Partida Rol por web

El viaje del Uthero

Mil naves arden (Escena III)

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15/01/2017, 01:10
Katsumi Wôn "La Mantícora"

Malditos carniceros. Los piratas tenían mala fama, pero sus enemigos no eran mucho mejores. ¿Quien era ahora el salvaje y el sanguinario? A pesar de que estaban en desventaja, se adelantó dos pasos para dejar constancia de su malestar.

-¿Es necesario destruir la ciudad? Se supone que debéis entregarla a vuestro señor. ¿Que entregaréis, cadáveres y casas quemadas?

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15/01/2017, 01:12
General Tao

La señaló con la fusta que usaba para cabalgar, que iba rematada con unas plumas. La había reconocido, y no parecía gustarle que estuviera allí. Después de todo, los yitianos la habían querido ajusticiar para público escarmiento.

-No necesito lecciones de diplomacia de una ladrona. Apartaos, señora, pues muchos de mis hombres os matarían sin dudar.

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15/01/2017, 01:14
Helyx Longstrider

Se suponía que Valença y Connor eran los que mandaban aquella avanzadilla. Ella, por si acaso, mantenía una flecha preparada para tensar en el arco. Compartió una mirada con el que ahora era su amante, además de su compañero. Todos esperaban una decisión.

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15/01/2017, 02:59
Liv

Liv pensó que podía intervenir pero luego de ver como se desenvolvia todo y permaneciendo justo detrás de Connor lista para actuar si hacía falta, a mantuvo a salvo y a buena distancia para escuchar a Tao, los hombres nunca la sorprendían, al menos de buena manera.

No hacía falta que interviniera, ellos se estaban manejando bien y ciertamente cconcordaba con la mujer: Lo de necesario destruir la ciudad cuando practicamente habían ganado. Se mantuvo junto a Connor, era lo mejor.

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16/01/2017, 08:44
Valença

El combate arreciaba. Habían llegado los soldaditos del niño emperador y lo que habíua sido un combate se estaba convirtiendo en venganza ciega. Matar civiles y quemar cosas... Nunca había estado en una guerra y no quería volver a estarlo, si podía evitarlo.

Le sorprendió escuchar unas palabras tan juiciosas de la Mantícora. No creía que los raids de la pirata fueran paseos de rosas y besitos, pero coincidía con su opinión. Un emperador necesita vasallos a quienes mandar. Un cadáver no tributa nada.

Puede sentir la mirada de Helyx, así como lo que cree que debe pensar el grueso de la tropa que llevan. Son pocos y lo mejor es mantenerse vivos para seguir siendo útiles... Y peligrosos. Intercambia una mirada con Connor, Helyx, Liv...

General... Mantícora ya no pirata. Es servidora Emperador. Dar victorias. Ya no ser más lo que decir. Emperador nunca poner pirata entre sus tropas, ¿no?.

No iba a permitir que aquel capullo insultara a uno de sus hombres por la cara. Tras dejar claro eso, vuelve a mirar a sus hombres, mientras se rasca la cabeza.

Agradecer vuestra oferta. No estar familiarizados cosas guerra asedio vuestras tierras. Quizás ser más cosa mala... estrobo, sí, estorbo si ir, que no ayuda. Proponer quedar vigilar ciudad y así vos poder enviar toda tropa a tomar castillo. Gran gloria para general tomar castillo, ¿no?

Y de paso evitamos que estos monos rencorosos sigan cebándose en estas pobres gentes.

Valença le sonrie mientras está atento a cualquier cosa rara que haga el cabrón amarillo y largarle una mojada si la cosa se pone mal... 

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16/01/2017, 17:19
Connor

Lo que era un combate, se había convertido en carnicería cuando entró el ejército aliado. Se había alejado de la Guardia por el mismo hecho, y ahora, del otro lado del mundo se encontraba con lo mismo, o aún más crueldad. Tal vez el humano era así, cruel y sanguinario por naturaleza, aunque se resistía a pensar que fuera realmente así.

Se acercó a los demás, especialmente al braavosi con el arco y flecha en mano. Aportó presencia, altura y seriedad a la situación. Pero no podía hacer mucho más. Valença parecía conocer tanto como él de yitiano, y si intentaba aportar algo podía generar más risa que otra cosa. No, lo suyo no era la diplomacia, y mucho menos en un idioma que recién comenzaba a usar, gracias a las prácticas con Liv.

Realmente se estaba conteniendo al no hacer nada y ver tanta masacre. Su puño estaba cerrado con fuerza, y si veía algún atropello más, seguramente iría directo a terminar con eso, fuera quien fuera.

