Partida Rol por web

El rostro de la Bestia

00.- La llegada a S. Gabriel

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21/11/2008, 08:11
Sara

Sara, al ver que Hicham intenta servirse él mismo del caldero, le pega una suave y rápida palmada en la mano. - Señor, la comida la sirvo yo, si no le importa.... Con un cucharón de madera sirve un par de raciones que no se pueden considerar abundantes, pero tampoco escasas.

- Que aproveche, señores, si desean alguna cosa, estaré en casa. Luego pasaré a recoger los platos.

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21/11/2008, 08:19
Gonzalo Blasco

Cuando la mujer se va, Gonzalo comienza a dar cuenta de la comida, rápido, como si esperara que fuera a desaparecer. Luego, algo más saciado dice:

-¿Ves? Eso es lo que pasa. Que os creéis que todo es vuestro y hay que daros de vez en cuando una buen manotazo, para que aprendáis a respetar. ¿En tu país sois todos igual de bárbaros?, ¿o es aquí donde os volvéis así?

Luego sigue comiendo, esperando una respuesta. El tono de voz es de conversación, aunque sean palabras hirientes.

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21/11/2008, 08:27
Hicham

Con voz tranquila y suave contesta Hicham.

-"Buenseñor, es de ley volver a repetirle que soy natural de Castilla, nacido en Castilla y criado en Castilla. Con todo el respeto, el único bárbaro que veo en la sala es usted porque lo único que pretendía era que la señora acabase con sus obligaciones y no nos sirviese más, aliviandole así su carga, pero veo que es lo suficientemente asno para no entenderlo"

Hicham continua comiendo, saboreando el buen guiso de legumbres que le han servido sin dejar de poner un ojo en la reacción de Gonzalo. Sonriendo entre cucharada y cucharada.

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21/11/2008, 08:42
Director

Notas de juego

Parece que Gonzalo no se ha dado cuenta de que le has puesto los polvitos en el plato y ahora estará tragándoselos junto con las legumbres. Sabes que tardará un poco en hacer efecto, pero el trabajo ya está hecho...

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21/11/2008, 10:51
Gonzalo Blasco

Cuando Gonzalo escucha la palabra asno, pronunciada de boca del infiel zarrapastroso, algo arde en su interior, tanto, que se levanta de un impulso y echa mano de su escudilla con quién sabe qué intenciones.

Luego mira hacia un lado y hacia otro, como volviendo a recordar donde se encuentra, y resopla dos veces, para volverse a sentar y seguir comiendo.

-Asno es el que rebuzna y si yo rebuzno te rebuznaré en la cara, pero será fuera de estos muros. Pero, de todos modos no hay que ponerse tan hoscos, ¿no? Somos buenos cristianos y por lo tanto hermanos. ¿Aceptarías brindar conmigo con un buen trago de vino?

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21/11/2008, 11:40
Hicham

Hicham mira a Gonzalo con cierta desconfianza, pero despues de un segundo sonrie.

-"Claro que no me importará, hermano, y te pido disculpas por lo de asno...quizás me excedí en la comparación"
-"Aunque no escucho otra cosa de su boca que rebuzno tras rebuzno..."

Hicham continua comiendo despues de brindar con Gonzalo.

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21/11/2008, 11:44
Gonzalo Blasco

Gonzalo saca un pellejo y le da un trago, pasandoselo luego al converso. Cuando éste bebe, Gonzalo suspira, quizás creyendo que el tipo iba a rechazar el alcohol.

-Uhm... -dice a fin.

Luego vuelve a coger el pelljo, le limpia la boca, como si temiera ensuciarse con el aliento de su compañero, y lo guarda.

-¿De donde vienes Isan? ¿Qué te trae a este monasterio? -dice una vez comprobado que el converso no profesa la religión infiel que les impide beber alcohol.

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21/11/2008, 11:06
María Somontano

María suelta una carcajada sincera, la risa inocente de una persona pueril, aunque no necesariamente ingenua. Por su actitud se ve muy claro que no se siente molesta por su error, sino al contrario, sorprendida y divertida. Asiente sonriendo de oreja a oreja al resto de explicación que sin asomo de sorna, pero con una mirada realmente juguetona le regala el judío.

-Bien, bien, me alegro a pesar de todo, a pesar sobre todo de ella misma, que Bernarda haya resultado ser vuestra mula, Abraham. Pero entiendo que uno debe llegar a establecer lazos con aquellos con los que anda el camino durante muchos días, aunque no pueda conversar con ellos. A veces, incluso más que con algunos que si bien hablan, no siempre lo que dicen resulta conveniente. La mujer parece aún molesta con su rudo escolta, que sigue callado y taciturno, con el semblante hosco, sentado en el pescante y arreando a su propia mula.

