Partida Rol por web

El hombre viendo que sus compañeros han caido, que está desarmado y rodeado de hombres que no tienen miramientos a la hora de usar el cuchillo, se pone de rodillas y grita ¡Piedad!

-Uy- rió Rui-, la piedad es cosa tuya, mangurrian. De lo que casques depende. ¿Qué es esta banda que yace a nuestros pies? ¿A quién respondéis? Nosotros buscamos una cosa, una sola, nada grave, pero nos ha costado un buen entrenamiento a acero y queremos saber por qué. ¡Habla, por tu vida!

Rui se contuvo de hablar del libro, de momento, y de los implicados. Era hombre de honor y quería que se notara en su rostro o en su voz que perdonaría la vida si el jaquetón confesaba fino. No era cosa de que revelara un nombre inquietante a quien pudiera ir luego con detalles.

Ante la pausa debido a la rendición del matón, el dolor de la herida hace que Juan Fco. se retuerza, sin más hecha un rápido vistazo recordando su anterior vida de médico a ver si se ve capaz de sanarla.

Payo se da la vuelta viendo que ninguno de sus compañeros le sigue y observa, sin comprender cómo es posible que se quedaran a combatir, pues siendo estudiantes ellos y rufianes acostumbrados al pelear sus enemigos, no tenía objeto presentar ballata. Mas viendo cómo se desarrollaba la lid, quizá debía plantearse si realmente conocía a aquellos que llamaba sus amigos, aunque lo cierto era es que viendo como peleaban, se podía explicar bien porqué eran tan malos estudiantes. 

Se lo pensó dos veces antes de volver al combate, pero siendo el único que había tenido la tentación de escapar, no quería quedar como un cobarde.

Así pues, arremetió contra el rufían más cercano, asestándole un puñetazo.

Fué ese ambiente de la universidad lo que le mató. Siempre fué un buen chico, demasiado bueno para esa panda de araganes. No podían soportarlo y le hicieron la vida imposible, y claro, el pobre de Abel no encontró otra salida que el suicidio.

¿El padre?¿Suicidio?No, que va. A el se lo llevaron unas fiebres.

Muertes así no deben de ocurrir.   Se santiguó como había aprendido que hacían los cristianos y dijo.  Que Diosnuestroseñor le perdone ese gran pecado.  Que su alma encuentre paz.  Internamente rezo el Yizkor con mucho sentimiento.  

Y haré que los bachilleres tengamos un grupo contra esos abusos, si señora. -dijo convencida.  Con una mano en el rosario y otra en el muestrario, como diría mi tía.   

Le preguntó a la cotillera por quien sería de confianza de la viuda.  ¿Quien habrá sido su mejor amiga y fuerza en esos momentos tan duros de la viuda?  Digo, además del buen Goyo. Dios bendiga a esas personas que están ahí para uno cuando se siente que todo nos abandona.  Quería ver si con esa persona podía encontrar una forma de abrir la puerta sin llamar demasiado la atención o sin fuerza.  O al menos un pretexto válido para que O Gato pudiera hacer lo suyo sin atraer a los guardias cantineros.   

Ante la piedad del último hideputa, que vi que Rui lo tenía cogido por confesiones, asi que fuíme yo a por la gumia caída en el suelo. Et que en cuanto la tuve tomada, que me acerqué a mi compadre de chafarinas y miré al matonzuelo de poca monta. Pedía piedad con soltura, y mi mal entendimiento del idioma mezclaba sus palabras. Pero esa cara siempre es la misma cuando están a punto de sacarle los cuartos o meterle hendidura de a palmo en el corazón...

¿Por qué? Por el vil metal, que lo gastábais a espuertas. Je, sonrie con sorna. Os vimos gastar el dinero a espuertas y os creimos unos blancos fáciles. Le sumamos que buscábais a Gregorio y quizás le podíamos sacar unas monedas al estudiante si le decíamos que habíamos dado cuenta de unos tipos que le perseguían. Niega con la cabeza.No hay más motivos. Recibe el impacto del puñetazo de PAyo lo mejor que puede, escupe un hilillo de sangre y dice.Quizás os interese saber que Gregorio, Goyito como lo llamaba Marina mira a la prostituta muerta, después mira al suelo, se rehace, estaba buscando hombres para un trabajo, para matar al rector de la universidad. Será mañana por la noche, a las puertas de la universidad. No se más, lo juro. Dejadme marchar, os lo ruego. Añade con aire suplicante.

¿Amigas?¡Que va! Cuando murió su marido echó a todo el mundo de su casa, refugiándose en su hijo. Cuando este murió no le quedó nadie, entónces apareció ese bachiller, pero a mi no me parece bien que hombre y mujer compartan el mismo techo. Seguro que nada bueno sale de estar los dos juntos,¡si podía ser su hijo! Dice indignado y santiguandose.

Payo esperaba a que sus compañeros dijeran algo. Al fin y al cabo, él no sabía de lo sucedido, aunque comenzaba a facerse una idea. Él no había tardado en aprender que en determinados sitios, más valía ser prudente y no gastar en exceso, por no ser el blanco de ladrones y maleantes que quieren facerse ricos a costa de otros. Mal le había salido en esta ocasión a la alcahueta y a sus compinches pues se llevaron una sorpresa. Sorprendido también se hallaba Payo, pues no le conocía a sus compañeros tales habilidades con las armas ni tal arrojo en la lid. Más se hubiera esperado que quisieran salir por pies para asegurar la vida y la bolsa, que quedarse a pelear para salvar la honra.

