Partida Rol por web

Tan pronto como Mortimer ha escogido una silla, los restantes asientos desaparecen. Una risa cascada surge de la garganta del anciano regente.

- Veo que te pareces a tu abuelo, joven Volken, siempre directo al grano. - el anciano pronunca estas palabras atento a la reacción del clérigo - No te sorprendas. Hemos estado siguiendo los pasos de tu familia desde que se vieron obligados a exiliarse. Y eso incluye los tuyos y los de maese Duvain... ¿No pensarías que íbamos a permanecer ignorantes del estado de una de las familias más poderosas de magos negros? El equilibrio de poderes así lo requiere. -

El hombre se recoloca en el taburete y pasa algunas hojas del libro que tiene al lado - Desde el mismo momento en que te has dado a conocer con tu falsa identidad le he dicho a Nah que no se opusiera a que me visitaras. -

Se atusa el bigote y se inclina levemente hacia adelante - Ante todo quiero que quede claro que no es mi intención entorpecer tus actos Mortimer. Sin embargo no encontrarás aquí nada que no hayas podido leer en la biblioteca de tus padres allá en el Nuevo Reino. Los Volken eran famosos por tener una de las bibliotecas más completas respecto a la diosa demonio y a su aprisionamiento en el faro. La información que contienen esos libros sólo se veía superada por la que poseía la propia sacerdotisa mayor de Lysandra, única conocedora de los pormenores del encarcelamiento de Alrinach. -

Con un gesto Knolan hace aparecer una pipa de la nada y le da un par de chupadas antes de proseguir - Lo que sí que quiero advertirte es que no eres el primer devoto de Alrinach que pasa por aquí y, si no me equivoco y tu intención es como la de ellos de liberarla, que ninguno de ellos ha vuelto con vida de esa misión. Es como si ese maldito faro estuviera al mismo tiempo en contra de las fuerzas del bien como de las del mal. -

- Esa marca significa que tu compañero, el clérigo oscuro que se hace pasar por Julius Duvain, quiere que te conviertas a la causa de su señora, la diosa demonio Alrinach. - responde el nigromante con sencillez.

Va a entrar en el jardín de la Torre, pero algo impide que ella cruce... parece como una barrera que impide su paso, pero el de Sora no... Se queda al otro lado de la barrera al escuchar al guardia decir que solo pueden entrar aquellos que poseen magia... y esta claro que ella no es una de esas personas...

Se pone de cuclillas para ponerse a la altura de Sora y apoya la mano en la barrera...

-Ve adentro y juega con los juguetes, vale? Yo estaré aquí para cuando quieras volver a la posada...

Louisse se queda unos segundos callada, como sopesando y seguidamente dice:

- Diosa...demonio...acao...no es...la que...destruyo...parte ....de esta...iskla o...actuo...contra ella?

Louisse mira al nigromante, se habia dado cuenta que no habia caido en la trampa de Mortimer, cosa que por otro lado no le sorprendia pero lo que si que no se habia percatado era de las inclinaciones de Mortimer, inclinaciones que por otro lado no sabia si eran buenas o malas para ella, cosa que era lo unico que le importaba en realidad

Sora entró contento dirigiendose hacia la puerta pero se dio cuenta que Aditu no podia pasar

-Pe-pero, yo queria pasarmelo bien contigo tambien, asi todos seremos felices

Sora mira indeciso a la puerta y a aquellamujer que le habia cuidado hasta ahora, una buena compañera como para dejarla alli fuera

Sonríe.

-Son las normas de los magos... una guerrera como yo no puede entrar en su recinto... después me cuentas como ha ido todo... con que juguetes has jugado...

Slag medita unos segundos para escoger las palabras adecuadas antes de responder:

- Es difícil juzgar los actos de una diosa, sea demonio o no, sin incurrir en la subjetividad. Así que decir que actuó contra la isla es difícil. Si examinas la historia de una forma desapasionada tanto Alrinach como Lysandra buscaban lo mismo: hacer que estas costas fueran seguras para la navegación. Sin embargo los métodos de los seguidores de la una nunca han gustado a los de la otra. Esto ha provocado sangrientos enfrentamientos a lo largo de la historia haciendo que la luz suceda a las sombras varias veces. -

Se reclina un poco en su sillón y comenta:  -Es curioso, pero la actualidad es el único momento en el que el verdadero equilibrio de poderes reina... porque ahora la isla no está controlada por ninguna de las facciones. Aunque está claro que ambos grupos están deseando romper dicho equilibrio. - termina señalando con el dedo hacia la marca de Louisse.

Mortimer ladeo ligeramente la cabeza y sus labios se entre abrieron  un  centímetro (acababa de sufrir una buena  crujida de cuello) tras quedar en evidencia  y sorprendido por la situación, dejo que el anciano soltara toda su charlada sin perder detalle alguno de la misma.

