Partida Rol por web

Una mujer pelirroja y con un cuerpo escultural baja del techo levitando. Su rostro enmarca una belleza sin igual, pero sus ojos dejan patente una pena y una angustia que trasciende más allá de la comprensión humana (elfos y medianos la entienden más que de sobra, estúpidos humanos) 

- Tu pobre Garzhal nos la jugó hace mucho tiempo. A Harkor y a mi. Una vez fuimos reales, como el semielfo y los dos enanos. Ellos fueron el primer tributo, vosotros ibais a ser el segundo, pero en el último momento escapasteis de nosotros y Harkor exigió el pago del tributo. Garzhal no quiso saber nada y ahora hemos vuelto a reclamar lo que es nuestro. 

Alaster suspiró cansado.

—Oye, Alice... Sinceramente: no quiero meterme en vuestros asuntos con Garzhal —explicó Alaster a la mujer, intentando sonar seguro pero bastante tenso por la situación. Una gota de sudor le cayó por la frente—. Nosotros sólo veníamos a tener unas palabras con el viejo por habernos mandado a vuestra feria particular, las cosas se pusieron raras y... —No le importa una mierda lo que le estás diciendo, Alaster.— Mira: sólo quiero salir de aquí, y si puedo hacerlo asegurándome de que este vórtice mágico chungo que os habéis montado no se trague el pueblo y el reino, pues mejor que mejor; así que,... —Con un gesto de la cabeza señaló al ser mitad caballo mitad hombre-dragón.— ...¿por qué no nos dices qué está pasando aquí, Alice? ¿Qué es ese portal? Arreglemos esto pacíficamente y sigamos cada uno nuestro camino.

- No es un portal Alaster. 

La mujer camina en dirección al dragonauro, con aire parsimonioso. Por el camino continua hablando. 

- Hace muchos años, más de los que teneis en vuestro conjunto, Garzhal nos visitó a Harkor y a mi en nuestra pequeña aldea. Allí empezó todo. Yo era una poderosa hechicera, infernalista, pero jamás hice daño a nadie ni actué en beneficio propio.- Su voz suena dolida, como si estuviera diciendo una verdad que todo el mundo ha dado por mentira.- Harkor me subyugó a su voluntad, es un cazador de magos y anuló toda la magia del lugar. Los magos que pasaban cerca de nuestro pueblo se morían de terribles enfermedades. Entonces vino Garzhal. Era un viajero perdido que buscó refugio en la taberna para pasar la noche, pero percibí su poder. A través de la mente me comuniqué con él, le pedí que me ayudara y me liberase de mi yugo. Y me quitó el yugo de Harkor para ponerme el suyo propio. Nos eliminó a todos. Nos mató a todos. 

La carne de su cuerpo se desprende a medida que habla para dejar a la vista su aspecto real. Jirones de carne y tela cuelgan de los huesos, una energía azulada sale de su cuerpo, que no es más que costillas, algunas de ellas rotas. 

- Y ahora ese mago malnacido se ha refugiado en su casa, pensando que se va a librar de su destino. Ha manipulado energías que no debían ser manipuladas y se han vuelto en su contra, está atrapado dentro de su propia ilusión. Y cuando consigamos estabilizar la situación y sacarlo de su estado...- Ahora ya, convertida en su forma verdadera de liche, no queda ya mucho por preguntar sobre que le van a hacer a Garzhal. 

—P-pero...

A ver, Alaster, recapitula antes de que decir o hacer alguna tontería, le dijo una voz en su cabeza: su sentido común. Esta señorita astralmente proyectada y su señor partner, ambos (presumamos) liches, van a torturar y matar hasta lo indecible al tipo que te engañó con lo que más querías para que fueras el desayuno de los mismos liches que ahora van a intercambiar impresiones con él; liches que, por otro lado, eran unos miserables malvados a los que Garzhal se la jugó hace tiempo. El análisis era bastante acertado, aunque en opinión de Alaster quedaban sueltos algunos flec... Tú no puedes ayudar a los enanos y al semielfo de la Atalaya: si la Atalaya es un peligro para la salud pública, avisa a las autoridades. Si este edificio es un peligro para la salud pública, avisa a las autoridades. El círculo está cerrado. LÁR-GA-TE YA.

Aunque la vocecita tenía razón, había una pequeña cosa que Alaster no quería pasar por alto: la ciudad.

—¡Espera, muj...! Eh... ¡Alice! —Alaster avanzó unos pasos hacia el liche—. Estoooo... ¿Vuestra venganza particular va a suponer un problema para el pueblo? Porque, si no...

Porque si no, LÁR-GA-TE YA, Alaster Reckinh. Alaster se giró hacia el druida y el matón.

—¿Y vosotros dos, qué? Estáis muy callados... ¿Qué decís de todo esto?

