Partida Rol por web

El grito de la criatura se metió en su cabeza y le taladró el oído llegando al cerebro; no sólo fue el sonido en sí, la onda sonora parecía haber tomado forma física y haber golpeado sus receptores nueronales provocando un cortocircuito.....¡No podía moverse! Comenzó a sudar y a sentir una tensión muscular como el que intenta salir de un enterramiento en vida, los ojos parecía que se iban a salir de las órbitas por el esfuerzo y sintió calambres en las piernas al intentar moverlas con toda su fuerza de voluntad pero no avanzaron ni un milímetro.

Su ya dañada resolución volvió a venirse abajo, ni si quiera pudo gritar y pensó que era un final horrible.

Aquel tipo apestaba a sepulcro y a moho pero era lo de menos. Mientras los dos cuerpos rodaban por el suelo levantaban una nube de polvo y porqueria. Resultaba sorprendente que no limpiaran mas a menudo aquella parte de la catedral: maldicion, aunque fuera un nido de sectarios tambien era un reclamo turistico.

Gabou apretaba los dientes mientras notaba que se le tensaban las sienes. No podia ignorar los ojillos animales, la piel correosa y los colmillos sucios de aquel tipo. Penso que, si conseguian un especimen, le diria a Court que lo abriera en canal para ver como estaba hecho por dentro. Si salian de aquella.

Chocaron contra la pared y se separaron. El goul estaba ligeramente aturdido y Gabou aprovecho para cogerlo del cuello y estrellarlo contra la pared. Intento aplicarle un rodillazo en la entrepierna pero el condenado se movio no se como y lo unico que logro fue darle de costado con escaso efecto. Desesperado, el detective empujo a la bestia contra la barandilla de las escaleras pero la criatura se detuvo justo en el borde con un gruñido...

Dominique Court sintió como aquellos colmillos se clavaban en su piel. El dolor fue intenso, pero logró sobreponerse. Se sentía mareada, sin fuerza y al borde de la muerte. Lo que si tenía claro era que no quería morir. - ¡Joder! - Gruñó con los ojos llorosos. - ¡Vámonos de aquí! Dominique estaba terriblemente asustada. Se veía al borde de la muerte. Sabía que a la mínima su vida se apagaría y ella no había ido allí a morir. Tenía que escapar. Daba igual lo que cojones quisiera que estuvieran haciendo aquellos sectarios. La forense golpeó con el pie al ghoul que le estaba mordiendo y se deshizo de este. Inmediatamente salió corriendo por allí por dónde había venido escaleras abajo. Le daba igual ya todo. Solo quería ver un nuevo amanecer.

Hékate tropezó con su hombro izquierdo contra uno de los zombies que trastablilleó *quedando vulnerable al ataque de sus compañeros*.

Su carrera la llevó hasta el campanario donde oculta en un rincón permaneció atenta a lo que sucedía ¿Un ritual?¿Capas amarillas?¿Sería verdad que intentaban traer a la tierra al Rey Amarillo?

Se fijó detenidamente en el ritual. ¿Sería un ritual de invocación?¿Sentía algún flujo mágico en la zona?¿Sentía la presencia de espíritus cercanos?¿Alguno semejante a la presencia del apartamento?

Eran dudas que asaltaban la cabeza de la mujer. Se concentró para buscar una por una, respuesta a todas ellas. 

Hékate estaba segura: era un ritual de invocación. Las corrientes de energía se arremolinaban en torno a la figura de aquella criatura de la túnica amarilla. Casi traslucía la imagen de otro lugar a través se esa energía.

El resto de los encapuchado hablaban entre ellos y vigilaban alrededor.

Dominique se giró para huir de ese lugar y, al girarse para volver a la escalera, solo vio la negrura de la noche devorando cada uno de los peldaños de la escalera. La luna había sido completamente engullida y no había más luz que la que proyectaba el teléfono de la doctora.

La campana paró de tañer y, en ese mismo instante, todos pudieron notar una concentración de energía sobre el campanario que silenció por completo los gruñidos de las criaturas que se giraron hacia la puerta y comenzaron a correr hacia allí.

En un rincón, Gabou forcejeaba con aquel espantoso ser. Parecía que el veterano agente lo tenía a su merced, pero aquella criatura era duras de pelar y todavía se retorcía.

En el centro de la acción, Jonah sacudía su cabeza recuperando algo de su iniciativa.

La oscuridad lo envolvio todo repentinamente como un sudario sofocante. Gabou tenia los ojos fijos en el punto donde sabia que estaba la criatura. Tenia que actuar de forma decisiva y rapida: no le gustaba la idea de estar a oscuras (¿donde diablos habia puesto la linterna?) con aquellos bichos. Mejor adelantar el marcador.

