Partida Rol por web

El secreto de Laviana

4. Culpables.

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15/09/2013, 09:13
Director

Seguis cabalgando a trote ligero cuando un poco más adelante, como a media legua, veis una bifurcación; la de la izquierda se puede ver que atraviesa un bosque y se dirige a unos riscos de piedra. La de la derecha sigue adelante bordeando el bosque y se pierde en lontananza. Un cartél bastante gastado que pone "Las Yeras" señala a la izquierda, hay otro palo que al parecer sostenía otro cartel, señalando el camino de la derecha, pero está arrancado de cuajo. El camino de la izquierda, es un camino empedrado, dificultoso para el paso del caballo. El de la derecha es un camino amplio de tierra con rastros claros de gente caminante y caballos.

El día que amaneció bien, se está tornando negro. Unas nubes bajas y grises se acercan por el este ocultando el sol manañero. El aire huele a lluvia.

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16/09/2013, 12:23
Vasco Peres

Asentí a don Diego y le imité, desmontando y asiendo las riendas, al tiempo que le indicaba a Mutamid con un gesto que desmontara él también.

-Habremos de darnos priessa, pues que todos nos vieron salir de la iglesia et culparannos de la muerte del padre Próculo. Habríamos de ir de incógnito para que no nos reconozcan, por si nos andan buscando.

Me detuve, esperando la respuesta de don Diego.

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16/09/2013, 14:20
Sixto de Lagran

¿ cuando contareimes lo que paso antes?

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16/09/2013, 23:24
Mu´tamid Badawa

"La curandera debe tener el remedio" ¿remedio para que?

"La muerte del padre don Próculo" ¿muerte?, habían matado a un cura?

"Tendremos que ir de incógnito" ¿Incógnito?, un moro de medio metro tuerto en tierras cristianas

"Nadie tiene más autoridad que yo" Excepto el señor, y acabais de matar a uno de sus representantes

"No dejaré que este hecho vaya a más." Esperemos que una turba enfurecida no decida lo contrario.

Todo esto daba vueltas a la cabeza de Mu´tamid mientras escapaban. Aquello no le gustaba. Un noble lo estaba tratando bien, incluso el resto de compañeros le salvaron la vida en el puente, y lo alimentaron después. Pero no todo podía ser bueno, resulta que se dedicaban a matar curas... No podía ser cierto.

Mu´tamid siguió el paso, pues poco más podía hacer. Si llegaban a cogerlos, la peor parte le tocaría a él, como siempre, por ser moro, así que mas le valía ayudar en lo posible a despistar y poner tierra de por medio.

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16/09/2013, 23:34
Vasco Peres

Me encogí de hombros. Al menos era verdad que había poca probabilidad de que nos siguieran; la gente no solía salir de sus pueblos, y menos para dar caza a unos supuestos asesinos armados, de los cuales dos eran de noble cuna. Así que tiré de las riendas y me dispuse a seguir el camino elegido.

Mientras caminábamos narré lo sucedido a los dos plebeyos. Conté que, mientras hacía guardia en la puerta, don Diego salió de la iglesia, y entonces se oyó un ruido en la habitación donde Próculo estaba "curando" a Sixto. Mutamid fue a buscar a don Diego, y cuando este llegó nos dispusimos a entrar. Al entrar, vimos al padre degollado en el suelo, y a Sixto sobre él; yo tomé precauciones porque creía que Sixto aún estaba poseído, pero no fue necesario.

-Entonces salimos de la iglesia, y ya sabéis el resto -concluí-. Habremos de tener bien vigilado a Sixto, pues lo que quiera que sea que está dentro de él ha sido capaz de degollar a un cura.

Notas de juego

Edito porque Sixto sí que tenía su arma cuando lo dejamos solo con el cura. ¡Qué error no habérsela quitado antes!

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17/09/2013, 10:10
Director

Seguis vuestro camino en silencio. Poco a poco os acercais a un bosque, el camino con bastantes rocas pequeñas impide que avanceis con rapidez, pero lo haceis a buen ritmo. Llegais hasta el bosque y un cartel al lado del camino anuncia que estais en el Bosque Las Yeras. Por lo que habeis visto no debe ser muy ancho ya que habeis visto unos riscos que están bastante cerca al otro lado del bosque, no deberíais tardar mucho en cruzarlo. Sin embargo rodearlo puede ser más complicado, pués la extensión del bosque de largo es mucho mayor, de hecho mirais a derecha e izquierda y no le veis fin. Veis un relampago que cruza el cielo, y al cabo de 10 segundos oís el trueno lejano.

