Partida Rol por web

cuando la baraonesa me apra, interrumpo mi animada cancion, y pide solo ayuda para curar, paro inmediatamente y hago una inclinacion ante ella - perdone mi señora, no deseaba importunarla, sin embargo el arte de sanar no esta entre mis competencias, pero si la de fruida que nos acompaña ..., si le puedo ser de otra yuda, solo debe pedirlo ... - 

El druida inspecciona a los heridos. Los dos soldados presentan heridas que han sido toscamente tratadas. Kvothe es capaz de sanar y aliviar el dolor del primero, mientras que al segundo le resulta más complicado.

Por otro lado le Sargento Durenn se encuentra estabilizado y febril, pero al estar envenenado y no saber qué tipo de veneno se le ha inoculado, el tiempo podría estar jugando en su contra.

- Durenn fue envenenado con un arma - dice la Baronesa de forma tajante. En ese momento Sir Isteval carraspea y la Baronesa os brinda una sonrisa forzada y su gesto se torna algo más amable. - Empezaré por el principio para poneros en situación - comenta mirando a Sir Isteval y después sigue hablando - Cuando el dragón llegó volando desde la ciénaga y aterrizó en el patio, se presentó como Thoss Fyurnen, el Devorador del Sol, Elegido de Persefone. No sabía que los dragones negros fueran tan dados a los títulos grandilocuentes... En fin, enseguida envié a uno de mis sirviente a Vado de la Daga, para pedir ayuda y después parlamenté con el “reptil.” Este demandó un tributo, el cual proporcioné a condición que dejara la aldea en paz. El dragón estuvo de acuerdo y tras darle aquello que vino a buscar, se fue. Pero el muy traicionero me engañó. Poco después de que abandonara la aldea, una gran fuerza de hombres lagarto atacaron el alcázar por el muro oeste. Los hombres lagarto intentaron escalar los muros, pero mis soldados impidieron que las criaturas pudieran penetrar los muros. No obstante tuvimos varias bajas y mi sargento fue herido con un arma envenenada de esos sucios lagartos.

La guerrera siguió bebiéndose su agua fresca mientras el resto de sus compañeros se presentaban ante la baronesa. Sin embargo, el ambiente solemne fue interrumpido por la alegre canción que se puso a tocar el bardo. Era una tonada muy alegre, que invitaba a bailar y a disfrutar de la vida. Y eso eran cosas que sin duda harían cuando acabaran con aquel dragón.

Así que no le extrañó cuando la baronesa hizo aquella llamada de atención para volver a centrarse en lo importante. Magd se acercó al bardo y le dio una afable palmada en el hombro.

 -Guardad esas canciones para celebrar nuestra victoria, compañero. Será una fiesta digna de verse.

Porque según lo que relataba la Baronesa, no sólo se enfrentaban a un dragón de lengua viperina, sino a un ejército de hombres lagarto devotos de aquel monstruo. Pero daba igual lo que quisiera venirles encima. Se encontrarían son su espada y morirían como perros.

Cuando el druida pidió ayuda para curar a los soldados, la guerrera se acercó de inmediato.

 -Sólo dime qué he de hacer.

Que serviles son todos mis compañeros de aventuras... El pequeño mediano suspiró al ver tanta predisposición por parte de quien formaba aquel grupo improvisado. Puso sus manos en la espalda y empezó a caminar por la estancia. –Poca ayuda os podré dar Maese Druida en relación a la curación de estos nobles soldados pues no tengo atisbo de conocimientos médicos. Sin embargo pedidme lo que necesitéis y trataré de conseguirooslo.– Saru se acercó a un armario donde habían algunas telas. –Tal vez haya por aquí alguna vieja tela que pudiera servirle.

Saru ve brillar algo entre la rendija de un cajón mal cerrado del armario. Mete la mano en busca de cualquier cosa de valor mientras disimula buscar en la parte alta del mueble.

Con la ayuda de Magd y Lideon, Kvothe logra finalmente estabilizar al soldado que le quedaba. Tan solo restaba dar con un antídoto para administrárselo al Sargen Durenn.

Por otra parte, Sir Isteval preguntó a la Baronesa intrigado por el "tributo" que tuvo que pagar al dragón para que dejase en paz la Baronía de Cromm.

- Un altar - responde ella - Una reliquia medio olvidada que habían guardado mis antepasados. Estaba hecho con coral azul, con lados que tenían el aspecto de olas rompiendo. Había estado guardado en los sótanos del alcázar durante años. No sé cómo el dragón sabía de su existencia. Parecía un precio pequeño que pagar por las vidas de mis soldados.

Con gran delicadez y disimulo te echas al bolsillo cinco piezas de cubertería de plata.