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16/01/2017, 19:14
Liv

No estaba dispuesta a aguantar más sangre, ya no porque no era necesario y porque además, no habían sido esas sus instrucciones así que dejó de cubrirse con Connor o mejor dicho de quedarse como una planta justo detrás de él, al fin que sólo bastaba con desearlo para que con el corazón en la mano y no el suyo precisamente, se ocupara de aquel que no quería obedecer las órdenes de aquellos dos.

-Bien, ya a escuchado a Valenca y creo que ya sabemos lo que todos nosotros queremos hacer y es parar esta masacre.

Echó una mirada a la Mantícora, hizo un gesto con su cabeza como si asintiera.

-En verdad me alegra haberla tenido entre nosotros aunque el principio lo llevasemos tan mal.

Miró a su alrededor y al final puso sus ojos en Connor con la cabeza de medio lado.

-¿Usted cree que me veré obligada a actuar?

Esperaba que no pero por si acaso, ya estaba invocando a su Dios Rojo.

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20/01/2017, 14:25
Connor

Connor miró a la sacerdotisa.

-No creo que haga falta, reserva tus fuerzas- le respondió el guerrero -Aunque si esto continúa, puede que sí...-

Era la verdad. Él ya no estaba dispuesto a ver tales atropellos, y sólo esperaba la respuesta del general para saber si actuar o no.

-No podemos dejar que sigan haciendo esto...- dijo en ponienti el norteño para que sólo sus compañeros entendieran que él no estaba dispuesto a dejar pasar todo.

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21/01/2017, 00:41
Liv

¿Reservar fuerzas? Ella lo que quería era acabar con todo aquello de una vez y seguir con el plan o terminar o lo que fuera, le parecía que estaban dándole demasiadas chances a que siguieran sucediendo cosas y estaba algo impaciente. Eso era algo que se notaba a simple vista.

-Connor...

Lo llamó firmemente y lo miró a los ojos.

-Estamos perdiendo el tiempo, un tiempo precioso que podría ser necesario después. No dejemos está decisión en manos de nadie.

Se volvió a Valenca para preguntarle:

-¿No estoy acaso en la razón?

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21/01/2017, 23:07
Valença

No quitaba la vista de encima al general Tao, pero sus compañeros no paraban de hablar. La sacerdotisa se dirigió a él, por lo que retrocedió un paso, aún con la vista fija en el general, para responder a Liv, en ponienti.

Estás en lo cierto, sacerdotisa... Llevamos semanas perdiendo el tiempo. No es el momento más adecuado, con este cabrón que no nos quita ojo, pero creo que esto tiene que terminar. Estoy cansado de ir arriba y abajo como el mono del capitán y su maníaco maestre.

Suspira y les dedica una mirada cansada a Liv, Helyx, Connor y el resto.

Tenemos el corazón. Desde que lo tenemos sólo le hemos dado un uso de mierda. Quemar barcos y matar gente. ¿Eso es lo que querría R'hlor? Creo que lo mejor es alejarlo de nuestra flota. A fin de cuentas ya tienen sus armas de fuego para crear destrucción. Yo digo que cojamos el corazón y nos instalemos donde nos de la gana. Con él podemos ser felices.

Vuelve a mirar al general antes de hablar una vez más a los suyos.

Incluso podríamos ir a esa isla volcánica no muy lejos de aquí. ¿Cómo coño se llamaba? Está a tiro de piedra de estas costas. ¿Qué opinas, Mantícora? ¿Es un buen lugar? Instalarnos, hacernos amigos de todos y vivir como reyes... O lo que nos de la gana. Con el corazón todo es posible si lo deseamos con bastante fuerza. 

Les deja con esa reflexión, sabiendo que si no piensan como él, para él se ha acabado la expedición. Ya ha visto como tratan a los sediciosos y esto es sedición.

¿Qué decir general? Gustar idea? Nosotros quedar cubriendo y usted conseguir gloria.

 

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22/01/2017, 02:06
Katsumi Wôn "La Mantícora"

Escuchó lo que el hombre del oeste propuso, mientras el general yitiano les dejaba al cargo de la protección de aquella puerta. El asunto tenía muchas implicaciones, pero ella seguía preocupada por la amenaza principal. Habían enfadado al mago de Carcosa y ahora él volvería sobre aquella ciudad para recuperarla. Era todo muy complicado, aunque la oferta de marcharse y vivir su vida como piratas y aventureros le gustaba. Ella siempre votaría que si a algo similar.

