías que recorren mi cansado cuerpo.

La jodida torre esta al alcance de mi vista, pero aun demasiado lejos.

Y aun así, tenemos que “comernos” la mayor cantidad de metros posibles antes de que los LobosTroll finalmente nos alcancen.

 

Corre Sertois, me digo, corre como si hoy fuera tu último día sobre este mundo.

Algo más que probable en verdad.

Dadas las circunstancias…

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02/04/2014, 01:06
Director

Si hay un momento en el que vale la pena hacer un último esfuerzo y gastar las restantes energías que les puedan quedar en sus maltratados cuerpos a los tres fugitivos, es éste. Como dice un viejo dicho de los hombres del norte, en la muerte se dispone de todo el tiempo del mundo para descansar. Por tanto, descansarán cuando lleguen a la Torre o cuando mueran, lo que antes suceda.

Sertois abre la marcha, trazando el camino que los otros dos siguen, y que trata ser el más directo y sencillo de seguir hacia su destino. El rostro del explorador está empapado de sudor, y su expresión es de una determinación absoluta, con los dientes apretados y los ojos entrecerrados para protegerse del sol poniente que está a minutos de llegar a las montañas. De poco en poco también lanza rápidos vistazos atrás, al lobo-troll que les sigue en la lejanía, para asegurarse que mantiene la distancia respecto a ellos. Y es que Sertois sabe que esa bestia podría acelerar su carrera y alcanzarles, pero que no lo hace porque está esperando al resto de la Manada para comenzar su ataque… y eso puede suceder en cualquier momento.

Detrás suyo, el robusto sargento mantiene el ritmo sin abrir la boca salvo para soltar un resoplido de vez en cuando. Su barbuda faz está crispada, pero la extraordinaria fortaleza física de Orlant y toda una vida de entrenamiento en campañas del ejército le proporciona lo que necesita su cuerpo para aguantar un castigo como el que está sufriendo. Ante él, a lo lejos, la próxima puesta de sol convierte a la Torre en una mole negra debido al contraluz. A esta distancia y debido a la carrera y el esfuerzo no es capaz de distinguir detalles del puesto avanzado, pero está seguro que a esta distancia algún vigía en lo alto de la estructura o quizás alguno de los caballeros que guardan la muralla ya se habrán dado cuenta de su presencia. Y sabe que si consiguen llegar lo suficientemente cerca, contarán con la protección de los arcos de los caballeros que guardan la Torre.

Por último, es el elfo quien cierra el grupo. Y a pesar de lo sorprendente que pueda resultarles tanto a Orlant como a Sertois, aguanta la carrera sin lo que parecen excesivas dificultades. A pesar de su aspecto pálido y demacrado y a las heridas y al desgaste sufrido desde la emboscada de ayer, Girshael corre ligero tras ellos como si no le costase un gran esfuerzo. Es como si los elfos tuviesen los huesos huecos y fueran ligeros como el aire. En su mirada no se percibe que corra espoleado por el miedo a morir, sino que otras son las razones las que le llevan a no detenerse y dejarse a merced de sus enemigos.

El crepúsculo está próximo. El sol se ha convertido en una bola anaranjada sobre las montañas, y los tonos carmesíes de los rayos de luz tiñen de rojo el mundo, como si se presagiase derramamiento de sangre…

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Realizo dos tiradas de Atención (pasiva) para los personajes.

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02/04/2014, 01:31
Director

El cansancio hace que Sertois no se dé cuenta en mitad de la carrera que ese casi imperceptible ruido que escucha no es una imaginación suya causada por el agotamiento sino un sonido real, un sonido sibilante, un sonido que conoce muy bien… el sonido de una flecha cortando el aire…

El explorador para en seco y se gira hacia sus compañeros, intentando advertirles del peligro para que se tiren cuerpo a tierra. Pero ya es demasiado tarde.

El sargento queda congelado en su sitio por el grito de Sertois, desconcertado y sin saber qué ocurre, pero entonces un audible grito detrás suyo le hace volverse en redondo…

… hacia Girshael, al cual el negro proyectil alcanza de pleno, atravesando de parte a parte su costado y haciéndolo girar sobre sí mismo antes de que el elfo caiga desmadejado sobre el suelo de tierra.

