Partida Rol por web

Jean Gabou estaba repasando el periódico en los alrededores de la calle Chanionesse, una calle paralela a Notre Dame, cuya imponente figura ofrecía sombra sobre el banco donde estaba sentado Gabou.

El grupo Lambda había sido convocado por Gabou para investigar aquel asunto de Gallé. El pintor había sido detenido por asesinar a su modelo, Nicole Devereaux, tras finalizar su último cuadro. Había algo extraño detrás de todo eso y Jean había contacto con sus compañeros para llegar hasta el final.

Estaban a punto de llegar.

(clic sobre la imagen para ampliar)

Gabou entrecerró los ojos a medida que terminaba el artículo. Sentía una creciente inquietud en las tripas. 

Conocía a Gallé desde hacía años y, aunque sabía de sus escarceos con las drogas (marihuana, LSD,opio...) y sus excentricidades de artista (las peores de las cuales se habían quedado atrás con los años cuando el joven performancer evolucionó a pintor bohemio), lo de estrangular a su amante iba demasiado lejos. Aquella mención al "Signo Amarillo" hacía que se le encendiera una lucecita de alarma. Puede que todo fuera el resultado de una borrachera muy mala, las había visto por docenas, pero Gallé era su amigo y jamás habría matado a una mosca. 

Por eso había convocado al Equipo: quería investigar todo aquello en profundidad. Había hablado con Dupont para que les diesen permiso. Los Lambda no eran bien recibidos en escenarios de crímenes por lo que deberían ser rápidos y discretos. 

Había anotado algunas cosas en su libreta:

• Interrogar a Gallé 
• Autopsia
• Apartamento
• ¿Signo Amarillo?

No era un hombre religioso pero posó la mirada un instante sobre Notre Dame rogando para que todo aquello no fuese más que una pérdida de tiempo. 

Alzó una ceja a modo de saludo:

-Llegas tarde. 

Había sido una verdadera pena perder el trabajo. Le había costado mucho acceder a aquella plaza. Le gustaba su trabajo. Siempre había querido ser médico, desde bien pequeña y con esfuerzo y dinero lo había logrado. Pues no sólo era necesario ser un hacha en los estudios, sino que alguien tenía que pagarlo.

Ella había trabajado en la recepción de un hotel durante los tres años en los que cursó su carrera para pagar sus estudios.Aunque con las pocas horas que hacía los fines de semana, no le hubiera bastado sin la inestimable ayuda de su madre. Y ahora...

Tardó tan solo tres años cuando en realidad eran bastantes más. La acabó antes de tiempo y luchó por ser la primera de la promoció, pero al final por pocas décimas acabó teniéndose que conformar con la medalla de madera, pues el oro, la playa y el bronce se le escaparon.

No podía creer todavía lo que le había sucedido. Los muertos no se levantan. Era una de las primeras cosas que una aprende durante la carrera y que luego corrobora cuando empieza a trabajar como forense, pero su caso... Su caso era diferente. A ella le pasó lo contrario.

Sin embargo, gracias a ello estaba allí ahora. Llegando a una nueva cita con lo extraño. A una cita con el agente Gabou, que era quien a la postre, le había reclutado y quién le había permitido mentir a su madre.

Porque aún no le había dicho que la habían despedido. Suerte tenía de que no le gustase mirar la prensa. "En lo único que no mienten los periódicos, es en la fecha y en el horóscopo". Era algo que siempre decía. Por eso no se había enterado de lo suyo. Por eso y porque Marie, no tenía demasiados amigos que se lo pudieran comentar.

- ¿Qué hay? - Le preguntó a Gabou, quién le miró de aquella manera inquisidora. - No Jean, no... No se lo he dicho aún. ¿Cómo decirle a una mujer ultracatólica que su hija forense se dedica ahora a investigar asuntos... - Se lo pensó mucho antes de decir aquello, pues buscaba la manera de decirlo que no ofendiera a Gabou. - ...con dudosa base científica? - Sonrió. - Hay cosas que es mejor que no sepa. ¡Y no he llegado tarde! Tú has llegado pronto... Es lo que tiene el no tener una vida social muy activa. ¿Qué tienes? - Y por fin encaró el asunto que les atañía.

