Partida Rol por web

Miró a quién le había hablado quitándose las lágrimas de los ojos con las manos ya que veía todo borroso. - No la había visto nunca por aquí. Dijo trabándosele la lengua. Articulaba muy mal debido a la ingesta de alcohol. - No debe preocuparse, tengo cuenta aquí. Vendí mi granja para gastarmelo todo en la bebida. Haber si de esa forma logro acabar con mi vida o a corto plazo olvidar. Se volvió para continuar bebiendo.

Contento por haber eliminado un obstáculo a ganar dinero rápidamente después de unas compras en el mercado, Brand vuelve a la posada guiando a una mula recien comprada cargada con un par de cosas, y con su cuervo emperchado en el lomo.

No sabiendo donde poder dejar al animal, el hechicero lo ata a uno de los maderos de la fachada junto con su cuervo para hacerle guardia y entra a la posada para hablar con la posadera, preguntándose distraídamente si habían vuelto sus compañeros o si a Arue le gustaría jugar a algo para pasar el tiempo.

Tras escuchar las palabras del borracho, aún me dio menos pena. Vender una granja para comprar bebida. Había que ser idiota. Además, todo el mundo sabe que la bebida no ayuda realmente a olvidar, es simplemente la excusa favorita del borracho. Pero o que más "gracia" me hizo, fue lo de quitarse la vida.

- Si de verdad quisieras... - me detuve, pues aunque a un borracho no le hablaría de usted, él lo había hecho, y yo era una persona educada - Si de verdad quisiese quitarse la vida ya lo habría hecho. No se engañe. Hasta el más cobarde puede quitarse la vida si es lo que más desea. Usted quiere vivir, sus razones tendrá, pero bebiendo en una cantina y vendiendo sus bienes por ello, no podrá. Lo sabe, ¿verdad?

Aun imperterrito por lo acontecido, Rizzen sigue contemplando la escena Ha sido impresionante.. Al ver tu brazo en el fuego me temi lo peor.. pero al igual que el poder de Lazhander, tu deidad es tambien poderosa Y girandose a sus compañeros prosige: Nos conocimos de camino aqui.. estos son Greinh, un paladin al servicio de Tyr, el semielfo es Rashaniel y aquel fortachon es nuestro guerrero Groland... Fuimos atacados en el camino por un pequeño grupo..

Aunque tímido y algo cobarde, Rashaniel había sido criado con una exquisita educación con tintes élficos, con costumbres heredadas de distintas épocas. Una de ellas era no inmiscuirse en una conversación ajena sin ser invitado, parte del baile social de antiguas familias. En cuanto Rizzen le hubo presentado formalmente, Rashaniel asintió y se acercó hacia la elfa, a quien se dirigió en su idioma natal.

- Es un honor conocerla, mi señora. Soy Rashaniel, de la lejana Argluna. ¿Puedo saber vuestro nombre? - dijo, realizando una leve y quizás innecesaria reverencia - En verdad os digo que si sois la sacerdotisa de este templo, el pueblo es muy afortunado de teneros*.

Volvió a mirarla. Quizá aquella forastera tuviese razón. No se había suicidado porque tenía algo que realizar, algo importante. - Puede ser que haya tomado el camino más fácil y no me haya enfrentado al problema. Cada vez que pienso... Se puso de nuevo a llorar. En esos momentos entraba de nuevo Brand la mar de sonriente. - Yo solo, no puedo... usted no sabe lo que pasó, no puede juzgarme. La posada empezaba a llenarse de gente y el salón comenzaba a tener más ambiente. La posadera atendía a todo el mundo diligéntemente.

-Mi nombre es Shandrill. Contestó al educado elfo en su idioma y continuó hablando en común para que todos le entendieran. - Encantado de conoceros, ¿si puedo ayudaros en algo más?, si no debo continuar con mis quehaceres ya que quedan pocos días para realizar el auténtico ritual, ya que éste que habéis visto es un ensayo. Cogió el crisol con mucho cuidado entre sus manos para guardarlo ya que era muy importante para la aldea.

Entrando en la posada justo a tiempo para oír parte de una conversación entre el borracho de antes y la aventurera semidrow, Brand la saluda discretamente antes de dirigirse hacía la posadera, queriendo acabar sus cosas antes de reunirse otra vez con Arue.

