Partida Rol por web

Gabou cruzó la puerta del campanario y subió los peldaños hacia donde escuchaba las carcajadas de un par de personas. Una luz violácea titilaba de la parte superior del campanario.

Una vez allí, Hékate escuchó la voz de Gabou mientras apuntaba con la pistola.

—¡Qué no se mueva...!

El agente interrumpió sus palabras al ver la escena. En un rincón, dos personas con túnicas amarillas estaban cerca de Hékate. Una de ellas la estaba apuntando con una pistola. Pronto Gabou reconoció a esos dos sectarios como Joseph de la Bastogne (el anticuario) y la Elisa Mace (la detective) que apuntaba con la pistola a Hékate. Ambos se reían a carcajadas.

Pero lo que reprimió las palabras de Gabou no fue eso. Frente a él, junto a la campana, el gul con la túnica amarilla estaba en el centro de un pentáculo alimentado con su propia sangre. En sus manos brillaba en la cumbre de su poder el signo amarillo, cargado con las energías del eclipse. El aire alrededor del signo parecía ondular y fluctuar, mostrando imágenes inverosímiles. De pronto, dos tentáculos violáceos salieron de ese círculo de energía y se agarraron a la estancia. Uno de ellos golpeó la campaña y la hizo tañer de nuevo. Los tentáculos medían casi cincuenta centímetros de grosor en su parte más estrecha y la longitud que se veía fuera de aquel extraño portal era de casi tres metros.

El ritual estaba a punto de completarse. Se acababan las posibilidades del grupo Lambda.

Silencio, negrura, ausencia de sensaciones,...Hékate seguro que tendría un nombre para el momento de la muerte ¿se vería saliendo de su cuerpo como un viaje astral? Pensó en sus padres, en su vida como hácker, en....escuchó la voz de Dominique, sintió unas manos que le pasaban por el pecho y ¡ouch! un dolor fuerte. Recordó el moento, intentar sujetar a Jean, el golpe en el costado ¡ouch!

- Hola, dijo con un susurro cuando abrió los ojos, ¿Me he desmayado? Debe haber sido un porrazo fuerte.

Fue como si la mente de Gabou cayera por un precipicio. La pistola empezo a temblar en sus manos y sintio la necesidad de empezar a llorar. Su estomago se encogio y noto como le temblaban los parpados. Noto uno de sus dientes romperse en su boca de lo fuerte que estaba apretando la mandibula. Las cosas no deberian ser asi. Mejor dicho, las cosas "asi" no deberian ni siquiera existir. Y, sin embargo, alli estaban, reptando desde su guarida en un lugar imposible abriendose camino hacia su pequeña y acogedora realidad que estaba a punto de dejar de ser acogedora.

Entonces vio la pistola. Un arma. Con aquello si que podia lidiar. Apuntar a civiles cuando no estabas de servicio con armas reglamentarias no estaba bien. La inspectora Mace estaba pidiendo a gritos un balazo en la pierna con posterior interrogatorio.

Pero el Signo Amarillo parecia, por algun motivo, aun mas peligroso. Aunque no tuviese gatillo. Una vocecilla en su cabeza le chillaba que la mujer armada no era el problema aqui. Que cualquiera que fuera el resultado de aquello, preferia enfrentarse cara a cara con la inspectora armada que con el Señor Tentaculos Enormes.

Entrecerrando los ojos para no ver los tentaculos hondulantes, Gabou inclino la cabeza y disparo contra el Simbolo Amarillo. Por una vez, no se le ocurrio ninguna frase lapidaria que decir.

BANG

- No te muevas demasiado... - Respondió la médico. - Se te ha perforado un pulmón. Una costilla se ha roto. - Tomó aire.

Esa era la clara recomendación médica que debía hacerle a un paciente que acababa de sufrir un traumatismo como aquel. No obstante, desde la parte superior del campanario, se habían escuchado disparos. Gabou y Hékate podían estar en peligro y necesitarían ayuda. Por otro lado, tanto ella como Jonah habían estado a punto de morir. ¿En qué podían colaborar dos moribundos para evitar el ritual que se estaba llevando a cabo? Court no lo tenía muy claro.

- Se han escuchado disparos arriba. - Dijo entonces. - Pensé en subir y... - Tragó saliva compungida. - No podía dejarte. Hubieras muerto, tenías un neumotórax y... - Se tomó una pequeña pausa. Estaba asustada, confundida. Se sentía como una niña que no sabía que tenía que hacer. - ¿Qué hacemos Jonah?

Intentó incorporarse de golpe pero el dolor le volvió a tumbar: Joder, duelo un huevo ¿Jean se salvó? No pude sujetarle, se me resbaló de las manos. Nuevamente pero muy despacio se enderezó para quedar sentado en el suelo. Miró su costado y vio la camisa desgarrada y un pequeño tubito por el que goteaba algo de sangre; levantó la cara y miró a Dominique a los ojos: Gracias, me has salvado la vida.