Cuando Knolan acabo,  el joven clérigo  se llevo el puño cerrado delante de su boca, carraspeo ligeramente para cerciorarse de  que su tono de voz  sería  el  correcto y alzo una mirada perdida hacia el viejo mago.

He de suponer pues..  que los por menores del encarcelamiento de mi señora se hayan en el Faro… tras decir esto espero un par de segundos y continuo entrecerrando su mirada  ¿ y decidme... además de preocuparos por mi salud, lo cual agradezco… tal vez necesitéis algo que allí se encuentre?

El regente junta las manos delanta de la cara y mira intensamente a Mortimer durante unos segundos.
- No, muchas gracias joven Volken. Hay artefactos muy poderosos en las mazmorras del faro que sin duda te ayudarán en tus objetivos, pero no deseo ninguno de ellos. Mis líneas de investigación no los requieren. -

El vano intento aguantar la mirada de viejo anciano fue inútil y es que esta le incomodaba en gran manera, tal vez por la sabiduría de la que era portadora, tal vez por la bondad que a veces transmitía.

Comprendo…  Dijo en tono serio consciente que el viejo anciano había dado por cumplida la reunión. Mortimer se levanto cuidadosamente e inclino la cabeza a modo de despedida. Gracias por vuestro preciado tiempo regente Knolan, que la bendición de Alrinach os guíe en el velar del equilibrio.

 El equilibrio de poderes: Durante el transcurso de los tiempos siempre tenido en cuenta por los magos. Era algo que Mortimer  repudiaba desde lo mas profundo de su ser.  Como devoto, solo existiría su diosa. Un único poder, oscuro, bello, que seria alabado y el cual se extendería por todos los continentes como una enfermedad. Permitiendo la existencia de quienes se postraran ante el y eliminando aquellos que lo repudiaran. Mortimer nunca comprendió como su familia aun creía en ese equilibro después de todo lo sufrido y su penoso exilio. La negación del mismo fue una de las causas por las que erró en su bautizo.

-Jo, me da pena dejarte...peroo...perooo. bueno si no te importa, entrare  me divertire un ratitin y volvere contigo para que no te sientas sola de acuerdo?? Tardare muy poquito de verdad, ahora vuelvo!!

Sora dio media vuelta y terminando de saludar con la mano se adentro en aquella entrada a su propio mundo tan rapido como sus pequeñas piernas le permitian.

En el mismo instante en el que Sora se metio en aquella entrada una sensación olvidada hizo mella en su memoria, algo que le recordaba a algo mu importante del pasado, pero que no lograba localizar...el extasis de encontrar sus ansiados juguetes le hizo olvidar todos sus pensamientos para concentrarse en la diversion que le esperaba 

Se despide de Sora cuando se aleja y se sienta frente a la barrera con las piernas cruzadas y la mira fijamente aunque no sea visible... sabe que está ahí y eso le basta...

Extiende de nuevo la mano e intenta atravesarla, aunque no haya la mas mínima posibilidad de hacerlo... presiona su mano contra la barrera...

Además, recuerda que aquel guerrero de antes estaba dentro cuando ellos se acercaban a la torre... mira hacia el guardia...

-Como ha entrado aquel guerrero aquí?

El guardia se despierta demasiado tarde de su letargo para darse cuenta de que Sora se le está colando. La pregunta de Aditu le distrae justo lo suficiente como para que el niño se escabulla de su garra.

-¿Eh? ¿Qué? Ice es profesor de armas y armaduras mágicas. Trabaja en la escuela y por tanto puede pasar cuando le plazca. -

El hombre no parece de muy buen humor.

Sora tiene la vaga impresión de que el guardia intenta detenerlo, pero su ansia por ver juguetes mágicos le hace ignorarlo por completo. Cuando se quiere dar cuenta ya ha traspasado el acceso de la torre y se encuentra en una pequeña estancia dominada por un escritorio sobre el que reposa un enorme y manoseado libro. De los muros de piedra de la estancia cuelgan algunos tapices en los que se recrean bestias fabulosas y, aparte de una puerta situada tras el escritorio, la única salida es una amplia escalera de piedra que arranca a la derecha de la entrada.

Bajando por la escalera aparece una elfa de pelo azul que viste unas pesadas ropas de terciopelo negro adornada con cordones dorados y gemas de diferentes colores. Examina a Sora con mirada fría y calculadora antes de decir:

-¿Quién eres tú y qué haces aquí?-

-Pero... es un poco lento para ser profesor, no?

Le extraña que en una escuela como esa, que, en teoría, es la élite, acepten a un profesor tan tonto como el guerrero aquel... no lo entiende muy bien...

Sigue intentando traspasar la barrera, con todas sus ganas...