Partida Rol por web

—No, claro que no es suficiente una maza para talar un árbol pero todas esas criaturas tenían un hacha, las utilizaremos para echar abajo el árbol. 

Colban siguió buscando un árbol lo suficientemente alto para hacer de improvisado puente hacia el otro lado de la sima. 

Con paso lento e inestable Lanalla se acercó a los árboles buscando el más apropiado para que les sirviera de puente. Tendría que ser un árbol grande y ancho para poder pasar sobre él, y a poder ser que estuviera cercano a la sima para no tener que moverlo demasiado cuando lo derribaran.

Tras unos minutos en los que la elfa se detuvo en revisar cual podría ser el mejor árbol para obtener un puente improvisado. Se detuvo en uno que consideró el apropiado señalándolo para que el resto de grupo supiese qué árbol talar.

Colban comenzó a golpear fuertemente el árbol con una de las hachas de los genlocks muertos. El avvarita tardó poco en hacer caer el árbol.

Con la ayuda del resto del grupo cargó el árbol y lo colocó de lado a lado de la sima.

Una vez acabado el trabajo el hombre se sentó en el suelo unos instantes para recuperar el aliento.

—¿Y bien, ya podemos cruzar?

El esfuerzo realizado por el grupo se vio rápidamente recompensado. Colban realizó un gran trabajo, no sólo talando el árbol en un tiempo record sino también antes cuando escaló por el mismo y fue desbrozando y podando las ramas y brotes del árbol que, en un momento dado, podrían hacer resbalar o tropezar a alguno de sus compañeros.

Evidentemente no era un puente, pero tendría que servir para cruzar la Sima.

 Con mucho cuidado, traté de usar el puente improvisado para pasar al otro lado, no sin decir antes:

 - Será mejor que alguien guarde una de las hachas, por si volvemos a necesitar cortar otro árbol...

Lanalla observó el buen hacer del Avvarita no sólo talando el árbol sino también limpiándolo para que el resto pudieran pasar sin demasiados problemas. Vio como Lindel cruzaba la sima sin dificultad y se dispuso ella a ir detrás. Un tanto insegura e intentano no mirar abajo, fue dando pasos despacio hasta que, sin darse cuenta, se encontró del otro lado.

- Buf, ya me veía ahí abajo.

Mientras Colban continúa aún en el suelo, recuperando el aliento, Alenka y Unathe cruzan la sima a través del árbol sin demasiados problemas.

El movimiento del árbol había dejado exhausto al avvarita. Despues del combate contra los engendros tenebrosos y el esfuerzo para colocar el árbol en su sitio tuvo que tomarse unos instantes para recuperar el aliento.

El gigante avvarita se mostraba titubeante sobre el tronco pero, finalmente consiguió cruzar. Una mirada atrás, al precipicio, le dejó ver lo cerca que había estado de caer.

Colban cruza el puente titubeante. Al avvarita se le nota muy cansado después de todo el esfuerzo que ha realizado. Salvar a Lanalla, talar el árbol, colocarlo... No obstante cruza el árbol, aunque manteniendo en vilo al resto del grupo que, por un momento, temió por su vida, al pensar que caería al fondo de la sima.

El camino al otro lado pasa a través de un terreno más rocoso y montañoso. Tras no más de 15 minutos de camino Alenka os conduce hasta un lugar defendible justo al lado del camino. El sol ya ha pasado su punto medio, que señala el mediodía, hace bastante tiempo. Alenka hace un alto en el camino y se sienta sobre una roca.

Deberíamos descansar y comer algo rápido. Después de todo este esfuerzo necesitamos recuperar fuerzas. Quizá Lanalla y Colban puedan intentar cazar algo o recolectar algún que otro fruto silvestre. Allí veo una pequeña arboleda en la que seguro que podemos encontrar algún que otro conejo que hacer en la hogera que Unathe y yo podemos preparar. Lindel se puede quedar con nosotros y así los grupos estarán compensados. No me gustaría tener más sorpresas como la que hemos tenido con esos Genlocks. ¿Que os parece?

 - Creo que yo sería más útil para la caza, llevo haciéndolo desde que era un niño... - Propuse.

- Yo puedo mirar si hay algún fruto o raíz comestible. Será mejor que Colban se quede aquí a descansar un poco y yo acompañaré a Lindel.

Poco a poco iba recuperando las fuerzas así que, después de todo lo que habían hecho por ella, a Lanalla le parecía justo poder ayudar en algo.

Colban asintió. Hubiera ido a cazar de ser necesario pero el ofrecimiento de Lindel y la confirmación de Lanalla complacieron al avvarita.

Antes de afianzar el campamento Colban dio un vistazo en un pequeño radio. Mientras inspeccionaba iba recogiendo algo de madera para hacer la hoguera.

Alenka se queda pensativa mientras quita de sus botas varias piedras que se habían introducido en las mismas. Después, lenta y meticulosamente, vuelve a ponérselas.

Se levanta y se acerca a Lindel y Lanalla.

Esta bien, id vosotros, aunque si Lanalla quiere, podría quedarse en el campamento y yo acuparía su lugar. Al fin y al cabo parece que no se ha recuperado del todo de sus heridas y no me gustaría que se forzase demasiado. Aún nos queda algo de camino por delante y está claro que el camino ya no es tan pacífico como antes lo era.

Alenka posa su mano sobre el brazo de Lanalla y con una sonrisa le dice: De verdad, si te sientes cansada, no me importa ocupar tu lugar.

La joven elfa miró extrañada a Alenka. Le había cogido tan de sorpresa su ofrecimiento que no sabía muy bien qué contestar y recelaba de la aparente amabilidad de la mujer. Pero se sentía todavía tan cansada que no pudo dejar pasar la oportunidad.

- Te lo agradezco Alenka. Entonces, si a ti no te importa ayudaré a Colban con el fuego, y así los dos podemos descansar de nuestras heridas con tranquilidad. No seremos útiles si estamos a medio rendimiento.

Alenka y Lindel partieron hacia la arboleda mientras Unathe, Lanalla y Colban se quedaron preparando el improvisado campamento.

La arboleda era rica en frutos y Alenka pudo obtener y guardar en su mochila bastantes almendras, nueces y alguna que otra fruta. Por su parte Lindel seguía buscando algún rastro que le llevase hacia alguna presa interesante que llevarse a la boca.

Tras una media hora en la arboleda, Alenka rompió el silencio supulcral que separaban a la humana y al elfo.

Lindel, pareces ser una persona coherente y cabal. Además, aguantas muy bien el tipo. Con sinceridad, dime, ¿que piensas del Arl?

 Miré a la mujer, con perspicacia:

 - ¿De verdad puedo ser sincero sobre un hombre con una mujer que le sirve?.