Partida Rol por web

Kalem hizo un gesto con sus manos y sacó un cubilete con tres dados de seis y se los tendió a su señor. ¿Qué te parece si mejor lanzan tres dados y el que saque la tirada más alta será el líder? Le preguntó a su líder a pesar de que estaba realmente en contra de que dejara el liderazgo del segundo grupo en manos del azar.

Además, creo que una vez que decidan quién será el líder, lo suyo será que dividáis el grupo. Son ocho los que han respondido a su llamada. Lo suyo sería que el grupo se dividiera en dos grupos de cuatro, y debería ser un grupo equilibrado y proporcionado. Imagino que sabréis las cualidades de cada uno, ¿verdad, mi señor? Le dejó esa pregunta en el aire para que tratase de formar los grupos lo más equivalentes posibles para que no tuvieran que lamentar una gran descompensación en el grupo y minimizar las pérdidas. 

Aún miraba su carta, y observaba a los que habían cogido la suya, cuando aquella vieja volvió a entrometerse. ¿Quién se creía? Más que aconsejar, parecía dirigir al futuro y verdadero rey; eso no era una actitud que debiera permitir el poderoso Hextor. Que lo hiciera sería una muestra de debilidad, y si era débil... 

Sonrió, una mueca horrible y malvada mientras observaba al hombre. Tal vez era momento de hacerse rey; él podría matar a los dos hermanos, acabar con ambos antes de que ninguno se alzara con el poder, y luego hacerse con el trono. Si, podía hacerlo. 

Aquél pensamiento jugaba en su mente mientras dejaba el naipe boca abajo en la mesa, junto a la cerveza, y acarició con la misma mano la cadena que llevaba al brazo. No era el momento de hacerlo, aún no, pero tal vez, sólo tal vez, podría en otro momento. Lejos de sus guardias, lejos de los otros perros falderos. "Puede incluso que tenga que eliminar a alguna de sus mascotas", pensó para sí, dándose cuenta de que la anciana tenía razón con aquello que no decía, pero insinuaba: tras aquello era posible que hubiera que lamentar pérdidas. 

Ahogó la lóbrega carcajada que estuvo a punto de salir de su garganta con un nuevo trago que dejó vacía su jarra. "El líder de mi grupo será el primero", se dijo con deleite, pasando la mirada por todos los allí presentes.

Ante la nueva intromisión de la anciana, el príncipe se puso en pie y mirando fijo a la mujer, respondió ante sus palabras Será mejor que cuides esa actitud, puede que te hayas gana la aprobación de mi padre con tu magia o cualquier otra argucia que te haya ayudado a posicionarte entre sus sabanas, pero no voy a soportar que me vengas a dar ordenes como él lo hacía. Y eso va para cualquier pretensión que tengas con mi corte. Estas ahora bajo mi servicio, ya no soy el crío al que le enseñabas como comportarse. Si vuelves a hacer eso, te daré tu lugar en esta mesa junto a las otras cabezas. Permanecerás cerca de mi; así cumpliré la palabra que le hice a mi padre de tenerte cerca. tal vez se trataba de su propia madre, su padre nunca lo admitió, pero ya era algo que Hextor suponía, aún así, no iba a tolerar una orden mas de aquella mujer.

Bien, entonces tomad de una buena vez las cartas que restan dice con media sonrisa. Aquello era algo que le divertía.

Krugtan estaba confundido, nunca le había gustado jugar a las cartas pero tenía la impresión de que iba perdiendo. Era notorio el enojo en su rostro, pero el semiorco se limitó a dejarse caer pesadamente de vuelta sobre su silla, tomar otra jarra de vino y volver a vaciarla rápidamente en su boca. Esperaría a que Hextor diera expresamente la orden de matar a la mujer rara.

Mientras esperábamos a que levantaran la dichosa carta de la muerte la mujer volvió a interrumpir y a Héxtor no le agrado mucho, así que la puso en su lugar, por lo que una leve sonrisa se le noto a Racsho, pero aun así no se resolvía quien sería el líder del otro grupo.

Todos se habían presentado, la mayoría de una forma ostentosa y llamativa, cuando su hermano salía a dar su presentación intente detenerle para proponerle algo de discreción, pero su ímpetu actuó mas rápido y al intentar seguirle, pase al lado de unos extraños perros que casi saltan sobre mí. Lo que me obligo a retroceder. Bueno da igual después  de ver a los demás presentarse, supongo que ese despliegue innecesario de magia no se vería tan mal en este escenario.