El detective le alargó un cartapacio de documentos sin más ceremonia.

- Es el informe forense del asesinato que vamos a investigar. Quiero que te lo leas-Gabou inclinó la cabeza como diciendo "en el mensaje ponía que leyeras el periódico. Lo has leído, ¿verdad?"-Mujer joven estrangulada por hombre de mediana edad. 

- ¿El periódico? - Encaró una ceja. - ¿Recuerdas que estoy en el paro? Con las limosnas que paga el departamento para los "colaboradores" del grupo Lambda... - Sonrío en tono jocoso. - ¿Crees que me puedo permitir un periódico? ¡A ver si pagáis más y sobre todo con regularidad!

Le quitó el diario de las manos a Gabou. Empezó a leer la noticia. Salía en portada y se desarrollaba en las páginas centrales de la sección de sucesos. Un asesinato pasional. Eso parecía. Más bien un homicidio, no parecía que hubiera planificación previa a los hechos.

- Vale... - Dijo entonces tras leer el artículo. - Se por dónde vas. El signo amarillo. ¿Suficiente para calificarlo como un "expediente extraño". - Entrecomillado aquello último con los dedos. - ¿Qué ves que te espine Jean?

Gabou se llevó un palillo a la boca con gesto inconsciente. Había dejado de fumar tres meses atrás pero los viejos hábitos seguían allí. 

-"El Signo Amarillo" sale mencionado al menos tres veces en los archivos Lambda: una secta suicida en Rumanía hace diez años, un agitador en los suburbios de Budapest relacionado con la desaparición de más de doscientos niños y el incendio del bosque de Bergeraq en el 2012. En todos los casos han aparecido garabatos amarillos en el lugar de los hechos, en cuerpos... 

Miró hacia lo alto del edificio donde Gallé tenía su estudio.

-El presunto homicida es mi amigo. No cuadra con el perfil de estrangulador. Gallé es un mierdecilla pintamonas con manos de nena. No podría estrangular a un pollito con las dos manos aunque quisiera...

Hékate estaba meditando cuando una llamada interrumpió la sacó de su estado. Este teléfono lo tenía poca gente o menos. Lambda y algunas personas afines. 

Se había retirado a un encierro de meditación y ayuno durante dos días. Lo hacía de cuando en cuando porque le servía para ponerse en paz consigo misma y con el mundo. Con todo lo que veía y experimentaba, aunque los efectos no eran duraderos. Pero el caso es que aquel día, cuando se reunió con el resto del grupo, parecía más serena y centrada de lo normal. 

Saludó a sus compañeros brevemente pero su mirada cayó en seguida en el periódico que estaba sobre la mesa y que anunciaba la muerte de una modelo a manos de un pintor conocido en la zona. Pensó que quizá pudiera contactar con la víctima. En alguna otra ocasión, esta aportación había sido crucial para resolver un caso. Pero para facilitar el contacto y evitar que acabase de la peor forma de las posibles, debía necesitar algún objeto que perteneciee a la víctima y que hubiera usado durante la última semana de vida.  Quizá si se pudiese acercar al lugar del crimen, a su trabajo etc, podría ser  de utilidad. 

Por supuesto, había algo que destacaba en la noticia por encima de todo lo demás. "El signo amarillo"; era lo que para el asesino había aducido como prueba de que había sido otro el que la había matado. En apariencia, no sería nada más que los delirios de un lunático, pero si había despertado el interés de Lambda, es que había algo más. Quizá podría consultar a sus colegas ocultistas sobre ello.  Por que el hecho es que no era la primera vez que habían oído hablar de él, tal como apuntaba Gabou. 

- Lamento el desgraciado incidente, Jean. Habría que investigar la zona. Quizá alguien entró y la estranguló mientras estaban dormidos. Lo de ese Signo Amarillo, me suena vagamente. Una especie de marca ritual que aparecía siempre relacionada con asesinatos ¿no? Me gustaría repasar esos expedientes para refrescar la memoria...Pero en este caso, la noticia no menciona ninguna marca. Si pudiera conseguir algún objeto personal de la fallecida, podría intentar contactar con ella. Cuanto más personal y más querido fuera ese objeto para ella, más fácil será realizar el vínculo. 