-Tienes razón. La flota de Lu Wu Wei vendrá aquí pronto y los que han tomado la ciudad se verán sitiados en ella. Recordad, no obstante, que la flota de vuestro país está en camino con la intención de reclamar esa misma isla, Marahai. Sin embargo... mis islas, o lo que eran mis islas... estarán desprotegidas cuando él mande sus tropas a asediar la ciudad.

Parpadeó, con una pequeña sonrisa.

-Quizá, si nos escapamos con mis naves, o robamos una de las vuestras, podamos ir a las islas. Si el mago amarillo se queda allí, estará con la guardia baja, protegido por pocos soldados. Con el corazón, quizá, podríamos lograrlo. Si él muere, todos esos ejércitos que acaudilla se dispersarán. La situación volverá a ser... aceptable. Entonces podréis dedicaros a los que os plazca, pero siempre tendréis un lugar en las islas de la Mantícora, entre los piratas. Y... quien sabe. Queda mucho mundo por conocer y explorar. Mundo en el que encontrar fama y fortuna. 

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22/01/2017, 02:13
Ben Lucking

Ben miró a la pirata, luego a sus compañeros. Habían luchado las guerras de otros hasta aquel momento. Pero era cierto. El mago amarillo era una gran amenaza. Si podían eliminarle, cumplirían con lo que la reina Zis había predicho: su destino, la victoria sobre la oscuridad en el este. Aunque si robaban una de las naves de braavos, serían proscritos frente a los suyos. Sin embargo, para un hombre joven como él, la aventura siempre era más poderosa que la razón.

-El Uthero se ha quedado casi vacío con éste desembarco. Podríamos... cogerlo prestado. Ya me entendéis. Con él y los barcos de la Mantícora, debería ser suficiente para recuperar esa isla y matar al mago.

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22/01/2017, 02:17
Dan Rogare

Ellos eran mercenarios y no debían más lealtad que la del dinero. ¿Quien iba a pagarles ahora?, ¿El consejero imperial, que podía colgarles como traidores cuando recuperara su flamante imperio?, ¿La flota de Braavos, que era totalmente ajena a aquel conflicto extranjero? Sin duda, si deseaban labrar su propia fama debían tomar un nuevo rumbo.

Sonrió, poniendo los brazos en jarras.

-Robar una nave, navegar evitando a la flota enemiga, atacarles donde no esperan, matar al malo y vivir libres. Suena bien. ¿Cuando empezamos?

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28/01/2017, 00:45
Connor

Connor se había quedado atónito con la propuesta del braavosi. No se la esperaba, y no sentía poder dar una respuesta tan a la ligera como parecían estar dando los demás. Los demás salvo Liv. Él confiaba en ella, sabía que sabía más de lo que contaba. ¿Huiría de nuevo de sus obligaciones? Ahora se daba cuenta que nunca había sido la Guardia, nunca había sido la Flota Braavosi, era R'hllor. Por lo que tenía una sola respuesta para todos ellos.

-Yo seguiré a Liv- dijo escuetamente el ponienti -Creo que ella debe saber más que todos nosotros los deseos de R'hllor- y miró a la mujer roja.

Los músculos de Connor estaban tensos. No sólo por el combate, sino también por lo que podía suceder allí mismo, entre ellos. Si Liv decidía no seguir con los demás mercenarios, podían querer apropiarse del Corazón por la fuerza, y él estaba dispuesto a dar la vida por protegerla, después de todo, la Reina había hablado, y él cumpliría su juramento.

Notas de juego

Disculpen la tardanza, no pude hacerlo antes.

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30/01/2017, 23:12
Liv

La sacerdotisa se cruzó de brazos sopesando todo lo que habían dicho y había una cosa que no podia pasar por alto: el Otro Uthero. Su destino estaba ligado a esa nave así que prácticamente ahí tenía su respuesta estaba ahí y aunque tal vez jamás lo dijera, las palabras de Connor le daban algo que creía ya no tener: esperaba.

-Pues bien... Parece que al final todos estáis de acuerdo en algo y yo creo que debemos...-miró a Connor como si él fuera su primer opción para comunicar aquello.-Vayamos por El Uthero.

Había determinación en sus palabras, estaba claro que fuera como fuera tenían que irse ya mismo de allí.

-¡Hagámoslo yo!

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31/01/2017, 15:56
Director

El objetivo estaba fijado. Ahora solo había que superar el primer y quizá más importante escollo: hacerse con la nave. Durante el combate, habían solicitado refuerzos a las naves y, sabían, venían de camino hacia allí al mando del contramaestre. El capitán había quedado solo con un reducido grupo de marineros en el Uthero y sus inmediaciones.

