Kala no entendía nada, primero un leoncito con un impala, el jerbo, ahora una hiena que no sabía como había ido a parar allí y ahora una cebra que aparecía de la nada.
Cuando el rey se marchó, Kala se acercó a la cebra. No parecía temerles por ser leones, así que no vaciló y le preguntó -Qué te ha pasado? Como es que estás aquí?-
Seguía paralizada por el miedo...sentía como todo sucedía rápido a mi alrededor... Aquellos compañeros que acababa de conocer me estaban defendiendo, hasta el león se enfrentó con valor a Mufasa. No podía defraudarlos.
-¡Mi Señor! Soy Irenin y le estoy muy agradecida a todos por haberme ayudado... De verdad que no le defraudaré...no saldré nunca de las Tierras del Reino.- dije con la voz temblorosa.
Cuando se marchó relajé mi cuerpo, tenía el pelo de la cola y el cuerpo erizado, cuando me calmé y volvió a su sitio miré a la zebra, esperando que contestara a Kala.
Menudo genio tiene Mufasa...
Kiburi miró a todos lados. No sabía qué estaba pasando. Siempre había oído que las hienas eran malas y que ellas y los leones no se llevaban precisamente bien, pero ahora había allí una hiena que era protegida por uno de los felinos.
Estaba tan aturdido que no se dio cuenta de la pequeña leona hasta que le preguntó. Era una leona guapa, pero lo más importante era que se trataba de una hembra, así que Kiburi no podía pasar por débil. Su increíble virilidad no se lo permitiría.
-Nada, poca cosa... Las hienas empezaron a atacar a mi manada y yo salí corriendo detrás de ellas, hasta que el rey me detuvo. Tuvieron suerte esos cánidos de poca monta, porque si el rey no me hubiera parado no habría podido decir si habrían salido con vida esas malditas.
Se sintió orgulloso de su mentira. No podía decir que no había ido a la fiesta y que vio todo desde la retaguardia. Un macho es un macho y tiene una reputación que guardar.
-Creo que ha sido una historia creíble, que eso es lo importante-pensó.
Miré a la zebra sorprendido por su relato, en un momento mis mofletes se hincharon intentando contener una carcajada inútilmente, la risa sonó por toda la cueva, mientras no paraba de dar vueltas por el suelo, riendo sin poder parar.
Por todos los leones del mundo, cómo se puede ser tan mentiroso y presumido.
Cuando conseguí levantarme del suelo tenía los ojos con lágrimas, de la risa estridente que me había dado, me senté en el suelo y de mi boca solo salió un suspiro-Ahy-
-Si…claro…vencer a las hienas…. – Comienzo a pensar lentamente, pero luego abro los ojos hasta no poder más – ¡QUE HAS SALIDO PERSIGUIENDO A LAS HIENAS TU SOLO!
Estaba sorprendida del relato y di unos saltos de emoción, era increíble tener alguien tan genial entre nosotros y realmente no comprendía porque se reía tanto mi amigo.
-Eres…genial – Alcanzo a decir entre balbuceos.
Mi nugget si se compro la historia <_<
Me quedé un poco perpleja con el relato de la zebra...-No me imagino a mi manada huyendo de una zebra...-
-Ya claro...- Dije levantado exageradamente una sola ceja.
Kala no podía creerselo, pues si en un momento la historia le sonó un poco atrevida, con las carcajadas de Hunter ya lo tuvo claro. Hienas huyendo de cebras? Era impensable, a menos que las hienas fuesen muy estúpidas...
Kala miró de reojo a la cebra, no entendía por qué había mentido, pues ahora mismo lo único que hacía era el ridículo. No quiso parecer maleducada, así que se acercó a la cebra, se sentó a su lado y con una sonrisa le dijo -Me gustan tus historias-
Dark salio de la cueva, pero solo hacia la puerta para vigilar que todo estuviese bien, no iba a desobedecer las ordenes del rey, pero alguien debía de procurar cuidar al clan mientras los demás se divertían, es lo que siempre decía su padre “cuidamos a los nuestros”…
-Nugget ¿No creerás en serio que ha conseguido espantar a toda una manada de hienas él solo?Ni siquiera Mufasa podría hacerlo solo-Digo evitando reirme para no ofender a Nugget.