Jonah estaba sentado frente a tres pantallas de 28 pulgadas en las que iba desplegando las tareas que ejecutaba en el portátil. Ya sabía que Jean le iba a llamar cuando el teléfono sonó, tenía arañas de búsqueda de información sobre sucesos extraños, lo que incluía crímenes, sectas, violaciones y todo tipo de violencia....desde que había visto esos archivos hacía más de un año cualquier cosa se los recordaba.

- Sí, he leído la noticia y me he puesto en marcha - contestó a su jefe cuando descolgó el teléfono - Te he mandado al móvil las referencias que hay en los archivos Lambda sobre el "Signo amarillo", tres casos de hace años pero por ahora no he encontrado relación. Tardo treinta minutos, y colgó.

Antes de levantarse del sillón de cuero con alto respaldo en el que prácticamente hacía su vida revisó las tareas programas actuales: bot de apuestas deportivas para sacar dinero, nada escandaloso pero si para tener unos ingresos fijos que costearan su equipo; ataques por denegación de servicio programados por Anonymous, era un formato obsoleto pero por eso mismo muchas veces conseguían su objetivo y eran difíciles de rastrear si tenías los suficientes equipos zombie; y luego contactó con Marie_Laveau, otra hacker interesada en temas ocultistas con la que intercambiaba información de sus casos y que en alguna ocasión había sido clave para resolver un expediente Lambda.

"Querida Marie_Laveau,

inicio nuevo periplo, en esta ocasión un asesinato que no encaja y en el que se ha hecho referencia al "Signo amarillo". Adjunto la información de antiguos expedientes, quid pro cuo.

Altaïr"

Como el personaje del juego, le gustaba pensar que transgredía las normas para un bien mayor y por eso eligió ese avatar; nadie sabía su identidad secreta, eso era lo que te mantenía a salvo dentro de TOR.

Metió en portátil en la bandolera, recogió las baterías adicionales y salió de la sala; la puerta se cerró y la estantería se desplazó para ocultar la entrada; cerró la puerta y activó la alarma. Bajando por las escaleras escribió un mensaje al grupo con el programa que les había instalado, "message sûr", no se podía confiar en Whatsapp o Telegram.....Saliendo.

Caminó hasta la esquina y solicitó el código de desbloqueo del ciclomotor de alquiler, le agradaba la movilidad que le daban estos vehículos y el anonimato al no tener que tratar con personas. el tráfico esa mañana era como otros días así que su cálculo de tiempo resultó acertado y a la hora que había dicho se reunió con sus compañeros.

- Hola, dijo escuetamente al llegar y escuchar la propuesta de Hékate, un día de estos tienes que decirme cómo acceder a esa red secreta que tienes, le dijo en tono bromista, podemos hacernos ricos vendiendo información de los muertos.

Las explicaciones de Jean arrojaron algo de luz al porque de la reunión, como casi siempre. Si aquel signo amarillo ya estaba presente en otros tres casos, sin ningún lugar a dudas quería decir que estaban hablando de algo importante. Sonaba a secta, de eso Dominique no tenía la menor duda, aunque también era cierto que quizás, de los miembros de aquella "unidad", por llamarla de algún modo, ella era de los cuatro la más escéptica. Estaba allí por sus conocimientos forenses y no por sus experiencias previas en relación con lo extraño. El incidente con el muerto viviente, era sólo un hecho aislado.

Enseguida llegaron los otros dos miembros del grupo. Uno de ellos era todo lo contrario a ella. Hékate era sin duda alguna el contrapunto perfecto a Dominique. Una basaba su aportación en la más pura y pura realidad científica, mientras que la otra lo hacía en la más pura realidad esotérica, pues para ambas, su pura realidad era absoluta, aunque dejaban una puerta abierta a la realidad de la otra. Y también llegó Caen. Un friki con mucho tiempo libre, pero con unos conocimientos tan bastos de informática, que era indispensable para ellos.

