Kurt: ¿Por que puerta sales? Por donde vinisteis o por la otra?
Leopold y Hârr; por cada asalto, entre mirar que vuestros compañeros no os maten y que la abertura que hizo el enano no era tan grande como pensais, solo recogereis 1D10 coronas de oro por turno y 1D2 gemas. Pero lo haré de manera oculta, a menos que se paren a contar lo que tienen.
Cuando decidais dejarlo desvelaré el contenido de las tiradas.
Por la que vinimos. Y bajo con cuidado las escaleras para no pisar la trampa XD
Notaba las monedas tintinear en mis bolsillos. No miraba para atrás y no sabía si alguno de mis desdichados compañeros habían conseguido salir del torreon con vida. Sólo tenía ojos para el barco de Gustav que estaba allí varado. Esperaba que no tuviera unos desperfectos demasiado grandes y pudiéramos navegar de vuelta al puerto.
¿Cuántos días habíamos navegado?
Los recuerdos se mezclaban en mi mente ocupada en aquellos momentos en mantenerme con vida y volver a mi silla en la taberna para cogerme una buena cogorza. Iba a necesitarlo después de lo vivido.
Bajas a toda prisa las escaleras procurando no pisar la trampa y sigues corriendo como alma que pudiera llevar Khorne a su malvado reino.
El golpe de luz al salir al exterior te hizo darte cuenta de las tinieblas que acabas de dejar. A pesar de la niebla que lo inundaba todo.
Pudiste ver a Gustav, sentado en la borda del barco, comiendo una manzana.
Te me adelantaste. Estaba cambiando los pañales a la niña XD
Al verte salir de aquella manera apresurada se incorporó de 8nmediato dejando que la manzana cayera al agua, aún sin terminar.
-Rayos de Manann Ándor. ¿De que huís?.- A pesar de su aparente calma ya tenía el cabo desatado, preparado para abandonar la roca en cualquier momento.
Leopold, has sacado bastante mediante tu sistema de arrastrar a la mochila el oro. Mientras que Hârr, cogiendo puñados además con su mano no hábil, va mas lento.
Me quedo más rato entonces, hasta llenar mis bolsillos.
Yo también continúo un turno más entonces. Para que haya valido la pena xd.
Igual me da curiosidad la escalera que sube aunque desde allí difícil poder volver al barco.
Esta vez el intento de posesión falló frente a la férrea concentración y codicia del enano. Con una mano Hârr seguía metiendo monedas en sus anchos bolsillos mientras Leopold hacía lo propio con su mochila.
Motivo: Aleatorio
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]
Motivo: Voluntad Hârr
Tirada: 1d100
Dificultad: 49-
Resultado: 24 (Exito) [24]
Motivo: Oro lepold
Tirada: 1d10
Resultado: 2 [2]
Motivo: Oro Hârr
Tirada: 1d10
Resultado: 1 [1]
Motivo: Gemas Hârr
Tirada: 1d2
Resultado: 2 [2]
Motivo: Gemas leopold
Tirada: 1d2
Resultado: 2 [2]
Necesito un momento para ver que hace Ándor y te posteo.
De alguna u otra manera, siente que aquella entidad maligna intenta apoderarse nuevamente del enano, saliendo esta vez victorioso. Si continúa cogiendo oro, puede acabar con el otro brazo lleno de agujas en vez de pelos y con los brillantes que lleva en su bolsillo no cree que pueda para dos brazos artificiales. Debe salir, valora más su vida que pertenecer a una secta de los demonios.
—¡SUFICIENTE! Púdrete ahí brujo inmundo, te he robado todo el oro JAJAJA, ¡ahora es mío! —le gritó, pensaba que era su cofre y que se lo estaba robando.
Al girarse chocó con él, dándole un pequeño empujón y huyó del lugar subiendo por las escaleras. No iba a abandonar el torreón sin saber lo que se encontraba allí, aunque probablemente se tratara de solo aire.
Vas por las escaleras que suben o las que bajan??
Movía los brazos adelante y atrás indicando a Gustav que saliéramos de allí lo más rápidamente posible. Grité a pleno pulmón para que pudiera oirme desde donde estaba
¡¡¡Prepara las velas, los remos o lo que sea que ponga en marcha tu barca!!! ¡¡¡Nos largamos de aquí!!!
