Partida Rol por web

Mierda!, cerrar la ventana, joder, nos han pillado en bragas!!!! digo mientras Cierro los ojos y me concentro en cualquier sonido raro que pueda escuchar y digo:- aquí hay alguien o algo seguramente invisible, o algún hechizo mágico de alcance, así que si, nos han encontrado...

Groland era una persona organizada y meticulosa, así que no le costó encontrar su cota, extendida en una banqueta, en una esquina. Aquella magnífica obra de artesanía ya no brillaba tanto como antaño, toda aporreada y desgastada, y hasta se habían perdido varias de las escamas que la componían, pero sin duda aún podía darle un valioso servicio. Sabía que inquietaría a los vecinos que le vieran salir de la casa de esa guisa, pero nada podía hacerle. Mientras se vestía raudo, trató de escuchar lo que decían las demás en la sala.

Contemplan asombrados como el medallón desaparece de las manos de Sirya, que se queda con la boca abierta sin poder pensar en nada más, Jerinor reacciona desenvainando la espada y lanzando un tajo, peligrosamente cerca, de la joven muchacha, mientras Kerri grita y da una orden a la vez que intenta escuchar sonidos extraños. En el caos, Rashaniel parpadea sorprendido, pues estaba a punto de levantarse y arrebatarle a Sirya el medallón, y acabar con toda aquella tontería de un plumazo. 

Jerinor fue la más rápida y cerró la ventana con algo de estruendo, mientras todos mirabais alrededor intentando averiguar qué era lo que acababa de pasar. 

Mientras se estaba empezando a poner la cota, pues apenas había subido y casi ni le había dado tiempo de colocársela por encima de la cabeza*, abajo empezó a escuchar gritos inteligibles, algunos expresaban alarma, otros ira, pero le era complicado decidir quién decía que pues parecía que de repente todas estuvieran gritando a la vez. Unos pocos segundos más tarde, escuchó un estruendo, como una ventana o puerta cerrándose de repente y porrazo. 

Groland! Grito Jerinor, Groland! Baja echando ostias y cierra las puertas tras tu paso! Nos acaban de robar en nuestras narices! Mirando a la clériga le insinuo: Kerri lanza algún conjuro, haz algo! Moviendo -mientras que hablaba- su espada en circulos y asiendo su escudo en busca de alguna señal que le indicará donde se ocultaba la persona invisible. Sirya, vamos! Es hora de que nos vengemos! Te necesitamos! Necesitamos tus habilidades.

Rash, ves algo? Tu familiar ve algo?

La espada de la muy bruta pasó a escasos centímetros de su mano, haciendo que se retirara por entero sobre el sillón y con cara de pocos amigos; aquella mujer se había abalanzado sobre ella, y ahora acababa de actuar como una loca atacando al aire..., en sus narices. Si de verdad se creían que ella era el problema es que estaban muy ciegos con lo que tenían en su mismo grupo, pero por desgracia no era momento para tentar a la suerte haciéndoles ver las ventajas de mandarla muy lejos de allí, a algún lugar donde cualquier recuerdo que evocara a Jerinor se perdiera por completo. No, tenían algo más acuciante de lo que preocuparse: Vortigern.

No podía ser otro el que había robado – aunque técnicamente, más bien, era "recuperar" lo que por dos veces le habían quitado a él –, y eso significaba que estaba cerca. Aquél pensamiento la hizo estremecer, recordando todo lo que la había prometido, pero también entrecerrar los ojos intentando discernir algo. 

– ¿Por qué no ha atacado la casa directamente? – preguntó en voz alta, aunque su duda era en verdad un pensamiento y no algo que necesitara de respuesta.

Luego se le iluminó el rostro. <<¡No importa!>>. Y era verdad, su plan había salido a la perfección, al menos si obviaban el que nada de lo que había pasado desde que entraron en la casa era parte de su maquinación, excepto el librarse de aquél maldito colgante. <<¿Acaso no lo ven?>>. Se dio cuenta de que no, y simplemente sonrió. <<Claro...>>.

