Partida Rol por web

Hope miró espantada al grupo de motoristas y supo que algo iba mal. La heterogeneidad del grupo le daba una clara idea de lo que estaba ocurriendo. Jenny, su mentora, se lo había explicado una vez.

Para que lo entiendas: es como si tu amigo el guitarrista se pusiera hacer el mejor solo de su vida. Es un solo capaz de romper corazones, hacer llorar a los viejos, levantar a una muchedumbre, destrozar cristales, elevar un alma. Es un solo que puede conseguir cualquier cosa que quiera. Pero cuando tensas tanto las cuerdas, cuando pones tanto de ti en el instrumento, te arriesgas a que te dé un tirón en la mano, una descarga eléctrica o que las cuerdas se rompan. Un tirón se puede curar rápido y se evita con la práctica. La descarga eléctrica se puede soportar, aunque también podría freirte. Pero si las cuerdas se rompen, Hope, se acabó. Ya no vas a poder tocar más con esa guitarra... y la audiencia te tomará por un perdedor.

Eso era lo que estaba ocurriendo. Las cuerdas del Tapiz estaban siendo estiradas al máximo. Podrían romperse. Y si se rompían...

-¡Escuchad! -dijo la Cultista en voz alta, a la otra Despertada-. Tenemos que largarnos de aquí o se van a liar. ¡Vamos a sufrir una reacción! ¡Hay que ir a por la chica, aunque sea rodeando a estos tipos!

 Miro a la chica que habló, y luego a la pelirroja. Parecemos los ángeles de Charlie. Una de cada color. Y entonces, les pregunto: Señoritas, tienen transporte? Porque si no, podemos intentar irnos en mi motocicleta. Es suicida, pero creo que no tenemos opción. Estoy de acuerdo, se va a armar la de troya si no nos largamos ya.

La realidad está tan desarmada, que era apenas lógico que estos llegaran. Se habían demorado. Y más nos vale irnos antes de que todo explote. Me corro en el asiento de la moto hacia adelante, por si alguna me hace caso. Y acelero un poco el motor en mi sitio, mientras que empiezo a dar la vuelta y a buscar vías de escape.

El motorista de la escafandra, que miraba a Elizabeth, acaba por ladear la cabeza, como si estuviera extrañado y se aparta, abandonando su insistencia. Se reúne con los otros, que empiezan a dejar el camino libre, sin hacer más ruido que el de los gritos del bárbaro y los motores. La gente, completamente extrañada y asustada, no grita siquiera para pedir ayuda para los heridos.

Ellos dan unas cuantas vueltas alrededor del cruce, rápidas, como revisándolo todo y acaban por disperarse en las cuatro direcciones, desapareciendo por las calles empinadas de San Francisco.

La tensión que parecía estar a punto de romper las hebras del Tapiz aminora enormemente, ahora queda sólo sobre las tres chicas el peso del caos que la chica generó, y parece también estar aminorando poco a poco, no sin dejar en las tres el comienzo de un dolor de cabeza, pulsátil aunque aún no especialmente invalidante, sólo incómodo.

El ruido vuelve, la gente parece salir de su asombro y haber decidido olvidar la profunda rareza de lo que acaba de suceder. Empiezan a sentirse sirenas: ambulancias, policía y un camión de bomberos.

Hope negó con la cabeza a la pregunta de la chica morena.

-No, no tengo, así que gracias por la oferta -dijo sentándose tras ella y sujetándola de la cintura. Miró a la pelirroja. Ir tres en una moto era peligroso, pero más resultaba quedarse-. ¡Ven, vamos! No querrás quedarte aquí mucho más, ¿verdad?

Su cuerpo se relaja, la mano vuelve a poner el seguro de la pistola y sale de detrás de su espalda. Un ligero suspiro se escapa de sus labios. Todo había pasado y no había habido ningún desastre mayor.

Se giro a la chica de la moto y a la chica negra que se acaba de sentar detrás de ella.

- No será necesario, pero gracias igualmente. Parece que ya ha pasado lo más preocupante. – lo cual no deja de guardar cierta ironía viendo el gran accidente que había ocurrido - ¿Tenéis móvil? Estaría bien juntarnos después para buscar a esa chica, por si necesita más ayuda… pero ahora mismo parece haberse librado y yo tengo que ir a por mi Impala y a una cita…

 Giro hacia la pelirroja y le digo: Soy Adriana, mi movil es este -le digo el número-. Yo también tenía una cita, pero me parece que esa chica puede necesitar mucha ayuda, aunque si finalmente no damos con ella, nos reunimos luego y vemos que fue lo que pasó y cómo la buscamos, bien? ten cuidado. Luego me giro y digo a mi compañera de moto: Mira, vamos a tratar de localizarla, pero si no damos con ella, vamos a tener que dejarlo para otro día con más tiempo. Si lo necesitas, te puedo dejar en tu casa o donde sea que quisieras ir. Por ahora sostente y ayudame a ver a donde podría haber ido.

Enciendo la moto, y arranco sin más hacia la catedral, que fue para donde parecía dirigirse la chica. Y encima con dolor de cabeza, no se, pero a esa señora, Madame Cleo, voy a tener que verla un poco tarde.

Tras la despedida, en medio de aquel caos que volvía a crecer por segundos, Adriana y Hope desaparecen en dirección a la Catedral Grace y Lis se dirige a su coche para acudir a la cita a la que intentaba llegar antes del accidente. El sol ya está poniéndose por el horizonte occidental.

Encuentras un hueco para sacar el Impala de todo aquello antes de que la policía te lo impida. Algunas personas te gritan, como si encontraran tremendamente alocado que te alejes del lugar sin más, pero desisten. Hay cosas más importantes que atender. Cuando desapareces, en dirección al muelle de Hyde Street, puedes ver por el retrovisor que te has ido justo a tiempo. Las luces y las sirenas están ya en el cruce.

Tardas unos diez minutos más, y el tráfico parece estar muy tranquilo y fluido fuera del cruce de Taylor y California. Cuando llegas a Hyde Street, sigues conduciendo en dirección al mar, y el sol se pierde ya hasta que el cielo queda de un azul oscuro previo a la noche cerrada que sólo las farolas iluminarán. Llegas al muelle y aparcas en un aparcamiento cercano.

Mapa

Me voy de vacas hasta el día 18. Si es necesario penejotizadme.

Lo siento, Argus, pero es la tercera o cuarta vez que te pegas bastante más del tiempo acordado para postear, y no te estoy pidiendo cosas difíciles. Hay un  jugador esperando por los demás, y siendo ya tantas veces, lo siento pero no creo que debas seguir en la partida.

¿Adriana sigue en el juego?

ahhh por lo visto con esto del cambia de serviudor ha surgido un problema y me lo asignaron al pj nuevamente... disculpa los inconvenientes... que siga bien la partida