- Sí, lo siento Jean. - Le dijo por lo de su conocido, el supuesto asesino. Entonces miró a Hékate. - Es cierto que no había marcas, no que sepamos. Al menos el diario no lo dice, pero si dice que Gallé estuvo gritando que su modelo "tenía el signo amarillo". - Se llevó la mano al mentón, era una manía que tenía cuando pensaba algo. - Tendremos que registrar bien la escena del crimen y por supuesto, debemos entrevistarnos con el tal Gallé. Pero no podemos dejar de lado la tarea de recopilar información. Como dice mi amiga... - Pasó un brazo por encima de la medium. - ...a mi también me gustaría leer los archivos de los casos previos, además debemos consultar hemerotecas, o... - En esta ocasión miró a Caen. - ...buscar en internet. Lo que puedo hacer yo es consultar los informes de la autopsia. ¿Vamos cada uno por libre o nos dividimos en parejas?

-No os he citado junto al escenario del crimen para dispersarnos a continuación-dijo Gabou sacando un manojo de llaves del bolsillo-Quiero echarle un vistazo al estudio de Gallé y quiero que vengáis conmigo. Mantened los ojos abiertos y no toquéis las cintas policiales: los de homicidios se mosquean mucho cuando les desordenan el cuarto de los juguetes.

Lo bueno de un equipo tan variopinto era que tenían especialidades muy diferentes: cada uno se fijaría en diferentes detalles que a él, como policía, jamás se le ocurrirían. 

-Una vez tengamos todos una buena idea general de primera mano de lo que ocurrió en ese estudio entonces nos dispersaremos para buscar información. Pero primero tenemos que saber lo que buscamos, no quiero repetir lo de Saint Roches, ¿entendido?

Seleccionó una de las llaves y señaló con ella a un portal con una historiada verja de hierro pintado de blanco. 

Tras la verja y sobre la pared del edificio, destacaba un cartel con un grafismo muy artístico en el que el pintor se anunciaba como retratista y grafólogo de prestigio.

La llave abrió la puerta que se quejó fuertemente debido al paso del tiempo y al descuidado mantenimiento. Gabou abrió también la puerta interior con la llave y se encontró de bruces con Gastón, el conserje, que volvía a su garita. Jean lo conocía y el conserje lo saludó con la cabeza.

—Hola Jean... supongo que ya te has enterado, ¿verdad? Por eso estás aquí —dijo el conserje comenzando a encender un cigarro—. No se como ha podido pasar. Ese muchacho estaba loco, pero no ese tipo de loco. Tú lo conocías bien.

El edificio era muy antiguo, como la mayoría de los edificios de la zona. Eran cuatro alturas y Jean sabía que el estudio de Gallé se encontraba en el ático. El pasillo que se dirigía a la vetusta escalera estaba decorado con molduras de maderas nobles y recibidor lo presidía una gigantesca lámpara de cristal.

—No se puede pasar —continuó el conserje—. La policía ha precintado el estudio.

Se encogió de hombros.

La punta del palillo que Gabou mascaba apuntó al techo mientras el detective escuchaba. 

-Una tragedia, Gaston. Yo tampoco me lo explico. Sé que ya hablaste con la policía pero te agradecería que me hablases de François, lo que hacía últimamente, sus últimas obras, gente que le visitase últimamente... 

Indicó al conserje que se sentase mientras sacaba la libreta y el bolígrafo. Hizo un gesto a su equipo para que se dispersase en busca de pistas. Eran profesionales, sabían lo que tenían que hacer. 

-Tranquilo, tenemos autorización del ministerio. No te preocupes, mi gente sabe lo que se hace. 

Se sentó junto al conserje en la garita. Contempló la lámpara de cristal (algo caro pero de dudoso gusto) antes de pasar una página:

-Veamos... según tengo entendido, los últimos cuadros de François eran... paisajes... extraños: "Bosques Estelares bajo la luna negra", "Luz de la Estrella Muerta", "Constelación Olvidada del Eón Sinusoidal"... y en todos aparece una figura de espaldas en algún lugar de la composición que, según los críticos, es "aberrante". ¿Le había ocurrido algo a François últimamente?  No hablábamos mucho pero sé que solía pintar lo que sentía. 

Tomó notas mientras el conserje desgranaba su historia. 

