Gonzalo entra en el edificio empujando finalmente las dobles puertas que entreabriera anteriormente. El amplio salón columnado reúne en su interior gran cantidad de polvorientos volúmenes en los diferentes estantes que lo rodean, además, varios monjes y novicios están en silencio en los escritorios, trabajando con sus plumas. Ninguno de ellos parece estar leyendo, sino que todos se dedican a escribir. Al fondo de la sala, Gonzalo acierta a reconocer a los tres muchachos que anda persiguiendo, quienes al parecer acaban de sentarse y están empezando a hacer lo mismo que el resto de los presentes.
Eh, tu mal de tripas no parece haberse calmado del todo pese a la evacuación y te sientes realmente revuelto. Nada que no pueda esperar unos minutos, desde luego, pero con estas cosas nunca se sabe cuando se desatará la tormenta...
Uno de los monjes presentes, al percatarse de la presencia de Gonzalo en la sala, le sonríe, se levanta de su escritorio y se acerca a él.
El hombre, que no pasará de los cuarenta y parece estar en buena forma, se desplaza con serenidad, como si temiese hacer algún ruido que perturbase el trabajo de los novicios.
- Bienvenido al Scriptorium viajero, me temo que las visitas no están permitidas aquí. Puede echar un vistazo, si tiene curiosidad en ver cómo es el trabajo de un amanuense, pero debo pedirle que no se entretenga demasiado ni moleste el trabajo de los novicios...
-Oh, muchas gracias hermano. Verá, si no le molesta en demasía me tomaré la libertad de echar ese vistazo, ya que creo que la vida monacal es mi destino, al igual que lo ha sido de mi primo, y me entusiasma todo esto. No les molestaré más de lo debido se lo aseguro.
Digo mientras miro todo a mi alrededor con mucha curiosidad, tratando luego de acercarme a los charlatanes, a ver si escucho algo sin que me vean, y si no es posible saldré por donde he entrado, tras hacerme una idea de las instalaciones, salidas, entradas, y todo.
En la nuestra saliste el año pasado a buscarlo :P
Hombre entiendo que el avance en el tiempo no depende solo de los posteos de cada uno sino de los turnos, teniendo en cuenta que esta partida es de cada 2 o 3 días pues ha pasado tiempo... Es que sino si alguien se retrasa y tenemos que ajustarnos al más lento la partida se resiente mucho.
Supongo que será el DJ el que deberá estimar el paso del tiempo y dar un toque a los rezagados cuando sea.
Es que nosotros nos hartamos de contarnos secretos, comer, ponernos al día de lo que ha pasado y hablar de gatos...
-Gonzalo está en la biblioteca del monasterio, señora -intercede el invicto-. Cumpliendo con su deber monacal de disfrutar de algunas horas de tiempo seglar, quizás. Aunque yo no lo digo ni lo desmiento ni nada.
Creo que cuando lo escribí primero me equivoqué y puse sacerdotal. Lo corregí después y puse monacal. Y después lo borré y volví a poner sacerdotal xD
Abraham sorprendido no pudo evitar intervenir, aunque más hablando en voz alta que con el sirviente.
- "¿Gónzalo es monje?" - Tras exclamar el pensamiento en voz alta se quedó pensativo: - "Nunca lo hubiera supuesto..."
Luego se volvió a Hicham como esperando que se encaminara a la biblioteca, un poco absorto en sus pensamientos.
Edito: Cambio monje por sacerdote porque Krull me está mareando ;)
-Bien, gracias. ¿Vamos a la biblioteca, entonces...? Pregunta María volviéndose hacia el judío y el sarraceno. -Creo que, después de todo, ésa era nuestra intención primera. Así que no nos apartamos de nuestros planes iniciales. Y admito que me apetece mucho esa visita, señores. Además... bien, podremos cambiar impresiones con Gonzalo, que, dicho sea de paso, no imaginaba fuera un tonsurado.
Y sin esperar respuesta, que cree conocer de antemano, hace un gesto amistoso a Hicham para que se ponga en marcha.
Editada la errata por la errata editada de Krull.
Reeditado, juer, vale que errar es humano, pero esta ya es mucha errata...
:P
Jo, he editado la errata >.<
Hicham se pone en cabeza y los dirige con paso decidido hacia la biblioteca.
-"No tardaremos en llegar, está aquí al lado"
Mientras camina va pensando en sus cosas, sin hacer demasiado caso a los comentarios de los demás.
Abraham se queda pensativo y se vuelve a María para charlar con ella:
- "Pero..." - Se para un poco al principio como ordenando sus ideas y luego mientras habla va moviendo las manos como si fuera poniendo las ideas en su sitio: - "... ¿Gónzalo no había ido a ver a la guardesa para defender vuestro honor? ¿O sería algún tipo de treta para tener una excusa para vagar solo por el monasterio?"
Abraham parecía desconfiar del monje vestido de campesino con el que apenas había intercambiado palabras...
Jo con las erratillas de Krull que generan el caos ;)
De ahí le viene la fama... :P
-Podéis creer que estoy bien sorprendida, Abraham... no suponía que Gonzalo... yo también pensé... en fin, le creí cuando dijo que iba a hablar con esa mujer, sí. Le mira con una sombra de inquietud en las pupilas. -No creo que eso signifique nada, claro. Pero ahora aún más deseo ir a la biblioteca. Y hablar con ese tal... Gonzalo. Monje, o lo que sea. Que hábito no viste, eso es patente...