Luego de ver la presentación de todos, sobretodo de aquellos que ostentaban de su fuerza y músculos no pude evitar sentir algo de entusiasmo, que buenos especímenes, seres despiadados y sin escrúpulos que blandirían exquisitamente mis creaciones, no pudo evitar imaginar a ese musculoso orco clavando una gran hacha mutiladora que se retuerce en el cuerpo de su víctima haciéndolas gritar de dolor, o a esa extraña criatura con esos perros caminando sobre un cetro sorpresa que sin que el enemigo lo notase se convertiría en una lanza que se clavara en su corazón, o al mismo príncipe  Héxtor portando una tónica de huesos que le permitiría invocar más muertos vivientes, oh! Parece que sería muy entretenido hacer parte de este grupo, había sido todo un acierto responder a este llamado.

Mientras estoy embelesado en mis pensamientos, armando con mi imaginación a cada uno de los personajes del grupo con las armas más despiadadas que cruzaban por mi mente. A duras penas tuve tiempo de hacer una pequeña venia al príncipe y hacerle un pequeño saludo, cuando ya nos estaban invitando al comedor.

Al escuchar hablar al príncipe en el comedor supe que habrían suficientes recursos para mis creaciones, lo que dibujo una sonrisa en mi rostro. Me senté al lado de mi hermano y durante la estancia le hice pequeños comentarios, nada especial, juegos y bromas sarcásticas que acostumbrábamos compartir.

El viaje hasta el reino había sido largo y la comida de los barcos no era buena, disfrute con mucho placer estas atenciones, era la vida que me merecía por mi gran talento.

Cortaba con cuidado la carne, saboreaba el vino, no era el mejor pero estaba bien, quizá luego le daría algún concejo al príncipe sobre los vinos, todo el grupo estaba armando un alboroto, cuando levante la mirada, vi que una anciana había dado algunas instrucciones y que estaban decidiendo quien sería el líder.

Me considero un gran estratega, pero no era mi principal interés, no pensé demasiado en eso y vi como todos empezaban a tomar su carta, mi pequeño hermano se levantó a tomar una de estas, y con lo mucho que le gustaba sobresalir, su rostro me mostro que no había sido el quien lideraría el grupo

¡Tranquilo hermanito, ser líder no lograra que tengas más o menos reconocimiento!, le susurro con un tono burlón, sabia lo mucho que le molestaba perder este tipo de oportunidades, pero por su personalidad acelerada e impetuosa tampoco consideraba que podría llegar a ser el mejor líder.

De repente Héxtor, se impacienta un poco y le lanza las cartas restantes a todos aquellos que no habían tomado una, la carta que viene hacia mí la detengo con un puñetazo sobre la mesa.

Pienso… la muerte… que divertida forma de elegir un líder y suelto algunas risitas mientras sostengo con mi puño la carta aun boca abajo…. 

Lévanto la carta y la dejo caer sobre la mesa sin mucha atención, poso la mirada sobre la carta sin mucho interés.

¡¡¡¡La muerte!!!

Para mi asombro parecía que sería el líder del otro grupo

je que curioso, parece que el destino me tiene preparadas cosas divertidas .

Al ver el resultado y con una sonrisa pícara en mi rostro le dirijo la palabra al príncipe de una manera formal

Parece que seré el líder del segundo grupo, papel que puedo desempeñar perfectamente, señor si le parece correcto me gustaría ir con Nebiros, Krugtan y Khaine, aunque también hay que considerar la posibilidad de no dividirnos, lo dejo bajo su aprobación señor.

Kalem se quedó sorprendida ante las palabras de su señor. Disculpe mis palabras, dijo agachando la cabeza, está claro que han sido malinterpretadas. No era mi intención. No pretendía que parecieran una orden, pues más bien estaba tratando de aconsejarle. De ahora en adelante no hablaré si usted no me lo pregunta, así no le molestará.

Luego miró al cielo, por la posición del sol comprendió que empezaba a hacerse tarde, empezaba a estar en lo más alto, y eso implicaba que cuanto más tarde se hiciera, menos probabilidades habría de encontrar con vida a los arqueros, pero ella ya no diría más. Su señor la había acusado de haberse metido en la cama de su padre, y eso era algo que le había dolido. La Gran Kalem no tenía ninguna necesidad de ascender recurriendo a tan baja estrategia, pero no se lo comunicó a su señor, no parecía que le importase y sería mejor permanecer callada y solo hablar cuando fuera necesario.

Al final Hextor no dio la orden de matar a la mujer que adoptó una actitud más sumisa, pero Krugtan no tuvo mucho tiempo para pensar en eso. Un hombre pequeño, pálido y de pelo raro que hasta entonces había estado completamente en silencio se levantó con cara de triunfo alzando una carta que mostraba un esqueleto con una guadaña. Aparentemente había ganado el juego, y junto con eso la posición de lider.
Krugtan miró directamente a Khaine, sentado al otro lado de la mesa. Sintió curiosidad por saber que era, era muy alto para ser enano; muy grande para ser elfo y claramente no era otro piel rosa como la mayoría de los presentes. Igualmente no importaba demasiado, sentía más curiosidad por cómo peleaba. Era más alto que él, pero Krugtan no creia que fuera más fuerte. No creia que hubiera nada más fuerte.
Sin embargo la atención del semiorco se desvió rápidamente, tomó otra pierna de jamón y siguió comiendo ruidosamente.
 

