Partida Rol por web

El ataque es rápido y feroz. Casi sin tiempo a reaccionar descubrís unas hachas que vuelan hacia vosotros.

Unathe es la primera en recibir, a pesar de la distancia,  un hacha se clava en su brazo izquierdo, haciéndola proferir un terrible grito de dolor.

Colban es el siguiente. Si bien el Avvarita es un hombre de acción. Rápidamente se da cuenta que una de las inmundicias es más grande que las demás por lo que la cataloga como su jefe algo que le salva del primer ataque. Colbal vió rápidamente cómo el hacha salía de manos del Alpha y con, una finta de cadera, consigue esquivar su ataque. Sin embargo, no estaba preparado para que una segunda hacha colpease su cadera. El daño es mínimo, su armadura de cuero ha absorbido la mayor parte del golpe, desviándo el hacha a un lado, aunque seguro que le quedará una bonito moratón que durará varios días en su cuerpo.

Por su parte, Lindel también recibe un impacto. A pesar de que trató de moverse con rapidez no puede impedir que el hacha se clave en su hombro y mancille su, por otra parte, impoluta armadura de cuero. La sangre se mezcla con el olor a cuero de su armadura, mientras sus ojos observan un hacha clavada en su hombro.

Aunque Lindel rápidamente desvía su vista hacía Lanalla. Ésta también ha recibido un impacto. El arma se encuentra perfectamente alojada en su muslo izquierdo. Sin ningún tipo de armadura, el hacha se ha alojado en su musculatura y la sangre brota sin piedad, mientras la pobre Lanalla grita de dolor.

Alenka también grita de dolor, aunque rápidamente os daís cuenta de que es mínimo. El hacha, al impactar sobre su torax ha rebotado, a pesar de que sobre su cuerpo no se viste ninguna armadura.

¡¡¡Malditos engendros!!! ¡¡¡Matadlos a todos!!!

Alenka llama a su magia y podeís observar cómo su bastón empieza a supurar una energía de color rojo, preparándose para estallar, mientras Alenka la dirige a uno de los Genlocks...

Agggg, mi brazo...

Unathe avanza con paso firme hacia los Genlocks...

Pienso destriparos... ¡¡¡Ahora mismo!!!

Con la velocidad de una serpiente, saco mi arco y flechas y me dispongo a disparar contra nuestros atacantes, mientras trato de cubrir a Lanalla...

Las bestias humanoides chillan y sonríen. Su emboscada a sido un éxito.

Sin embargo su distracción dura poco el Alpha profiere un grito aterrador que os hiela la sangre. De forma inmediata los humanoides terminan su risas y sacan sus hachas mientras avanzan...

Colban rápidamente sacó la otra maza de la sujeción que llevaba en la espalda y caminó decidido al frente del grupo. Avanzó un par de metros por delante de Unathe y se encaró directamente con el Genlock alpha, provocándole. El grito del Avvarita retumbó en el bosque y la figura ruda del hombre recortaba entre la lluvia con sus dos mazas dispuestas cada una en una mano.

Lanalla cayó al suelo al sentir el hacha hendiendo la carne de su muslo, la sangre empezó a empapar la tierra y el dolor que sentía era demasiado intenso como para evitar gritar.

No sabía qué hacer, siempre había tenido el amparo y la ayuda de los suyos y ahora se sentía un tanto desubicada, pero no podía quedarse allí quejándose y sin hacer nada.

 Fijo mi atención en el Alpha Genlock y me dispongo a tratar de despacharlo de un solo flechazo...

La lluvia sigue cayendo con fuerza en lo que ahora es un campo de batalla. Con la Sima a sus espaldas el Grupo se enfrenta a los Genlocks, seres inmundos pero que sin embargo han conseguido emboscar al grupo.

Colban, furioso por la herida recibida desenfuda su otra maza y se coloca al frente del grupo en posición defensiva. Acaba de ver como Lanalla a caído, presa de una herida en una de sus piernas y como el hábil elfo, presto a ayudar, trata de protegerla con su arco. El avvarita grita, con todas sus fuerzas haciéndose oir por encima de la lluvia y retando al más grande de los Genlocks, aquel que parece ser su alpha.

Lindel, por su parte, con la agilidad propia de un elfo, desenfunda una flecha de su carcaj. Sus ojos están puestos en el más grande de los Genlocks, su alpha. Lindel se concentra, elimina todo el aire de sus pulmones y tensa el arco, buscando que su flecha impacte en la cabeza del Genlock. Sin embargo, en el último momento, desvía su arco para impactar en una de las piernas del engendro. Éste ha levantado su escudo y ante ese movimiento, Lindel decide atacar sus piernas. La flecha vuela e impacta en la pierna izquierda del alpha.

El Genlock Alpha, ruge de dolor. Con un rápido movimiento se arranca la flecha del elfo, al que mira con odio. Sin embargo, el grito del avvarita es mucho más provocador. En un reto, el Alpha ruge, poniendo su grito a la altura del grito del avvarita y con el brazo que porta su escudo, le hace gestos para que se acerque, retándole...

Por su parte, el resto de genlocks, sacan sus hachas y avanzan hacia el grupo, con sus escudos cubriendo gran parte de su cuerpo, en un intento por evitar las flechas del elfo.