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17/09/2013, 18:40
Sixto de Lagran

¿ osease que he degollado a un cura?

Alguno que cognosco se hubiere alegrado dello pero non yo.

 

Sixto se quedo triste y pensativo, cabizbajo.

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17/09/2013, 21:14
Diego López

Vamos crucemos éste bosque , que nos servirá de protección contra la tormenta que se avecina. 

Empecé a internarme en el bosque , pero ésta vez cogí de las riendas con el brazo izquierdo que sostenía el escudo y saqué mi espada.

Estad atentos a lo que veis o escucháis.

 

- Tiradas (2)
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17/09/2013, 21:36
Mu´tamid Badawa

Mu´tamid tenía miedo, pero ya no le quedaba vuelta atrás. Camina cabizbajo, con los temores a flor de piel. El trueno casi le hace caer al suelo del susto que le metió, pues tan absorto iba en sus preocupaciones.

Ya llevaban caminando un buen rato, y aquel camino de piedrecillas le estaba amargando aún más. Su calzado gastado por los años tenía una suela que poco mas grosor tendría que un pelo, con lo cual notaba todas y cada una de las piedras que pisaba.

-Maldita sea - dijo por lo bajo.

Estad atentos dijo el noble, pero si se tenía que fiar de Mu´tamid para ver algo, estaban muertos. Ahora lo único que le preocupaba al moro, era andar deprisa.

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18/09/2013, 00:39
Vasco Peres

Desenvainé yo también mi espada. Cuando mi madre me la entregó, nunca pensé que tendría que darle tanto uso, y, desde luego, ella tampoco. Y más me valía, tras la muerte de mi fiel Tiago, aprender a empuñarla como era debido si quería sobrevivir, pues las cosas no habían hecho más que empeorar desde su muerte.

Tirando de las riendas con la izquierda, me mantuve ojo avizor.

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18/09/2013, 22:57
Director

Os meteis de lleno en el bosque Las Yeras, un bosque espeso, sombrío, con árboles altos, el camino sigue adelante. Vais con mucho cuidado poniendo atención a cada paso que dais, estos bosques suelen ser el perfecto hogar para bandidos y maleantes que dificultan los caminos. Pero de momento no ocurre nada. Tras andar un rato (30 minutos) veis el final del bosque. Habeis salido indemnes de el, pero todavía no veis la casa de Llócaba. El camino sigue adelante, y no tardais en ver a lo lejos una cabaña de madera. No está tan mal, para estar en mitad de la nada. Detrás de la cabaña unos riscos, también veis como el camino sigue adelante dejando la cabaña a la izda y gira hacia el este (a la derecha) perdiendose de nuevo en la distancia. Unas cuantas gotas de lluvia comienzan a caer sobre vuestra cabeza.

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19/09/2013, 11:27
Vasco Peres

A pesar de lo dicho por don Diego, yo me acerqué sin envainar la espada, y me quedé a unos metros de la cabaña, tras el caballo, para que no se me viera el arma. Aquellas eran tierras extrañas y uno no podía saber por dónde le iban a salir aquellas gentes, y menos aún una mujer apartada del mundo como aquella tal Llócaba.

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19/09/2013, 12:15
Sixto de Lagran

Sixto era poco menos que un bulto sospechoso, apesadumbrado por los acontecimientos pasados y padecidos.

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19/09/2013, 12:38
Mu´tamid Badawa

Mu´tamid caminaba con la cabeza en las nubes, cuando de repente vieron la cabaña a lo lejos. Don Diego, con un fuerte y cristiano tono de voz, llamó por la curandera que se suponía que allí habitaba, y mandó guardar las armas (cosa que era fácil en el caso del moro, pues no portaba). Diego envainó, Sixto no hizo nada, parecía más ausente que presente, y dos Vasco se mantuvo a cierta distancia, con el arma desenvainada, con lo que el moro juzgó oportuno quedarse aún mas por detrás de don Vasco.

Y allí esperó, a que la puerta se abriera y una vil bruja los comiese, o una turba enfurecida apareciese y los linchase.

