Partida Rol por web

   Desde mi ultima intervención lo mas razonable para mi aletargada persona fue la de buscarme un espacio en donde echarme a preservar mis escasas energías ahora que ya sabia lo que necesitaba saber ... la duración de esto... los enfrentamientos... e incluso una idea de donde se encontraba toda nuestra agrupación... 

   Saben... - comentaba con parcimonia mientras sentía el peso de Powder encima, a lo que solo reaccionaba dejando escapar un poco de mi poder para esponjar algo mas mi cabellera a modo de colcha para mi compañero ... todos estamos cansados... - t-tanto escuchar de... deportes e...e estado pensado en una idea que nos puede sacar de esta pobreza, si lo del torneo se nos va al garete... - apuntando con mi mano al enorme robot a modo de ejemplo de que nada estaba del todo asegurado - q...que tal... crear pequeños domos de madera en donde entre cuatro o seis jugadores.... puedan recrear u...un partido, y....ya saben... como lo que estaban haciendo aquellos - usando esa misma mano para apuntarle a los piratas del combate anterior - pero sin tantos poderes... s-solo lo basico, para que puedan pasar el rato y sea fácil de fabricar... s...solo necesitaríamos a....a un carpintero y...y madera.... además de un nombre pegajoso... ¿ les parece ?

El siguiente combate enfrentó al Defenestrador, un tipo enorme con muy malas pulgas vestido con chupa de cuero y gafas de sol que usaba una ventana arrancada de la pared para pelear contra Eber Tiku, capitán de los Piratas de Taka-Tiki que llevaba una máscara tribal de ceremonia que era un lanzallamas. Fue un combate reñido, pero que se decantó del lado de Eber Tiku cuando la ventana de su rival se quemó, quedándose sin arma.

Tras retirarse los contendientes, llegó la hora del siguiente combate. Y las palabras de Mosto por primera vez llamaron la atención de Max.

—¡Con todos ustedes! ¡Los dedos más ágiles y las caderas más sexys! ¡Vaaaaaaaaaaleria!

Una pirata apareció por una de las pasarelas. Tenía el pelo rosa y muy largo, labios carnosos y ojos azul cielo. Sus ropas eran humildes, pero encajaban, parecían elegidas cuidadosamente para resaltar.

—¡Y tengan mucho ojo con su contendiente! ¡Con todos ustedes! ¡Max Tanque!

¿Qué era eso? ¿Otro Max? ¡Malditos sean los guionistas! ¿Por qué hay dos personajes con nombres que empiezan con Max? ¿Qué tiene que ver Valeria con los Max? ¿A qué estáis jugando? Pero mientras todos se quejaban buscando a quién echarle la culpa, por la otra pasarela aparecía un luchador imponente que arrastraba una bola con pinchos atada a una cadena. Si no fuera porque ya llevaban muchos combates como para fiarse de las apariencias, cualquiera diría que la joven pelirrosa estaba en problemas. Sin embargo ella no parecía preocupada.

—¡Que comience el combate!—anunció Mosto—¿Un momento? ¿Eso es una bomba?

Valeria ya tenía en sus manos una bomba encendida, a la cual le dio un beso para después arrojarla contra Max Tanque. A continuación miró justo a donde estaban los reción nombrados Piratas de Tong-Hu y guiñó un ojo. ¿A quién habría enviado ese mensaje? Pero no hubo tiempo para seguir con la pregunta porque la bomba exploto con potencia terrible, destrozando buena parte de la cubierta del galeón y creando una pequeña nube oscura con forma de hongo.

El público se quedó bastante impresionado por la explosión. Todo había sido demasiado rápido, tan rápido que ni siquiera Max Tanque había podido reaccionar. El combate se había parecido mucho al de Counter Striker pero mucho más espectacular.

—¡Valeria es la ganadora!—anunció Mosto mientras el cuadro del torneo seguía rellenándose.

Vale que si ella usara la bomba, Max Powder estaría cabreado... Vale que si ella se enfrentara y derrotara a un Max, Max Powder estaría cabreado... Vale que si ella se girara e hiciera un gesto hacia ellos, Max Powder estaría cabreado...

¡PERO HACER TODO ESO JUNTO UNO DETRÁS DE OTRO ES DISTINTO!

¡MAX ESTABA EMPUTECIDO!

Saltando hacia el límite de las gradas, este gritó con todas sus fuerzas contra aquella muchacha recién ganadora. Una amenaza que, esperaba, poder cumplir durante este torneo.                   ¡TE MATARÉ!

