Partida Rol por web

Ven a Einar alejarse cada vez mas en la distancia, corriendo prestamente y dando gritos de aviso a quienes pasaron encapuchados. Daronna se detiene en seco y abandona la persecusión, da una vuelta y regresa hacia donde están todos. Farrah queda a la espera de una respuesta. ¿Deben perseguirlos? ¿Abandonar al bardo a su suerte? ¿A que se exponen si los siguen? Evidentemente no fue un encuentro casual, ¿estarán relacionados con el anciano de rojo? ¿Será todo esto parte de su plan?

Mientra tanto, Einar se va perdiendo en la distancia...

Veo Einar correr y gritar a lo lejos, mientras veo que se aleja cada vez más sin parar.

¿Pero qué está haciendo?

Vamos nuestro canta mañanas, ya se ha vuelto a meter en un lio.

Salgo corriendo detrás de él.

Con agilidad y gracias élfica, Alator, el druida, sale corriendo en busca del bardo. Sus largas piernas juegan a su favor, y su contextura aerodinámica reflejan la rapidez con la cual el elfo alcanza a Einar, sin siquiera sudar un poco. 

Alator, tienes a Einar delante de ti, todavía a unos pocos metros, mientras la persecución continua. 

¿Qué haces?

Me pongo a la par con Einar corriendo.

¿Einar que pasa porque les sigues?

La exploradora se une a la persecución con la esperanza de que todo se tratase de una mera coincidencia y no los intentos de un tercero por interceptar de algún modo el paquete. Si fuera así quizá los encapuchados confundieron al bardo con el portador del paquete y sustrajeron uno de sus enseres creyendo robar el preciado cofre.

- Alator - grita al verle pasar junto a ella como una centella - este sería un buen momento para dejar salir a la bestia. Nos vendrían bien unos sentidos agudos como los tuyos.

Las esperanzas de que todo aquello no fuera sino un malentendido poco a poco se desvanecían. Farrah esperaba no tener que sacar su arco a pasear.

Mientras Daronna regresaba al grupo, sus compañeros comenzaron a lanzarse en la búsqueda del bardo.

-Al menos no estará solo -pensó con cierta angustia

Las voces de las hermanas aún no regresaban a su cabeza y sin ellas para guiarla se sentía inútil e incapaz de ayudar. Era como si no fuera Daronna sino la chiquilla sin nombre en el convento, o aún peor.

La mujer no tenía mucho tiempo, lo decía su instinto, sus años de educación, las marcas en su cuerpo y el súbito silencio; apretó el paso y se dirigió al río caminando en dirección contraria a donde la persecución tenía lugar.

-Solo espero que me perdonen por esto -repitió para sus adentros una y otra vez

Debo hacer algo importante, los alcanzo enseguida -dijo con voz queda al pasar por el lado de sus compañeros que no habían salido a la búsqueda del músico.

Farrah sigue con la mirada al grupo de encapuchados intentando entender lo sucedido. Si aquella persecución continuaba llegarían al río en poco tiempo. Apreciaba al bardo pero, ¿qué podrían haberle robado que mereciera aquella escena?

Ni loca me expondré a una potencial trampa

Termina por decir al resto de los presentes, más aun porque la exploradora no coloca en resguardo la caja. Lo que termina por generar un evidente estado de molestia en ella al ver lo que parece ser una falta de coordinación peligrosa en el resto de los integrantes, llevando la mano libre a la altura de su rostro.

-Sois todos unos idiotas...-.

Dice suspirando en evidente molestia, tomando la decisión de no seguirlos y de ir en dirección al mercado tras escuchar el comentario de Daronna.

-Si vuestra merced me permite, seguiré vuestro paso unos momentos y luego tomaré dirección al mercado-.

Siendo evidente su enfado por todo lo que acaba de ocurrir y comenzando a resignarse en lo desastroso que ha de ser aquella misión.

Ni para esto son útiles...

El resto del grupo había reaccionado mucho más rápido, Krig sólo estaba mirando de un lado a otro, sin decidirse a qué hacer en tal situación. Cuando finalmente ve que Daronna comienza su rumbo con otra intención, y junto a ella ve partir a Lamya da un suspiro, cierra los ojos un segundo y vuelve a abrirlos para mirar rápidamente, antes de perderlos de vista, a quienes salieron corriendo.

- Vamos Lamya, no es momento de mostrar debilidad, hay que ayudar al resto.- Dijo en un último resoplido antes de comenzar a correr hacia donde todos habían ido.