– Esperad – casi susurró, o al menos eso le pareció al ver que nadie la prestaba atención y seguían moviéndose como pollos sin cabeza. Como marionetas a los que se les ha roto una cuerda y no saben que hacer, aquella gente necesitaban un titiritero inteligente y habilidoso; por suerte la tenían a ella –. ¡Tranquilos! – exclamó, dando un salto para ponerse en pie –. ¿No os dais cuenta? No hace falta que nos preocupemos, ni que le busquemos como locos para recuperar el medallón. No hay que pelear ahora.

Hizo una pausa dramática, mirando uno a uno a los que estaban allí presentes...

... Esperó tanto que dio tiempo a que volviera Groland. Si así lo había preparado, o no, quedaría a juicio de cada uno, pero el caso es que no acabó lo que estaba diciendo. 

– No hay que correr. Sabemos dónde va, y sabemos que se encontrará allí. Como dije, sólo hay que dejar que limpie el camino y luego... – rió entre dientes con un sonido que nada tenía que ver con el que se esperaría de una joven dama de su edad –, acabar con el que quede de los dos grandes. Pero tenemos que partir en cuanto estemos listos, sin demora... – _^<<..., y sin tiempo para avisar a nadie, ¡vaya!_^>>. 

Luego ladeó la cabeza y miró al guerrero, o más bien algo de él a la altura de la cintura. Para ser exactos – aunque durante un instante se fijó en otra cosa y se mordió la lengua –, a la corta espada que pendía de allí y que tenía dueña.

– Eso me pertenece – dijo finalmente señalando a un punto un tanto indefinido de la zona, mientras de reojo y con gesto divertido observaba a la ex-guardia.

Miro a Jerinor y luego me concentro mientras pienso:- QUe haga algo? y que coño cree que estaba haciendo? en fin, concentración Kerri, concentración... y lanzo un detectar magia cerca de Syria y hacia la ventana. mientras digo:- Podría ser un teleportar objeto o alguna cosa así y entonces estamos haciendo el tonto.

En cuanto comenzaron los gritos, del piso de arriba llegó el ruido de una malla metálica cayendo al suelo, el roce de piedra con piedra y unos pasos pesados a la carrera. También se oyó como varias puertas eran cerradas de golpe. Todo culminó con la aparición de Groland por las escaleras. No llevaba armadura -¡no le había dado tiempo a vestírsela!-, pero sí empuñaba en su diestra esa maza suya con la cabeza en forma de capullo de rosa. La mantenía en alto, lista para golpear. Su expresión era de alarma y su mirada buscaba nerviosamente en la habitación algo a lo que atacar.

—¿¡Qué decís!? ¿¡De qué estáis hablando!? —preguntó al aparecer.

Pareció tardar unos segundos en entender lo que estaba diciendo Sirya. No dijo nada, no obstante, sino que siguió bajando las escaleras lentamente, registrando la habitación con la mirada -sus ojos como platos- y manteniendo la maza frente a él, en guardia, esperando aparentemente el veredicto de la clériga. O una reacción del mago.

Con el barullo a tu alrededor, los gritos de Jerinor y de Kerri, el estruendo de la armadura de Groland al caer al suelo, las zancadas poderosas que bajan por la escalera, el gañido del halcón de Rash.....te cuesta concentrarte y no escuchas nada en un principio, pero a los pocos segundos se calma un poco la situación y eso te ayuda. Has escuchado algo extraño, algo que no te cuadra...y te esfuezas mentalmente en recordar.

Tu mirada se detiene instintivamente en el familiar de Rash, quizás impelida por la pregunta de Jerinor a Rashaniel sobre si su familiar veía algo. Caes en la cuenta de que en mitad del jaleo has escuchado algo inusual, que habías relacionado con el familiar de Rash, ahora posado encima de uno de los muebles mirandoos como sólo un ave rapaz puede mirar a los humanos, indiferente pero con un atisbo de inteligencia en sus ojos, girando la cabeza de un lado a otro como diciendo - ¿Qué pasa aquí? -

Lo ves detenido....y en ése momento caes.