Primero tenían que llegar hasta allí sin despertar sospechas. Así que lo mejor era escabullirse y no dar explicaciones a nadie por el camino. Afortunadamente, el caos que se diseminaba por toda la ciudad ayudaba enormemente a su tarea. Dejaron a alguien al mando de la puerta mientras ellos "iban a informar al capitán", y tras callejear entre todo aquel caos y las escenas dantescas, no les costó demasiado esfuerzo llegar a los muelles.

El Uthero estaba fondeado en medio del canal, mientras que la Nymeria y la Cimitarra habían atracado. El propósito del capitán al situar la nave fuera de alcance era que, al haber bajado tantos a tierra, evitaba que el enemigo pudiera atacar la embarcación con un asalto desde tierra. Ahora el problema lo tenían ellos, y debían ingeniar una manera de llegar hasta allí. La más evidente era coger un bote y, simplemente, remar de vuelta fingiendo que iban a informar, que era lo que habían dicho. Existían, sin embargo, opciones más sigilosas y descabelladas como utilizar alguna barca como improvisada campana de buceo o, simplemente, nadar hacia allí. Sin embargo, el modus operandi quedó fijado por el simple hecho de que algunos de ellos no sabían nadar. Era curioso pensar que querían apoderarse de una nave cuando los únicos, auténticos marinos curtidos, eran los piratas yitianos que les acompañaban. Afortunadamente, eran sus aliados.

Así que hicieron de tripas corazón, "decomisando" una barca yitiana que estaba amarrada en un embarcadero, y comenzaron a remar en dirección a la nave, que se hacía cada vez más grande.

Iban en silencio, pensando como iban a abordar el tema (nunca mejor dicho). Al fin y al cabo, habían sido sus compañeros hasta hacía poco. ¿Tratarían de convencer a algunos marineros rasos o simplemente les tirarían por la borda? Según actuaran, era más o menos posible que se armara un gran revuelo y las otras dos naves dispararan sobre ellos.

Ya les hacían señales desde el Uthero, y pronto estarían a distancia de escuchar voces. La situación se ponía tensa para ellos, aunque en realidad mantener la sangre fría sería fundamental. Ben podía aportar el tesón y la tranquilidad de un ladrón acostumbrado a disimular aunque cayeran chuzos de punta.

-¡Ah de la barca! -oyeron finalmente.

Ben se levantó, agitando los brazos. Convenía que les reconocieran y que no les diera por dispararles con ningún cañón. No parecían especialmente alerta, si no más bien contemplando lo que sucedía en la ciudad. Al acercarse, contaron a unos diez hombres, incluyendo al capitán. Tenían las armas a mano, pero no se les veía con intención de usarlas. ¿Por qué deberían? Al fin y al cabo, eran sus compañeros.

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31/01/2017, 16:15
Larazys Flaerin

El capitán se asomó a la borda, algo extrañado. Se suponía que había mandado que aquellos hombres (y mujeres) dirigieran todo el asunto del despliegue y las operaciones terrestres. Sin embargo, alguna razón tendría. Escuchaba los gritos y veía las columnas de humo desde allí, así que sospechaba que los yitianos ya se estaban encargando del asunto.

-Ayudadles a subir -dijo a los marineros.

El primero en agarrar los peldaños de la escalera de la banda de través fue Valença. Suya había sido la idea, así que suya era la iniciativa.

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01/02/2017, 10:16
Valença

De vuelta al Uthero el espadachín iba pensando en lo que debería ser un plan. Un plan estúpido, sin duda. Como mínimo había ciertas cosas a su favor. El barco fondeado en medio de la bahía era una ventaja. Sus hermanos estaban amarrados, lo que haría imposible que les pudieran seguir, no tan siquiera encarar mientras ellos se iban... O así lo creía. Tampoco era momento para pensar en los detalles... Era necesario un plan. A quien más le temía era al jodido maestre de sangre de hielo. Ese cabrón podía ser peligroso. Era más ambicioso que todos los jefes del Banco de Hierro juntos, y eso no era bueno. Debía de pensar en una estratagema para traer a aquel cabrón a la distancia suficiente como para poder meterle una cuerta de acero.

Tomó un cacho de tela y con un carboncillo garabateó unos símbolos en ella. Cosas que había visto en su estancia junto a la Eterna. Algo que no fuera unos garabatos de retrasado y que pudiera hacer pensar en algo encriptado.

Ya llegaban. Miró y vio al puñado de hombres del capitán prestos para lo que fuera... Menos para lo que se les venía encima.

