Partida Rol por web

Si de momento no han dado la voz de alarma es porque esperan algo más... Trevor miró hacia la entrada, donde los Kobolds están situados. Quizá sea mejor buscar otra entrada y simular que nos vamos del lugar. 

Los susurros de Trevor parecieron prevenir a Volte, que si fuera por sus propios sentidos estaría ya varios metros más adelante, pues realmente no lograba divisar nada de lo que sus compañeros advertían.

“Aunque no logre ver al enemigo debo confiar en mi equipo y detenerme, seguramente estén esperando que caigamos en una de sus trampas, pues son conocidos por ese tipo de artilugios”.

- Detente Trevor, es claro que el enemigo desea que nos sigamos acercando susurró firme el humano.

Volte acto seguido apoyó su mochila en el piso y aunque ya tenía la espalda algo adolorida, la adrenalina del momento le permitió obviarlo. Rápidamente buscó en su petate unas jabalinas y extendió una de ellas a su compañero de la vanguardia, mientras tanto los demás ya habían logrado alcanzarlos en primera línea, fue entonces cuando el joven paladín volvió a tomar la voz de mando: - Wayra, tú lograste avistarlos, no serán ellos los primeros en descargar saetas o regocijarse en que caímos en alguna trampa, dispara que nosotros te apoyaremos.

Enseguida Volte pareció tomar aquella jabalina con fuerza, si bien miraba bastante desorientado confiaba ciegamente en que el disparo de su compañera podía guiarlo para continuar ordenando la ofensiva.

“No pienso dejarme vencer por tan cobardes criaturas, no cuando Heironeous cuenta conmigo”.

¿Un ataque frontal? Piensa el semiorco dudando de que tal hazaña fuera posible... seguramente es lo que él haría pero su maestro lo desaconsejaría, ser Elliot Mcgalagher le diría: jamás hagas lo que esperen tus enemigos, o ellos siempre tendrán la ventaja de estar preparados a diferencia de ti. 

También he visto un lobo... Si fueramos 50 arqueros podríamos matarlos antes de que den la voz de alarma... De otro modo...nos van a dar por... El bárbaro se detiene unos segundos, como si estuviera ordenando sus pensamientos. De otro modo creo que nos derrotarán si salen todos los kobolds de la madriguera al mismo tiempo. Susurra al fin. Luego se vuelve a perder en sus pensamientos ¿Cuántos kobolds puedo matar antes de morir? Diría que 5... Intentaré llegar a 6 por la Gloria de mi Señor. 

Lyzala había visto claramente como esos cuatro kobolds se mantenían parados en esa entrada junto a un lobo, le parecía que el enemigo no estaría plácidamente esperándolos, seguramente se encontrarían con alguna trampa antes de llegar a esa entrada, habría que pisar con cuidado.

Mientras seguía preparando su honda para el ataque el enemigo parecía no inmutarse, a los pocos instantes Volte decidió darle una jabalina a Wayra y a Trevor, al parecer a Wayra ya que había sido la primera en avistar a las criaturas y a Trevor para que pudiera defenderse a distancia: “No es un mal plan”.

El príncipe se mantenía callado, no emitía sonido alguno, de alguna forma esto era lo que generaba tanta incertidumbre a la hora de atacar o no; mientras tanto todos seguían avanzando, y esto significaba que eventualmente se iban a encontrar cara a cara con el enemigo.

Trevor comenzaba a dudar, en cierto punto hablaba de si era conveniente atacar o si era preferible buscar otra entrada, a lo que Lyzala rompió el silencio: “Creo que buscar otra entrada sería inútil, lo más seguro es que nos hayan visto, levanten sus escudos y desenfunden sus armas con valentía, hoy no será el día en el que nos derroten estas viles criaturas”.

