Partida Rol por web

La hienacea oteó y escuchó y trató de divisar donde es que los caballos hubieron de estar o pasar.

¡Qué buena nariz que tiene la hermana hiena!

¡Qué buen oído!

Mas vista, mm, no se, mejor ser gnoma en esto.  Mm, aunque bueno, ¿noto mejor las cosas en la oscuridad?   No se. 

Al notar que no habían dejado a los caballos dentro sino fuera, el guerrero se sorprendió por el despiste que habían cometido.

- Vamos a buscarlos entonces.

La inexperiencia había jugado una mala pasada al grupo, pero con suerte podrían hallarlos y meterlos para que estuvieran a salvo.

"Va a coger un buen cabreo el enano como no los devolvamos."

Era el único enano que había tenido el honor de conocer, mas sucedía que las historias sobre ellos siempre hacían hincapié en su mal humor.

Llegando a la entrada, se asomó al exterior para buscarlos con la mirada.

El día,  a pesar de estar abochornado y amenazante,  proporciona la suficiente luz, para echar un vistazo alrededor.

Según lo que recuerdas de los mapas que viste en algún momento de tu vida,  el bosquecillo en el que estas,  fácilmente puede ser el que se encuentra a las afueras de la ciudad,  a algunas horas alejado del templo.

Efectivamente sigues sin problema el rastro del caballo, durante la noche cayo agua y prácticamente lo encuentras sin problemas al cabo de una hora o algo asi.

Te parece que en plena mañana,  ya hubieras visto a este caballo,  más no recuerdas de donde. El mismo se muestra dócil,  como ya preparado para llevar o gerente o carretas. 

El día sigue amenazante y te enfrentas a la primera gran decisión: ir al templo o volver a la ciudad a encontrar a tus compañeros. 

Son aproximadamente las 11 de las mañana.

Por suerte aunque seguía amenazando el tiempo con un aguacero, Argolan estaba extremadamente callado y no quiso perturbarlo más con sus preguntas y pensamientos. Quizás él también se hallaba confuso tras haber vivido su propio sueño. ¿Quien sabía? Aprovechó que Argolan estaba a su aire para disfrutar de la naturaleza con la poca luz que pasaba a través de las cerradas nubes mientras seguía el rastro del caballo. Mientras caminaba, también trató de ubicarse, recordaba los mapas de la zona, según lo que había andado desde Villafe hasta internarse en el bosque y más o menos lo que estaba andando ahora se hacía una ligera idea de dónde quedaba el Templo y dónde se encontraba Villafe. Sonrió aliviada de que aún sabía dónde estaba y continuó disfrutando de la naturaleza intentando identificar las diferentes especies de árboles y plantas que había por el camino que seguía el rastro del caballo.

Al fin encontró al caballo, estaba sano y recuperado. El descanso le había ido bien y parecía listo para realizar sus trabajos. En ese momento su dueño no parecía estar cerca y tampoco quiso molestar. Solamente se acercó al caballo lo acarició un poco, le palmeo en la grupa y se alejó. Estaba contenta de que hubiera encontrado su propio camino a casa. Volvió a internarse en el bosque camino hacia el templo. Estaba pensando que lo mejor sería antes de encontrarse con el resto del grupo pasar por el templo que había en las inmediaciones. Quizá ese no fuera el templo al que debiera de ir según las palabras que aquella entidad le había emitido pero quizás allí se encontraría con la sabiduría de algún sacerdote que le podría hacer de guía.

- Vamos Argolan. Antes de volver a juntarnos con el grupo o ayudar a la ciudad de Villafe debo encontrar respuestas al mensaje que me han transmitido y puede que en el templo cercano encontremos a alguien que nos guie. le dijo rompiendo el silencio que habían tenido durante la mañana.

Se asoman al cuarto principal y uno de los caballos se ve,  tiritando de frío,  con la mitad del cuerpo dentro del tor,  y la otra mitad con algo de hielo por los granizos que aún caen,  entre truenos y relámpagos. 

Del otro caballo,  no se ve ni las huellas. 