-¿Y qué me dices de la señorita Devereux? ¿Alguna pelea últimamente? ¿Discusiones sobre dinero? 

Al cabo de un rato dejó caer la pregunta que le preocupaba:

-¿Qué es el Signo Amarillo? 

Sin esperar a escuchar la respuesta del conserje, Hékate cogió la llave del apartamento y se dirigió hacia ella. 

Una vez llegó a la puerta, intentó concentrarse para sentir las fuerzas telúricas que vinculaban el mundo de los vivos con el mundo de los muertos. Si era verdad que acababa de morir una persona allí mismo, estos vínculos tenían que estar más activo de lo normal. El muro espiritual que separaba ambos mundos, se rasgaba cada vez que un alma pasaba de un mundo al otro y la "herida" tardaba algún tiempo en cerrarse. Hékate buscaba esa herida. Abrió la puerta del apartamento e intentó sentir. Buscó objetos personales que le pudieran pertenecer. Tanto mejor si eran objetos de diario: una toalla de baño, un peine, un espejo...eran objetos con fuerza para comunicarse con sus antiguos propietarios una vez abandonaban el mundo de los vivos. 

Jonahh levantó la vista y localizó las cámaras de seguridad, esperables en un edificio con portero; no se molestó en pedirlas a ese hombre pues suponía que la policía ya se las había llevado y tendrías que pedirlas por el cauce oficial...si eso no funcionaba ya las conseguiría él.

- Voy contigo, indicó a Hékate ya que tratar con la gente no era su fuerte. Dime cuando puedo pasar, esperó mientras la mujer respiraba el aura del apartamento; él no era tan escéptico como Dominique ni tan creyente como la medium pero la ciencia había sido magia cuando no era comprendida ¿cómo podía negar que existía la posibilidad de que un día los talentos esotéricos fueran la normalidad?...Y había visto cosas en esos archivos.

Examinó mientras la puerta en busca de marcas de haber sido forzada y buscó el panel de la alarma para saber dónde buscar el registro de accesos. Cuando la mujer le franqueó el paso sacó el móvil y comenzó a tomar algunas fotos panorámicas del lugar, la vista desde la ventanas (bloque de enfrente, la propia fachada)...siguió con la escena del crimen y por último un par de fotos a cada una de las habitaciones. A continuación buscó portátiles, tablets, móviles,...la policía también se los habría llevado pero era posible que este tipo de gente tuviera más de un dispositivo y alguno estuviera todavía en la casa.

Sacó su propio portátil y lo colocó en la mesa del salón, arrancó un programa para hackear la wifi y sacar una lista las IPs que había reservado el DHCP para los últimos dispositivos conectados, así sabría cuantos buscar.

Dominique se introdujo en la escena del crimen. Los gorilas uniformados de la puerta no se lo pusieron fácil. No la conocían, ella no llevaba uniforme y no tenía placa como ellos. Las tarjetas identificativas que portaban los colaboradores del grupo Lambda no eran tampoco demasiado conocidas por la escala básica de los gendarmes. Así que los agentes que vigilaban la entrada tuvieron verificarlas con su sargento. Finalmente la doctora Court pudo acceder a la escena del crimen.

No había nada demasiado raro. Prácticamente toda la casa estaba en orden. Las ventanas cerradas, la puerta no estaba forzada, nada indicaba una allanamiento de morada. Court pasó de largo por la zona del estudio de Gallé. Vio como sobre un trípode de encontraba un lienzo a medio pintar. No estaba muy avanzado, pero estaba claro que representaba la luna y y el sol... ¿formando un eclipse?

Eso le recordó a la noticia del diario, la que se encontraba al lado de la que hablaba del asesinato que estaban investigando. Sin duda era mucha coincidencia. Más teniendo en cuenta la temática extraña que utilmamente le había dado por representar al sospechoso en sus obras.

Al llegar al cuarto donde había tenido lugar el estrangulamiento, tampoco encontró nada que le llamara demasiado la atención. La cama estaba revuelta, había ropa por el suelo y una lamparilla de la mesilla de noche se había fracturado tras chocar contra el suelo. Lo mínimo en un escenario de un crimen.