Mientras ayudaba al druida con las curas, la guerrera escuchó la conversación entre Sir Isteval y la Baronesa. ¿Un altar? ¿Para qué querría un dragón una cosa como esa? ¿Y por qué habría mandado a sus hombres lagarto si había conseguido lo que quería?

 -A los dragones les gusta coleccionar tesoros. Tal vez el coral azul sea más valioso que el oro y por eso el dragón lo quería. Y quizás mandó a sus hombres lagarto a saquear el alcázar por si había más.

Si uno hacía caso a las leyendas en las que se hablaba de la legendaria codicia de la que hacían gala todos los dragones… Pues no era descabellado pensar algo así.

 -O eso o… Tal vez sea un objeto mágico que el dragón piensa usar para algún fin moralmente reprochable.

La guerrera miró a su compañera Kareen.

 -Sé que vos manejáis las artes arcanas, ¿os suena haber oído hablar de una reliquia como la que nos ha descrito la baronesa?

Que el dragon reclamara una reliquia de coral azul era realmente inquietante, como habia podido saber si existencia ... o lo que era aun peor ... porque no lo habria cojido por si misma ...

- A lo peor de todo ... puede que esa reliquia pudiera defender el castillo de esas criaturas y solo al scarla darle la posibilidad de atacar el castillo ... algo que seria muy logico actuando asi ... pues de seguro que si deseara luchar, lo haria directamente tener que tomar la reliquia desde un principio ..., - acaricio mi mentos y comienzo a pensar en mis conocimientos populares y arcanos, muchos de los cuales obtenidos en mis viajes, cantares y propia experiencia vital ... sobre esa reliquea.

- Me suena de algo esa reliquea .... espera que ponga mis ideas en orden .... -

El Druida logra estabilizar a los 2 heridos, junto con sus compañeros, por lo cuál les agradece con un asentimiento de su cabeza, ahora sólo restaba fabricar el antídoto para el sargento envenenado, lo que implicaba ir en búsqueda de los materiales pues había tenido nula respuesta de sus compañeros y al momento de describir las plantas que le serían de utilidad nadie de la fortaleza pareció reconocerlas

Luego la mención de la reliquia entregada al dragón, gatilló un recuerdo en el Druida, sin dudas había escuchado de una pieza de coral, que encajaba con la descripción que había dado la Baronesa - mmmm, me suena conocido el artefacto que mencionais - al parecer no era el único pues el bardo también parecía tener información acerca de este

Sabía que toda ayuda iba a ser necesaria para ayudar a acabar con el dragón negro y toda la malicia que había traído consigo, por lo que sentía que debía de ayudar al soldado envenenado, al cuál examina, esta vez con más detenimiento, intentando identificar la fuente del veneno, y cuanto tiempo le quedaba de vida, pues aún debía de recolectar las hierbas y fabricar la poción que pudiera salvarle la vida

No existe ninguna historia o leyenda popular que se os venga a la cabeza e incluya un altar de coral. Sin ver el objeto físico no sabríais de qué se trata, y mucho menos, saber si tiene propiedades mágicas.

Tan solo podéis intuir que se trata de un objeto de alto valor económico, aunque sin verlo tampoco podríais afirmar esto. Lo único con lo que podríais relacionar el altar con las olas rompiendo es con el dios menor Leviathan, Señor de los mares y los océanos, patrón de pescadores y marineros. Muy popular en zonas costeras. Y dado que tanto la Baronía de Cromm como Vado de la Daga se encuentran relativamente cerca del mar, no resultaría una idea descabellada que ese altar fuera un símbolo sagrado de dicho dios.

Por otro lado, Kvothe examina una vez más al sargento Durenn. El hombre se encuentra inconsciente pero no parece que su vida corra peligro por ahora. Sería capaz de aguantar con vida uno o dos días, pero no más.

Luego de unos momentos de meditación el Druida le dice al grupo - según la descripción, podría tratarse de un altar al Dios Leviathan, pero no veo el porqué el dragón necesitaría algo así - finaliza dejando la duda en el aire, al momento que se acerca a la puerta.

-Iré en busca de las hierbas necesarias para fabricar el antídoto, tanto para el sargento, como para los que lo puedan necesitar más adelante - dice el dracónico con tono precavido - no creo que sea la última vez que lancen un ataque sobre la Baronía - termina la oración en su mente

- Espero no os importe que vuelva a utilizar la montura que me ha traído hasta acá, y agradecería que alguno de vuestros hombres me acompañase, ya que alguien que conozca la zona me sería de gran ayuda ya que el tiempo apremia - termina su oración, mientras lanza miradas a Sir Isteval y a la Baronesa en espera de una respuesta para poder partir lo antes posible

Poco podía hacer para ayudar a heridos o hombres envenenados, tan solo me quedaba restar en la misma sala que los demás, escuchando las nuevas que se iban sucediendo. 