Orlant y Sertois presencian la escena, la caída de Girshael, que parece alargarse de manera imposible en el tiempo, al mismo tiempo que un frío glacial les hiela el alma…

 

Notas de juego

De nuevo, tirada de Atención (Dificultad 15) para averiguar más información sobre lo que acaba de suceder.

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03/04/2014, 17:55
Orlant

El único lobo no se había atrevido a atacarnos estando en inferioridad numérica y la torre estaba cada vez más cerca, si no fuera porque el sol del atardecer nos deslumbraba, estaba seguro que podría ver los vigías en las almenas. Solo un poco más, un último esfuerzo y entraríamos bajo el radio de acción de sus flechas, a salvo por fin de nuestros perseguidores.

Recuerdo que Sertois me gritó alguna cosa, pero no alcancé a oírle bien, mi sangre golpeaba mi cabeza con tal fuerza que me impedía atender cualquier cosa que fuese nuestra propia carrera. Pero ver al explorador detener su marcha hizo que detuviese la mía justo a tiempo para escuchar a mi espalda el desgarrador grito de Girshael.

Vi caer al elfo, presencié como todos los esfuerzos de los dos últimos días, todo el cansancio acumulado y las heridas sufridas no servían para nada. Girshael caía a una velocidad irreal, demasiado lenta para ser verdad. Aquel que había traicionado a los suyos para advertirnos del regreso del Rey Dios caía justo antes de llegar a la torre donde íbamos a encontrar refugio. En lo que tardó en llegar al suelo, pensé también en todos los amigos que habían dado su vida solo para que ese elfo siguiera con vida, y comprendí que les había fallado a todos y cada uno de ellos, sin excepción.

Conseguí reaccionar cuando por fin su cuerpo tocó suelo. Había que llegar a la torre, teníamos que ponernos a salvo y trasmitir el mensaje o fallaríamos a todo el reino. Sin pensarlo un segundo más, corrí hacía el elfo con la intención de cogerlo en brazos y volver a correr hacía la torre de inmediato.

- Tiradas (1)
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04/04/2014, 01:55
Director

Sintiendo desesperación, Orlant corre hasta donde Girshael ha caído, dejando que Sertois se ocupe del tirador que ha alcanzado al elfo, sea quien sea.

El sargento se siente de pronto abrumado por el hecho de que todo por lo que ha luchado desde que empezó esta pesadilla se desvanece ante él sin que pueda hacer nada, y poniéndose de rodillas, se inclina ante el elfo, observando las plumas de la parte posterior de una flecha negra sobresaliendo por la parte posterior del hombro izquierdo. Con cuidado, gira el cuerpo de Girshael para ponerlo de lado y descubrir que la punta metálica, también negra, sobresale por un lado del abdomen.

Una herida terrible. Pero el sargento siente un rayo de esperanza, porque quizás, sólo quizás, no tenga porque ser mortal. Si no ha tocado al corazón, o el pulmón, o los intestinos, o… Orlant trata de agarrarse a esa posibilidad cuando descubre con sorpresa que el elfo le está mirando fijamente.

¿De qué pasta están hechos los de esta raza? Una herida así hubiera dejado a un hombre inconsciente, o en el mejor de los casos retorciéndose de dolor, pero Girshael, a pesar de mostrar una expresión de dolor crispado, mantiene la consciencia y el sentido.

Ayúdame… dice con un hilo de voz, y se sujeta al hombro del sargento para ponerse en pie. Al mismo tiempo, ambos escuchan un aullido cercano… No, espera, no es un aullido, es otro sonido…

Cuernos. Cuernos de guerra orkos.

Tenemos que llegar a la Torre… Insiste Girshael al sargento, y cuando este le replica que si le lleva corriendo encima en estas condiciones la flecha podría partirse dentro de su cuerpo y matarle, el elfo se las apaña para sonreir con dolor.

Moriremos seguro si no llegamos. Replica el elfo. No se preocupe sargento, la flecha no se partirá. Añade convencido.

No tiene que decir nada más. El robusto sargento levanta en sus brazos el sorprendentemente ligero cuerpo del elfo y echa a correr en dirección a la puesta de sol.

En dirección a la Torre…