Dio una rapida carrera de cinco zancadas embistiendo como un toro. Choco contra el maloliente ser en la oscuridad con una mezcla de asco y alivio por no haber seguido corriendo hacia el hueco de las escaleras por su cuenta. El ser era solido como una pared de ladrillos pero se encontraba justo en el lugar preciso. La barandilla crujio y se hizo pedazos bajo su peso y el gul cayo hacia la oscuridad con un aullido.

Gabou suspiro de alivio durante casi medio segundo antes de notar que la garra del monstruo estaba enganchada a su gabardina. Con el impulso de la carrera, tambien se encontraba en una posicion muy precaria y el corazon le dio un vuelco al notar como se precipitaba hacia las tinieblas...

Hékate permeneció escondida, intentando buscar el sitio desde el cual las criaturas tuvieran más puntos ciegos para poder descubrirla, Mientras, se concentraba para dificultar el ritual al menos, intentando cerrar el campo telúrico que separa esta realidad de aquella otra de la que vendría la supuesta invocación."El Rey Amarillo..." 

Los seres salieron corriendo en cuanto la campana dejó de sonar; Jonah comenzó a respirar de nuevo ¿cuándo había dejado de hacerlo? y a tomar consciencia de dónde estaba. Recogió el móvil que al apuntar hacia el suelo sólo brillaba levemente y en ese momento escuchó pasos, un golpe y un aullido...asustado se volvió apuntando con la luz y vio a Jean lanzando al vacío a uno de los atacantes pero el bicho le agarró la gabardina.

Se levantó de un salto y corrió a sujetar a sus compañero pero la gabardina resbaló por su mano ¿También tendría que cargar con la muerte de un compañero?

La negrura de la noche y el resonar de las campanas volvieron a paralizar a la forense. Estaban siendo engullidos por la oscuridad más profunda de la que nunca antes había sido testigo. El teléfono alumbraba de forma tenue, pero Dominique no de atrevió a seguir bajando.

- Parce que se han callado... - Dijo Court y entonces Jean y uno de los ghuls cayeron hacia el vacío. - ¡Gabou! - Gritó.

Vio como Jonah trataba de agarrar a Jean. Por un momento consiguió en que logrará evitar su caída, pero aunque llegó a tocar al agente, finalmente se le escapó de entre las manos. El resultado era obvio. Su compañero iba a... Morir...

Jonah se abalanzó para agarrar la gabardina de Gabou pero sintió un dolor punzante a la altura de las costillas. Se había clavado un saliente de la barandilla y eso le hizo soltar la gabardina de su compañero, que se escurrió entre sus dedos.

Gabou cayó en la oscuridad junto con la criatura. Solo podía ver el brillo de los ojos del gul que caía junto a él cuando, de repente, sintió un golpe contra el costado. Se había dado con un saliente de piedra de la muralla de Notre Dame. La criatura trató de agarrarse al saliente con sus uñas afiladas pero no tuvo tanta suerte como el agente.

Mientras tanto Dominique se echó las manos a los oídos. Un pitido incesante le hizo arrugar el ceño y una presión en la sien la mantenía incómoda. Instantes después, Jean y Jonah comenzaron a sentir lo mismo.

Hékate trató de pasar desapercibida pero su mirada estaba absorta en el portal que se estaba creando. Por un momento le pareció ver como un par de tentáculos violáceos asomaban por él pero una voz interrumpió su mirada al portal.

—Son ellos —dijo la inspectora Mace vestida con la túnica amarilla. Junto a ella, el anticuario daba órdenes al resto de sectarios para que se fueran a proteger el portal. Mace y de la Bastogne se acercaron a Hékate.

—Ya es tarde... está hecho muchacha —dijo Joseph de la Bastogne mientras Mace apuntaba a Hékate con una pistola—. Únete y disfruta de la llegada del Rey.

La oscuridad que ocultaba los escalones que descendían desde el campanario hacia la zona baja de la catedral, los habían oscurecido por completo. Eso bastó para que Dominique se replanteara la idea de marcharse. No saber que podía encontrar en aquella densa oscuridad le aterraba casi más que permanecer en el lugar donde ahora se encontraba. Por suerte, allí ya no había ghuls y estaba rodeada de compañeros. 

- ¡Jean! - Corrió hacia el abismo por donde Gabou había caído y con sumo cuidad miró hacia abajo. - ¡Jean! - Milagrosamente estaba bien, había quedado atrapado en un saliente de la fachada. Al menos se había precipitado contra el suelo. Eso le habría matado sin duda alguna. - ¿Estás bien, Jean? - La preguntó.

Automáticamente la doctora empezó a buscar algo en la sala que pudiera servirle para lanzar a su compañero y ayudarle a subir. Por desgracia allí no había nada parecido a una cuerda. Lo cierto era que Court no tenía ni la más remota idea de como subir a Gabou.

- ¿Qué hacemos? - Les preguntó a Hékate y a Jonah.

Hékate no cabía en sí de asombro. Sentía una fuerza oscura brotando del portal, como si fuera un aviso; una reminiscencia de lo que trae tras de sí. Percibirla provocaba en ella sentimientos encontrados; su poder resultaba embriagador a la vez que terrorífico. Pero aquella gente se había dejado seducir por él sin importar las consecuencias. 

