Partida Rol por web

Max, Mary y el dormido Rendam se separaron de sus compañeros y se iniciaron a la exploración del pueblo. Como ya habían visto en el primer vistazo, las casas estaban dispersas en torno al coliseo de forma desordenada. Más allá de las vías principales que iban directas al coliseo, las callejuelas y plazoletas no tenían ningún tipo de planificación urbanística. Las casas eran de piedra o madera, y la mayoría de ellas no pasaban de una planta.

El ambiente en Orre era festivo, animado y bullicioso. Aunque no necesariamente en el buen sentido. La isla estaba llena de gente violenta y no era extraño que en cualquier momento estallase el conflicto y se armase un buen follón. Sólo había que pensar en Max.

No tardaron en ver, que muchas de esas casas eran bares y locales. Y otras parecían ser usadas como residencias para los invitados al torneo, porque la gente entraba y salía como si fueran sus casas pero... estaba claro que eran bucaneros. Era imposible que vivieran allí. 

Y también notaron algo extraño. Parecía que pese a que como habían notado en un primer momento, todo parecía apunto de estallar en cualquier momento. La gente se contenía, como si supieran que el conflicto iba a ser aplacado en cualquier momento. Y eso tenía sentido con lo que había dicho Tong-Hu mientras navegaban en el bote. Los Piratas Morganeer se tomaban muy en serio la seguridad del torneo.

Max se acercó lentamente a la oreja de Mary Shepherd esquivando los cuernos para no tener que preocuparse por tener un ojo fuera de su órbita y con una voz mucho más baja de lo que en sí era habitual para él, habló con su compañera para proponerle algo que quizás fuera bastante arriesgado pero a su vez con una promesa de recompensa bastante elevada.

-Mientras estaba conteniendo por miedo a explotar yo... he estado pensando en algo... -Dijo en un susurro- ¿Has visto como luchaban esos?. No creo que ni la mata-sanos, ni Shira ni la tonta de Levi vayan a ganar el torneo... Pero pueden servirnos de distracción mientras nosotros nos hacemos de oro.

Una sonrisa maliciosa se esbozó en el rostro de Max antes de continuar la charla.

-El plan es bastante sencillo. Mientras la gente está distraída con el torneo, nosotros vamos a las playas y hundimos los barcos que hay por ahí... Eso nos dejará la ruta de escape disponible... Luego llamamos a los de la Armada para que vengan y se encarguen de los piratas... Y por último nos largamos con el botín en un barco de la Armada. ¿Qué podría salir mal?.

Muchas cosas. En cada uno de los pasos.

 Mi tranquilo y relajante trote que llevaba para no incordiar a nuestro fatigado compañero tuvo que ser ligeramente detenido en el acto, pues el ambiente y las miradas que se estaban dando todos en la zona no ayudaban a que por paranoia estuviera esperando el peor escenario, tal que.... ejemplificar con que podia sentirse como un barril de polvora a punto de estallar, no seria una alejada aseveración, mas cuando Max y sus palabras se dejaban caer.

   Mahhh~m-maahhhhhhh - dejaba escapar un balido ligeramente preocupado - mahh~meh~eh~eh~eh.... -apuntando con el morro a ninguna parte en general o quizás a todo... era complicado saber dado a esta forma. Aunque si... tras un minutito recuperando la compostura le di un par de vueltas a sus palabras, mas concretamente la parte de nuestras compañeras y su avance por el torneo ... hay demasiadas promesas y discípulos de viejas glorias como para pensar en un resultado mejor que un "gracias por participar".... y aunque no quiera... un plan de respaldo para financiar nuestro futuro es optimo.... ,  así que levantando ligeramente mi pata derecha, comenzaría a golpetear de manera repetida rezando que la misma cabeza que el joven Powder usaba para formular sus mesclas... también supiera un poco de comunicaciones...

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   Dejando claro, que al menos no pensaba arriesgar nuestro reducido escuadrón, en asaltos que fueran mas de lo que podíamos morder.

La respuesta de la cabra parecía satisfacer a Max Powder, al menos lo que esta estaba haciendo y lo que él lograba traducir a partir de sus experiencias en el mar y con ellos. O quizás fuera simplemente intuición o lo que es aún peor, la viva imaginación del muchacho que veía con curiosidad cada golpecito en el suelo y cada rascazo en el mismo con las pezuñas.

-Me alegra que estés de acuerdo. -Indicó con confianza- ¡Pero no hace falta bailar de alegría!.

Quizás no sabía Código Morse, o quizás sí y le gustaba burlarse de sus compañeros, eso era un misterio que nadie podría saber con certeza.