Panacea se alejo, discreta, no queriendo espantar al pobre caballo medio congelado.  Quería mantener su forma para los peligros que encontrasen en la otra cámara.

Se puso de tal forma que ni su olor ni nada espantase al caballo rescatado, al menos eso haría. 

Calladita, cual cazadora, pero en este caso, evitando ser notada por otras razones. 

Ante la no contestación de mi intelecto a la búsqueda de algo interesante que haya entre las monedas, dejo a Aramin recogiéndolas y contándolas. Estábamos cansados y heridos, pero lo principal ahora era ver el estado de los caballos. Nos dirijimos a la entrada renegando de habernos olvidado de las pobres criaturas. Yo le había dado mi palabra al herrero de que cuidaría muy bien de mi montura, y resulta que la pobre no se donde estaría.

Optó por acercarse al caballo con cuidado, hubo de dejar el escudo en la espalda y envainar la espada familiar. De algún modo costaba estar pendiente de los animales cuando tenían peligros acechándoles en el interior del Tor. Quizás había sido es deseo de supervivencia el que les hizo olvidarse de todo lo que no fuera enfrentarse a la oscuridad.

Gael trató de tomar las riendas del animal para ayudarle a entrar, allí encontraría refugio, pudiendo permanecer en la sala principal y ya que sólo quedaba otra de las cercanas por explorar no debía de aparecer ninguna criatura para atacarle. Lo acercó al fuego que tenían allí dentro e intentó que entrara en calor.

- No hemos obrado bien, nos debemos un poco a este caballo para intentar que sobreviva. Examinadlo por favor, no podemos dejar que enferme o se debilite.

Pensaba que sus compañeros podrían hacer algo y ya no quería dejar por alto ningún detalle más.

El caballo se queda pastando un rato y mientras lo ves, decides que tal vez sería una buena forma de moverse mas rapido, mal que mal, la naturaleza lo provee.

En efecto al revisarlo con detención puedes ver que está herrado y no se inmuta cuando le haces cariño.

Asi pues, te montas en el caballo, y partes al templo.

El templo de Villafe era un lugar alejado de la villa por un propósito. Su forma redonda y enorme podía verse como un imponente edificio,  como un anfiteatro, alejado de las distracciones de los feligreses del pueblo. 

Aunque los sacerdotes y fieles eran unos fanáticos,  el templo había sido construido con diversas entradas a distintos recintos dentro del recinto (algo asi como una dona,  donde las areas comunes estaban al centro.   Asi contribuía a que clérigos de todas las religiones tuvieran su espacio propio, el cual compartia sólo areas centrales comunes dedicadas al entrenamiento físico y la alimentación.  Algunas veces estaban llenas todas las salas de cada Dios,  mientras que en otras oportunidades sólo un par de religiones compartían el templo,  que algunos llamaban Universidad de Cultos.

Normalmente recibía feligreses cada día,  los que se presentaban en una pequeña cabaña fuera del recinto,  donde vivía , rodeando la hermosos jardines, un cuidador.

Solo llegar y darte cuenta que en revisar el templo te demorarías facil un par de semanas te abruma.

El monaguillo portero de la entrada te mira, y te sonrie.

Buenas tardes, que desea?  - sigue diciendo mientras mantiene su sonrisa.

A pesar de que el caballo se encuentra tiritando de frio, parece no moverse con facilidad.

Lo hacen entrar donde efectivamente al guarecerse de los granizos, parece mas comodo.

Un vapor emana de su cuerpo frio y tiriton, aunque se dan cuenta que está bien, podría haber sido mas malo si estuviera completamente a la interperie.

Gael busca para hacer una fogata, pero aparte de las losas de piedra, no parece haber materiales a la mano.

Le ponen una tienda de campaña al caballo para que entre en calor, y este detiene el tiriton un buen poco.

Panacea se tiende a la entrada desde donde salieron los hobgoblin, con el oido, al parecer atento.