Sin sus compañeros se sentía impotente para enfrentarse a aquella panda de locos. Quizá pudiera cerrar el portal...si pudiera concentrarse. Pero le apuntaban con una pistola.

-No...sabéis lo que estáis haciendo-dijo Hékate intentando hacerles entrar en razón, a sabiendas de que no iba a tener éxito-He estado en el piso de Gallé y he contactado con esa criatura que servía al signo amarillo...o que se servía de él ¿Qué os hace pensar que podréis dominar una fuerza de semejante poder una vez hayáis finalizado la invocación?

Claro que, pensó para sí, lo mismo se trataba de una panda de nihilistas y el controlar a esa criatura no entraba dentro de sus planes.

Jonah se abalanzó tan fuerte a por Jean que no pensó en su propia seguridad, el golpe en las costillas le hizo soltar a su compañero y pensó que había dejado que muriera pero tras él llegó Dominique gritando..algo sobre Jean...buscar algo....no llegó a saber qué era exactamente, de repente perdió la conciencia y cayó al suelo; su camisa comenzó a mostrar una gran mancha de sangre. Al parecer se había roto una costilla y se le estaba clavando en el pulmón.

Cuando el saliente detuvo su caida, lo primero que penso Gabou fue que habria preferido seguir cayendo. Se quedo sin respiracion, oyo su gabardina rasgarse, noto su movil quebrarse y noto como el gul se perdia en las tinieblas de la catedral. Tardo varios segundos en dares cuenta de que no estaba respirando y solo cuando se rompio una uña sobre el saliente de piedra recupero la consciencia de la situacion: estaba tumbado de lado sobre su estomago en un saliente (una gargola, un arquitrabe... lo que fuese). Le dolia todo.

Parpadeo en las tinieblas moviendo las piernas en el vacio. Tenia la vaga impresion de que habia oido dos impactos alla abajo. Lo atribuyo al aturdimiento y recupero la compostura rapidamente. Ignorando el dolor de sus numerosas heridas, Jean Gabou se incorporo sobre el saliente, alargo los brazos hasta la escalera y se encaramo con agilidad felina. Volvio rapidamente hasta el lugar de la pelea para encontrar a Dominique lloriqueando medio histerica.

-Calma, estoy bien-dijo como si fuera lo mas natural del mundo. La verdad es que no le vendria mal un descanso-¿Donde esta Jonah? ¿Ha entrado con Hekate?

¿Dónde estaba Jonah? Esa era una buena pregunta. Dominique miró a su alrededor y lo localizó. Allí se encontraba el informático, estirado en el suelo y perdiendo la vida por momentos. Dominique se sobresaltó. Estaba acostumbrada a tratar con muertos, pero no tanto con moribundos y en esos momentos Jonah lo estaba. Necesitaba urgentemente ser atendido por un médico y ella lo era.

- ¡Jonah! - Exclamó corriendo hacia él. Se agachó a su lado y lo examinó por encima. Le costaba respirar y tenía una aparatosa herida a la altura del pulmón. - Jean, tiene un neumotorax. Si no le atiendo morirá en pocos minutos. Ves con Hékate. Está sola allí arriba.

Tenía que descomprimir el tórax. Para ello necesitaba colocar un drenaje o la simple aspiración a través de una aguja de cierto calibre. Allí no tenía instrumental médico, pero tenía una pluma... Agarró aquel instrumento, no iba a ser limpio. Podía infectarse, pero era la única forma de salvarle la vida. Sacó la vaina que contenía la tinta, buscó el punto exacto en el pecho y con fuerza clavó la pluma atravesando la piel. 

Abrió los ojos. La herida le había salpicado de sangre. Pero la pluma parecía estar en el sitio adecuado. Se agachó y escuchó el pecho del paciente. Empezaba a descomprimir. Jonah empezaba a aliviar la presión de su pulmón y empezaba a respirar con normalidad.

-Tranquila, yo me ocupo.

Gabou palpo el suelo junto a la pared y suspiro aliviado al encontrar la empuñadura de su pistola. Echo a correr hacia la entrada al campanario pero se detuvo en seco. Se palpo un bolsillo de la gabardina. Suspiro de nuevo al agarrar el cargador de repuesto.

Cargo la pistola antes de entrar como una exhalacion en el campanario:

-iQue no se mueva...!

Oh, joder.

Gabou entro como una exhalacion pistola en mano en el campanario:

-iQue no se mueva...!

Joseph sonrió ante el intento de persuasión de Hékate.

—¿Dominarlo? No sabes lo que dices. Es él el que tiene que dominar... a todos nosotros.

Ambos sectarios se rieron a carcajadas y Mace avanzó un par de pasos hacia Hékate con la pistola todavía apuntándola.

—Si no quieres participar, lárgate antes de que me arrepienta¹