Partida Rol por web

"...Tan solo el firmamento y las estrellas pueden conocer la verdad del rumbo de la vida de nuestros protagonistas pues se han unido caminos que solo separara el Destino..."

Los ruidos de la noche ponen fin a un dia de descanso fingido y reponer fuerzas mientras la luz muere para dejar entreveer desde la distancia como el pueblo, sumido en la mas absoluta y extraña tranquilidad, parece esperar paciente a que algo le despierte y en el embarcadero varios barcos de diversos tamaños siguen amarrados a el con el pequeño ajetreo de la gente de mar que se prepara para descansar tras un dia de trabajo agotador.

Desde su escondrijo, Julián no le quita ojo al embarcadero y a la mar a la que se van a enfrentar. Memoriza los movimientos y maniobras de los pescadores, rezando por poder ser capaz de reproducirlos una vez estén ellos mismos inmersos en ese aparente caos de cabos y velas.

-Soy un hombre de secano... - parece protestar mientras observa atento. - Pero no nos podemos fiar de esta gente. Espero que el océano sea benevolente con nosotros esta noche.

No es sino hasta que la soledad se adueña del lugar cuando hace ademán de descender hacia la orilla.

-Así lo espero yo también -dice respondiendo a las palabras de Julián.

-Espera-. Antes de salir de su escondite, Marie observa detenidamente el camino que conduce hasta el embarcadero. Se fija en posibles lugares para esconderse, sombras, arbustos... incluso mira hacia los tejados por si hubiera alguién en las alturas. -No me fio de este lugar. Tal vez hayan apostado guardias que vigilen en la noche. Saben que no hemos salido de la isla aún y pueden estar esperándonos en cualquier esquina.

El pequeño ajetreo de los marineros no parece nada que deba preocuparos puesto que sin duda no se alarmaran por vuestrra presencia alli. Ademas encontrais con vuestra inspeccion varios bultos, cajas y lugares de camino al muelle donde poder esconderos y el vistazo de Marie parece no haber revelado ninguna extraña sombra o persona acechandoos.

TRas estos momentos de precaucion decidis encaminaros desde vuestro lejano parapeto hacia vuestro objetivo principal, abandonar la isla, dirigiendoos por la arena hasta el comienzo de las casas que conllevan por la calle hasta el muelle donde varios navios de diferente tamaño (aunque ninguno como el crucero que os "trajo" hasta aqui) que se encuentran amarrados con el vaiven de las olas meciendolos.

Os parapetais, avanzais, os ocultais entre las sombras... los sonidos os hacen moveros con rapiedez, agudizar los oidos y encontraros mas paranoicos de lo normal pero parece que nadie mas os esta vigilando ni se percata de vosotros. Finalmente llegais al embarcadero y veis como los marinos terminan sus faenas y comienzan a marcharse mientras alguno de ellos pasa cerca de vosotros e incluso os mira (sin saber exactamente si ha reparado en vosotros) y contiua su paso.

Amarrados en el muelle veis varios barcos pesqueros, botes y un barco mayor que mantiene gran cantidad de luz en su cubierta.

El barco es un navio mayor que el de pescadores, quiza un barco de pasajeros que se mueve entre las islas del archipielago en cuya proa esta escrito el nombre de "Esperanza". Aun que mantiene varios faroles encendidos en el parece que los tripulantes del mismo se encuentran descansando apaciblemente.

De repente escuchais tras de vosotros, al fondo de la calle por la que habeis venido, el ruido de caballos al acercarse...

-Creo que nos irá mejor como polizones que como marinos aficionados. - Julián se mira la ropa con cara de fastidio - Lástima que no tengamos a mano nada apropiado con lo que vestirnos. Con un poco de labia y donaire podríamos pasearnos por todo el barco sin que nadie se atreviese a cuestionar si tenemos pasaje o no. - añade echando a andar con precaución hacia el navío, intentando aprovechar las sombras para no ser visto por los jinetes.

-Podemos escondernos, y si alguien nos descubre, siempre podemos hacer uso de esa labia y donaire como si nada pasase -responde la mujer poco confiada de que eso funcionase, y rogando que no tuvieran que necesitar nada de eso-. Vayamos cuanto antes.

El ruido de cabalos había alterado un poco a Marie, que ahora volvía a mostrarse nerviosa, inquieta.

Cuando comienzas a dirigirte hacia el barco recuerdas las palabras del difunto doctor que te susurro en las celdas antes de morir.

"Esperanza"

Ahora ves claro que se referia a este navio en sus ultimas fuerzas.

Avanzais hacia el navio con presteza y por un momento Marie parece detenerse pensativa. Con el fuerte sonido de los cascos de los caballos sobre el adoquinado suelo apresurais vuestro paso y llegais a el para subir a este con facilidad por una pequeña pasarela de madera que aun tiene colocada hasta la cubierta.

Nada mas llegar arriba veis que se trata de algun tipo de barco "privado", pequeño pero lo suficientemente grande para que puedan navegar en el una treintena de pasajeros. La cubierta esta vacia excepto por un hombre que os da la espalda a una decena de metros colocando una soga cerca de la entrada al interior del barco por una de sus puertas de hierro.

