Partida Rol por web

El rostro de la Bestia

00.- La llegada a S. Gabriel

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30/10/2008, 19:00
Director
Sólo para el director

Los PJs van llegando poco a poco a las puertas del monasterio

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30/10/2008, 19:14
Director

Tras varios días de camino por las secas tierras castellanas, Hicham llega por fin a S. Gabriel. El sol castiga fuertemente los campos de cereales de la zona, que se van agostando con la entrada del verano, y hace que caminar a pleno mediodía sea un verdadero suplicio. Los escasos jirones de nubes blancas que adornan el cielo no apaciguan el calor y solo sirven para aliviar un poco la monotonía del paisaje. El reseco camino que tendrá como final la ciudad de Santiago está poco transitado por estas tierras, al menos durante el tiempo que Hicham lo lleva recorriendo, y apenas se ha cruzado con tres o cuatro caminantes en los últimos dos días.

Los altos muros del monasterio se alzan en la distancia como un oasis en mitad del desierto. Aquí, y no en la lejana Galicia, es donde acaba el peregrinaje de Hicham.

Notas de juego

Bien, empezamos cuando quieras. Por cierto, las puertas están cerradas.

Ojo con los destinatarios, hasta que no estés con nadie más, marca solo para el director.

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30/10/2008, 19:46
Hicham
Sólo para el director

Hicham se detiene a escasos metros del monasterio, se sacude el polvo acumulado en su chilaba, con una esquina de su turbante se seca el sudor de la frente y mira a su alrededor. Todo parece tranquilo.

Su viaje comienza y termina aquí, en el monasterio de S.Gabriel. Admira la majestuosa planta desde unos metros y sonrie.

"Ojala la Buenafortuna me sonria y no tenga que utilizar malas artes para llevarme lo que vengo a buscar".

Se acerca con paso tranquilo hacia la puerta de entrada, se planta delante de ella mirandola de arriba a abajo, coloca sus bolsas, atusa su barba, cierra los ojos y agarra el picaporte golpeandolo contra la puerta y esperando que alguien le abra la puerta.
Un sudor frio recorre su espalda, deseando que los nervios no le traicionen, vuelve a cerrar los ojos intentando calmarse.

Su aventura acaba de comenzar.

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31/10/2008, 12:05
Director

- Ya va, ya va!, se escucha una voz masculina desde el otro lado de la puerta. Pasados unos segundos, un pequeño ventanuco se abre y tras él aparecen unos ojos oscuros y bien cargados de arrugas.

- ¿Quién va?, pregunta monótonamente la voz.

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31/10/2008, 12:10
Director

El sol castiga fuertemente los campos de cereales de Castilla, que se van agostando con la entrada del verano, y hace que caminar a pleno mediodía sea un verdadero suplicio. Los escasos jirones de nubes blancas que adornan el cielo no apaciguan el calor y solo sirven para aliviar un poco la monotonía del paisaje. El reseco camino que tendrá como final la ciudad de Santiago está poco transitado por estas tierras, al menos durante el tiempo que Abraham lo lleva recorriendo, y apenas se ha cruzado con una decena caminantes en los últimos dos días.

Varias jornadas quedan aún hasta que Abraham alcance su destino allá en ...

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31/10/2008, 12:26
Abraham
Sólo para el director

Abraham se entretiene por el llano y monótono camino montando una protección contra el sol para evitar achicharrarse... Aunque la tela que trae está más pensada para evitar la lluvia algo le ayudará a aliviar la fuerza del astro solar.

Los caminantes no son muy charlatanes y suele evitar a los desconocidos así que Abraham dedica su tiempo a dormitar y volver a montar el tenderete cada vez que se le cae por tocarlo, por el traqueteo o por una leve brisa...

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31/10/2008, 12:39
Director

Un sol de justicia cae a plomo sobre el carromato del comerciante. La mula, acostumbrada ya al transporte, sigue, con paso bastante cansino, la ruta que le marca el camino, sin necesidad de que Abraham tenga que estar dirigiéndola en cada momento.