Sé que vos manejáis las artes arcanas, ¿os suena haber oído hablar de una reliquia como la que nos ha descrito la baronesa?

 - No, lo lamento. Como ha dicho Kvothe se podría relacionar con Leviathan, pero todo no son más que especulaciones me temo.- No compartía mis propias sospechas con el grupo, por lo mismo. Lanzar conjeturas a menudo confundía la mente de la misma verdad por mucho que este se manifestara frente a ti. 

- Del mismo modo creo que no deberíamos dejarle ir solo, aunque parezca algo simple lo de ir a por unas hiervas. No teniendo en cuenta que en esos bosques pueden estar acechando esos hombres lagarto.- Me sorprendí a mi misma con el desinteresado ofrecimiento, no era muy propio de mi. Tal vez el gesto de mis compañeros me estaba hablandando y se me contagiaba su buena voluntad,

La guerrera se golpeó con el puño en el pecho cuando Kareen sugirió servir de escolta al druida.

 -Por supuesto. Será un honor acompañar al noble Kvothe en su búsqueda de hierbas medicinales. Le escoltaremos para que pueda regresar sano y salvo para fabricar ese antídoto.

Y es que Magd de medicina no sabría mucho, pero de guardaespaldas sí que había trabajado más de una vez y conocía el trabajo como la palma de su mano. Si algo intentaba amenazar al dracónido, se las veía con su mandoble.

 -¿Quién más querrá acompañarnos?

La guerrera miró a sus compañeros con los ojos brillando de emoción. Si ya sabía ella que no se había equivocado al elegir ir en compañía de gente tan valiente y noble.

veo los ojos de la guerrera lleno de ilusion .... -Kareen crei que deberiamos acompañarlos tambien ... de seguro encontraremos dragonianos que matar y evitar que ataquen a inicebtes ...-

Sir Isteval y la Baronesa asienten cuando Kvothe se ofrece a ir en busca de unas hierbas medicinales para sanar al sargento Durenn. 

- Adelante, maese Kvothe, puede usar las monturas para ir más rápido. Ahora mismo no nos harán falta. - Dice Sir Isteval.

- Parece que ya tiene a gente suficiente para que le acompañe - comenta la Baronesa cuando los demás ofrecen su ayuda para acompañar a Kvothe- Agradezco mucho vuestra ayuda. 

- Partid pues - comenta Sir Isteval - confío en vosotros. Se que hiendo con Madg no correréis peligro, pero aún así extremad las precauciones. Puede que todavía queden hombres lagarto por ahí afuera.

El calor de la chimenea empezaba a calar en los huesos de Saru, así que ya había ganado algo con ese viaje. Estar en un lugar algo cálido, con bebida y un poco de comida, y no bajo la lluvia o en una apestosa posada del Vado. Como apasionado de las obras de arte de gran valor… cultural, había hecho oídos sordos a las conversaciones que iban surgiendo en el gran salón del alcázar para mirar con cierto deleite las pocas decoraciones que poseía la Baronía.

La enérgica voz de la guerrera volvió a sobresaltar al mediano. Pedía acompañantes para ir a buscar plantas. Saru resopló displicentemente con cierto disimulo y contestó.– Creo que el Maese dracónido estará bien protegido junto a dos grandes combatientes como vosotras. Mi presencia solo os estorbaría. –El mediano hizo una leve reverencia ante ambas mujeres antes de proseguir.– Me quedaré en la Baronía, tal vez pueda sea más de utilidad aquí. 

Al druida le sorprendió la prontitud con que la mayoría de sus compañeros se ofreció para acompañarlo en la recolección de las hierbas, no es que lo necesitase, pero agradecía la intención, claro que no pudo evitar reprimir una mueca y mirar con recelo al Bardo - Creo que la bebida le embotó los sentidos, si ya está confundiendo a hombres lagartos con dracónicos - pensó mientras se dirigía a la salida

- Se agradece la compañía, creo que no está de más ser prevenidos a esta altura - dice a quiénes lo iban a acompañar, mientras asiente expresando su gratitud y sube a su montura, esperando que el resto este preparado para partir cuanto antes, que el tiempo corría en su contra

Me costó un apoyo de mi pie en la rienda y un pequeño bote para dejar mis posaderas sobre la montura, dispuesta así a acompañar a maese dracónido en busca de esas hiervas tan necesarias. Hoy eran para ese pobre infeliz que agonizaba, pero mañana quien sabe, bien las podría necesitar yo misma.

- Un intimidante dragón embustero, un ejército de lagartos y un objeto misterioso asociado a un dios del mar. Si, definitivamente cualquier precaución será poca.- Sonreí mirando a mis compañeros antes de volver la mirada hacia los cercanos bosques que nos aguardaban.