Debían de haberse escapado los fugaces pensamientos de su mente, pues finalmente fue Héxtor, y no el mismo, quien calló a la mujer; fue de manera menos agresiva de lo que él habría decidido, pero había funcionado, y no era quien para cuestionar a su señor. Al menos no de momento. 

No tuvo tiempo de pensar en más, pues de repente las cartas sobrantes volaron sobre la mesa hasta llegar a los últimos que no se habían decidido a coger alguna. Fue un extravagante y delgaducho gnomo con más pinta de petimetre que de guerrero quien levantó finalmente la muerte, y por si fuera poco, el mequetrefe de pelo rojo pidió que fuera con él. Su respuesta ante tal comentario fue un gruñido. 

– Y tú que sabes hacer, para exigir mi presencia bajo tus órdenes – dijo con una voz que más parecía un ladrido que otra cosa; ganó con ello la atención de más de uno, pero especialmente del orco al que ya antes había observado, y le pareció ver en el un desafío. ¿Sería más fuerte que él? Sería algo que verían muy pronto, estaba seguro. Y por ahora, simplemente sonrió y se llevó otra jarra de espumosa cerveza a los labios. 

-¡JAJAJAAJ!,

de repente suelto unas carcajadas muy extravagante al escuchar a ese humano gigantesco hacer sus reproches, un poco salidas de tono, demasiado fuerte, demasiado exagerada. Ya me empezaba a sentir con comodidad, miro a Khaine, quien me mira con desdén y le respondo.

-Khaine, no deseo que estés bajo mis órdenes, lo que realmente quiero es ver cuánto dolor y destrucción puedes causar con esa cadena armada que cargas si le aplico algunas propiedades especiales y pareces un tipo al que le resultarían placenteros estos humildes deseos, pero si no es así, no importa, mis palabras no fueron más que una simple sugerencia, puedo ir cuan cualquiera.

Gruñó. No le gustaba aquella extravagante actitud, y menos lo que salía por su boca. ¿Propiedades..., especiales? Miró al gnomo, luego su arma, y después de nuevo al gnomo. Sólo por si acaso volvió a echar un ojo a la cadena que llevaba rodeando su brazo, antes de regresar la vista al larguirucho. 

– ¿Crees que no puedo causar suficiente dolor con esto tal cómo está? – era una pregunta, o al menos eso parecía, ya que cuando levantó el puño mostrando el metal, enroscado como una serpiente a su antebrazo, dio toda la pinta de estar amenazando al nuevo recién nombrado "líder" del segundo grupo. Sin embargo, tenía curiosidad, y no era tan tonto como para no indagar –. ¿Qué puedes hacer tú para mejorarla? Responde, y a lo mejor perdone tu ofensa.

Hextor esperó a ver la reacción de todos los presentes, luego de que uno de sus mas extravagantes allegados mostrara en alto la carta de la "Muerte". Le sorprendió, luego, que el extraño gnomo solicitara a los que estarían a su orden, pero después de un cruce de palabras entendió sus razones. El príncipe se puso en pie y dio unos pasos hacia la entrada del salón, quedando a unos cuantos centímetros de esta. Así que puedes alterar las propiedades de las armas. Menuda habilidad, creo que la muerte te ha elegido bien. Pero como dices, tal vez debamos pensar en no separarnos; no veo a todos lo suficientemente convencidos de cumplir esta prueba. dice girando levemente su cabeza y mirando de reojo a los que aún seguían sin decir una palabra.

En todo caso, partiremos de una buena vez. Estando cerca examinaremos la zona y trazaremos un plan. De ser posible, obstruiriamos una salida y entraríamos por la otra a atacar. expone mirando a su grupo. Algo que deban agregar? dice mirando al segundo al mando y luego se queda mirando fijo a la consejera de su difunto padre.

A pesar de que le agradaba aquel gran ejemplar de fuerza y músculos, se empezaba a cansar de la conversación que se había generado, justo cuando estaba pensando en cómo finalizarla el príncipe se dirige a el

-Jejeje

Sonríe y se sonroja ante el cumplido que le  hace, y piensa para sí, fur a veces te pasa de bocotas, al final el mezquino maestro que tuviste no logro enseñarte como mantener la magia en armas que no blandieras tú mismo. Bueno con un poco de entrenamiento lo lograras, eso si algo de magia menor sí que puedo ponerle a las armas y la técnica con las armaduras la domino bien.

Luego de divagar un poco al respecto le responde al príncipe.