El monótono traqueteo del carromato y el sofocante calor, causan una agradable somnolencia en Abraham, que se deja vencer por un ligero sueño de cabezadas y despertares.

En una de éstas, cuando más agusto está el judío sobre la tabla del carro, un movimiento brusco está a punto de hacerle caer y partirse la crisma. Durante unos instantes todo es confusión, movimientos bruscos, sonido de tablas rotas y quejidos del animal. Cuando Abraham consigue reponerse del susto descubre horrorizado lo que ha ocurrido. Una de las ruedas de atrás se ha destrozado totalmente y, aunque el carromato no ha volcado, parte de la carga se encuentra desparramada por mitad del camino. Además, su preciada mula parece estar también herida por culpa del tirón de la carga al frenarse.

Un verdadero desastre. Así no puede continuar, necesita reparar la rueda y curar a la mula o conseguir otro animal de tiro. Por suerte, parece que algo más adelante hay una construcción. Una especie de monasterio en el que, con suerte, podrán ayudarle...

Notas de juego

Te me has adelantado... han entrado en el despacho y he tenido que dejar el mensaje a mitad para que no se perdiera.

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31/10/2008, 13:06
Abraham
Sólo para el director

Abraham como buen comerciante y viajero decide ir a lo práctico ante todo. Suelta a la mula del carro y comprueba la gravedad de su herida.

Comienza a cavilar y está claro que no quiere dejar toda su mercancía aquí en medio del camino. Mete las telas en un saco, para hacerlas más manejables y discretas. Decide que dependiendo de la mula o la cargará con las telas (evitando el contacto con la herida, incluso lavándola un poco con agua y poniéndole la tela parasol o la manta a modo de vendaje para evitar que la roce nada) y la conducirá hasta el monasterio o se echará el saco al hombro y dejará a la mula atada al carro pastando al lado del camino.

De todas maneras no les vendrá mal un descanso. Yahvé proveerá.

Notas de juego

¿Tiro conocimiento de animales (CUL) que tengo 15 o lo haces tú en secreto y me cuentas?

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31/10/2008, 14:54
Hicham
Sólo para el director

Con una voz tranquila e intentando parecer cansado Hicham le contesta.

-"Soy un peregrino que se dirige a Compostela buscando alojamiento para pasar la noche, algo de agua fresca y un poco de descanso para mis pobres y maltrechos pies cansados por este largo viaje"

Haciendo una breve pausa continua.

-"¿Sereis tan amable hermanos de darle descanso a este peregrino?"

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31/10/2008, 18:39
Director

El sol castiga fuertemente los campos de cereales de Castilla, que se van agostando con la entrada del verano, y hace que caminar a pleno mediodía sea un verdadero suplicio. Los escasos jirones de nubes blancas que adornan el cielo no apaciguan el calor y sólo sirven para aliviar un poco la monotonía del paisaje. El reseco camino que tendrá como final la ciudad de Santiago está poco transitado por estas tierras, al menos durante el tiempo que María y Tomás lo llevan recorriendo, y apenas se han cruzado con una decena de caminantes en los últimos dos días. La presencia de algunos granjeros con sus animales sí es más frecuente, aunque no hay demasiados pueblos por esta zona.

De repente, en mitad del camino, como una atracción inesperada, veis un carromato parado, seguramente de un comerciante. Parece que una de las ruedas de atrás ha cogido una piedra, no ha podido aguantar el golpe y se ha hecho trizas. El carromato está arrimado a la derecha del camino, pero no podéis pasar con el vuestro sin saliros de éste. No hay excesivo problema, pues podéis rodearlo entrando en el campo de cebada lindante, pero existe el riesgo de quedar allí atascados.

Un poco más adelante podéis ver los muros de lo que parece ser un monasterio.