Ante la falta de madera para el fuego, la hienacea se fue hacia el sarcófago, y, usando sus poderosas mandíbulas, le arrancó los tablones que tenía para poder con ellos hacer una fogata.  ¿Era todo de madera?  Bueno, sólo las partes maderables las mordería.   Las apiló y con una patita mediolevantada se las señaló a sus compañeros.

Luego, la druida transformada se movió hacia la otra puerta, la del sur, con mucho cuidado para no espantar al caballo tiritante.  Puso el oído atento a esa puerta no abierta de la primera sección no de la entrada al tor.  Señaló con el morro a sus compañeros de forma tranquila, pues no le había olido a nada más que a polvo y abandono de primeras.  Con un movimiento de cabeza, los conminaba a revisarla, una vez que estuvieran listos acomodando al caballo, claro está.

Hicieron lo que pudieron para darle calor a la montura. Gael se aseguró también de que quedara bien atada. El otro caballo ya estaría muerto muy a su pesar.

- Exploremos la tercera puerta y luego reposemos junto al equino. Lo va a necesitar pero una vez aseguremos las salas cercanas. No nos estaba yendo mal.

Ninguna novedad respecto al que era el plan que habían trazado entre todos. El caballero esperó a que todos estuvieran listos, entonces se acercó a la tercera entrada atento a todo para evitar peligros. Otra vez llevaba el escudo y la espada preparados, notando esa sensación de atracción hacia la aventura que se reanudaba. No dejaba de ser una persona joven que creía que podrían superar todos los desafíos que aparecieran.

- Vamos allá, Panacea, uno al lado del otro para que nadie alcance a nuestros amigos.

Sonrió escuetamente a la gnoma, ahora convertida en una hiena que se le antojaba feroz.

El caballo era dócil y parecía que estaba acostumbrado a estar cerca de las diferentes razas que poblaban la tierra. El templo no estaba lejos de allí según había calculado pero la entusiasmaba la idea de montar en el caballo y este sin duda sabría volver a casa como lo había echo un poco antes, así que acariciando suavemente el cuello, le dijo:

- ¿Me permites? y se subió en él para montarlo en dirección hacia el templo. - Vamos Argolan. le dijo al búho para que le siguiera el ritmo al caballo desde el aire. Y así trotó con el caballo disfrutando del aire que rompía en ella debido a la velocidad de este. Disfruto cada instante y no tardaron mucho en llegar hasta el templo.

Ya en la distancia comenzó a ver el templo, sus dimensiones eran mayores de los que había esperado. Por lo que recordaba en aquel templo se acogía a seguidores de todos los dioses, habiendo un espacio dedicado a cada uno de ellos. Sabía que empezaría revisando el área de Mystra, pero ... ¿Había sido ella la que le había hablado en sueños? Seguía sin conocer la identidad de la entidad con la que había hablado, pero una cosa era clara, la había dirigido a un templo y que mejor templo que este dónde se acogían a los feligreses y estudiantes de cualquier tipo de fe.

Divagando en su mente se le pasó el tiempo rápido y el caballo la había dirigido dócilmente hasta una pequeña cabaña en el exterior del templo rodeada de un jardín precioso. Varios metros antes de llegar a la cabaña detuvo al caballo y se desmontó de él. Le volvió a acariciar mientras extraía una buena baya del bolsillo y se la ofrecía al caballo para que recuperará energía y volviera pronto a su hogar.

- Gracias por haberme traído hasta aquí. le dijo acariciando su morro mientras este comía la baya. - Vuelve a casa espero volver a verte pronto. Le besó entre los ojos y lo despidió.

Argolan volaba sobre ella y cuando esta se despidió del caballo bajó y se posó sobre su hombro. - Ya hemos llegado, estoy nerviosa por conocer que nos espera en este lugar. De saber quién me habló en sueños y su propósito. Ya qué a través de ti llegué al lugar dónde entré en comunión con esta entidad que además me mostró varias imágenes. Sé que conoces gran parte de las respuestas que ansío pero entiendo que quieras dejarme averiguarlo por mi misma y eso es lo que trataré de conseguir aquí. Le dijo sin perder la sonrisa. Decidida en su cometido, tenía muchas incógnitas y aquel templo era un lugar de inmenso conocimiento. Tenía que volver a juntarse con el grupo de aventureros, aquella entidad se lo había avisado, sin embargo, al ver el tamaño del templo no podía dejar de pensar en la de libros que podría revisar y todo lo que podría aprender.