Estás segura que has escuchado un aleteo, algo iba por el aire volando. Y no era el halcón, puesto que lleva un rato ahí encima del mueble, detenido, ahí en su puesto de vigilancia, cerca de las escaleras.

El sonido ha pasado cerca de tí y se ha alejado hacia el halcón, por lo que tú en primera instancia lo habías relacionado con él, pero ahora crees que ése algo se ha ido escaleras arriba momentos antes de que se escuchara la armadura de Groland caer.

El mago finalmente se levantó de la silla, frunciendo el ceño ante la situación que se cernía sobre la casa. Se habían acomodado, pensando que en Fairhill eran intocables, y ahora alguien iba a por ellos, haciendo gala de habilidades desconocidas.

- No - respondió a Sirya - Te ha encontrado, ha recuperado el colgante y no va a ser tan estúpido como para ir al Castillo sólo para que nosotros le sigamos. Si salimos ahora como cerdos de un corral sólo seremos carne de emboscada.

Miró a su familiar, el precioso - y pequeño - halcón peregrino que compartía un vínculo con Rashaniel que nadie podría comprender. Por eso cuando Jerinor sugirió que lo utilizara como un simple perro de presa usado para la caza, había arqueado una ceja, contrariado.

- Intentaré localizar a Baran - dijo, casi en un susurro - Necesitamos toda la ayuda que podamos necesitar.

El halcón voló hacia su bastón cuando Rashaniel le llamó, y éste le susurró mientras le acariciaba suavemente el lomo cubierto de plumas. Lo delgado de su cuerpecito y la ternura con que hablaba al familiar le conferían un aspecto casi infantil.

Después, abrió una de las ventanas - la más cercana - para que la criatura pudiera salir de la casa.

- Necesito que traigas aquí a Baran, no hay tiempo que perder con notas - susurró Rashaniel - ¿Podrías hacer eso por mí?

No era una pregunta, era casi una petición. Si el halcón salía volando en vez de picotearle la mano, sería buena señal.

El halcón miró una última vez a su amo, abriendo las alas lentamente, le acarició la mano con el pico y salió volando soltando una serie de chillidos, como si estuviera llamando a alguien.

_^<<¡El pajaro!_^>>, pensó mirando al halcón de Rash con maldad, entrecerrando los ojos en una mueca que no auguraba nada agradable para el ave. Pero no era aquél pequeño cazador el destinatario de su ira, sino sólo el receptor; por supuesto, no había sido el compañero del mago quien había robado el colgante, pero su presencia la había despistado lo suficiente como para no darse cuenta antes de quien había sido.

– Ese maldito cuervo ruin... – en esos momentos habló, justo, el semielfo, y para su consternación abrió la ventana dejando irse al emplumado cazador –. ¡NO! ¿Estás loco? ¡Cierra! – pero no espero a que lo hiciera, sino que se lanzó hacia allí y cerró ella misma, bloqueando la posible salida –. No abráis nada, creo que sigue aquí. Así que NO te vayas a buscar a nadie. Ninguno, por favor – podía estar volviendo a usar aquello en su beneficio, pero también podía estar diciendo la verdad. No estaba claro, pero lo que si lo estaba es que se estaba cansando ya de que se empeñaran en ir a buscar a todos los malditos altos cargos del pueblo y no la hicieran casa en absolutamente nada. Decidió dejarlo pasar, por el momento, y centrarse en lo importante.

– _^<<¿Dónde?_^>>, preguntó la voz de su interior. 
– _^<<¿Arriba?_^>>, respondió ella, buscando confirmación  
– Arriba.

Eso era, tenía que ser el cuervo de Vortigern, que había entrado, invisible, aprovechando la pelea. Después sólo había tenido que esperar, y ahora seguro que estaba aguardando el momento de escapar cuando todos se volvieran locos buscando por todas partes. Había estado a punto de caer, pero ella era más lista. Más o menos... 

