Tomás se abalanza sobre Gonzalo sin dudarlo cuando lo ve agachado en tal posición. Su fuerza y su rabia contenida se vuelven crispación en la mano de la espada y potencia en el impacto.
-Ya no me darás más órdenes, cabronazo -le espeta en el choque.
Tirada: 1d100
Motivo: ataque
Dificultad: 90-
Resultado: 2 (Exito)
Tirada: 1d10(+18)
Motivo: ini
Resultado: 1(+18)=19
Como he sacado un crítico (síiii, ya era hora), van 14 de daño.
Tiro ini para la siguiente mangada de hostias.
Te declaro que voy a jugármela a la siguiente y voy a atacar las dos veces, a ver si acabo con él rápido.
Lo de los 14 de daño habrá que verlo, depende de la localización (tira 1d10, si sacas un 1 te lo cargas).
Bueno, Gonzalo, ya sabes para qué era la tirada de PER de antes, no hace falta que te explique demasiado. Tira INI y declárame en privado tus acciones de combate.
Tirada: 1d10
Motivo: localizacion
Resultado: 4
Abraham se queda un poco trastornado ante la tendencia de todos en ir al retrete. Lo cual pese al resquemor de sus heridas le recuerda que su estómago se está quejando aún por no haber ingerido nada. Tal vez algo de pan ácimo o unas galletas de cereal de viaje podrían calmarle si las encuentra.
- "Vayamos pues..."
Tirada: 1d100
Motivo: ataque
Dificultad: 90-
Resultado: 22 (Exito)
Tirada: 1d100
Motivo: ataque
Dificultad: 90-
Resultado: 58 (Exito)
Tirada: 1d10
Motivo: localización
Resultado: 2
Tirada: 1d10
Motivo: localización
Resultado: 9
Tirada: 2d6(+2)
Motivo: daño
Resultado: 5(+2)=7
Tirada: 2d6(+2)
Motivo: daño
Resultado: 8(+2)=10
La lucha prosigue, pero la desigualdad de fuerzas es total. Gonzalo aguanta como puede el primer espadazo, que le provoca una enorme y dolorosa herida, y consigue sacar fuerzas de flaqueza para levantarse e intentar presentar algo de batalla con su espada. Por otra parte Tomás está pletórico ante el éxito de su primera estocada y totalmente resuelto a acabar con el combate cuanto antes.
Para desgracia del cazador, los deseos de Tomás se cumplen rápidamente y dos nuevos espadazos en un brazo y en el muslo agotan todas sus fuerzas y hacen que acabe cayendo al suelo, desangrándose y con la vida escapándose a toda prisa por las heridas sufridas.
Dejando atrás al resto del grupo, los dos conversos toman rumbo a la hospedería*, buscando cobijo de la pertinaz y maloliente lluvia. Atravesar el patio prácticamente a oscuras resulta bastante complicado, especialmente para Abraham, a quien la cuchillada del peregrino le seguía doliendo a rabiar.
Finalmente, sin mayores contratiempos, ambos alcanzan la puerta de la hospedería. Allí, de nuevo, otro sobresalto les pone la piel de gallina, aunque finalmente resulta ser una falsa alarma. El dichoso gato negro de Sara sale corriendo por la puerta justo cuando ellos pretendían atravesarla, dándoles un susto de muerte.
En el interior, iluminado, seco y acogedor, todo parece estar conforme lo habían dejado y sólo llama su atención el otro peregrino herido al que Hicham dejó sobre uno de los bancos y que ahora parecía dormir plácidamente en el suelo.
Entendí que era allí donde queríais ir, si no es así comunicádmelo ahora que aún no es tarde.
María, todo coraje, decide abandonar la compañía de los hombres y volverse junto a los monjes quienes, pese a seguir pareciéndole realmente inquietantes, al menos aún no habían intentado atacar a nadie.
Sabiendo que tanto las puertas del claustro como la de las escaleras se encontraban cerradas, María se dirige a la puerta de la izquierda de la nave central (la que da al Sur) que, además, era la más cercana a donde se encontraba. Corriendo a toda prisa por el miedo y prácticamente sin visibilidad, la baronesa no puede evitar pensar que, en cualquier instante, acabará tropezando con algo y cayendo de bruces sobre el ya embarrado suelo del monasterio. Finalmente y contra todo pronóstico consigue llegar sin mayores problemas a la puerta de la iglesia que, como imaginaba, se encuentra cerrada a cal y canto y no cede a sus intentos de abrirla a empujones.
De cuando estuviste en la iglesia recuerdas que se ordenó expresamente que se cerrasen todas las puertas, así que puedes seguir rodeando la iglesia y probando, pero... quizás sea el momento de pensar en otra estrategia :)
Si, era a la hospederia. Por la noche posteo...
¿Existe alguna tirada que equivalga a "idea"? Estoy seca!
:P
Tomás se yergue ante el cuerpo casi sin vida de Gonzalo, mirándole con desprecio.
-Nunca debiste amenazarme, campesino. Te creías mejor que yo, con esos aires de superioridad moral. Pues mira de qué te han servido.
Tomás levanta su espada con determinación.
-No te preocupes, no voy a dejar que tu cuerpo sufra por más tiempo. Tu muerte será rápida.
La cimitarra cae con fuerza, sesgando del todo la vida de Gonzalo. Tomás no se para a guardar respeto por su cadáver y le registra los bolsillos, buscando todo aquello de valor. Después, limpia bien su espada en la capa de este.
He querido darle un golpe de gracia al pobre Gonzalo para asegurarme de que no le susurrará mi nombre con voz moribunda a nadie.
Lo siento, Dalavor, es lo que hay cuando te metes con alguien tan aficionado a matar por diversión.
En una palabra: ¡Hoody Hoo!
Matarme mientras defecaba. Es lo más ruín que he visto desde... ¡SIEMPRE!
Espero que se te aparezca Gonzalo en sueños, y te cague encima. xD.
Y nosotros que pensábamos que el personaje de Tomás ya no iba a ser el mismo desde que lo dejó Krull.
Cuánta razón teníamos! Él nunca se hubiese atrevido a matarte!
Hay una habilidad de jugador que se llama "camelarse al máster", pero no sé si te pusiste rangos en ella :)
Manda Hicham. Abraham se deja llevar.
Mmmmm..... Máster guapo..... mmmmm...... Máster guapísimo....!!!!
XDDDDDD
Exactamente. Él se habría quedado sentado en un banco toda la noche. XD
Al llegar a la hospederia Hicham ayuda al pobre Abraham a echarse en un banco cerca de donde el otro peregrino parece que duerme.
El sarraceno no se fia y despues de ayudar a su compañero a echarse empuña su arma por si algo extraño sucediese.
-"Descansa tranquilo, amigo mio, yo velaré tu descanso"
Hicham esta atento a cada movimiento y ruido, alerta ante cualquier evento (especialmente al peregrino en los brazos de Orfeo...)que pueda perturbar el sueño de Abraham y poner en peligro la vida de ambos
Abraham se recostó en el banco siguiendo las instrucciones de su compañero y teniendo cuidado en no apoyarse en las heridas recién sufridas. Agradecía ser tratado con algo de mimo tras haber pasado el día de un lado para otro yendo de un susto a una desagradable sorpresa.
Se notaba la boca pastosa y el dulzón y molesto sabor de la sangre en ella, pero intentó ignorarlo, aunque no sin esfuerzo.
Mientras no pudo evitar que su pensamiento fuera a su fiel animal de carga y musitó casi quedándose dormido:
- "Bernarda... Bernarda... está herida..."