-Está bien, por lo que a mi respecta, pero más te vale tomar cuenta de lo sucedido y no volver a meterte con nosotros. Y cuéntale a tus compinches.

Rui abrió unos ojos como platos de caldo sopero.

-¿El bueno de "Goyito" se nos ha torcido? Pardiez y por Dios. La puta de oros, la de bastos y la de copas...que la de espadas ya la tenemos ahí delante. Jesús, María, José y la familia entera. Pero ¿qué tipo de...?

A Rui ya no debían caberle más exabruptos o se dio cuenta del exceso de blasfemias que soltaba por la gola.

-Tira, truhán. Y ya nos has visto. Si me entero de que nos traicionas, si alguien más nos embosca, incluso si nos cae cerca un rayo, te iremos a buscar, que Salamanca, de callejones, anda bien provista. Advertido quedas, las manos me lavo por tu suerte. Deja aquí tu arma y corre, ¡corre, patán!

Luego, antes de ponerse a hablar con sus compañeros en un lugar mejor, Rui hizo una rápida observación de los cuerpos enemigos. Quizá alguno llevara dineros o un buen acero, o algo.

Tras escuchar a sus compañeros, y ver que todo se iba a resolver sin más sangre, Juan Francisco se preocupó de nuevo por la sangre que estaba perdiendo él. Y buscó, pensó y trató medios de curarse.

Sabe que, ya me preocupé.  Llevo largo rato esperando al Goyo. El señor viejuno y yo coincidimos.  Puede haber algo grave si no han salido en días.  Iré con los alguaciles a la cantina a avisarles para que abramos la puerta.  -La cara de bueno de Borromeo no daba lugar a dudas de que de eso se trataba.   Además, ¡de eso se trataba!

El tipejo en el momento que tiene oportunidad con cara de incredulidad y dando gracias al cielo sale corriendo como alma que lleva el diablo.

Rebuscáis en los cuerpos, y entre las ropas del matón muerto encontráis los maravedís que os había costado la broma y un pequeño extra, en total habrá unos 30 maravedís.

Payo os lleva a la casa, una casa amarilla corriente. La puerta está cerrada, así como las ventanas y en la puerta de enfrente encontráis a Tolomeo hablando con un señor mayor. En la puerta de al lado de la casa hay un vejete que no le quita ojo a Tolomeo.

Hombre, salir el muchacho salió esta mañana, a quien no he visto  es a Elvira, la viuda, pero vaya usté a saber.

Mientras habla el cotilla ves que aparecen por la calle, guiados por Payo tus compañeros. Juan Francisco está manchado de sangre, al resto se les ve bien. El viejo sigue en la puerta de al lado de la casa de la viuda y enfrente estás tu con el otro hombre mayor(el cotilla)

Durante el camino Payo charla con sus compañeros:

-Ya veo que no habéis perdido el tiempo ¿eh? Hasta habéis tenido tiempo de ir de putas, bribones. Tolomeo y yo hemos estado tras la pista de Gregorio. En la facultad hemos conocido a algunos de sus amigotes quienes nos han dicho dónde vivía. Parece que vive amancebado con una viuda de edad avanzada. Mas dicen las malas lenguas lo que ella le pasa no le parece suficiente al Goyo, que así lo llaman sus amigos, por lo que es aficionado a dejar deudas por doquier que luego nunca devuelve. Lo que se dice una buena pieza. Seguidme, os llevaré hasta la casa. 

El joven guía a sus compañeros hasta una casa próxima a la Iglesia de San Marcos, por donde la Puerta de Zamora. Se trata de una casa amarilla de aspecto sencillo, con las ventanas y puertas cerradas. 

Payo no desea interrumpir la charla de Tolomeo con el viejo por miedo a decir algo poco conveniente que pudiese echar por tierra la palabrería de su compañero, por lo que decide quedarse a una distancia prudencial, pero haciéndose ver para hacerle saber que ya ha vuelto junto con el resto de sus compañeros.

Osea... qui'esta es la casa del Gregorio... -musité-. ¿Supongo que la habréis registrado, verdad? -le pregunté a mis compañeros-. Miraba a Tolomeo, que hacía unas horas que no lo veía, y me daba mala espina estar todos tan a la par, que pareciera que cantábamos mucho, et no por el vino bebido, sino por indiscreción.

¿Ah si?  ¿Cómo a que hora habrá salido?  ¿Iba vestido como para campo, o como para clases cómo yo?  Es que no ha llegado a clases y nos preocupaba.   

Al ver a sus compañeros de lejos los saludó.  Llamó sólo a Payo para que se acercase.  Bueno, a veces se va de copas, pero bueno, que su madre me lo ha encargado para que no se pierda en la vida de estudiante irresponsable.  Don Francisco debería limpiarse la ropa.  ¿Cómo anda aquí tan desaseado?   

Si no le importa tocaré de nuevo en la puerta de la viuda.  Ya llevo rato esperando y si no ha salido es posible que algo de salud le habrá pasado. Ya habeamos de ser irresponsables si no la abriésemos tan sólo para comprobar que siguiera bien ahí sólo reposando anda y no enferma sin poderse ayudar.

Se acercó a tocar la puerta una vez más.  Estaban en abierto, diciendo lo que harían.  Eso minimizaría sospechas de los vecinos.  Y si forzar la cerradura fuera necesario, O Gato les ayudaría, casualmente experto en esas deshechuras.

Acercose Payo hasta donde se hallaba Tolomeo y el viejo.

-Veo que siguen en buena conversación. No ha aparecido nadie por lo que veo ¿no?