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01/11/2008, 08:39
Damián

- Desde luego, desde luego, para eso estamos.... Dicho esto, empieza a escucharse el traqueteo de pestillos descerrajarse y, al momento, la figura de un hombre de mediana edad, baja estatura y aspecto de no haber roto un plato en la vida, aparece por la puerta.

- Bienvenido al ilustre monasterio de S. Gabriel, yo soy Damián, el guarda. Veo que no lleva montura, un peregrino como los de antes, como Dios manda, sí señor... pase, pase, que le llevo a la hospedería. Aún es un poco pronto para que los peregrinos paren a descansar, así que usted es nuestro primer huésped del día...

Al entrar Hicham puede observar frente a él, atravesando una amplia zona despejada, el lateral de lo que parece ser una iglesia. A la derecha hay un par de construcciones menores y a la izquierda están los establos y una construcción de dos plantas que parece ser donde le lleva el guarda.

Efectivamente, el edificio de dos plantas se trata de la hospedería, la parte de abajo es un gran salón, con mesas y una chimenea. En la planta de arriba, seguramente, estarán las habitaciones.

- Bien, señor, aquí es. Como no hay nadie arriba, suba y elija la celda que más le guste. Siéntase como en casa y mientras no moleste a los monjes en sus tareas o en sus rezos puede dar un paseo por el monasterio si le apetece. Yo me vuelvo a la puerta, que creo que me la he dejado abierta. Más tarde vendrá mi mujer a traerle algo de comer...

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01/11/2008, 09:49
Hicham
Sólo para el director

-"Que Dios le guarde buenhombre, muchas gracias, subiré a mi celda de inmediato y me encantará pasear por su hermoso monsaterio, no quiero inportunarle, continue con sus tareas"

Brindandole una de sus mejores sonrisas Hicham espera a que Damián se marche y subé a elegir una celda. Intenta escoger la más cercana a la puerta en la que pueda entrar y salir sin llamar demasiado la atención.
Se lava la cara con agua fresca y desciende las escaleras hacia el claustro del monasterio. Al llegar a la parte baja de las escaleras intenta otear la ubicación tanto de la biblioteca como de la habitación de los copistas, siempre disimuladamente.

Camina despacio, con las manos detrás de la espalda observando y memorizando cada rincón de ese paraje tan pio.

Notas de juego

XXX Si se encuentra con alguien en su paseo no duda en conversar con él y preguntarle por las tareas del monasterio mostrandose interesado en todas ellas...y en especial de los amanuenses y copistas.

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01/11/2008, 20:30
Abraham
Sólo para el director

Abraham observa la rozadura que ha sufrido el animal de carga y la lava y cubre con la manta, mientras calma a la pobre mula para que se tranquilice tras el susto.

Mira a su alrededor y evalua el estado del carro y sus opciones. Decide que será imposible tanto arrastrar el vehículo como cargar con toda la mercancía, así que dado que no ve a nadie en el camino que le pueda ayudar decide recoger la parte más importante de su mercancía y acercarse al edificio del monasterio en busca de ayuda.

Con cuidado selecciona los rollos de tela más caros y carga a su querida Bernarda intentando no forzarla demasiado, como no es un trayecto largo él mismo se carga un par al hombro.

Antes de irse esconde los otros rollos bajo el doble fondo del carromato y bajo la lona que usa para resguardarse de la lluvia. Encima deja el saco con sus cachivaches, la comida, la ropa, cuerdas, palos y alguna cosilla más que ha encontrado a lo largo del viaje y le ha llamado la atención.

Bajo un sol de justicia que no parece aflojar el desafortunado comerciante se dirige pesaroso a lo que espera que sea una fuente de ayuda, paz y descanso.