-Sí señor, estoy de acuerdo. Sin embargo pese a su insolencia, quizá esta anciana que ha servido a su padre por tanto tiempo  pueda darnos información importante para esta misión, si se excelencia le permite hablar, me gustaría hacerle algunas preguntas antes de partir.

Espera en silencio unos minutos ante la respuesta del príncipe.

Si Héxtor no da su aprobación fur no realizara ninguna pregunta, pero si tiene la aprobación fur preguntara.

-Venerable Kelem que información adicional puedes proporcionarnos sobre esta misión.

-¿Existe algún mapa en el castillo donde se pueda identificar la cueva?

-¿Tiene idea sobre el  por qué los kobolds aun los mantiene con vida?

-¿Con que nos podremos topar en el camino?

Héxtor mostró interés por las pretensiones del gnomo y y dando unos pasos hacia la anciana, se dirigió a allá con media sonrisa en el rostro Puedes preguntarle lo que quieras. Ella estará gustosa de compartir lo que sabe. entonces miró al resto de los presentes Espero estén listos para su primera prueba! No subestime al enemigo. No dejen que esas sabandijas les tomen por sorpresa y aplasten rápidamente a los que parezcan mas imponentes. Ahora son un grupo selecto. Son los llamados a llevar mi emblema, repartirán destrucción y muerte en mi nombre!!

El hombrecito de pelo extraño seguía hablando, pero a Krugtan poco le importaba lo que decían. Sabía que se acercaba un combate y por eso estaba concentrado en aprovisionar su estómago lo mejor que fuera posible, sin embargo, cuando Hextor mencionó el repartir muerte y destrucción el semiorco se levantó de la silla, alzando su pata de jamón en alto y lanzando un grito de guerra. Luego señaló la puerta con el jamón y se encaminó hacia la misma, deteniendose justo despuñes de cruzar el marco.

Negó con la cabeza, airado, ante la manera deferente que el futuro rey había usado para tratar con aquél escurridizo y extravagante gnomo que había aprovechado la interrupción para ignorar su pregunta. No dijo nada, pero su mirada siniestra y la desagradable mueca que afloró en su rostro eran suficiente prueba de la ofensa por la que había tomado aquella breve conversación; _^<<no olvidaré esto_^>>, pensó para sí, un recordatorio interno que tarde o temprano llevaría a un resarcimiento que haría chillar de dolor a aquél creído alquimista de poca monta. 

Olvidando aquello, o más bien haciendo caso omiso por el momento, se levantó tras el semiorco, dio un último trago a su jarra, y se crujió los nudillos uno a uno, hasta que todos chascaron con un sonoro "crack". No se movió del sitio hasta que acabó, disfrutando del hormigueo – casi un ligero y molesto dolor –, que sus huesos, recién desentumecidos por la fuerza, producían. Cuando aquella sensación se le pasó, y no antes, echó a andar con largas zancadas y pesados pasos hacia la puerta, atravesándola y quedándose cerca de Krugtan, alejado esta vez de Héxtor, del que cada vez estaba más convencido era un hombre y no un dios.

Estupido Fur no sé cómo siempre contaba con tanta suerte mientras pensaba esto lo miraba con ojos de reproche, dejo caer un puño seco sobre la mesa para descargar su frustración y se tomo un trago largo del vaso con vino olvidando lo rápido que lo prendía el licor. Dejando caer el vaso sobre la mesa escucha Khaine reclamando la petición de su hermano por formar un grupo y después reclamando otra vez por sus cadenas, la escena le causó gracia porque se parecía más a las gnomas de su pueblo que se quejaban por todo que a un bárbaro por como lo veía.

Nuestro anfitrión le dio la palabra a su hermano para que le preguntara a la abuela pero lo que no supo fue el grave error que había cometido, Fur era tan meticuloso en todo lo que hacía que un simple interrogatorio se convertiría en toda una obra de teatro como las que hacían en la plaza del pueblo. Cuando por fin empieza agarra lo que quedaba en el vaso y se lo toma de un sorbo, curiosamente todo le empieza a dar risa y para evitar reírse apoyaba los codos sobre la mesa y haciendo con las manos una "v" apoya en ellas la cabeza cubriéndose la boca.

No había empezado ni a responder la primera pregunta la abuela cuando las dos masas de músculos se levantaron y salieron de la habitación no me extraaaña ip!! Sus pequeñas mentes no dan para entender lo que aquí se va a hablar pffff jajajaja ip!! ahoga una carcajada con las manos porque él tampoco iba a entender nada y se imagino alto y musculoso en la entrada de la habitación. Sosteniendo la mirada en ellos pronuncia algo inentendible ya que el licor lo hace hablar enredado y lo dice en otro idioma ghrabw dfal kgoli y se queda con la cabeza sobre las manos tratando de evitar reírse.