¡TE ESTRANGULARÉ CON TUS PELOS ROSAS Y TE COLGARÉ DEL MASTIL!

  ¿ Fuuuu...bolito....? - comentaba con una marcada tranquilidad aún cuando los vítoreos cercanos estuviera inundando cada espacio en el sitio ... ya después de un rato una se acostumbra... , y aunque la idea era seguir con esto por un rato hasta que llegara el combate del joven Powder ... o la última gota de cafeína abandonará mi espíritu...

   P-por favor Powder, algunas intentamos no enterarnos de nada... - a lo cual simplemente me ponía en posición fetal, que combinado con la el exceso de Lana se formaba una esfera de pelo blanco en donde antes me encontraba- Pero quedate satisfecho... además que gasto demasiado pronto un recurso así de importante... a nivel orgullo, se tiene que quedar con la idea que es gracias a ti que pudo pasar a la siguiente ronda... lo cual es mucho decir de una total desconocida - comentaba con el mismo tono cansado, pero lo suficiente como para mosquear a la persona correcta si esto era oído - mira que solo ser conocida por sus caderas... y eso que lo importante es su pelo....

Tras ser declarada ganadora de su combate, Siobhan se llevó una mano a la frente mientras su rostro reflejaba una expresión de incredulidad. No iba a negar que sentía cierto alivio, porque sus heridas tampoco habían sanado adecuadamente,  pero ya estaba mentalizada en patearle el culo a aquel chanquete y su robot.

Justo cuando volvió por el pasillo contrario que le condujo a la arena se encontró con Nadire, quien parecía que la había estado esperando.

- Enhorabuena por tu combate, ha sido espectacular. -comenzó diciendo la doctora.

- Ojalá pudiera decir lo mismo -respondió Nadire a la vez que soltaba una carcajada.

Ambas salieron de los recintos habilitados para los contendientes y se dirigieron hacia donde se encontraban el resto de sus camaradas. Se perdieron el combate donde Elber Tiku salió ganador, sin embargo, llegaron a tiempo de nuevo al graderío para ver el nuevo combate que iba a celebrarse mientras caminaban a sus asientos.

A Siobhan le llamó la atención al ver a aquella muchacha con una bomba. - ¿Otra como Max? Como ambos se crucen será mejor ver el combate a kilómetros...

Pero sus pensamientos pronto se disiparon al ver la premura con la que se acababa el combate.

- Ya hemos llegado, ¿Alguna novedad? -dijo Siobhan al resto de sus compañeros cuando Nadire y ella llegaron al mismo tiempo que en la arena recogían al maltrecho Max Tanque.

Rendam miró a ambas cuando venían.

- Pues poca cosa. Esa chica del pelo rosa es la que le metió el medallón a Max en la boca cuando escapaba de otro tío. Luego fui con ella a buscar a Max y de repente se fue corriendo sin más. Y ahora aparece haciendo un guiño a Max y usando sus técnicas casi a propósito para provocarlo... - miró a Max, que pegaba saltos y vociferaba aun cuando la chica se había ido - cosa que claramente ha conseguido.

Max volvió a su sitio con la cara hecha un mapa y dejando tras de sí, un reguero de piratas inconscientes. Las amenazas que le había dedicado a Valeria (que por cierto le había tirado un beso mientras se marchaba) habían molestado a buena parte del público masculino de la zona. Se había acabado librando librado una pequeña refriega. Pero bueno, nada de lo que preocuparse.

—¿Oye a ti no te toca ya mismo?—le preguntó Mustad al emputecido Max—La S y la M esa de las que hablabas son el número veintitrés, ¿no? Este combate es el de los medallones veintiuno y al veintidós. ¡El tuyo es el siguiente!

El aviso del entrenador mochimon hizo que el artillero se pusiera en marcha. Ahora si que se iba a tomar el torneo en serio. ¡Tenía que acabar con Valeria y con su capitana!

El torneo por su parte seguía su curso y de Levi seguía sin haber noticias. Mosto siguió con sus labores.

—¡Para el próximo combate….! ¡OOOOOOH! ¿QUÉ ME DICEN?—el comentarista le dio drama al asunto— ¡Vamos a tener el primer duelo fratricida! Aunque será mejor que no pestañeen porque los contendientes tienen intención de repartirse de lo lindo. ¡Los ánimos están más que caldeados!. En primer lugar, con el medallón número veintiuno... ¡Tenemos a alguien de la realeza!! ¡El último superviviente de la familia real de Radaxian! Queridos espectadores, con todos ustedes… ¡El miembro más veterano de los Piratas de Segata! Con una recompensa de doce millones de doblones… ¡El Príncipe Pirata! ¡Alexander Kiddo!

