Partida Rol por web

Si te fijas en la descripción de los hechizos, en algunos pone "Tirada de ataque". Esto quiere decir que debes hacer una tirada como si estuvieras golpeando con un arma.

El resultado de esta tirada será 100 - Defensa del enemigo (15 para los hombres lagarto). Así que deberías sacar 85 o menos para golpear.

Como lanzas dos proyectiles, cada uno hará un daño de 1d10 + bono de Inteligencia (4). Además, como cuentas con el talento Magia potenciada, añades +1d6. Este daño extra lo lanzas 1 vez y el resultado lo sumas a las dos tiradas

Lideon era un artista, asi que con su baile y arte comenzo a bailar con sus espadas y comenzo a dar tajos al enemigo que tenia mas cercano ..., los tajos eran certeros y Lideon sentia como sus espadas iban cercenando la carne ....

Los dos misiles mágicos salieron disparados a los objetivos que marqué en mi mente.... pero incomprensiblemente erraron su objetivo.

Lideon comenzó a blandir sus estoques como si estuviera realizando una danza mortal. Sus afiladas cuchillas no tuvieron problemas en penetrar las escamas del hombre lagarto y abrirle unas heridas por las que manó sangre negra a borbotones.

Kareen entonó un hechizo y de sus manos salieron dos proyectiles de pura magia arcana, pero los objetivos hacia los que iban dirigidos los vieron venir, en parte gracias al resplandor que generaba el conjuro, y lograron apartarse de su trayectoria justo a tiempo.

El pequeño Saru estaba apostado contra una de las columnas, con su ballesta cargada y lista para disparar...

El mediano no se lo pensó, y distraídos cómo estaban con los ataques de los compañeros, apunto al mas avanzado de los lagartos podridos esos y abrió fuego.

El virote viajo directo al pecho del primer enemigo, y Saru no perdió tiempo y empezó a recargar el arma. Ahora sabían dónde estaba ubicado, y esperaba que sus aliados hicieran algo de ruido para que se olvidaran de nuevo del pequeño Saru Logrim.

Saru aprovechó su posición ventajosa y descargó el virote de su ballesta contra el pecho de uno de los hombres lagarto. La criatura calló desplomada al instante ya que el virote acertó de pleno en su corazón.

Los otros tres hombres lagarto, poseidos por la rabia de las heridas y la profanación de su templo, comenzaron a descargar sus golpes. Los dos que estaban mal heridos atacaron a sus agresores. Magd y Lideon fueron los primeros en recibir los golpes de los lagartos, que atacaban con sus garras infectas. El otro hombre lagarto centró su atención en Kareen, la bruja que había lanzado esos proyectiles mágicos. La criatura lanzó un mordisco e hincó sus dientes en el brazo de la maga.

Enfrentarse a cuatro hombres lagarto normalmente no supondría un desafío para un grupo como el que formaban ellos, pero el hecho de que estuvieran enfermos complicaba las cosas. Sólo le habían rozado, pero el miedo a que ella o cualquiera de sus compañeros acabara infectado con lo que fuera que aquejaba a esos pobres desgraciados...

Su mejor baza era acabar con ellos rápido, antes de que pudieran causar males mayores. Y aunque la maga había fallado el primer ataque, tanto la magia como los ataques a distancia eran su mejor baza para terminar la pelea cuanto antes.

 -¡Kareen, no desfallezcáis! ¡Concentrad los ataques en un enemigo cada vez!

Claro, que ella también podía aplicarse al cuento, ya que el segundo ataque de su espadón falló estrepitosamente, no llegando ni a rozar al enemigo que tenía delante. Malditos fueran...

Lideon continuaba atacando, tenia que acabar con su enemigo como para poder seguir con los siguientes ...., volvi a bailar ..., sentia que caian como moscas, y cuando termino con el que tenia delante siguio con su baile para acabar con otro de los enemigos presentes ...

Saru enfadado como estaba cargo nuevamente el virote, apunto sin miramientos al siguiente de su lista, y volvió a abrir fuego. Sin esperar a ver si aquel ataque había causado mucho daño, volvió a preparar la ballesta para atacar.

Escondido bajo aquellas piedras, y tendido en el suelo. Estaba completamente desamparado frente a un ataque cuerpo a cuerpo, pero al menos, los extraños y desagradables lagartos no estaban por la labor de atacarle.

Sin embargo, parecía que la joven hechicera no tenia la misma suerte. Ya tenia a uno de ellos reclamando su brazo.

Azurr tomó su maza y golpeó al que más cerca estaba de donde se guarecían el dragoncito y Sarú, para que ni pensara en atacarlos a ellos.   El metal recién salido del herrero estaba balanceado y se sentía ligero en sus manos.  Salió certero a impactar, aunque lo que más quería el druida era saberlos curar.  De esta manera, desvió su tiro para noquearlo, no matarlo.

Intento zafarme de la infecta criatura, pero no lo consigo y logra morderme en el brazo. Desesperada, recito velozmente un sortilegio que debería rechazar e incluso destruir a esta criatura.

Magd blandió su enorme mandoble pero su presa, a pesar de las heridas, logró evadir la trayectoria de la hoja y librarse de una muerte segura.

No tuvo tanta suerte el hombre lagarto que estaba junto a Lideon. La danza de las espadas del bardo felino seccionó a la criatura que calló muerta al suelo.

Saru y Kvothe centraron sus golpes en la misma criatura. El mediano logró encajarle un virote de su ballesta en el muslo mientras que el druida asestó un golpe contenido para tratar de dejarlo inconsciente pero sin matarlo. Aún así la criatura se resistía a caer.