Se fijó también en que la habitación tenía un baño en suite. Se introdujo en éste y observó. Sobre el lavabo en un mueble de pared con un estante, observó un bote de barbitúricos abierto y con varias pastillas sobre el estante. Unos fármacos derivados del ácido barbitúrico que actúan como sedantes del sistema nervioso central y producen un amplio esquema de efectos, desde sedación suave hasta anestesia total y o euforia. También son efectivos como ansiolíticos, como hipnóticos y como anticonvulsivos. Realizó una foto y encendió el agua caliente de la bañera y al salir cerró la puerta.

Examinó entonces más a fondo la habitación. Con un pañuelo de tela abrió el armario empotrado. Ropa masculina, casi toda de hombre. También había algún vestido, sin duda era de la víctima. Miró sobre la cajonera, unos pendientes, tabaco de la marca morley, colonia Ralph Lauren y ropa doblada sin esconder. Miró en el suelo y bajo la cama; aparte de la ropa y la lamparilla y sigo de polvo de más, nada que reseñar. Finalmente miró sobre la cama. Le costó pero finalmente encontró dos gotas de sangre sobre la colcha, cerca de la almohada. Lo fotografió todo.

Entonces regresó al baño. El vapor del agua caliente lo había empañado todo. Se fijó en el espejo y entonces lo vio. Una narca, un símbolo que solo el valor de agua había sacado a la luz...

Hékate nunca había sentido aquello. El rastro era apestoso y tuvo que fruncir el ceño un instante para mantenerse concentrada. Aquella energía telúrica era demencial, demasiado para que ella pudiera controlarlo. Pero tenía clara una cosa, las energías no venían solo de una persona muerta, sino de dos. Una de ellas mucho más intensa que la otra.
 

El conserje miró como el resto del grupo se dirigían hacia la escalera que subía al estudio de Gallé. Jean le dio la llave a Hékate y con un gesto tranquilizó al conserje cuando éste iba a decir algo en contra.

—Bueno... si tenéis autorización. Pero por favor, no toquéis nada, los gendarmes fueron muy insistentes con ese tema.

Gastón estaba visiblemente nervioso mientras escuchaba las preguntas de Gabou.

—Ya sabes que yo no lo conocía muy bien. Era un tipo muy reservado, tú lo conocías, y todo lo expresaba en esos cuadros. Para mi eran terribles, pero el caso es que los vendía. No se si le había ocurrido algo... solo le abría la puerta y le saludaba cuando entraba en el edificio. Hola y adiós... es lo único que hablamos.

El conserje no paraba de alternar la mirada entre Gabou y la escalera.

—Nunca les oí discutir, la verdad. Pero el estudio está en el cuarto piso y yo solo paso por ahí para barrer de vez en cuando. No me enteraría aunque lo hubieran hecho.

En el estudio de Gallé, Caen comprobó que la puerta efectivamente no había sido forzada. El panel de alarma hacía tiempo que no se usaba y, de hecho, estaba desconectado de la red eléctrica por lo que no pudo serle de mucha ayuda.

Al fotografiar el lienzo Caen se percató de algo que Court había pasado por alto: varios de los botes de pintura habían sido estrellados contra la pared detrás del caballete, que estaba cubierta por pintura de diferentes colores.

Fue fácil conectarse a la red, demasiado fácil. Nada reseñable, un par de móviles habituales, probablemente de Gallé y su modelo Devereaux, y una televisión. Ni siquiera un vecino robando WiFi.

Cuando Court volvió al baño, al principio se sorprendió viendo ese símbolo pero pronto se calmo. Eran una suerte de huellas sobre el cristal que, quizá por azar, formaban un extraño dibujo. Revolvió otra vez los botes de pastillas y, junto a uno de ellos, encontró un tique de una tienda "Antiquarie et curiosités". El valor era de 5€ y el concepto "Signo de extraño aspecto"

Hékate frunció el ceño y se encogió ligeramente emitiendo un ligero gruñido. Su rostro lucía una expresión de sufrimiento o de un esfuerzo superlativo. Se echó la mano a la cabeza y comenzó a deambular por el piso como si estuviera buscando algo. Pero sus ojos estaban cerrados.