El disparo de Gabou resonó en el campanario e impactó de lleno sobre el signo amarillo. La criatura soltó el signo y éste cayó al suelo. Gabou se sorprendió de que el impacto de la bala no hubiera hecho ni una mella en la baratija que reposaba en el suelo ardiente de poder.

Pero, por un instante, la criatura que parecía avanzar por el portal se detuvo. El gul de la túnica amarilla miró a Gabou con desprecio y lanzó un grito atronador que resonó en los oídos de los agentes¹. Inmediatamente después, la criatura se lanzó al portal y los tentáculos se cerraron contra ella constriñendo sus huesos hasta hacerlos crujir sonoramente hasta devorarla.

Y la criatura tentacular volvió a extender sus brazos para continuar avanzando a través del portal. Tanto que el grupo pudo ver el gigantesco pico donde todavía estaba clavada una de las piernas del gul de la túnica amarilla. La criatura prácticamente había cruzado el portal. Se acababa el tiempo².

Hékate cayó al suelo. Ni siquiera vió lo que le golpeó. Mientras caía estiraba una mano a Gabou implorando ayuda. 

Con sus últimas fuerzas gritó entrecortadamente. 

-El...símbolo...arcano. No puedo...

Dominique subía las escaleras a toda prisa. Jonah, pese a haber salvado la vida, no estaba en condiciones de combatir a los sectarios, ella tampoco, estaba más cerca de la muerte que de la vida, pero un extraño sentimiento de responsabilidad le embargo nada más escuchar el atronador grito de quien sabe que. No podía pedirle al informático que la siguiera, pero no por ello se iba a quedar de brazos cruzados.

Por ello, sin más, comenzó a subir las escaleras a la carrera. Debía llegar a lo alto del campanario cuanto antes y tratar de... de hacer algo. ¡Vete tú a saber que podía hacer ella! Pero lo que tenía claro era que no iba a dejar en la estacada a Gabou y a Hékate. Eso si que lo tenía claro. Y corrió hasta casi sacar el corazón por la boca y entonces vio algo que casi no podía creer. Si lo creía era porque tenía fe ciega en su vista y en el óptico que había graduado sus gafas, pero ciertamente, lo que tenía frente a ella, era... difícil de asimilar cuanto menos.

Una especie de portal dimensional y unos tentáculos que parecían querer abandonarlo centraron toda su atención de un primer golpe. Vio a Hékate en el suelo, se la veía mal y a punto de desfallecer y entones dijo algo. "El símbolo Arcano" ¿Qué quería decir con ello? No tenía ni la más remota idea. ¿A qué se refería? Entonces vio aquel extraño símbolo en el suelo. El signo amarillo. ¿Se referiría a ello Hékate? Podía ser...

Dominique corrió hasta donde se encontraba el símbolo, se lanzó al suelo, rodó sobre el mismo evitando varios tentáculos y se hizo con aquello justo antes de ponerse de nuevo en pie y acercarse a un lateral del campanario, a salvo al menos a propiri, de sectarios y tentáculos. Entonces sacó el símbolo por una de las ventanas extendiendo su brazo todo lo que pudo.

- ¿Necesitáis ésto, capullos? - Les preguntó en tono amenazante. - ¿Y si lo suelto y se estrella contra el suelo rompiéndose en mil pedazos? - Esperaba que los sectarios reaccionaran con temor. Era lo único que le podía indicar que hacer, pues si solo uno de ellos se acercaba hacia ella rogando por que le devolviera aquel extraño símbolo, inmediatamente abriría la mano y lo dejaría caer rezando para que una vez golepara contra el suelo se rompiera y el ritual se interrumpiera.

Vio partir a Dominique, por un momento se quedó sentado intentando tomar aire e incluso llegó a pensar que poco más podía hacer: se había estrellado con un vagón de metro por intentar salvar a sus compañeros, casi se había caído por la ventana, se había perforado el pulmón al intentar salvar a Jean,....pero todo había sido casi, no había podido parar el tren, no había podido sujetar a Jean, ni si quiera se había muerto. Con desgana se puso de pie y una punzada de dolor se le clavó en el pecho, levantó el brazo derecho y se apoyó en la pared cuando se bamboleó. Se paró y cambió el bolso con el portátil de lado para que no se apoyara en la herida, respiró despacio, cogió fuerzas y dio un paso hacia las escaleras que ascendían al campanario; otro paso, otro y otro más le llevaran hasta los escalones.

Apuntó con la linterna del móvil y suspiró mientras iba ascendiendo de lado a lado como un zombie de película: Tranquilos, que ya llego.

El aullido fue demasiado para Gabou. Llevandose las manos a los oidos, el detective cayo de rodilla cerrando los ojos con fuerza.