-En cuanto a las telas... Pues estoy de luto. Mira hacia su propio atuendo, en granate y negro, manga larga, aunque manteniendo el escote pronunciado. Sobre éste luce un colgante de oro, que toma con aire distraído. Quizá algunos terciopelos, claro. Y bien... para cuando el luto finalice... es verdad que la seda me gusta, quizá demasiado, pues es costosa, sobre todo la que traen del oriente lejano. ¿Lleváis brocados entre vuestras piezas? ¿Y encajes...?

De pronto parece darse cuenta de que sólo está hablando de cosas vanales. Se gira hacia el hombre, y le apremia a hablar de su familia. -Pero, decidme, ¿cómo es vuestra Ruth? Y disculpad mi atrevimiento, pero, ¿Tenéis la bendición de los hijos? ¿Se queda ella con el consuelo de verlos a su alrededor mientras partís...?

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21/11/2008, 14:06
Hicham

Despues de pegarle un buen trago a la bota Hicham le contesta.

-"Vengo de el sur de un pueblecito a las afueras de Jaén y me dirijo a Santiago como peregrinación ya que le hice en su momento una promesa al apóstol y deseo cumplirla"

Cuando Hicham acaba de comer se limpia la comisura de los labios y le pregunta a Gonzalo.

-"Y usted Gonzalo, ¿qué le trae por estos lares?"

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21/11/2008, 15:05
Gonzalo Blasco

-Vengo en busca de mi primo, que es monje. Pero cuando llego aquí viene ese fraile y me dice que mi primo se fue de aquí hace tiempo, y que... vaya que he hecho el viaje en balde, maldita sea mi suerte.

 

El trato de Gonzalo, sin ser amistoso, es al menos no hiriente. Mientras habla sigue comiendo, hasta ver el fodo de la escudilla, y rebañar después.

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24/11/2008, 07:45
Abraham

Tras mirar al callado escolta Abraham continua atendiendo a la dama y sus explicaciones, es raro encontrar a alguien tan cordial y amistoso en los caminos, sobretodo en esos días en que el calor parece agriar el humor de todos los peregrinos, y la mayoría no hacen más que quejarse por no haberse quedado en casa. Incluso los viajantes que lo hacen para ganarse el jornal se encuentran más hoscos y taciturnos que de costumbre. Damián y la viuda Somontano son de esas personas que refrescan como una jarra de agua fría en el agobiante y bochornoso clima de estío.

- "Por desgracia el Altísimo aún no nos ha concedido el don de la descendencia y es algo que nos afecta en grado sumo. Mi querida Ruth es la flor más hermosa de Navarra, es fuerte y muy inteligente. Pero como toda flor es delicada y sobretodo sentida y no puede evitar tener la maldición de la falta de fecundidad continuamente en su pensamiento. Por suerte acalla sus demonios trabajando con los más pequeños y los necesitados con lo que le ayuda a sobrellevar mis ausencias, y cuando yo estoy allí intento apartar su mente de malos pensamientos."

Miró a su hermosa interlocutora y prefirió no hacer la replica obvia, ya que la dama parecía demasiado joven para tener niños y probablemente debido a la muerte de su marido era un tema delicado.

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25/11/2008, 18:50
María Somontano

María se sumió por unos instantes en sus propios pensamientos. Se quedó algo cabizbaja, aunque más ausente que triste, o quizá simplemente atrapada por recuerdos, ensimismada. La vista se fijaba tercamente en un doblez de su falda, que ella procuraba alisar con la mano, en pequeños y precisos movimientos inconscientes.

Un traqueteo súbito al pasar la rueda por un desnivel la sacó de su ensoñación. Levantó entonces los ojos hacia el comerciante, y sacudiendo la cabeza, sonrió, disculpándose.

-Oh, perdonad, Abraham... me he quedado... bien, prendida en mis cosas. Supongo que habréis deducido que no tengo hijos. Y es así. Sin embargo, casé joven, así que hubiera podido tenerlos... pero tampoco a mí quiso Dios Nuestro Señor dármelos. A veces...

De nuevo la mirada se enturbió, y y algo brilló en ellos...  ¿una lágrima...?

-A veces creo que es muy cierto eso de que Dios escribe recto con renglones torcidos...

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25/11/2008, 19:43
Hicham

Hicham acaba de comer, escuchando las palabras de Gonzalo con atención, se limpia la comisura de los labios.

-"Es una verdadera pena que su primo no se encontrase en el monasterio, pero no es un viaje perdido, los caminos del señor son inexcrutables, quizás el Señor le guarda una empresa distinta en este monasterio"- dice con aire misterioso - "las cosas nunca son como parecen y siempre estamos en el lugar adecuado, no lo olvide"

Se levanta de la mesa y haciendo una reverencia se despide.

-"Ha sido un placer comer con usted, espero poder repetirlo en otra ocasión pero tengo algunos quehaceres que he dejado desatendidos que me gustaría retomar, lo dicho, un placer, adios"

Hicham se dirige hacía la puerta y se marcha de la sala.