-Dejémonos de invenciones-Miro a Kala y digo-Supongo que tú y Dark os iréis con la manada cuando vuelva Mufasa ¿Verdad?-
Me sentía en parte como una tonta, pues yo si le había creído y recién comprendía que era una mentira, bajo la cabeza como signo de vergüenza para que no me miren y me doy vuelta.
-Yo…mmm… bueno… este… yo si le creí… - Digo de manera honesta, miro de reojo a todo el resto del grupo.
Me agazapo al ver que Nugget me ha dado la espalda y agitando la cola salto encima de ella tirándola suavemente al suelo sin hacerle daño -Te pillé- La miré y sonreí -No te preocupes Nugget, la verdad es que miente muy bién-Dije encima de ella.
La pobre impala había sido ingenua, lo que a la vez era muy loable, la inocencia era parte de su encanto. Kala sonrió -No te preocupes, tómatelo como si fuese un cuento-
Kala miró a Hunter -Pues supongo que sí, nuestras madres se preocuparían si no volviéramos- dijo, con algo de pena, pues le sentaba algo mal el dejar a sus nuevos amigos allí solos, en la cueva -Estaréis seguros aquí?- preguntó algo preocupada.
Desde encima de Nugget para que no se moviera dije-Sí, tranquila, puedo oler perféctamente a cualquier depredador que se acerque-Digo sonriendo-Y si no, siempre está nuestra valiente cebra-Digo con una risita.
No se lo podía creer: un león, además con esas pintas de pandillero que tenía, va y le dice que era mentira. Le verdad era que lo era, valga el juego de palabras, pero a KIburi no le gustaba que se rieran de él. Sobre todo alguien con tan poca elegancia y tan soez.
Se giró con la cabeza en alto, hinchando el pecho.
-Cuando quieras te lo demuestro, adolescente problemático.
-Este seguro que termina en alguna manada de ésas de jóvenes inadaptados socialmente.
-Claro-Digo aún con Nugget inmovilizada-Me encantaría ver como corres delant...digo detrás de toda una manada de hienas, de verdad, sería un espectáculo-Digo entre risitas-Y no soy un adolescente, aún soy una cria, si no si que podría correr detrás de las hienas-
Desde el suelo miro a la cebra como se enfada, la verdad es que no podía soltarme con Hunter encima, había tratado pero intento fingir para que nadie se de cuenta que no podía, así que hablo tranquilamente desde el suelo.
-Pero tampoco es para tanto – Digo con la voz un poco forzada al tener a Hunter arriba mío – Y para que hacer algo así, para que correr riesgos como esos.
Miro a Irenin con dudas y le pregunto.
-¿Por qué se rehusaron a ir con las otras? – Mi voz suena forzada pero con interes.
Me asusté al ver a Hunter saltar sobre Nugget... estaba pendiente de cualquier movimiento extraño, aún tenía el miedo metido en el cuerpo. Pensé que debería relajarme si quería que los demás confiaran en mi.
Miré a Nugget con tristeza, pues su pregunta me había hecho recordar a mi madre y mi hermano. -Mi madre siempre nos dijo que las hienas tenemos mala fama, que somos traicioneras, pero ella siempre nos educó para que ayudáramos a los demás. Y también nos decía que no quería tener como enemigos a los leones, porque donde ellos estén, tendremos comida para alimentarnos... así que se negó a atacar en la fiesta de Mufasa.- dije en tono firme.
Yo seguire vigilando hasta que el mastar me diga si veo algo o no....
solo ves la vida tipica de la sabana, nada que te llame especialmente la atencion, y sobre todo no ves a mufasa