Sentia como si su cuerpo estuviera dando bandazos por lugares frios, viscosos, llenos de bandas de musica que tocaban melodias disonantes todas a la vez, donde nevaban insectos de especies desconocidas y el cielo parpadeaba entre colores imposibles. O algo parecido.

La Desert Eagle cayo entre sus rodillas.

Dominique había subido a toda velocidad ante los atentos ojos de sus compañeros. Gabou apretaba sus oídos mientras veía como la doctora lo arriesgaba todo por coger ese signo amarillo.

Cuando lo cogió, estaba muy caliente. Pero al sacarlo de ese dibujo en el suelo contorneado por la sangre del gul, comenzó a enfriarse rápidamente. La criatura que pugnaba por entrar a nuestro mundo sufrió una sacudida que tiro de ella hacia el interior del portal. Pero la criatura se resistía. En un alarde de resistencia la criatura lanzó un tentáculo hacia Hékate y la agarró del tobillo acercándola hacia el pentáculo de sangre.

Los sectarios se arrojaron sobre Hékate para sujetarla sobre el pentáculo mientras uno de ellos cogía una daga de su cintura y la elevaba sobre la médium.

Mientras, Mace se acercó hacia Dominique apuntando su pistola hacia ella.

—Devuelve el artefacto —le gritó—. No sabes lo que puedes hacer con él. ¡Conseguirás empeorarlo todo!

A su lado, Joseph se acercaba despacio a Dominique.

Sacrificios.

En las largas horas estudiando informes dispersos y contradictorios sobre cultos, dioses extraños y artefactos malditos, Gabou habia visto una insana tendencia a las ofrendas de sangre. Por la causa que fuera, los seres de otros mundos requerian o encontraban agradable que les liquidaran a unos cuantos desdichados a cambio de manifestarse, un poco como en uno de esos restaurantes donde elegias la langosta que te querias comer. 

En el aqui y ahora, parecia que el ritual estaba a punto de echarse a perder y que el Equipo Amarillo pretendia parchearlo con las tripas de la medium del Equipo Lambda. 

No si Gabou estaba alli para impedirlo. El horror de los tentaculos estaba definitivamente fuera de sus posibilidades pero sus seguidores terrenales tenian dientes que se podian saltar, meñiques que se podian romper y ojos en los que clavar dedos.

-iSoltadla, hijos de puta!

Mientras se lanzaba a por ellos, Jean notaba que le pitaban los oidos, le lloraban los ojos y tenia la boca pastosa. Un dolor agudo e irregular le martilleaba la frente como si un equipo de mineros estuvieran cavando galerias en su cerebro.

El sectario con gafas se llevo la primera torta: de una patada en los riñones, el hombrecayo de rodillas. El del cuchillo perdio el aire al llevarse un directo en el estomago.

Gabou aferro la pierna de Hekate y se dispuso a echarle un pulso a la Eternidad con tal de salvar a su compañera.

- Oh... Si... Enseguida... - Respondió la forense que había perdido el miedo, quizás fruto de la adrenalina segregada o puede que se debiera al no tener ya nada más que perder ante las perspectivas de muerte o muerte terrible. - ¡Ups! - Exclamó nada más soltar el símbolo amarillo, el cual empezó a caer desde lo alto del campanario. - ¡Que torpe!

Justo tras decir aquello, su rostro se transformó y saltó sobre Mace sin temor a ser objeto de un disparo. Se movió de forma rápida y decidida y se plantó frente a la agente en un abrir y cerrar de ojos. Mace sorprendida ante los acontecimientos que se estaban desarrollando frente a ella, no pudo actuar con la suficiente diligencia para evitar la embestida de la doctora, que le hizo perder el equilibrio y se precipitóh hacia aquellos tentáculos procedentes de otra dimensión.

Por fin llegó a lo alto de la escalera, los sonidos que había ido escuchando a lo largo de la ascensión no le terminaron de preparar para lo que se encontró al llegar a lo alto del campanario. Mace apuntando a Dominique, Hékate inconsciente siendo sujetada por varios seres mientras otro intentaba calvarle una daga y una especie de portal dimensional desde el que surgían tentáculos de varios metros de largo.

Como otras veces, sólo pensó en salvar a sus compañeros y haciendo un doloroso esfuerzo esprintó contra los captores de Hékate con el fin de sacarlos del círculo trazado o al menos derribarlos y que soltaran a su compañera. Quizás porque no le esperaban o quizás por la rabia contenida debido a la frustración que sentía, esta vez Jonah consiguió lo que se proponía y empujó a uno de los seres fuera del círculo. La cabeza, el pecho y los brazos de Hékate salieron de la zona de peligro pero el impulso dejó a Jonah sin resuello que sin darse cuenta estaba apoyando los brazos en uno de los tentáculos mientras intentaba respirar de nuevo.