Sorpresas habemus, y habremus, con Krull en las pantallas, sip.
Abraham camina meneando la cabeza mientras charla con la dama.
- "Antes creería, mi señora, que vos sois la reina de Castilla que suponer que el buen Gonzalo era un hombre de fe. Tal vez haya algo que se nos escapa." - Y señalo su mano como aquel que escribe en un papel haciendo referencia a la nota.
Aprovechó el camino para ir situándose en el monasterio e ir disfrutando de su arquitectura aunque no era algo de lo que supiera mucho el buen comerciante. Pero un edificio de esa magnitud siempre era imponente sobre todo si se tenía en cuenta los recursos necesarios para construirlo y mantenerlo. Abraham pensaba en si la biblioteca estaría al mismo nivel, ya que la descripción de Hicham la ponía al menos a la altura de grandiosa, eso y la fértil imaginación del navarro que como buen norteño tendía a exagerarlo todo.
El grupo de invitados al monasterio se encamina, guiado por el bueno de Hicham, hacia la biblioteca que, ciertamente, se encuentra bastante cerca de donde se hallaban, en uno de los edificios de piedra que están separados del resto. El edificio tiene dos pisos y está en buen estado de conservación, al igual que el resto del monasterio. Su fachada es sobria y poco adornada, de hecho, tan solo la puerta, de madera tallada, y las rejas de las ventanas bajas, se han permitido algún ligero detalle estético.
El grupo decide subir los escalones que se dirigen a la puerta y abrirla. En su interior se encuentran una gran sala mediocremente iluminada, con un fortísimo olor a polvo y a cera. Las paredes están literalmente forradas de grandes estanterías repletas de lo que parecen antiguos (y posiblemente valiosos) incunables. En el centro, varios bancos y pupitres con velas sirven de lugar de lectura a unos pocos novicios, quienes se encuentran inmersos en la lectura y ni siquiera advierten la presencia de los recién llegados. Al principio de la sala, en un escritorio más grande y antiguo, se encuentra otro monje de mayor edad, que parece el encargado del lugar y quien pese a estar enfrascado también en la lectura de un enorme volúmen, sí parece haber notado la entrada del grupo.
De Gonzalo, ni señal.
Vaya la que me habéis liado en un momento :)
He asumido que todos vais a la biblioteca. Alguna licencia debía tomarme como máster ;)
Y por cierto, cuidadín con los destinatarios que quien no está no puede saber lo que estáis haciendo, esa es una de las ventajas del RPW frente al de mesa.
A ver si puedo poneros un plano feo de esos míos para que no os perdáis.
Gonzalo, tras obtener el permiso del encargado del lugar, se pone a dar una vuelta entre columnas, estanterías y pupitres, observando todo a su alrededor. Rápidamente descubre que los novicios no estaban tomando notas de sus lecturas, sino que no que hacen es esmerarse en realizar copias de los más antiguos y diversos volúmenes que Gonzalo haya visto jamás.
Gonzalo no ha sido jamás hombre de letras, de hecho, es prácticamente incapaz ni de juntar unas cuantas para escribir su nombre, pero por las variadas ilustraciones de los volúmenes, consigue intuir que su temática es, desde luego, de lo más diverso, yendo desde temas religiosos a musicales, pasando por libros de naturaleza y, posiblemente, de historia.
El cazador se encamina a la parte trasera, donde se encuentran los tres inquietantes muchachos a los que anda siguiendo. Los tres trabajan en silencio y están copiando libros que, aunque no podría asegurarlo, a Gonzalo le parecen tan normales como el resto.
Usted dirá qué hace.
Por cierto, ya que has dicho que te fijabas, la sala tiene otra pequeña puerta de madera, aparte de la de entrada.
Podría colarme por la puerta pequeña sin que me viera nadie?
Ojo con los destinatarios tú también coleguilla.
Joer, qué pifia, menos mal que no había nada que no pudieses leer...
Bueno, la puerta está en mitad de la sala, pero estando tan entretenidos los monjes, posiblemente podrías colarte por allí sin que nadie se enterase. En todo caso, si pretendes hacerlo, me haces una tiradita de discreción (con bonus, no te preocupes).
Con gracia felina me cuelo por la puerta, tratando de que nadie me vea.
Tirada: 1d100
Motivo: discrecion
Resultado: 9
Tooma
Hicham se da la vuelta y con voz de sorna y una leve sonrisilla proclama:
-"Bienvenidos a la gran biblioteca del monasterio, en ella encontraran muchos pergaminos y valiosos libros...."
Se rie abiertamente.
-"Llegados a este punto voy a preguntarle unas dudas que tengo al hermano encargado de esta gran labor amanunese, si me necesitais para cualquier menester estaré husmeando por la biblioteca nobles amigos"
Hicham se va raudo y veloz hacia el hermano.
Hicham se acerca al hermano encargado (cuyo nombre no recuerda).
-"Buenas tardes hermano, esta mañana hable con usted sobre ciertos volumenes que me gustaría ojear,me han dicho que esta es la mejor biblioteca de la región y me encantaría poder tener la posibilidad de admirar algun volumen sobre sanación y curación, ya que es mi oficio...¿sería tan amable de ayudarme?"
Pone su mejor sonrisa.