Kareen por su parte recitó un gélido conjuro que impacto de lleno en el hombre lagarto que le había mordido el brazo, y al que Saru y Kvothe habían golpeado. El haz de luz congelante estalló en la cara la criatura y la lanzó varios metros por los aires. Conforme iba descendiendo su cuerpo se fue cristalizando y al tocar el suelo, con la fuerza del impacto, las partes congeladas se hicieron añicos.

Tan solo quedaba una criatura con vida, el hombre lagarto que estaba encarado con Magd. Éste siguió lanzando dentelladas contra la guerrera. Ésta vez logró encontrar un hueco entre los pliegues de su armadura e hincó el diente más profundamente.

Desde el fondo del templo, por la zona donde estaban los escarabajos y su suculenta comida, esuchasteis unos pasos apresurados. Dos hombres lagarto más se unieron a la refriega. Por ahora se encontraban lejos de vuestra posición...

Lideon sigue con su baile y decide acabar con el que estab con la guerrera y dejarla libre para que parara un poco la nueva amenaza ..., mis cuchillos giran de forma desenfrenadas, desgarrando carne y hueso ... cortando tendones y nervios de la criatura

La guerrera no puedo evitar gritar angustiada cuando sintió los dientes del lagarto hundirse en su carne. No tanto por la herida, sino por el riesgo de acabar infectándose con lo que fuera que tenían aquellas criaturas. Afortunadamente para Magd, Lideon se encargó del lagarto que estaba enfrentándose con ella.

Mientras los otros dos se acercaban, la guerrera se dio la vuelta rápidamente para decir al druida:

 -Maldita sea... Maese Kvothe, cuando la batalla termine, examinad mi brazo. Detestaría haberme contagiado de lo que sea que afectaba a esos hombres lagarto.

El miedo por la infección encendió su alma con ira, lo que hizo que Magd golpeara con su espadón con fuerza, despedazando sin miramientos al primer reptiliano que tuvo la desgracia de cruzarse con la guerrera. La idea de estar enferma la horrorizaba y la enfurecía a partes iguales. Porque estar enferma significaba no estar al 100% de sus capacidades. Lo que implicaba no poder seguir protegiendo a sus compañeros y pasar a ser una carga para ellos. Y eso no podía permitirlo de ninguna de las maneras.

Saru, usando su habilidad y tamaño, retrocedió a rastras, hasta una hendidura en la roca. No era el mismo lugar desde donde había disparada, y suponía que pillaría por sorpresa a los nuevos contendientes.

Espero para tener un tiro claro, cuando se acercaran. Y poder causar el mayor daño posible.

No te preocupes Magd.  Encontraré como curarte.  -Le aseguró el druida. 

Al ver a los otros dos lagartos acercarse rápida y amenazantemente, Kvothe les lanzó justo encima y todo lo posible enfrente de ellos su hechizo de Raíz Enredadora.  Así, la selva los detendría o ralentizaría en su avance.  Ojalá pudiera, lo intentaría, dialogar con ellos, ya sea para pacificarlos o para obtener de ellos información de lo que había más adelante. 

¡Sahwarmija!

Viendo que se acercan dos nuevos seres, recito nuevamente un hechizo. Miro a uno de ellos y extendiendo mi mano sale un rayo de hielo hacia él. El rayo le impacta de lleno.

-"¡Kvothe! A mi también me mordieron, espero que no sea nada contagioso y puedas curarme."

Lideon volvió a blandir sus armas con gran elegancia y a su paso dejaron el cuerpo sin vida del último de los hombres lagarto que os habían asaltado. Pero al fondo de la sala había dos más.

Magd, en un intento por proteger a sus compañeros, se adelantó e interceptó a los dos lagartos. Blandió su poderosa arma contra uno de ellos, lanzando un tajo descendente que literalmente partió por la mitad a la criatura.

Saru se escabulló entre los pilares y ayudándose de las sombras logró ocultarse. Por su parte Kvothe lanzó un conjuro sobre el hombre lagarto que quedaba vivo. Un montón de raíces surgieron del suelo y lo aprisionaron, impidiendo que pudiera moverse de su sitio. 

Por último Kareen recitó otro conjuro y de sus dedos surgió otro rayo helado que impactó de lleno en el hombre lagarto. El daño mágico fue considerable y allí donde el haz de hielo le alcanzó, cristalizó su piel y su carne.

El hombre lagarto, mal herido e incapaz de moverse por culpa de las raíces mágicas, no le quedó más remedio que atacar a Magd, ya que era la única que se encontraba a su alcance. Lanzó un zarpazo que arañó la armadura y un poco el cuello de la guerrera.

Debido a la cercanía de la batalla, los escarabajos empezaban a sentirse un poco perturbados. Por el momento dejaron de atender sus necesidades básicas de comida y permanecieron atentos al hombre lagarto y a la imponente guerrera, que habían tenido la desfachatez de acercarse demasiado.

Denme un momento para hablar con él.  Usó el dracónico, para lograr mayor empatía.

[Hermano lagarto, soy druida y puedo curarte. Retrae tus garras y hablemos. No venimos al templo más que para hablar con quienes lo rígen.  Buscamos que haya benevolencia hacia todos los pueblos lagárticos de los alrededores. ¿Se podrá lograr?  Queremos ayudar. ] 

De aceptar colaborar, efectivamente el druida Azurr lo curaría y dejaría ir para integrarse a una nueva vida. 

[Dime, ¿quien los gobierna?  ]