Dominique rodaba por el suelo junto con Mace que había caído desequilibrada por la embestida de la doctora. Pronto, ambas mujeres se encontraban al lado de la boca abierta de aquel portal de energía.

Mientras, Gabou sujetó fuertemente la pierna de Hékate que no parecía reaccionar al entorno, pero aquella energía que fluctuaba alrededor del portal dejó anonadado al agente que no pudo más que sujetar a su compañera mientras veía el mas allá se dibujaba a través del portal. Pero también vio otra cosa, antes de que Jonah cargase contra uno de los sectarios para sacarlo fuera del círculo, ese Rey de Amarillo que quería colonizar la tierra ahora se veía atorado en el portal que perdía energía por momentos.

Y fue en ese instante cuando por fin Dominique se desembarazó de Mace y la empujó al centro del pico de aquella criatura que por fin cedió en su empeño de avanzar. Gabou cayó hacia atrás sujeto al cuerpo de Hétake que balbuceaba al filo de la inconsciencia. Había sufrido un fuerte golpe y necesitaba atención médica.

Cuando el cuerpo de Mace impactó sobre la criatura, ésta retrocedió y el portal implosionó como si lo único que lo mantuviera abierto fuera el gigantesco cuerpo de la criatura.

Por un momento todo se volvió blanco. Un minuto después, los ojos del equipo Lambda se acomodaron tras el fogonazo de luz producido por el portal. Junto a la ventana, un enfurecido Joseph de la Bastogne trataba de buscar ese artefacto de poder que Dominique había tirado. Cerca de la pared, uno de los sectarios todavía se frotaba los ojos. A un lado, Gabou sujetaba todavía el cuerpo cada vez más exiguo de Hékate. Y sobre el dibujo ensangrentado del suelo, permanecían confundidos Jonah y Dominique.

—¿Qué habéis hecho desgraciados? —gritó Joseph girándose para mirarlos fijamente.

La cara del anticuario estaba completamente desencajada y tenía levantado el dedo índice señalando al lugar donde hacía unos segundos estaba el portal.

-Lacroix, mierda, iLacroix!-Gabou agitaba desesperado el cuerpo de su compañera-iCourt! iCourt, aqui, deprisa!

En realidad, intentaba distraer su mente para no pensar en lo que habia visto mas alla del portal. Sentia que no volveria a dormir bien durante muchas noches. Su campo de vision estaba saturado de lucecitas extrañas que se movian de forma totalmente erratica.

Costaba pensar en aquello como en una victoria pero los enemigos contra los que se enfrentaban eran demasiado abrumadores para que fuera de otra manera. Le dolia todo el cuerpo de cuando se habia caido por el hueco de la escalera. Le dolia la cabeza de las cosas que habia visto y que sabia que no podria olvidar.

No tenia fuerzas para levantarse pero el anticuario tenia todavia que responder a muchas preguntas. Muy lentamente, se llevo un palillo a la boca.

-Estas detenido, de la Bastogne-dijo friamente llevandose la mano a la pistolera del sobaco-Puedes salir de aqui esposado o en una bolsa de cadaveres. Tenemos a una forense aqui de modo que a mi me da igual. Tu eliges.

Por supuesto, era un farol: la pistola estaba tirada en la puerta del campanario pero era probable que nadie lo hubiese notado.

¿Había sido ella? Realmente había logrado detener el ritual gracias a su... Bueno, gracias a lo que fuera que hubiera hecho. Había sido todo muy confuso y había actuado principalmente por instinto. Realmente no sabía muy bien que había pasado. Había tirado el símbolo y se había tirado sobre Mace y ahora ya no había portal.

- ¡Joder! ¡Jooooder! - No era el típico joder de "mierda voy a morir", ese joder era un joder diferente, era un joder de júbilo. Nunca se hubiera creído capaz de lo que había hecho y entonces...

Entonces el gritó de Gabou le sacó de sus ensoñaciones. Hékate estaba en problemas. La médium había sufrido mucho daño y estaba en las últimas. Era su momento de actuar. Tenía que volver a hacerlo. Había salvado a Jonah, el mundo y ahora tenía que salvar a Hékate.

- ¡Si, enseguida, voy! - Dijo y sin más corrió junto a si compañera. 

Se tumbó junto a Hékate. No respiraba. No tenía pulso. Tenía un fuerte golpe en la cabeza. Tenía que llevarla a un hospital. Podía tener una hemorragia interna. Pero antes... Antes tenía que recuperar el pulso y la respiración. Si no lo lograba, por mucho hospital al que la llevaran estaría muerta igual. Inmediatamente comenzó con las maniobras de resucitación cardiopulmonar. Dos insuflaciones y treinta compresiones. Si, eso era lo que tenía que hacer y eso es lo.que hizo.