Partida Rol por web

Al abrir la puerta de la izquierda, cubierto por sus compañeros, Felnir deja salir un espantoso olor. Es el mismo que el del cadáver, pero multiplicado. En la oscura sala se adivinan las formas de multitud de hamacas que cuelgan del techo y cajas en el suelo, aunque no es posible con tan poca luz adivinar si hay cuerpos en las primeras o víveres en las segundas.

Lo único que se escucha al final de la sala, en algún rincón que no podéis ver, un sonido. Es.. extraño. Parece el de un animal masticando. O quizá, el de alguien retorciéndose de dolor y angustia mientras tiene arcadas vacías de comida o jugos gástricos. Vuestra imaginación se dispara.

Felnir reculó un paso tras empujar la puerta y oir el sonido. Con el gesto torcido debido a la peste,  sacó la antorcha que colgaba de su cinto  mostrando al resto su intención de encenderla para  poder ver bien lo que ocultaba esa estancia.

Isval se olfateó las axilas disimuladamente. Nah, aquello era distinto de su aroma personal. Arrugó la nariz y echó un vistazo rápido a sus compañeros, sin perder de vista las escaleras...

Olyn avanzó hasta cubrir la retaguardia de sus compañeros. Olía a carroña y a peste, y eso sólo podía significar una muerte horrible y dolorosa o un botín mayor.

O las dos cosas. Por si acaso, tensó la cadena que unía sus dos hachas.

Hollis podía oler aquel apestoso olor, pero desde su posición guardando la puerta de la derecha no veía qué lo producía. Aunque podía imaginárselo... No era tan joven como para no reconocer la peste de los muertos.

Adelante, Felnir.

La luz de la antorcha muestra, en efecto, la muerte. La muerte de muchos hombres, marineros desmembrados, cuyos rostros muestra espanto por lo último que vieron y cuyos torsos y vientres han sido abiertos y devorados. La misma luz logra penetrar por la estancia, iluminando primero los cadáveres de quienes intentaron llegar a la puerta, luego los de quienes murieron apenas despertarse en sus hamacas.

Al fondo del todo, algo se mueve. Sobre un cadáver especialmente destrozado, desmembrado de una manera absoluta, en pequeños trozos, se afana una criatura. Tiene el tamaño de un perro grande pero asemeja más bien un insecto, una terrible araña cuyas patas terminan en afiladísimas cuchillas quitinosas. Su boca enrojecida de sangre parece estar dándose un festín con el cadáver troceado hasta que la luz de la antorcha le alcanza y se vuelve hacia vosotros, gimiendo y ¡lanzándose al combate! Su movimiento es tan rápido que apenas tenéis tiempo de pensar en asustaros cuando ya lo tenéis, especialmente Felnir, encima..

Antes de que pueda siquiera darse cuenta de lo que está haciendo, casi por instinto, Hollis extrae uno de los cuchillos que se encuentran ocultos entre sus ropas y se lo lanza a la horrible criatura. Hace gala de una excelente precisión, para evitar herir a sus compañeros, y su velocidad es tal que pilla por sorpresa a los demás. Con suerte, quizá también a la criatura.

Isval escucha los gruñidos que vienen de la habitación y, al girarse, ve a Hollis tirando algo rápido mientras Olyn mira con horror dentro de la habitación.

- Chicos... ¿Qué está pasando?

Retrocede un par de pasos hacia la habitación, sin dejar de vigilar la escalera...

Olyn había visto cosas feas en su vida. Es decir, aquella vieja de Cuerno Oriental con los dientes comidos por la piorrea no era precisamente una imagen agradable que hiciera su vida más sencilla, pero esto se llevaba la palma. La parte buena, pensó mientras tensaba las dos hachas, balanceándolas, era que si el barco había sido atacado por una criatura así, es muy probable que el botín permaneciera intacto. Era una pena que el enemigo al que se enfrentaban no se limitara a comerse los intestinos de un desgraciado mientras aliviaban la carga de oro y objetos valiosos del lugar. 

Encogiéndose de hombros, lanzó un golpe con sus hachas a la monstruosidad, no tanto para herirla como para estorbar su avance hasta Felnir.

La flecha en efecto se clava en la criatura justo cuando esta iba a moverse, clavándose justo entre dos piezas de exoesqueleto. El golpe inesperado hace que el ser se quede quieto. Entonces se le viene encima Olyn, quien con  movimientos circulares de sus hachas logra que la criatura retroceda acorralada, separándose de Felnir.

Acorralada y luchando por su vida sin duda es peligrosa. La bestia busca ahora las piernas de Olyn, procurando barrerlas de un zarpazo para hacerle caer al suelo, y de hecho, lo consigue.

Felnir se lanza rabioso a por la criatura tratando de golpearla en un punto débil.

Tyl, se acercó despacio y con cuidado a la melee. Desde detrás de sus compañeros aprovechó el momento justo para lancear a la criatura tratando de atravesar su quitinoso abdomen.