Einar y Alator están mano a mano en la persecusión, a punto de alcanzar al grupo de encapuchados cuando ven que de repente, uno de ellos hace un giro, sin dejar de correr, y avienta un proyectil hacia ustedes, una especie de masa sin forma, que va dejando pedacitos mientras atraviesa el aire.

Daronna aminora su marcha y sigue, pero ahora dando pasos calmos y con el rostro bajo. Se desvía un poco de las corridas hacia el río de la ciudad. Lamya acompaña a la paladín, y marca su rumbo hacia el mercado de la ciudad, en dirección oeste.

Farrah comienza a correr en dirección al bardo y al druida con pasos firmes. Su velocidad la coloca cerca de ellos casi instantáneamente, pero nota que parte del grupo queda atrás, y no sabe que es lo que ocurrirá al finalizar esa persecución. Separarse puede llegar a ser algo determinante...y no en el buen sentido.

Krig intenta salir presto para alcanzar a los misteriosos transeúntes y a sus compañeros de grupo. Coloca sus brazos en paralelo, con los codos flexionados en un ángulo de 90 grados y con las palmas y los dedos extendidos, pisa firme con el pie derecho y dobla levemente el izquierdo. Su posición es perfecta, listo para impulsarse y llegar a su máxima velocidad en un abrir y cerrar de ojos. Krig da un paso y aplasta con su talón uno de los tantos restos de estiércol que se desprendieron de los ropajes marrones del enigmático grupo. Resbala y prosigue con una media vuelta aérea, cayendo finalmente con todo el peso de su espada, escudo y armadura. 

Esquivo el proyectil e intento placar a quien nos lo ha arrojado.

Te he puesto en la tirada esquivar en vez de Desafiar al peligro xDxD

Poco a poco los apresurados pasos de la comitiva les dirigen a la vera del río. Los encapuchados no parecen tener intención de seguir el mismo camino que el grupo tenía previsto en un primer momento, por lo que Farrah debe tomar una decisión: abandonar a algunos de sus compañeros a su suerte o continuar con su misión.

Un silbido agudo da orden al cuervo plumanegra para cambiar su objetivo. Si la exploradora no podía tener un ojo puesto en sus compañeros al menos su rapaz podría seguirlos desde el cielo e indicar su posición.

- ¡Alator, cuida de ese gandul! ¡Procura que vuelva de una pieza! - grita al tiempo que aminora el ritmo - ¡Nos vemos al otro lado!

Desde donde se encuentra no le resulta difícil retomar el camino. Daronna y Lamya se aproximan, una con la mirada perdida y la otra con gesto adusto. Nunca entendió como aquellas dos habían llegado a trabajar juntas, pero lo cierto es que no parecía incomodar a ninguna de ellas.

- Allan tendrá a esos dos vigilados - comenta al unirse al resto del grupo - Así podremos encontrarlos una vez acabe todo esto.

Farrah no estaba cómoda dejando a su suerte a dos de sus compañeros, pero tenían asuntos más apremiantes que resolver.

Perfecto. Primero las voces de las hermanas se negaban a hablarle  y ahora la mujer del desierto caminaba junto a ella. ¿El día podría haber sido mejor? Incluso el sol rojo sobre sus cabezas parecía particularmente burlesco.

El sol, las capas, la mujer, la voces...el sol, la mujer, la capa, las voces... el sol, la mujer, las capas, la voz. La mera idea de los conceptos comenzaba a revolverse dentro de la cabeza de Daronna. Sin nada que la guiase, su mente ahora corría libre hacia lo primero que veía, sentía o pensaba y comenzaba a revolotear sin parar, dando un enorme dolor de cabeza a la paladín.

Emm...supongo que siempre puede caminar cerca hasta que le plazca -contestó intentando que su voz no temblara como comenzaba a hacer su visión.- el mercado, eh?

La ciudad dejó de tener sentido para ella. Las calles parecían una interminable línea bajo sus pies a medida que su cuerpo arrastraba la armadura. La respiración de Daronna comenzó a acelerar intentando relajar un poco la presión del calor y el silencio.

Creo que demoraré un poco más de lo que esperaba ¿puede hacer que no partan sin mi?

La frase, casi mecánica, había salido de su boca como si otra persona hablara por ella. Sin mediar respuesta, la paladín abandonó el camino al mercado; enfilando hacia los muelles mientras su propia voz taladraba su cabeza.

1,2,3,4... respira. 1,2,3,4... respira. Todo está bien ¿ves?