Volvió a perderse entre sus pensamientos mientras se acercaba hacia la cabaña y observaba el jardín. Estaba tan concentrada en su belleza que no percibió que una persona se acercaba a ella y se sobresaltó cuando esté le habló.

- Oh, hola. Disculpa, no le he visto venir, estaba mirando lo bien estructurado que está este jardín, su juego de colores, sus ajustadas alturas y contrastes entre las flores. Es realmente bello. ¿Eres tú la persona que ha creado semejante belleza? le preguntó sin darse cuenta que se había acelerado y ni siquiera se había presentado. - Huy, perdona mis modales, soy Ylian Tirpen, estudiante de la torre de Hechicería de la cercana a Massura. Le sonrió. Y lo que deseo, pues es un poco complicado, no me vas a creer, mira, esta noche dormí en el bosque y una entidad que desconozco me dijo que fuera a buscarlo al Templo y este es el Templo más cercano a dónde estaba y además en el se hayan clérigos de muchos dioses diferentes. Sin embargo, no sabría por dónde empezar. Mi corazón quiere creer que es Mystra pues mi pasión está en su tejido y la manipulación de este. ¿No crees?

Seguí al caballero preparado con la ballesta en ristre. Si salía algo malvado de la puerta sur, se llevaría un buen virotazo. Aramin iba a mi lado y por delante Gael y Panacea.

Gael, Hiena-cea, seguidos por Aramin y Lasar,  entran en el pasillo que llega a la cámara Sur. 

El joven te mira con una sonrisa natural cuando le hablas. 

Esta bien - te dice con amabilidad - pero yo no he venido,  ha sido usted la que se ha acercado a la universidad de cultos...

Mi nombre es Yerko, soy el portero y tambien controlo el acceso que está restringido sólo para personas de fe. 

Es evidente que el joven está intentando ser lo más diplomático posible. 

Cuando alabas los jardines,  se ruboriza un poco,  poniendo su cara mas sería y te dice:

Ehmmm ..no... yo solamente cuido de la obra ya estructurada por nuestros maestros de fe mas ancianos. 

Ylian - su voz parece dubitativa por unos momentos - cuénteme que vio en su visión?. Le pregunto,  pues normalmente no aceptamos personas sin vocación o aque no hayan sentido el llamado 

Hace cuanto tiempo fue esto?

Te pregunta cuando le cuentas un poco más de detalles. Además te das cuenta que va anotando todo en una pequeña libreta. 

Sólo entonces te das cuenta que la pequeña caseta tiene una especie de hilo colgando del techo,  por su interior. 

Luego que le cuentas lo que tu desees de tu visión,  se estira y jala del cable que cuelga por dentro de la caseta.

Te mira con cara ensimismada mientras te dice:

Debemos esperar un momento,  favor tome asiento en uno de esos bancos. 

apunta con su dedo detrás tuyo,  donde un banco de madera se disimula perfectamente con la hierba del cerco de plantas de la entrada. 

- Pues la cuidas muy bien Yerco. Tienes un don con las plantas. le volvió a alagar. Se puso un poco más seria cuando el joven portero le preguntó por la visión. - Ha sido esta misma noche, mientras descansaba en el bosque. Las visiones eran confusas y no he llegado a comprender todo. El primer recuerdo que tengo es de ser deslumbrada por unos flashes de luces blancas a lo lejos. Seguía en el bosque sin embargo una niebla rojiza lo cubría todo entorpeciendo gran parte de la visión. Notaba que sentía algo extraño.

Se paró para tomar un respiro. - Bajo mis pies había una estrella de siete puntas, yo me encontraba en el centro de esta y la niebla rojiza partía desde este mismo centro. De pronto comencé a ver ilusiones, lo primero fueron unos caballos que corrían hacía mi y me atravesaron en su camino. Esta imagen podría deberse a que la noche anterior un caballo huía del ataque de unos goblins a una carreta. Una serie de combatientes luchamos en ese lugar para deshacernos de ellos.