-Hola otra vez dulzura -dice el hechicero a la posadera para llamarle la atención- Querría saber si hay habitaciones libres. Mis compañeros y yo seguramente estaremos pasándonos la noche y nos gustaría dormir bajo techo. Ademas necesito saber si tienes un establo donde pueda dejar mi mula o conoces de alguno cercano.

A Glarian se la veía atareda ya que el precio por su comida era una ganga, considerando que la fama de la cocina de Glarian ha llegado hasta Puerta del Bardo. - Disponemos de 12 habitaciones para alquilar y su precio es de 2 dragones por noche. Sentimos que no pueda alojar aquí a su caballo. Para el año que viene tenemos previsto realizar obras y construir un establo donde nuestros clientes puedan dejar a sus monturas. Mientras hablaba limpiaba la barra y recogía platos y vasos usados. En ningún momento quitaba la sonrisa de su cara. Se notaba que le gustaba su trabajo. - Puede encontrar establos en El Barril y la Jarra o en la Taberna de las Tres Jarras.

Al oír esto a Brand se le bajaron los ánimos ante la perspectiva de dar mas vueltas aun. Y de hecho no se atrevía a dejar otra vez la taberna, por miedo de que sus compañeros volvieran mientras el estaba ausente.

-Bueno, parece que voy a tener que darme mas tarde alguna vuelta -dice el hechicero resignado-. Si me das la dirección de una de esas tabernas me pasare mas tarde, no creo que el animal moleste a nadie mientras tanto.

Después de unas indicaciones de la tabernera Brand vuelve junto a la exploradora semidrow, quien parecía estar hablando con el borracho.

-¿Interrumpo algo? -dice mientras se sienta en la mesa con una despreocupación por sus compañeros que desmiente sus palabras.

Groland, intrigado por la sacerdotisa pero intimidado por la autoridad de su alto estatus, dio un paso adelante, carraspeó y se dirigió a la elfa:

-Señora -dijo, inclinando la cabeza y mirando al suelo-, he venido a honrar a la Diosa y a pedirle Su protección. -Dudó, no sabiendo si era correcto decir lo siguiente.- También deseo hacer un donativo a vuestro templo.

Greinh se mantenía en silencio, cerca de la elfa. Permaneció en silencio y expectante a las palabras de sus compañeros. Tras hablar Groland sobre un donativo, Greinh recordó que estaba escaseando su dinero y que la única forma de poder ayudar al templo y a esa hermosa elfa, seria con su propio brazo, y posiblemente la mejor forma de honrar a su diosa seria acabar con los orcos de la localidad.

Aunque fuera una propuesta arriesgada, el no dudaría en ayudar si así fuera necesario.

- Groland, creo que un donativo no seria lo mejor que podemos ofrecer a los santos dioses de la localidad. En cambio estoy seguro de que ellos temen por las vidas de los ciudadanos. Como luchadores locales que somos podriamos hechar un cable a los soldados locales. Y quien sabe quizás encontremos algo interesante mientras aniquilamos orcos.

Las ultimas palabras de Greinh fueron poco mas que un anzuelo para los que no quisieran actuar de manera altruista, el en cambio sentia el deber de acabar con esos malditos orcos

Tomé asiento, aún sin preguntar, frente al borracho.

- No le he juzgado. Bueno, tal vez en lo de la cerveza, pero sólo he comentado un hecho que he visto. Cómo bien dice no sé que pasó ni sus razones para hacer unas y otras cosas, pero sobretodo no le he juzgado. Todo el mundo tiene su vida y sus problemas - me sorprendí de estar hablando de esa manera con ese borracho desconocido, cuándo mi primera intención era llamarle la atención, y tal vez en el fondo, buscaba una excusa para darle un puñetazo. Pero ahora, ahí estaba, hablando con él, aunque aún no sabía de qué. - No soy nadie para darle un consejo, ni tan siquiera sé que es lo que le aflige, pero lo que sí que sé es que huir de los problemas no lleva a nada. Bueno, si lleva a algo: frustración, preocupación y puede que hasta miedo, miedo de que ese problema te persiga a dónde vayas. Si yo fuese usted, me levantaría ahora mismo, tendría una noche entera de descanso reponedor - tras ver su estado de ebriedad, decidí cambiar algo mi frase - Bueno, puede que dos noches. Tómese el tiempo que requiera para estar en plena forma, y después vaya y enfrentese a lo que le tiene en este estado. Sea cuál sea el resultado, habrá hecho todo lo que puede y su vida seguirá un camino muy diferente al que lleva ahora.