Radaxian era una isla del archipiélago de Plundertörung donde años atrás había habido un golpe de estado con la connivencia del Imperio Mundial. El único superviviente había sido el hombre que ahora se acercaba al galeón.

—¡Y su contendiente es nada más y nada menos que el autoproclamado rayo azul! ¡La criatura más rápida de esta isla! ¡Es todo potencia sin control! Denle un caluroso aplauso a la mascota de los Piratas de Segata… ¡Sonicus!

No había nadie por la pasarela cuando de pronto, tras un parpadeo, apareción un fúrido erizo de puas de color azul sentado frente al galeónrascándose un chichón en la cabeza. ¿Se había chocad?

—¿Estamos listos?—dijo Mosto cuando ambos contendientes subieron al barco—¡PUES QUE COMIENCE EL COMBATE! 

Para ser un combate entre dos miembros de la misma tripulación, los dos luchadores se lanzaron a pelear con muy mala leche. Cualquiera diría que se detestaban mutuamente. Sonicus era increíblemente veloz (¿quizás un elixir?) pero como bien había dicho Mosto no tenía control alguno sobre su velocidad. Alexander era un consumado marcialista. Eso hacía que el duelo estuviera muy reñido, ambos luchadores se atacaban sin ser capaz de doblegar a su rival.

—¡Acepta cual es tu lugar y respeta a tus mayores! ¡No pienso dejarte ganar! ¡ANILLO DE FUEGO!

Alexander alzó su puño derecho y una piedra roja refulgió en un anillo. El Príncipe Pirata comenzó a lanzar puñetazos y cada uno de ellos generaba una onda de fuego que al golpear provocaba una potente llamarada.

Sonicus esquivaba a izquierda y derecha los flamígero ataques. Con más de un tropiezo por la falta de control de su velocidad, sí. Pero era efectivo que es lo que contaba.

—¡Asúmelo tío!—le gritó a su camarada— ¡Tú momento ha pasado! ¡Esta banda tiene una nueva estrella! ¡YO!—el erizo se señaló a sí mismo.

El fúrido se agachó convirtiéndose en una bola y comenzó a girar sobre sí mismo a toda velocidad, ganando cada vez más potencia. Viendo que su rival se quedaba en el mismo sitio, Alexander aprovechó para lanzar una nueva y todavía más fuerte descarga ígnea. Sonicus la ignoró y salió disparado hacia su rival. El erizo atravesó y destrozó la onda de fuego hasta golpear en el rostro a su oponente.

—¡Sonicus es el vencedor!—declaró Mosto—¡Menudo combate! ¡Qué emoción! ¡Qué sentimientos! ¡Y qué final! ¡Ha sido un combate realmente sónico!

El público comenzó a jalear al fúrido erizo que esta vez no hizo uso de su velocidad para volver. En su lugar comenzó a saludar a las gradas regodeándose de su victoria.

Max fue guiado por algunos de los Morganeers hasta una de las dos entradas a la arena. Uno de los piratas, con un equipo de comunicaciones (seguramente para hablar con Mosto) se acercó a él. Precisamente era el mismo tipo que le había tirado los cubitos de hielo y al que él le había arrojado la bomba-bucal.

—¡Ah eres tú! Dime tu nombre, tu tripulación y alguna cosa que se te de bien. Es para tu presentación.

Los dientes de Max Powder rechinaban mientras era guiado, y casi escoltado hasta la zona previa a la refriega, realmente estaba harto de aquella muchacha de cabellos rosados y haría cualquier cosa con tal de hacerle comer polvo, o al menos, patearle el culo bien fuerte y mandarla volando a prisión, o a mitad del mar.

-Max Wed- Del enfado que tenía encima casi se le escapa su apellido real-... Max Powder. -Respondió a la primera pregunta.

-De los Antiguos "Piratas de la Araña", los Actuales "Piratas de la Gominola", y Futuros "Piratas Explosivos". -Respondió a la segunda pregunta.

-¡Hacer que mis enemigos hagan KABOOM!. -Respondió a la tercera pregunta.

Realmente aquellas respuestas no eran nada del otro mundo, ni siquiera demasiado elaboradas, pero es que su mente estaba ahora mismo en otro lugar, pensando mil formas de hacer quedar mal a esa ladrona que le hizo desperdiciar una hermosa y buena bomba.

Sira se quedó quieta cuando Rendam le dijo que ya buscarían a Levi.

