-“Bueno dejémonos de estar tristes, pensemos que lo que vendrá será mejor, o al menos eso esperamos, mientras nosotros nos cuidemos entre nosotros, seremos camaradas, camaradas inseparables y nadie podrá contra nosotros, de acuerdo?”- dije mientras me subía a una piedra para que todos me viesen y sin darme cuenta mientras hablaba hacia gestos como si fuera muy importante…
- De acuerdo, de acuerdo, de acuerdo dijo dando saltitos alrededor de sí misma. Yo también ayudaré, os traeré moras ricas y muy rojas y... y... eso parecía tan poco... y avisaré si vienen más animales grandes... puedo escuchar sus pisadas dijo orgullosa. Se refería a los grandes elefantes y rinocerontes... buf... eran enormes para ella, aunque seguramente los pequeños leoncitos también les oyesen llegar, u oliesen su olor antes.
Me sentía un poco inútil porque no sabia como podía ayudar yo, pero esa hiena necesitaba de nosotros ahora mismo.
-Yo ayudare en lo que pueda – Digo con una sonrisita juguetona – aunque… realmente no se en lo que les pueda ayudar… - Digo de manera honesta, pero la intención es lo que vale, o algo así escuche una vez de un impala anciano.
Postear algo mas si quereis y si no paso a avanzar con la historia
Estais dentro de la cueva y podeis ver como mufasa entra seguido de una cebra
Nada mas entras veo aquella horrible hiena, como puede estar en animal asi aqui tan cerca de mi casa y rodeado de gente sin que nadie la haya expulsado- Quien es esa- rujo con fuerza mientras cargo hacia la hiena- Como te atreves a entrar en mi reino-
-Tranquilo Mufasa, la han atacado y es amiga nuestra, su madre me salvó la vida antes de conocerte, no es mala-Contesto algo temeroso al ver así al rey.
Al ver al rey entrar hago una reverencia y le digo al rey después de que Hunter hable:
-“Según su madre las atacaron por no unirse a un ataque, tratándolas de traidoras es por eso que se refugio en este lugar mientras su madre escapo…”-
Cuando veo entrar a Mufasa no logro entender qué me pasa, pero mi cuerpo empieza a temblar sin poder controlarlo... Su rugido delante de mi hace que me quede paralizada, sin ser capaz de emitir ninguna palabra, mientras me agacho lentamente.
Era la primera vez que escuchaba un rugido tan de cerca, así que temblar fue lo primero y correr a esconderme lo segundo, aunque esta vez, estaba tan paralizada que pude correr.
Estaba cerca de la hiena por lo que me acerqué a ella y al menos no me sentí tan pequeñita.
El rugido también me afecto a mi y me puse a temblar y baje la cabeza como primer signo, no podía correr y tampoco sabia si debía hacerlo o no, así que contemple la escena en silencio esperando que no suceda nada malo.
-Al parecer hemos enojado al rey… da bastante miedo…
La presencia de Mufasa hizo mella tanto en los demás como en Kala. Kala volvió a su pensamiento de "Esto ya mo lo esperaba", seguía sin fiarse de la hiena, estaba claro que el rey Mufasa no sabía nada de la presencia de ellas allí, no tenian razones para pisar aquellas tierras. Se inclinó, agachó un poco la cabeza, para mostrar respeto y se unió a lo que decían sus compañeros -Dark y Hunter tienen razón, creímos que si estaban en las tierras del reino era porque tú se lo permitías, aunque...- vaciló un poco -No lo se-
- Las hienas no pueden estar aqui, estan deseterradas de mi reino, tienes suerte de ser solo un cachorro si no te abria sacado de aqui a mordiscos, puedes quedarte hasta que te recuperes- dije mirando sus heridas- pero estaras controlada en todo momento por los leones de aqui y cuando estes recuperada te iras lo mas rapido posible- era una pobre cria y no tenia el alor de expulsarla por la fuerza delante del resto de cachorros tendria que aguantar un poco, pero no tardaria en irse de alli.
-Pero Mufasa, eso no es justo, ella no ha hecho nada malo¿Acaso no puede ser buena?¿Tiene que ser mala solo por ser una hiena? Podríamos hacer una excepción, su madre me salvó la vida-Argumento poniéndome entre el rey y la hiena con aire temeroso pero firme
-No hare escepcion con las leyes, si quiere quedarse que demuestre que es buena-
¿Y como puede demostrarlo?-Digo hablando a Mufasa como si me hubiera decepcionado, solo era una cria, como nosotros, y tenía que demostrar su inocencia...
- Que renuncie jamas a salir de las tierras del reino y a todo lo que tenga que ver con las hienas-
-“A mi me parece una buena opción-le digo a Hunter-después de todo si la tildaron de traidora tampoco puede volver con los suyos…”-
Kiburi estaba confuso: primero el ataque de las hienas, luego la aparición del rey en persona, y después más hienas en una cueva.
El rugido de Mufasa hizo que le temblaran las piernas hasta que no consiguió mantenerse en pie y cayó ridículamente al suelo.
Lo único que consiguió decir fue:
-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos? ¿Dónde están mis padres?
Se sentía confuso y aturdido, como si le hubieran zarandeado. Solamente quería que le despertaran de ese mal sueño.
Mire a la cebra sin poder contestarle, la aparicion de aquela hiena me habia hecho perder la caebza durante un instante- No se donde estasn tus apdres, pero saldre ahora mismo a buscarlos, pedi a las leonas que tambien lo hicieran, quiero que permanezcas aqui hasta que vuelva- despues mire al resto de los que estaban en la cueva- Alludar a la cebra en todo lo que podais y no perdais ni un segundo de vista a esa hiena, si se atreves a salir de la cueva no responde de mis actos- tras decir esto me avalanze a la salida de la cueva, tenia que encontrar a los padres del cachorro.