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19/09/2013, 20:37
Director

Al oir las voces de Diego, las ventanas se cierran, una tras otra, a cal y canto con un sonoro portazo. La cabaña que estaba bastante bien construida y con tablas de calidad de madera clara, queda cerrada por todos los sitios que veis desde donde estais. Una ventanita se abre en la puerta y una voz profunda y grave os habla -¿Quienes sois, para que habeis venido hasta aqui?.-

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22/09/2013, 13:25
Director

La voz vuelve a sonar potente tras la mirilla de la puerta, -aquí no hay ninguna curandera, marchad e id con Dios...-. Entonces otra voz femenina mucho más anciana que la primera resuena tras la puerta. -Déjame ver, zoquete...quita de en medio. ¡A ver extraños, enseñadme al infectado y enseñadme todos el cuello!- Tuerce un poco la cabeza y empieza a hablar en voz baja con la voz masculina que habíais escuchado antes. Y de nuevo se dirige a vosotros. -¡Vamos rápido, no hay tiempo que perder daos prisa o marchaos de aquí cuanto antes!. Tenemos buenas relaciones con el Abad del Monasterio de San Vicente que no está lejos de aquí, en cuanto le demos aviso patrullas irán en vuestra búsqueda y os destriparán por haber ofendido a la santa iglesia Católica, yo misma les diré que estais endemoniados.-

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22/09/2013, 13:48
Vasco Peres

Las bruscas palabras de la curandera fueron la chispa que encendieron en mí mis ganas de explotar por todo lo ocurrido. Me adelanté, sin ser plenamente consciente de que aún asía la espada, y proferí:

-¡Vieja del demonio! ¡Más te vale contener la lengua y mostrar más respeto por los nobles caballeros que te fablan o prenderé fuego a tu inmunda casa! ¡A la próxima amenaza que salga de tu sucia boca haré rodar tu cabeza de arpía por el suelo? ¿Me has entendido?

Mi corazón estaba acelerado. Comprendí justo en ese momento mi falta de prudencia, y que tal vez mi intervención había dado al traste con la única posibilidad que teníamos de curar a Sixto. Pero, ya que estaba hecho, estaba dispuesto a arrancarle a esa vieja la piel a tiras hasta que satisficiera nuestra demanda.

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22/09/2013, 14:51
Director

-Me importan poco tus amenazas noble, como vos os llamais, ahora mismo estais en manos de algo mucho más peligroso y mortal de lo que habeis experimentado jamás. Algo que no es del mundo mortal. ¿Quieres prender la casa de una familia inocente?, adelante, hazlo. El demonio tendrá una razón más para llevarte con él. Quizás sea yo la única esperanza que teneis pero sabeis que os digo ¡Que os vayais al....-

-¡Llócaba por favor, que meterán fuego a la casa!- dijo la otra voz masculina.

-Mira Xervás, si no te calles te vas fuera y les limpias el trasero con tu lengua, a mi no me asustaron, no pueden hacerme daño. Mi muerte supondrá su ruina.-

 

Así quedaron discutiendo un rato hasta que el hombre llamado Xervás volvió a hablar.

-Por favor, no hagais caso a la vieja. Es mayor y está delicada de salud, seguid vuestro camino si lo único que quereis es faltar y amenazar. Ella os ofreció su ayuda, si no quereis aceptar sus condiciones, por favor marchad-.

Todo esto lo ois desde fuera, puesto que las dos personas que hablan están en el interior de la casa que está, ventanas y puertas, cerrada a cal y canto. Tan solo la pequeña mirilla de madera, del tamaño de una cara, es la que se abre y se cierra cuando hablan.

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22/09/2013, 15:06
Mu´tamid Badawa

Pero que les pasaba, la vieja les había ofrecido ayuda. "daos prisa o marchaos". Y en vez de agradecerlo y entrar raudos, se ponen a amenazarla. En vaya compañía de locos se había metido Mu´tamid. Por una vez creía poder ser útil, se puso delante de la mirilla, de puntillas para que pudiesen verlo y dijo.

-Vamos vamos, siñora, no si ufenda, esqui hemos pasiado por muchias peniuras, y a este hombre que acaba de habliar li ha muerto un amigo, habla el dolor contienido, no la sensatiez. Os juro qui es buen hombrie, me ha ayudiado en el camino, mi ha salvado la vida y mi ha diado de cumer a cambiu de nada.

Se quitó toda la ropa que le cubría el cuello y con un gesto instó a sus compañeros a que hicieran lo mismo.

-Mirie, no tinimos nada in i cuellio. Ayudienos por fiavor. Le pidimos disculpas por las gruserias previaias.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso suerte en caso de ser necesario, que nos va la vida en ello.

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22/09/2013, 15:20
Director

Notas de juego

El uso de la suerte hay que declararlo antes de hacer la tirada. No puedo darlo por válido.