Partida Rol por web

Abraham vuelve a entrar en la biblioteca y busca con la vista al causante de uno de los recuerdos más tristes de su niñez, está casi convencido de que es una equivocación y que es imposible que en el monasterio se halle un inquisidor del norte y menos como monje.

Sin duda algo raro pasaba en el monasterio, pero no era probable que tuviera que ver con su persona...

Buscándolo con la vista se encaminó hacia él o se siguió internando en la biblioteca.

Miro el papel con mucha atención y asiento...

-Vaya, pues esto no va a quedar así, por mi sangre que no. Tengo que ver a mi primo.

Luego me quedo con gesto preocupado, pues si a los monjes se les antoja que no vea a mi primo, no sé como demonios un cazador como yo podría llegar hasta él.

Abraham, que entraba de nuevo en la biblioteca, casi se da de bruces contra Hicham, quien se dirigía hacia la salida y andaba casi tan meditabundo como el propio comerciante. Tras las respectivas disculpas, ambos son capaces de escuchar unas palabras que llaman su atención por lo descontrolado de su tono.

- ¿Pero puede saberse qué hace aún aquí todo el mundo?, interpela en voz alta el hombre alto que acababa de entrar en la biblioteca al bueno del bibliotecario, quien no era capaz de aguantar la fiera mirada del otro monje.

- Que todo el mundo deje automáticamente de hacer lo que no tenga que ver con esta noche y vaya a prepararse... y no pienso volver a repetirlo..., vuelve a gritar el hombre, esta vez en dirección a los novicios.

Finalmente, parece que el recién llegado dice unas palabras al hermano Anselmo en voz baja y sale andando rápidamente, con brusquedad, como si lo que fuese que tuviera que hacer no puediese esperar ni un segundo, hacia la portezuela de madera del lateral de la sala.

Hicham mira a Abraham estupefacto.

-"Vayamonos de aquí, amigo mio, este monje tiene malas pulgas"

Sin esperar respuesta Hicham pone pies en polvorosa antes dirigiendo una mirada enferma al converso judío.

-"Si me disculpa, noble compañero, no me encuentro muy bien todavía por el potaje de la señora abadesa y debo ir al excusado pasando primero por mi celda a coger una hierbas digestivas"

Agarrandose la barriga y con mala cara sale andando rápido hacia las celdas.

Abraham se queda un poco contrariado ante lo sucedido en la biblioteca y decide que puede esperar a la noche que la cosa esté más calmada o al día siguiente antes de irse.

- "Buenas de nuevo hermano, siento la brusquedad del encuentro. ¿Puedo acompañarle a algún sitio o prefiere privacidad? Lo que me traía de vuelta a la biblioteca parece que puede esperar."

Abraham vio marchar a Hicham con premura y no intentó detenerlo, más que nada por la sorpresa...

Se quedó un poco descolocado de nuevo, decidió ir a ver a su fiel Bernarda y como estaban sus mercancías en su celda. De paso que visitaba a Bernarda fue a ver el estado de su carro y a preguntar por algún monje que pudiera ayudarle a repararlo.

Después buscaría a la Baronesa de Sepúlveda y al resto del grupo.

-"Prefiero un poco de privacidad, gracias, ya que como le he dicho no me encuentro demasiado bien"

Dice Hicham mientras sigue caminando.