En ese momento Brand me sobresaltó. Ni me había dado cuenta de que había vuelto. Me levanté de la mesa de un salto con la mano en la empuñadura de mi arma.

- Oh, eres tú. Lo siento. - me relajé y aparté la mano de la espada. - Sólo charlábamos.

Shandrill quedó sorprendida por las muestras de amabilidad de los forasteros. - Sois muy amables. Freya es la diosa del amor y la fertilidad además de la lider de un grupo de mujeres guerreras a las que pertenezco. Cualquier ayuda que hagáis al templo o a la aldea sabrá como recompensároslo.

Sus palabras brotaron como el agua que cae de la cascada. La gente del pueblo rumoreaba de lo que le pasó pero él nunca lo había hablado con nadie. No sabía porqué pero confiaba en aquella extraña. - Caí en este triste estado hace cosa de seis meses, cuando mi esposa y mi hijo fueron capturados por una mantícora macho. Dejó la cerveza a un lado y continuó diciendo. - Disparé a la criatura con mi arco corto mientras escapaba con mi familia entre sus garras. Logré acertar a mi mujer con una flecha y la maté. Sus ojos enrojecidos volvieron a segregar lágrimas al recordar aquel suceso. Creía que la muerte era preferible al destino que les aguardaba en la guarida del monstruo pero ahora lamento mi decisión. Ahora trás oirte creo que debería haber tratado de rescatarlos pero no puedo ir solo. Ya lo había soltado, tanto tiempo comiéndole por dentro y ahora se sentía un poco mejor.

- Ups...- fue lo único que acerté a decir en voz baja.

No estaba segura de si había hecho bien diciendo eso a ese hombre. Seguramente la culpa le comía por dentro, pero después de mis palabras a lo mejor era incluso peor... No es que sientiese ahora pena por él, pues mis dotes empáticas eran casi nulas, pero sí que sabía que tal vez debería haberme callado.

- Oye Brand, dile algo... - susurré al elfo. Una pequeña idea brotó en mi cabeza - ¿Tu qué sabes sobre mantícoras macho? -yo tenía entendido que devoraban humanos, pero tal vez no era así. ¿Era posible que tal vez los "guardasen" por un tiempo antes de comérselos? Si era así tal vez el niño aún tenía posibilidades...sobretodo si la mantícora había devorado al cadáver de la madre antes de que se enfriase y pudriese.

Rashaniel hizo una leve reverencia antes de despedirse de la elfa e internarse en el edificio. En un principio no esperaba encontrar ningún altar a su dios, pero la presencia de Shandrill le dejó con la duda de si quizás habrían dispuesto una capilla para el Dios Élfico de la Magia. Si no encontraba nada con qué honrarle, le dedicaría una breve oración y donaría algo de dinero para agradecer los servicios prestados.

Estaba seguro de que si su madre le viera, estaría muy agradecida porque se comportara  tan debidamente.

-¿Yo? -susurra alarmado el hechicero- ¿No eres tu la exploradora? A mi pregúntame de magia, no de animales.

- Bueno, resumiendo, digamos que es un bicho enorme y la mar de peligroso. Pero no sé acerca de sus víctimas, nunca he estudiado las mantícoras más que por encima. Hay muchas otras criaturas de las que necesitaba saber más... - Supuse que Brand sabía a que me refería en cuánto al comentario sobre sus víctimas.

¿Y si el niño había escapado? Si yo tenía alguna especial simpatía entre los humanos, eran los niños. Eran los únicos que demostraban ser inocentes y sin corromper, y además necesitaban más protección... Si tenía que meterme en un lío por un niño, lo haría. No podía evitarlo.

- Señor - dije volviéndome hacia el borracho - ¿Sería mucha indiscreción o falta de tacto por mi parte preguntarle dónde ocurrió, con más exactitud?