No iba a esperar a nadie y tampoco iba a fiarme de que lo que saliera de aquella torre maldita fueran mis compañeros o algún demonio que quisiera abandonar aquel retiro y caminar libremente por el mundo.
¡¡¡Rápido!!! ¡¡¡Demonios, hay demonios en la torre!!! ¡¡¡Están todos muertos, huyamos!!!
*Clink**Clink* Las monedas tintineaban en mis bolsillos.
A la sola mención de demonios, Gustav hizo el signo protector de sigmar y recogió el cabo que mantenía atado el barco a aquella maldita roca llena de arpias y demonios.
Saltaste dentro a punto de ver como el viejo largaba la vela y el barco, perezosamente, comenzaba a separarse de la orilla.
Atrás quedaban aquellos compañeros que habían dado valientemente su vida por una buena causa... Kurt apareció en la entrada, arcabuz en mano, gritando algo que no llegabas a entender mientras seguía corriendo hacia vosotros.
Bajaste el primer tramo de escaleras y saltaste el peldaño trampa del segundo tramo. Con el arcabuz en la mano, saliate corriendo de ese infierno en que se había convertido la torre, a punto de ver que estaba convirtiéndose también en vuestra tumba.
El barco, con Ándor a bordo, estaba zarpando. Ya estaba separado un metro largo de la orilla con la vela completamente desplegada. Si corrías y les avisabas, tal vez llegaran a escucharte para detenerse.
Selecciona a Ándor.
Ver a Kurt correr de aquella manera me hizo replantear durante un instante si recogerlo o dejarlo a merced de lo que fuera que viviera en aquella roca apartada. Parecía que estaba bien, pero no podía fiarme totalmente de que no estuviera todavía poseído por la entidad extraña. Antes de salir de la torre, había visto como Kurt intentaba matar a Leopold así que no tenía mucho a favor de rescatarlo.
Continúa Gustav. - dije mirando hacia la orilla dejando a Kurt allí. No podía arriesgarme a subirlo a bordo y llevar al demonio que habitaba aquella torre al continente. La vida en el mundo era cruel y no me sentía orgulloso de lo que acababa de hacer, pero el riesgo era demasiado.
La imagen de Harr con su tentáculo y de Leopold al sentir la magia que influía en la torre aún rondaban por mi cabeza. Incluso Kurt había caído víctima de él.
Lo siento. - dije en voz baja mientras me sentaba de espaldas a la roca y miraba hacia el horizonte en dirección al continente.
Tan solo poner el pie en las escaleras fue suficiente para recordar lo maravilloso de la libertad. El aire fresco entró en tus pulmones y el viento acariciaba el vello de tu cuerpo. Sin mirar atrás subiste un tramo, hasta el siguiente piso de la torre, donde el clima y el abandono habían hecho estragos. Basicamente había un pasillo y dos estancias, ninguna puerta ni ventana en sus goznes, tan solo restos de madera enmohecida desperdigados por el piso. Media pared entre habitaciones se encontraba derruida y los escombros cubrian el suelo del piso. Una estancia debia ser el salón, alargado y con una gran chimenea que lucia sendas gargolas a sus lados. Al fondo del pasillo la escalera continuaba mas arriba, con el viento aullando entre sus escalones.
Entonces te percataste de algo, un bulto oscuro junto a la chimenea. Al acercarte comprobaste que en lo que había sido el salón, habia dos bultos mas, constituidos por ramas y huesos, plumas y excrementos. Eran nidos, pero de un tamaño comparable al de las arpías, y en su interior, habia huevos.
Un chiillido que ya habias oido antes apareció a tu espalda con un batir de alas. En un instante aparecieron mas arpias, desde la ventana, el pasillo, de la otra habitación... Defendian su nido, su progenie, y estaban en superioridad numerica.
Hay al menos cinco arpias.
Lejos de querer enfrentarse a cinco arpías, decidió salir de ahí lo más rápido posible. Había una en cada salida. Dio pasos atrás sintiéndose acorralado y llegó a la chimenea. Parecía ser la única salida posible. Se metió dentro y comenzó a escalar como nunca antes lo había hecho.
—"¡En el lío que me he metido! Allá voy, mamá, contigo... murido por arpías... quién lo diría".
Motivo: Escalar
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 25 (Exito) [25]