En la cubierta solo podeis esconderos tras los aparejos y cajas que estan apiladas por alli.

Julián echa un vistazo rápido para encontrar otra entrada, pues ve muy arriesgado intentar pasar a hurtadillas junto al marinero.

-Hay que abandonar la cubierta cuanto antes y escondernos en un camarote o en las bodegas- susurra.

-Es aquí, este es nuestro barco -susurra al caballero un nuevo brillo en sus ojos, pero sin darle más explicaciones.

-Escondámonos hasta que podamos entrar con seguridad -le dice en voz baja señalando las cajas y demás trastos amontonados.

Os escondeis tras las cajas amontonadas en uno de los laterales de la proa mientras el marinero termina de realizar sus tareas cuando el ruido de los caballos os indican que se paran cerca de la pasarela del mismo.

- Eh!! alli arriba!! - gritan los pistoleros mas abajo.

El marinero parece un hombre ya un tanto mayor y, por su aspecto, cansado que se mueve despacio hacia el final del barco para ver a las personas que arman tanto alboroto sin decir palabra alguna aun.

- Eh, viejo, ha visto a alguien extraño merodeando por aqui? mala gente, ya sabe, rateros que buscan el beneficio rapido y no les importa cortar gargantas...

El hombre parece mirarles sin mucho ademan de nada moviendo la cabeza con gesto negativo y luego se gira para volver a sus tareas sin que apenas os de tiempo a pensar en escabulliros hasta la entrada del barco.

- Maldito viejo!! como subamos te vas a enterar de lo que es educacion!!

Tras unos gritos de mas finalmente los pistoleros se alejan en sus monturas y el hombre continua sus quehaceres.

- Ya pueden salir de entre esas cajas... se han ido.

Habla sin miraros mientras continua anudando la soga.

-Un barco llamado "Esperanza", un desconocido benefactor...Demasiado bonito. Demasiado fácil. - musita Julián, dejando como última posibilidad que, simple y llanamente, su suerte esté comenzando a cambiar.

-¿No teme que esos jinetes puedan estar en lo cierto y seamos...cómo fueron sus palabras...rateros y cortagargantas? - pregunta al marinero sin alzar mucho la voz ni abandonar la seguridad de las sombras que hay tras las cajas. - En cualquier caso, podemos pagar por el derecho a viajar en este navío, aunque nuestra entrada no haya sido muy ortodoxa.

El caballero cuida la forma en que pronuncia cada palabra, asegurándose de que quede patente su educación, no vaya a ser que el viejo decida a última hora que sí podrían ser unos simples ladrones.

Cita:

Marie aprieta el brazo de Julián cuando escucha al marinero. Qué, cómo, por qué... Eran demasiadas preguntas.

-Gracias -musita la mujer asomandose ligeramente sobre las cajas. Lo justo para poder ver al hombre con sus cuerdas-. Podríamos pagar o realizar algunas tareas... -dice continuando la última frase de Julián.

Sonrie mientras se gira y os mira como quien reconoce a la gentuza nada mas verla.

- Si lo fuerais no estariamos teniendo esta conversacion, no creeis? Pasad al interior antes de que cambie de idea y hablemos...

Os invita a pasar dentro haciendolo el primero. Cuando entrais por la puerta de metal os dais cuenta del pequeño camarote donde os encontrais y que conduce arriba o abajo dependiendo si se desea subir al puente de control del barco o a los camarotes.

- Decidme que os ha traido hasta aqui y por que deberia llevaros en mi barco?

-Nuestro barco naufragó cerca de estas costas. Y en cuanto a la segunda pregunta, porque si no, no llegaremos vivos a mañana. - sentencia - ¿Es usted de esta isla? La persona que paga a esos pistoleros tiene planes no demasiado honestos para enriquecerse aun más. A nosotros, sus asuntos ni nos van ni nos vienen, allá él con su conciencia, pero hemos tenido la desgracia de descubrirlos accidentalmente y ahora nos quiere silenciar pese a nuestra falta de interés por denunciarlo. No parará hasta matarnos, como ya hizo con un amigo nuestro.

Julián se aclara la garganta antes de seguir.

-Disculpe si no entro en detalles, pero quizá sea mejor para usted no conocerlos. ¿Es suyo el barco o solo trabaja en él? No quisiéramos traerle problemas.

- Mi nombre es Luis Martinez y si, soy el dueño de este barco - parecia sopesar las palabras de Julian mientras os examinaba con los ojos - este navio parte al alba hacia Santa Cruz de Tenerife y luego a la peninsula para hacer negocios alli. No somos muchos en este viejo cascaron pero los suficientes para las tareas que nos ocupan por lo que no veo inconveniente en llevarlos aunque tendremos que esperar a nuestro compañero Pedro que es un medico que siempre nos acompaña para abastecerse de sus necesidades para el pueblo.

Tras sopesar denuevo mentalmente todas las palabras del hombre que tiene delante.

- No creo que el que les quiere ver muertos se atreva a atacarles aqui pues el mismisimo alcalde de la isla nos protege y le interesa nuestra partida asi como sus hombres, que parecen buscarles tambien, no se atreverian a molestarme.