¡Escuchadme camaradas! Susurró el príncipe con cierta vehemencia. Heironeus había dejado al grupo guiarse por sí "solo". Realmente todos eran muy capaces de llevar a cabo cualquier situación y Volte era un líder tenaz y decidido... quizá demasiado. Esa gente pretendía dar la vida por él, o por su causa o Iglesia. Era su responsabilidad llevarlos a buen cauce: Wayra... Trevor, Lyzaila... ¿en qué dirección está esa escoria? Una vez contestan señalando el lugar ordena al grupo replegarse cerca de la pared, de modo que no puedan ser vistos... ni olidos. Necesito a alguien silencioso que me pueda acompañar hasta ellos. Dijo Heironeus mientras cargaba su ballesta y preparaba un pergamino en su cinto. Los demás esperarán aquí con las armas a distancia preparadas, si somos descubiertos... Quiero ver una lluvia de proyectiles que cubra el cielo sobre sus cabezas.

Si nos acercamos lo suficiente y vemos una zona de acecho segura, os haré una señal para que os acerquéis. ¿Habéis comprendido todos?

Trevor se quedó un poco sorprendido por el cambio de actitud en su Señor, o aquel que pretendía ser su Señor. La idea parecía buena... Pero no le gustaba que fuera el protegido el que saliera al descubierto. 

Se puso a un lado donde no pudiera ser visto por los Kobolds. Y respondió a Heironeus.

Sí... Señor.

Wayra al escuchar la vos de volte, estuvo a punto de soltar una de sus flechas contra el lobo, pero se detuvo al escuchar el plan de su líder, ante su pregunta, le da un descripción detallada de donde se encuentran los kobols que parecían estar haciendo guardia y el lobo que parecía estar allí para dar alarma, a pesar de que tenía esa sensación de estar siendo observada, no parecía que aquellas criaturas estuvieran del todo percatadas de su presencia.

Al terminar de dar su descripción le dice a Heironeus.

Señor, yo soy bastante sigilosa y puedo verificar si hay trampas en el camino, será un gusto acompañarlo.

Bien... dijo Heironeus aplaudiendo la iniciativa de Wayra con una mera y simple sonrisa: intentaremos dividir al grupo y hacer caer a los más ruidosos. Sobretodo fíjate si alguien tiene algún cuerno de aviso... ese sería nuestro primer objetivo.

Wayra hace una venia al Heireneus.

Señor, A su orden me moveré e intentaré matar al lobo sin que me detecte. Luego daré una mirada para verificar que no hallan trampas en el camino

Está bien... dice Heironeus frotándose la barbilla. El joven noble, pese a su apariencia poco envejecida tiene una actitud pensativa y muy analítica, tal como un auténtico veterano señor de la guerra. En cuanto llegues hazme una señal, e indícame en qué lugar están. Lanzaré mi hechizo de dormir y en cuanto lo haga... atacaremos a quien quede en pie. Empezando por el lobo.

Lyzala se había mantenido callada mientras que escuchaba como sus compañeros  y su señor elaboraban aquel plan, a decir verdad estaba actuando como si estuviera en piloto automático, no sabía a qué se debía pero por suerte luego de unos minutos volvió a ser la misma de siempre.

“Señor, quedamos a la espera de su encantamiento, aquellos que queden en pie caerán instantáneamente”, dijo mientras continuaba preparando su honda para el ataque.

“Logan, mantente alerta para cargar contra los enemigos” le dijo a su compañero mientras le palpaba el lomo.

Después de las palabras del príncipe Wayra se mueve sigilosamente y se oculta en la entrada de la cueva, le hace una señal a Heironeus  para señalarle el lugar donde se encuentran los enemigos y prepara su arco para atacar en cuanto el conjuro sea lanzado

Ni los kobolds, ni el lobo habían detectado a Wayra que se había colocado a 30' del lobo. No había podido identificar si alguno llevaba algo para dar la alarma, pero parecía ser que no, que el lobo era al que debían atacar primero para evitarlo.

La mujer había logrado acercarse lo suficiente, utilizando las pocas ondulaciones del terreno y las escasas piedras. Pero en general estaba todo en campo abierto, sin ningún lugar para que sirviera de parapeto. Entonces, la gnomo alzó la mano en señal de alarma. Era lo que había solicitado Heironeus. Era el momento de actuar, había que llevar a cabo el plan.