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25/11/2008, 19:52
Hicham
Sólo para el director

Notas de juego

Hicham se vuelve a la biblioteca.

XD

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25/11/2008, 19:55
Gonzalo Blasco

-Hasta luego Isan. Que te vaya bien y todo eso.

Digo mientras me levanto, y echo un ojo por alrededor, a ver si hay algo que me llame la atención. No sé, el gato para patearlo, o cualquier cosa.

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25/11/2008, 19:56
Gonzalo Blasco
Sólo para el director

Hay ventanas? Veo algo por la ventana si la hay? Alguien más por las cercanías?

Si no hay nada aquí que me llame la atención saldré fuera a dar una vuelta, a ver si puedo buscarle la boca a alguien para entretenerme. Asco de vida.

Notas de juego

Como consejo personal, dada mi SUPEREXPERIENCIA en dirigir partidas en RPW, XD, te diré que los prólogos cuanto más cortos mejor, ya que si se alargan demasiado se pierde interés en la partida. Y aunque yo y otros jugadores sigamos, algunos de ellos abandonarán, porque la gente es así, que te lo digo yo.

Por eso ya siempre intento dar viveza a los prólogos, si hay que hacerlos, si no paso directamente a algo de acción. Si tengo que hacer un prólogo y veo que se me va a alargar, le doy un empujón, redactando yo mismo lo que pasa a continuación, y zanjando en un texto de un par de páginas lo que hubiera costado 1 mes de interpretación a ritmo lento en RPW.

Por supuesto los consejos son como las lentejas, pero éstas están más buenas, aunque... las dos sirven para peerse vivo.

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25/11/2008, 20:03
Director

Notas de juego

Si la culpa es de los otros, que se han liado a hablar y hablar... pero bueno, haré caso de tus sabios consejos y veré si puedo sacaros un par de monjes-guerreros a los que patear el culo mientras aparece el resto de mendrugos XD

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26/11/2008, 08:43
Abraham

Abraham no puede evitar conmoverse con la reacción de la Señora de Sepúlveda. Queda al borde del llanto como aquel que se acerca a un risco y se asoma al fondo y tiene la sensación de que es atraído por él y va a caer irremediablemente dentro, como si el vacío bajo sus pies lo absorbiera y tirara de él.

Como si ya fuera poco el sufrir el problema en sus carnes el ver ese sufrimiento en otra persona que no fuera su amada Ruth no lo hacía más leve, más bien lo intensificaba debido a su empatía.

El comerciante se tomó la confianza y puso su mano sobre la de ella y la apretó suavemente intentando infundirle algo de confianza y tranquilidad:

- "No se preocupe, joven señora, todavía le queda mucha vida por delante y nadie sabe los planes que tiene el Todopoderoso ni que nos depara el futuro."

Luego volvió a los quehaceres de recoger todo lo que pudo de su roto carromato y con el beneplácito de la dama subirlo a su carro para volver en dirección al monasterio.

- "Más nos vale aprovechar el respiro y el descanso en el camino que supone la parada en el Monasterio y olvidar las penas por un tiempo. ¿No os parece?"

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26/11/2008, 12:53
Director

Los viajeros recientemente conocidos departen sobre sus vidas como si fuesen viejos amigos reencontrados en cualquier taberna y, aunque el sol sigue castigándolos sin piedad en mitad de los campos de Castilla, la viuda de Somontano y el mercader de telas siguen a lo suyo, como si hiciese tiempo que ninguno de ellos encontraba un buen compañero de charlas con el que compartir una conversación medianamente correcta. Tomás, desde la reprimenda de su señora, guarda un respetuoso silencio y les deja hablar sin interrumpirles.

Mientras tanto, desde el monasterio, les llega el sonido metálico del repicar de las campanas.

Notas de juego

Venga, ya está bien de cháchara, decidme qué hacéis.

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26/11/2008, 13:23
María Somontano

Acunados por el tañido de sonido metálico, que debería haber sido alegre, pero que sin embargo resultó melancólico, los viajeros siguieron con sus tareas.

Abraham había descendido del carromato, detenido junto al otro, y estaba sacando las piezas de tela que no había podido cargar anteriormente en su Bernarda. Tomás le ayudaba, mientras María, levantada, disponía de sus cosas para hacer espacio a lo que los hombres iban a trasladar.

Tras unos minutos toda la carga que faltaba se encontraba ya colocada en su sitio, y el carro del comerciante vacío. De nuevo aposentados emprendieron la marcha hacia el Monasterio, Tomás al cargo de la mula, él en el pescante, y el judío y la dama cómodamente sentados atrás, sobre mullidos fardos de telas, y bajo la fresca sobra de la cubierta que agradecieron.

Pronto la masa de piedra, austera y gris, les recibió ...

Notas de juego

Pues yo lo tengo claro, y creo que no me he precipitado haciendo llegar a todo el mundo al Monasterio.

¿no?

Y si sí, quien sea que hable ahora, o calle para siempre!!