    Mehhh~me~eh~ehhh - dejaba escapar con ligera vergüenza al escuchar las palabras del artillero ... c...como que bailar... - Mahhh~ma - para apuntar esta vez a una de las tabernas cercanas - Me~mahhhh... - señalando con mi hocico a nuestro emplumado compañero que se encontraba en mi espalda, pues aunque tuviéramos ya un trazo de que hacer con nuestro tiempo.... primero necesitábamos que Fawkes recuperar el conocimiento antes de tentar muy fuerte a nuestras habilidades.

A Max le parecía correcto lo que Mary le indicaba, el hecho de señalar con su cabeza hacia uno de los bares fue suficiente para el artillero entender qué era lo que esta buscaba. Quería dejar abandonado a Rendam cual cachorro en una tienda de ultramarinos. Y aunque por un momento sintió cierto apego por el compañero, comprendía que estaría cansada de llevarlo a cuestas de un lado a otro.

-Sí, vamos a allá. Quizás tengan una cuerda para atarlo a un poste y que no se vaya volando o algo así.

Rendam abrió los ojos y se encontraba delante de aquellas personas borrosas que no reconocía. Estaba atado a una tabla en la cubierta de un barco, bajo la incesante tormenta.

- ¿Se puede saber qué estáis haciendo, atajo de inútiles? Cuando me libere de esta cuerda os vais a arrepentir de no tiraros al océano primero - dijo con su tono amenazante, sabiendo que en un momento cortaría la cuerda con su habilidad. Pero no se trataba de una cuerda, eran cadenas, y no le permitían usar su poder.

- Vete al infierno, capitán. - dijo uno de los tripulantes, y acto seguido lo empujaron al agua.

Lo siguiente fue un remolino de visiones de agua, viento y rayos, seguido de imágenes que no era capaz de procesar o no reconocía. Y de pronto despertó.

Seguía montado a lomos de Mary, por lo que se irguió y se bajó despacio. Estaba un poco aturdido pero se sentía mejor.

- Gracias por llevarme, Mary. - dijo intentando sonar agradecido. Entonces miró a su alrededor. Sólo estaban Max y Mary, en medio de... ¿casas? ¿No estábamos en una playa?

- Bueno chicos, ¿dónde están los demás? ¿Qué hacemos aquí en la calle? ¿Sigue habiendo torneo o me lo he perdido? No sé cuánto he dormido...

No hubo tiempo para responder a Rendam porque en ese momento apareció en escena una chica bastante guapa con el pelo rosa muy largo que venía corriendo. Tenía un mechón rubio, una cicatriz el ojo  y llevaba un pañuelo azul en la cabeza. La joven miró a izquierda y derecha algo nerviosa, y al reparar en los dos piratas y la cabra, se acercó a ellos. Se colocó frente a Max, le abrió la boca y le metió lo que parecía un medallón metálico tan grande como la palma de una mano. ¿Por qué todo el mundo se empeñaba en hacerle esas cosas al pobre artillero.

—¿Aguanta un momento quieres?

Un pirata orondo apareció entonces corriendo. Se notaba que la estaba persiguiendo… y que era bastante más lento que la chica.

—¡Así que aquí estás!—dijo amenazándola con una porra con pinchos— ¡Devuélveme ahora mismo mi medallón!

Es un pirata random, no tiene nada que ver con el que estaba en el barco de Gar Fío.

—¡Déjame en paz!—gritó llamando la atención y fingiendo que estaba desvalida— ¡Yo no tengo tu medallón! ¡Si no fueras por ahí enseñándolo no lo habrías perdido! ¡No te atrevas a culparme de tu negligencia!

—¡No te atrevas a mentirme niñata!—dijo alargando la mano para agarrarla por la pechera—¡Sé que fuiste tú! ¡Dámelo inmediatamente o te aplastaré la cabeza aquí mismo!

—¡NOOOO!—gritó la chica llamando la atención de cada vez más piratas.

Y hablando de dejar abandonado a Rendam, alguien volvía a hacer callar al artillero al meterle un objeto desconocido en la boca que, a medida que la conversación se iba desarrollando, parecía ser más que evidente que era el medallón de aquel peludo, mugriento y sudoroso pirata... y ahora lo tenía en la boca...

*HUMPF*

Era evidente cual iba a ser la reacción de Max al saber eso; por desgracia para él, la venganza era algo que se servía de forma explosiva... ¡Pero toda gran explosión tenía su momento de anticipación!.

*HUMPF*

Aprovechando que Rendam se había bajado de Mary, Max se subió a lomos de aquel maravilloso corcel sustitutivo y dándole un azote en la nalga que quizás fuera a parar en la pila de recursos humanos como "Acoso Laboral", esperaba que la muchacha saliera a toda velocidad de aquella zona de conflicto.