Pobre tipo... El capitán me cae bien. Es un buen hombre. Con las pelotas bien puestas pero sin esa mirada de joputa como el maestre. ¿Qué hacemos con él? Huele a muerto y aún no lo sabe... O quizás soy yo el que huele a muerto sin saberlo... 

Sonrió para sus adentros y miró a Helyx. Una mirada rara. La mirada de aquel que ha pasado las puertas de la muerte y no sabe con certeza si aún está al otro lado... Y que se le da una higa. Las horas pasadas con la Eterna le habían enseñado cosas extrañas. Cosas raras que no creía que pudiera asimilar en toda su vida. Valença no era una mujer como Liv. Era un tipo mucho más simple.

Valar morghulis...

Susurró cuando su bote iba a amurarse con el Uthero. Si fuera un hombre de más letras se habría sonreido al pensar que su vida podía acabar en un barco con el nombre de donde todas empezaban. Pero por fortuna (o desgracia) no lo era, por lo que simplemente pensaba en lo que se les venía encima.

Subieron hasta la cubierta. Primero iba él, así que necesitaba ganar tiempo para que acabaran de subir todos los suyos. Poder contar con toda su gente en cubierta para reducir a los leales.

Hemos logrado tomar la puerta. Ha sido duro, pero al final los orientales han cedido. Les hemos dado bien por el culo. Se nos ha cansado el brazo de matar... Desde luego esa pimienta de fuego va de maravilla para acciones como esta. Los hombres del niño emperador han entrado y han empezado a matar a la población... Hasta que nos han visto y el malnacido rencoroso del general Tao ha decidido ir hacia el castillo.

Mientras hablaba, sin pausas, iba mirando como subía su gente. Mentalmente contaba los suyos y los del capitán. Entre su gente contaba con luchadores extraordinarios. Connor, Dan, Helyx, Mantícora... Debería ser relativamente sencillo reducirlos, pero los necesitaba para gobernar aquel cascarón.

Hemos interceptado este mensaje. Dijo mostrando el trapo con los símbolos. Quizás es un mensaje cifrado de la ciudad a algún refuerzo del mago amarillo. Quizás Dox podría venir y darle una ojeada, a ver si puede decirnos qué es.

Comenta, mientras lo busca con la mirada.

Intenta aparentar naturalidad. Por sus timbas de dados y naipes, en las calles de Braavos, sabe que en asuntos de embustes es vital aparentar normalidad.

 

 

 

 

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14/02/2017, 22:26
Liv

Todo podía salir bien o salir mal pero había algo en lo que no habían pensado y ese algo era el capitán. Ella le tenía en alta estima por lo cual ni bien volvieron al Uthero, solicitó hablarle para tratar de persuadirlo. Mientras aguardaba por la respuesta y que esperaba fuera rápido, lo comunicó a sus compañeros lo que deseaba hacer.

La sacerdotisa miraba en todas direcciones, tenía la impresión de que en cualquier momento iban a tener que usar el corazón nuevamente y eso suponía que usaría su energía y dependiendo dependiendo en qué, sería más o menos. Liv estaba ansiosa de terminar con todo aquello.

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15/02/2017, 06:05
Connor

Todo el camino hacia el barco, Connor estuvo pensando en muchas cosas. Su talante taciturno se había acrecentado, más allá de la confianza que le tenía a Liv. La Reina había hablado de la posibilidad de cumplir su juramento pero, ¿y si ese era el momento de hacerlo? Connor sintió como ciertas las palabras de aquella mujer, así como siente en Liv la seguridad del que conoce los designios de los Dioses. Si ella pensaba que era buena idea, él la apoyaría.

-Espero que sea esto lo que tenemos que hacer...- le dijo a la sacerdotisa cuando tuvieron un breve momento de soledad -Confío en tí- agregó mirando a los ojos a la mujer.

Lo que más le pesaba al hombre de armas era el tener que derramar la sangre de aquellos con los que la había derramado con un mismo fin, con aquellos que había vivido experiencias únicas y visitado lugares extraordinarios. Sólo esperaba no tener que llegar a eso.

De todas formas, todos los mercenarios habían estado junto a él, y ahora lo estaban más que nunca, ya que se tenían sólo a ellos mismos.

Cuando subía la escala, dejó suelta la espada para poder desenvainarla de ser necesario. Su arco estaba armado ya, y sus flechas descansaban en el carcaj. Esperaba no tener que usarlas.

Notas de juego

Les pido mil disculpas a todos. Han sido unos días intensos y largos.