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02/11/2008, 09:10
Director

Tras varios días de camino por las secas tierras castellanas, Gonzalo llega por fin a S. Gabriel. El sol castiga fuertemente los campos de cereales de la zona, que se van agostando con la entrada del verano, y hace que caminar a pleno mediodía sea un verdadero suplicio. Los escasos jirones de nubes blancas que adornan el cielo no apaciguan el calor y solo sirven para aliviar un poco la monotonía del paisaje. El reseco camino que tendrá como final la ciudad de Santiago está poco transitado por estas tierras, al menos durante el tiempo que Gonzalo lo lleva recorriendo, y apenas se ha cruzado con tres o cuatro caminantes en los últimos dos días.

Los altos muros del monasterio se alzan en la distancia como un oasis en mitad del desierto. Aquí, y no en la lejana Galicia, es donde acaba el peregrinaje de Gonzalo.

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02/11/2008, 12:26
María Somontano

-Cuidado ahí delante, Tomás. El comentario es retórico, obviamente. Ambos están sentados en el pescante, y el carromato que obstaculiza el paso no podría pasar desapercibido a menos que uno estuviera durmiendo, y no es el caso. -Parecen haber tenido dificultades... si no un accidente.

Alarga el cuello, y escudriña el camino, poniendo una mano a modo de visera.

-Quizá deberíais detener el carro, y preguntar a esas gentes si necesitan ayuda. ¿Os parecen asaltantes de caminos...? No lo creo... aunque vos estáis más avezado que yo en esas cosas...

Notas de juego

Esta escena está predeterminada sólo para el director. Puesto que viajamos ambos en el carro, deberíamos estar seleccionados los dos jugadores.

Editado a presente. Mantengo la tercera persona, a la espera de que decidas.

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02/11/2008, 12:49
Gonzalo Blasco
Sólo para el director

Entro en el monasterio, hasta que una puerta u alguna persona me impida el paso. En cuanto encuentre a un monje le pregunto, con humildad y educación, temeroso de Dios, acerca de mi primo José, de quien doy precisa descripción y señalo que se metió a monje dos años ha.

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03/11/2008, 08:56
Director

Notas de juego

En esta escena están jugando el resto de personajes también, pero como no os habéis juntado he decidido poner como destinatario por defecto sólo al director, para evitar errores. Me temo que deberéis marcar a vuestro compañero cada vez que escribáis por aquí (si se os olvida ya lo marcaré yo, tampoco hay problema).

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03/11/2008, 09:44
Tomás Bosch

Tomás se quita de la boca la espiga que ha estado mordiendo durante las últimas horas para echar un vistazo primero hacia un lado, y después hacia el otro. Antes de bajar del carro quitinamente responde con que cree que no se trata de foribundos bandidos, pues unos ladrones no habrían roto el madero de la rueda del carro que usan para engañar y robarle el sustento al prójimo.

Con el oriundo casco tocayo en la cabeza, Tomás se acerca con aires arrogantes de aquel que no tardará en resolver el problema de un modo u otro.

Notas de juego

Tiro un descubrir, otear, lo que sea, para el caso de emboscadas.

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03/11/2008, 13:05
Director

Notas de juego

Tirada de ambos de otear...

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03/11/2008, 13:08
Director

Hicham sale de la hospedería con la intención de explorar un poco el monasterio. Tal y como vio al entrar, la calma es la nota predominante en el hogar de los monjes, quienes se pueden ver en sus quehaceres, arriba y abajo, cargando sacos, haciendo rodar algún barril o estirando de algún animal.

Hicham puede más o menos identificar, aparte de los establos y la hospedería, la casa del guarda, un par de edificios sueltos, tras ellos un pequeño huerto que cultivan los propios monjes, la iglesia y un edificio anexo bastante grande.

No le queda claro donde pueda estar la famosa biblioteca, así que seguramente deberá que preguntar a cualquiera de los monjes que encuentre por allí.

Por otra parte, parece que el guarda se ha acercado de nuevo al ventanuco de la puerta principal.

Notas de juego

En cuanto haga funcionar el escáner os cuelgo un plano del monasterio...