Unathe rompe la coherencia del grupo y visiblemente enrabietada se dirige contra uno de los genlocks. Sus movimientos son gráciles y rápidos. Su daga busca impactar en el estómago del Genlock, pero este en un rápido movimiento de brazo, consigue interponer su escudo, desviando el golpe de Unathe.

El bastón de Alenka luce con un intenso rojo rubí. Concentrando su poder mágico lo que anteriormente parecía un bastón para caminar se ha transformado en un arma mortal que dirige contra uno de los Genlocks que se dirige hacia ella. El engendro se trata de cubrirse con su escudo, pero no es lo suficientemente hábil. La descarga le impacta en el pecho antes de que consiga parapetarse tras su escudo... Su pecho se encuentra quemado y virutas de humo se escapan de su pecho hacia el cielo... Pero algo más ocurre... el rayo lanzado por Alenka rebota en el pecho del Genlock y se dirige hacia otro de ellos, casí como si el rayo tuviese vida propia. El probre infeliz no lo ve venir y una de sus botas se desintegra prácticamente por completo, quemando su ahora visible pie.

Miró horrorizada cómo aquellas bestias avanzaban con sus armas preparadas. La sangre que manaba de su herida se diluía en en la lluvia que seguía cayendo incesante. La pierna le dolía demasiado y era incapaz de levantarse, murmurando palabras que, para los que se encontraban cerca de ella, sonaban como palabras lastimeras o suplicantes.

Colban observó con atención el movimiento del genlock alpha con sus dos mazas preparadas. Sin pensarlo dos veces el avvarita caminó como un rayo hacia la posición de éste.

Hizo un gesto con la mano izquierda, que sujetaba una de las mazas, para que el resto del equipo se distribuyera con el resto de genlocks. La mirada de Colban estaba clavada en la de la criatura y pronto descargó el peso de sus mazas sobre ella.

El golpe había sido duro y, por fin, una sádica sonrisa se dibujó en la cara del avvarita que dispuso sus armas para defender.

 Repito mi anterior ronda de ataque contra el mismo objetivo...

La batalla continúa bajo la intensa lluvia.

Colban avanzó con paso firme hacia el Alpha. Mientras ambos gritaban en un claro reto de poder, Colban descargó una de sus mazas, directamente a la cabeza de la criatura. Un golpe flojo que sólo prentendía conseguir que la inmundicia levantase su escudo para parar el golpe, algo que así hizo. Una sonrisa se dibujó en los labios de Colban que impediatamente lanzó su otra maza al sobaco derecho del engendro, provocándole  una mueca de dolor. El golpe es de tal magnitud que el hacha de la bestia sale despedida de sus manos y por poco no acierta a otra de las criaturas inmundas que atacan al grupo.

Lindel por su parte recarga su arco y dispara al alpha. Logra apreciar el hueco, generado por Colban, y dispara con precisión su flecha. Sin embargo, el miedo de acertar a Colban, hace que la flecha se desvíe levemente, impactando en la armadura del engendro y sin provocarle, daños aparentes. Lindel recarga rápidamente su arco, pero cuando lanza su flecha, el alpha ya está preparado, interponiéndo su escudo para evitar, de esta forma, el rápido ataque del Elfo.

El Alpha se encuentra en clara desventaja, su hacha salió despedida por los aires y en este momento se encuentra desarmado, no obstante, no ceja en su empeño y lanza un derechazo a la barbilla de Colban. Su golpe, bien dirigido, no contó con la estatura del Avvarita y el puño del engendro impacta en el pecho de Colban que se rie a carcajadas ante el débil golpe.

El resto de engendros, empieza a tomar posiciones de ataque. Uno de los Genlocks, trata de atacar a Colban por la espalda, aprovechando que el alpha le tiene distraido. Su ataque es potente y pilla a Colban despistado. Nota el calor de la sangre al escaparse de su cuerpo, mientras sus rodillas no soportan su peso e impacta con las mismas en el suelo, quedando a merced de las bestias.

Otro de los Genlock, se posiciona justo enfrente de Lindel, trabándole cuerpo a cuerpo, intentando, de esta forma, que no use su arco. Tan ensimismado estaba Lindel, lanzando flechas al Alpha que cuando quiso darse cuenta, el hacha del Genlock ya había impactado en su cadera, produciéndole un fuerte dolor.

Otro Genlock se desplaza hacia Lanalla, vacilante y desorientado, casi como si estuviese borracho, tratando de golpear a la ya de por sí, maltrecha elfa. Sin embargo sus movimientos son tan torpes e imprecisos que Lanalla, puede esquivar el golpe, interponiendo su bastón.

Unathe, por su parte, continúa trabada con uno de los Genlocks, al que trata de pinchar con su daga. Esta vez, sus rápidos movimientos le permiten asestar un tajo en la muñeca de la bestia, pero es insuficiente. La Armadura de malla del Genlock, desvía la daga de Unathe, mientras éste, trata de asestarle un fiero golpe con su hacha que finalmente impacta en el brazo de Unathe.

Alenka vuelve a llamar a la magia de su bastón lanzando un rayo contra uno de los Genlocks que se dirige hacia ella. A pesar de que el Genlock interpone su escudo, el rayo de Alenka es de tal virulencia que el escudo queda totalmente carbonizado así como la mano del Genlock que gime de dolor...