El liche observa al mago con gesto divertido

- ¿Que te hace pensar que queremos dañar a seres inocentes que no tienen nada que ver con la venganza que llevamos tantos siglos planeando? ¿Porque piensas que deseamos algún mal para la gente de este pueblo? El tormento que ha desatado Garzhal sobre mi pueblo hoy va a ser sanado. Y después...- Se queda mirando al dragonauro, la falla arcana que está manipulando cada vez se hace más pequeña, está consiguiendo cerrarla.- después no se muy bien que haremos. 

Tras agarrar con fuerza mi hacha, sin comprender muy bien lo que pasa, pregunto al mago—. Entonces... ¿Tengo que partir a esta mujer medio muerta por la mitad, o dejar que acaben?

Dudo que puedas cortar a esa mujer por la mitad contesté a Inglanar. Bajé el arco, ya que de poco iba a servir.

Mira, como si le matáis y le resucitáis varias veces para vengaros de él. Vinimos a ajustar cuentas y veo que ya os habéis encargado. Y mientras no hagáis daño a gente inocente como si me importara una mierda todo va bien.

Vamonos

Alaster miró a Inglanar con cara de palo y se encogió de hombros.

—¡Lo que diga la rubia!

Se dio la vuelta y comenzó a marcharse. Una última duda hizo que se detuviera en la puerta.

—Esto... ¿Alguien sabe cómo se sale de aquí?

Por el mismo camino que hemos cogido al entrar dije acercándome a la puerta. Evitemos usar ningún conjuro, con la cantidad de energía que hay en el ambiente, temo que nos estalle en la cara.

Mirando de vez en cuando atrás, para ver los progresos de la mujer liche y el extraño dracónico-caballo, Alaster siguió al druida fuera de la habitación.

—¿Y no vamos a matar a nadie? —digo mientras salgo de la habitación tras el elfo y el humano—. Qué decepción...

- ¿Esa es tu respuesta para todo Alaster? ¿Huir de los problemas y darte media vuelta? Que decepcionado se sentirá tu venerable abuelo.- La voz del liche resonaba por las paredes mientras los aventureros abrian la puerta de la habitación. 

En el pasillo habia cambiado algo, en primer lugar, ahora se distinguen algunas cosas de las que hay, muebles, tapices en las paredes y alguna especie de alfombra. A los lados hay diversas puertas y unas escaleras con un elegante pasamanos de madera con movitos florales que llevan a un piso superior. La puerta de la calle, sin embargo, no esta donde antes, concretamente, no se ve por ningún lado. 

Alaster no pudo evitar sentir cierta quemazón cuando el liche que había sido Alice le dijo aquella verdad, pero... ¿Qué podía hacer él, incluso con la ayuda del calibán y el druida*, contra aquella liche incorpórea que no sólo no iba a dañar a ningún inocente, sino que se iba a encargar (gratis) de la persona que había pretendido condenar al propio Alaster a una eternidad de encarcelamiento mágico y que había encarcelado ya a otros antes? Pero sobre todo...

—Un momento, señores, vuelvo ahora.

Alaster corrió hacia la puerta de nuevo, la abrió y metió la cabeza en la sala.

—Oye, Alice... ¿Y tú de qué conoces a mi abuelo?

¡Alaster! solté cabreado al ver que la puerta había desaparecido y el estúpido humano volvía a meter la cabeza donde no le llamaban.

¡Vuelve y ayúdanos a encontrar la salida!
 

—Igual todavía tenemos pelea —respondo a los gritos del elfo mientras me doy media vuelta para seguir al mago. Si hay que partir por la mitad a alguien, mejor que lo haga yo, que él está muy flacucho...

El dragonauro ya había terminado de cerrar el portal y ahora estaba concentrandose para pasar a por el siguiente. El liche estaba flotando por el aire

- Lo conocí el día que llegó a nuestro mundo. Era un buen hombre con una mente tranquila y sosegada, mucho más de lo habitual tratandose de un espíritu tan aventurero. Estaba en paz consigo mismo y con los suyos y no duró mucho en este plano por lo que su espíritu se perdió hace mucho. 

De repente se empieza a reir de manera inquietante, como si hubiera contado un chiste realmente bueno

- Era broma, en realidad es mi esclavo. 

Alaster comenzaba a sonreir cuando la liche aclaró el chiste.

—¿¡Cóm...!? ¡MALDITAHIJADEPUTA...! —dijo al tiempo que cogía de su abrigo y su cinto los materiales necesarios. No tardó ni tres segundos en untarse la mezcla por las manos, extender la izquierda al frente con la palma abierta y decir...— लानत मृत स्थानापन्न कि गधा जलते... भस्म!!!

Cuando el mago cerró su puño, una esfera de fuego apareció frente a la lich y arremetió contra ella.

El liche está muy sorprendido por lo que acaba de ocurrir. 

- No me esperaba esta falta de respeto por tu parte. Pero me parece bien, asi me das algo que hacer. Kalecgos, encárgate tu que yo soy demasiado poderosa como para hacerlo personalmente, démosles una oportunidad. 

El dragonauro saca un hacha bastante grande, aunque para el bárbaro va perfecta y se planta delante del liche

- Como mi señora ordene.