—Bueno, como quieras, también es cierto que igual no me encuentro con ella y al final acabaré perdiéndome los combates, ¡y no puedo hacerles eso a mis compañeros!—dijo Sira a la vez que reflexionaba.

Sira se quedó pensando mientras veía los combates comenzar y terminar. Pues sí que hay participantes peculiares en este torneo... Al final me arrepentiré de no haber participado, al fin y al cabo, no puedo buscar información desde aquí.

Justo en ese momento le tocaba a Gominola combatir, así que no dudó en gritar desde las gradas a su compañera. Lo que estaba claro es que nunca imaginó cómo se desarrollaron los acontecimientos. Bueno, por lo menos ha salido ilesa.

Cuando Gominola llegó, Sira le comentó: —¡Bien! ¡A por el siguiente combate! Por cierto, quería ir a buscar a Levi, pero me han recomendado que lo hiciera luego... ¿tú la has visto o sabes algo de ella?

—¡Y seguimos con la primera ronda!—anunció el árbitro—Para el siguiente combate tenemos a... ¿cómo? ¿Estás seguro? Tiene que ser una broma. ¿No? Bueno... De los antiguos Piratas Mariposas de Primavera, actuales Piratas de las Chucherías y futuros Piratas de Meaguantoelllanto. Le encanta mojarse los pantalones y le gusta mucho más que le miren mientras lo hace. Se ve que alguien no se lo ha tomado muy en serio. Sí.

El público se partía de risa mientras que un atribulado Mosto se ajustaba las gafas.

—Con todos ustedes, Max Algodón de Azucar Pow...

¡BOOM! Una explosión en la entrada de una de las pasarelas cortó el discurso del presentador (aunque por suerte para los lectores un poco tarde). Del humo apareció un emputecido Max.

—Bueno, bueno, tengo nueva información. Me dicen que es el artillero de los Piratas de Tong-Hu. ¡Max Powder!—la gente no aplaudió porque todavía se estaban riendo—. ¡Y su rival será nada más y nada menos que un héroe!

El anuncio silenció de sopetón las gradas.

—¡Pero tranquilos, tranquilos! No es nadie de la Armada o el Imperio. No es ese tipo de héroes, no. Nadie va a detener a nadie. En serio. Nuestro participante se está preparando para combatir el crimen en su isla natal, acaba de terminar sus estudios y ha venido al torneo para ponerse a prueba. Con todos ustedes... ¡PENKU!

Del otro lado salió un chico de pelo verde alborotado, pecas y ojos del mismo color. Vestía con un mono verde, guantes blancos y botas negros. Se le notaba un poco nervioso y eso que el público no tuvo mucha reacción. Entre la presentación de Max y la presencia del héroe, los ánimos se habían apagado un poco...

El hecho de que lo hubieran presentado así le mosqueó bastante, realmente deseaba sumir todo ese torneo en llamas después de una gran explosión que se llevara sus risas bien lejos, arrancándoselas de la cara. -¡EH!, ¡TÚ!. -Le gritó a aquel peliverde- ¡NO TE ENTROMETAS EN MI CAMINO!. ¡ESTE TORNEO LO VOY A GANAR YO!. ¡MUÉRETE DE UNA VEZ!. -Dijo de forma amenazante y a todo volumen- ¡¿O QUIERES QUE TE HAGA SALTAR EN PEDAZOS DE MOCOSO?!. -El artillero agarró una bomba a cada mano y se dispuso a iniciar la pelea contra aquel peliverde, esperando que este tomara la decisión correcta y se muriera.

El muchacho de pelo verde empezó a hablar para sí mismo.

—Tiene una bomba. ¿Cómo de potente será? Seguro que si es como la de la chica pelirrosa terminará por hundir ese barco. Lo bueno de una bomba es que uno puede esquivarla antes de que explote si corre. A no ser que sea bueno y la tire justo antes de explotar. Pero si me muevo examinando la mecha podré adelantarme a él. Pero si no se la potencia explosiva no sé como de lejos tendré que estar. Podría acercarme a él y obligarle a sufrir la explosión. Incluso podría darle una patada para lanzarsela a él. Sí, estár cerca suya es una buena idea. Tendría que estar ya a su lado, así no podrá... ¡EEEEEEEEEEEEH!

Penku vio que tenía a sus pies la bomba que le había arrojado Max. Y quedaban escasos segundos para que explotara.

—¡Maldición! ¡Maldición!—exclamó—¡Tengo que salir de aquí!

El cuerpo del chico comenzó a brillar, cogió impulso para saltar y se lanzó por los aires. Justo a tiempo para esquivar la explosión.