- Después ante mis ojos apareció algo, alguien, por el contorno debía de ser una mujer vestida con unas ropas moradas que la ocultaban entera. Su voz era suave, resonaba directamente en mi cabeza y me llamaba. Sin embargo no podía definir desde dónde me llegaba. Ylian suspiró pensando en que aquella figura debía de ser Mystra. Recordaba mejor la figura, sin duda era de una mujer. - Tras su llamado todo se volvió más caótico. Se formó ante mi la forma astral de Argolan. Dijo señalando a su querido compañero. - O creo que era él. Se representaba como un búho blanco resplandeciente, pasando rápidamente ante mi. Al ocurrir esto sentí que algo me faltaba o faltaba en esa escena, quizá noté algo de soledad, no sabía describirte. Entonces el búho desaparecía y me veía rodeada de trasgos, prestos a atacarme pero en el momento en que lo iban a hacer apareció una forma oscura, un guerrero que chasqueó sus dedos e hizo que estos desaparecieran. Fue en ese momento en que la voz suave volvió a hablarme diciéndome que alguien más me necesitaba y acto seguido me preguntaba quien era la voz. En ese momento en mi cabeza se agolpó el conocimiento de años de estudio en la torre de hechicería sobre los dioses, sentí un leve colapso sin llegar a identificar racionalmente a quien me llamaba. Pero en mi corazón el nombre de Mystra resonaba.

Se quedó un tanto pensativa. - No había pensado en esto pues he pensado tanto en esa voz que el resto de cosas estaban difuminadas. Podría ser que la visión de los goblins y la figura del guerrero signifique que hay alguien moviendo el hilo de los goblins y que el ataque a la carreta hubiera sido orquestado. Por eso, las personas con las que luche puedan estar en peligro. Es probable que sean conducidos a una trampa y necesitan mi ayuda. Quizás era ese el mensaje. Sus manos fueron a su pelo separandolo en dos y poniendo por delante de sus hombros.

Se tomó una pequeña pausa de un minuto recapacitando mientras Yerco esperaba amablemente a que continuara. - Entonces me habló de Argolan. Me dijo que era mi guía en el mundo, que necesito entenderlo, sentirlo y entonces por primera vez la voz me llamó iniciada. Desde este sueño Argolan aunque me sigue fielmente no ha vuelto a comunicarse conmigo, la voz ya me avisó de que a partir de ahora se comunicaría de forma más básica. Sus manos fueron directas a acariciar el plumaje del búho.

- Sus últimas palabras fueron que fuera a buscarla al templo, cuando estuviera lista y que "mis compañeros", entiendo que refiriéndose a los aventureros, podrían necesitarme al norte. Pero mi necesidad de saber y conocimiento me han echo venir aquí cuanto antes para descifrar las claves de este sueño o visión, si hubiera ido al norte sin resolverlo no hubiera sido de ayuda pues mi mente hubiera estado en otro lugar en vez de con ellos.

- Yerko, ¿ha venido más gente con un llamado tan confuso? ¿o estoy ciega ante algo evidente? ¿Podré encontrar respuesta? Me siento indefensa ante tal paradigma, siempre he sido una gran estudiante y he encontrado grandes respuestas a las incógnitas del tejido de la magia, sin embargo ante lo divino me encuentro desnuda. Dejó caer los hombros un tanto frustrada y se fijo en la caseta. Un hilo colgaba de él y Yerko tiró de este y se dirigió a ella. El joven también lo había apuntado todo y esperaba a que si alguien venía a atenderla tendría las notas trascritas con los detalles más importantes de la visión y no tendría que volver a recitarlo con tantos detalles. Tenía miedo de acabar omitiendo algo y por desgracia ella no disponía de tinta en aquel momento para hacer lo propio y transcribir lo sucedido.

Haciendo caso a las palabras del portero se acercó al banco y esperó junto a Argolan en silencio.