    Ante las gracias de Rendam solo podía responderle con un evidente "Meeeh~maaa~mahhh" a la vez que dibujaba una pequeña reverencia y aunque por un momento se me pasaba por la cabeza el volver a mi forma normal para que pudiéramos comunicarnos sin tanto problemas.... la tensión en el ambiente auguraba que cualquier sobresalto podía encender la mecha que muchos estaban esperando. 

    Por Fortuna, ciertos eventos nos dejaron en el centro de algo que no tenia previsto en nuestro horario mental ... se supone que tocaba tiempo de actualizar nuestro estado... y sin entender del todo que era lo que ocurriendo, nuestr-

   MAhhhhhhhhhhhhhh !!- dejaba escapar aquel bramido en el cual se podía detectar evidente vergüenza y desconcierto ... ¿ Q....QUE M...ME..ME ACABA DE.... T...TOCAR E...EEL ?.... a la vez que comenzaba a pillar carrera, para empezar a ir chocando con toda las cosas y personas que tuviera por delante nuestro, pues gracias a mis astas y pelaje, era complicado siquiera hacerme una idea de cuanto hay allí ... DEFCON 3... R...REPITO... E...ENTRANDO EN DEFCON 3.... ,

Todo pasó demasiado rápido. A Rendam no le dio mucho tiempo de reaccionar cuando estos dos salieron disparados y los perdió de vista. Obviamente no podía seguir la velocidad de Mary en esa circunstancia.

Lo único que se preguntaba era qué hacía ahora con estos dos individuos. Obviamente no iba a decir nada, pues tampoco era su problema como para involucrarse, a pesar de que seguramente el gesto de Max haya delatado bastante a esa chica.

Simplemente se cruzó de brazos y los miró con su cara impasible a ver qué hacían, mientras esperaba que sus amigos volvieran. Si es que volvían...

Aun chocándose de un lado a otro y corriendo sin mucho orden, Mary no tardó en poner tierra de por medio alejándose del lío montado por la chica del pelo rosa... y dejando al pobre Rendam atrás. La cuestión es que los movimientos de la caprina eran tan erráticos que no estaba claro si estaba huyendo, estaba intentando quitarse a Max de encima o las dos cosas.

Hasta que finalmente Mary acabó por tropezar y los dos piratas cayeron al suelo. Cuando se levantaron, vieron que estaban en una zona más tranquila del poblado. Delante de ellos había un bar con varias mesas fueras aunque sólo una de ellas estaba ocupada. Tranquilamente había un hombre vestido como los cowboy de Farwester bebiendo un vaso de lo que parecía whisky. Tendría cuarentitantos años, perlo oscuro, ojos verdes y un llamativo brazo mecánico.

Como todos los que había por el lugar, el hombre de la mesa también se quedó mirando al extraño dúo formado por Max y Mary caprina.

—¿Estáis bien?—preguntó amablemente.

Marcaos sólo a vosotros dos a la hora de postear.

Cuando vio como Max se marchaba, la joven del pelo rosa tironeó para zafarse del pirata pero sin mucho éxito. Por la expresión de su rostro estaba claro que estaba conteniéndose las ganas de gritar algo, pero claro eso implicaba delatarse.

—¿A DÓNDE TE CREES QUE VAS ESTÚPIDA?—gritó el pirata levantando su porra con intención de golpearla.

Pero no llegó a hacerlo. La porra cayó al suelo y el pirata acabó de rodillas llevándose la mano al hombro.

—¡AAAAAAAAAH!—gritó dolorido mientras la sangre se escurría por sus dedos.

Al lado del pirata arrodillada había una mujer de aspecto intimidante con un cuchillo ensangrentado en sus manos. Veinte años, pelo moreno corto, Una cicatriz que empieza en la frente, cruza su ojo izquierdo y baja hacia el cuerpo, brazos tatuados y ropas resistentes. El ojo que cruzaba la cicatriz era protésico y de un color plateado.

—Joder, esa es Fera. Vámonos de aquí—le dijo en voz baja un pirata a su compañero.

La tal Fera miró al pirata herida con gesto de desprecio.

—¿Es que no os habéis enterado escoria? ¡NI UNA PUTA PELEA EN LA ISLA JODER!—parecía que iba a seguir acuchillándolo, pero entonces se giró, miró a la chica pelirrosa y la apuntó con un cuchillo— ¡Y tú ándate con ojo Valeria! ¡Cómo te vuelva a ver en otra mierda de éstas te vas arrepentir de lo lindo! ¿Estamos?

Entonces algo pareció capatar la atención porque volteó la cabeza.

—¡JODER! ¡MÁS GILIPOLLAS!

Y de la misma manera que había llegado se piró corriendo.