– Groland, ¿las ventanas de arriba están cerradas? – inquirió al guerrero, viéndole aún danzar con su espada como si nada, algo que la hizo gruñir de exasperación, aunque no lo suficiente como para no darle una lección; si quería la espada, toda suya, ella tenía su ballesta, y la descolgó de su espalda con un gesto triunfal. Si era peligrosa con un arma corta, no tenía ni idea de como lo era con una de esas cargada –. Me parece haber escuchado un aleteo subiendo mientras tu bajabas, ¿no has notado nada? Será mejor que investiguemos, y que nadie se arriesgue a que escape.. 

Si esa vez no atendían a razones no sólo iban a tener problemas; aquello era una prueba de confianza pero sobre todo de sentido común. Si la querían con ellos, era su última oportunidad, y si no, ¡era libre! y no iba a dejarse tratar mal por aquella pandilla de desconsiderados. _^<<¡Así se habla!_^>>.

– ¿Quién ha dicho eso? – preguntó mirando, con los muy ojos abiertos, a su alrededor, sorprendida ante el enaltecido vítore que sólo había escuchado ella misma, pues era de quien provenía, sólo que no reconocía aquella nueva voz –. No importa, vamos. 

El guerrero observó a Rash y a su halcón proceder, aún lanzando de vez en cuando miradas preocupadas a la sala y sin bajar del todo su maza. Cuando el pájaro voló fuera de la casa y Sirya reaccionó, abroncando a su compañero mago, por un momento pareció que Groland iba a protestar. No llegó a hacerlo. En lugar de eso, el guerrero atendió a la chica y miró escaleras arriba cuando Sirya dijo la palabra.

—Uh… Cerré las puertas —tartamudeó, aún ojiplático y confundido—, pero…

Si el cuervo estaba en un cuarto con la ventana abierta cuando Groland cerró las puertas, ya se habría ido; si no, todo dependía de que la ventana del pasillo estuviera cerrada o no. Groland no lo recordaba y subió a averiguarlo.

Al subir arriba, vieron que la ventana de uno de los cuartos, el de Arue, estaba abierta mientras el resto de ventanas estaban cerradas. Lo curioso es que para abrir la ventana se necesitaba coger de un enganche, quitarlo y darle la vuelta a una asa, todo a la vez. Era imposible que un cuervo, por muy listo que fuera, lo hubiera hecho, sin embargo, justo debajo de la ventana estaba la cama, pegada a la pared, y por ende, a la ventana.

Allí, en la estirada manta de la pulcra Semi-Drow, pudieron apreciar la marca de dos huellas de aproximadamente un palmo de longitud. Fuera lo que fuera, tenía una uña o espolón en la parte trasera de cada pie, ambos pies estrechos en el talón y alargados y anchos por delante, parecidos a la marca que dejaría la huella de un pato, pero terminado en tres largas uñas o garras.  

Lanzas el conjuro y cuando pasas por donde está Sirya, detectas dos fuentes mágicas en ella. El problema es que para detectar la potencia y la escuela, tendrías que quedarte con el brazo extendido hacia ella demasiado tiempo, y se daría cuenta sí o sí. *

Por el resto, hacia la ventana no detectas ninguna magia adicional.

– ¡No! – exclamo al ver las huellas del ave huyendo de allí; por muy imposible que pudiera parecer, había logrado escapar abriendo una puerta y una ventana, algo francamente asombroso teniendo en cuenta que era, simplemente, un pájaro. Sin embargo, sus oportunidades para que su plan se llevara a cabo seguían presentándose una tras otra. Como los demás parecían no querer hacerla caso, era hora de no dar opción a réplica. 

Antes de que pudieran darse cuenta, ella ya estaba corriendo escaleras abajo mientras gritaba a los de arriba.

– Aquí no hacemos nada... ¡Hay que perseguir a ese bicho! – podían decir lo que quisieran, pero sabían que el cuervo iría con Vortigern, y él iría tarde o temprano al Castillo. Allí podrían tenderle una trampa..., o dejar que se la tendiera él a ellos; como fuera, le encontrarían, y eso era bueno fuera como fuera desde el punto de vista de los demás. 

La pregunta ahora es si la seguirían, o iría sola, en cuyo caso no iba a servir de nada..